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Querido Salvador, la muerte de Juana Cortés Jiménez, tu Juani, me ha dejado sin palabras. Con rabia y dolor, he marcado el número de teléfono de tu casa, pero la llamada se ha perdido por el aire de los cables, sin posibilidades de retorno ni aviso. Ahora no sé dónde depositar esta pena que me consume y acompaña todo el día. Como sabes, estoy lejos, imposibilitado de darte un abrazo y empaparme para compartir contigo ese amargor que cierra tu garganta impidiéndote respirar.
A pesar de quererlo con todas mis fuerzas, no tengo para el amigo el consuelo de la palabra que tranquiliza, y desconozco cómo hacer para que se obre el milagro de devolvértela que es lo que tú quisieras ahora. Ni siquiera sé cómo llenar ese inmenso vacío que te consume en estos momentos. Me resisto a rezar al Dios que ha consentido que la Muerte te la arrebate tan joven y tan llena de esperanzas; ahora, justamente ahora que empezabais a revivir… Lo siento, no deseaba traer a tu memoria recuerdos que sólo portan amarguras. Espero vernos pronto para abrazarte con fuerza, y pedir juntos que allá donde quiera que esté, ella siga iluminando tu vida, que continúe dando los consejos de esposa, madre y abuela. Ella ya es libre. Somos nosotros los que seguimos esclavizados en el día a día. Ya descansa en paz y brilla en ella la luz eterna de la verdad. Que así sea. (Texto: Alvaro Rendón Gómez).


Durante la presentación del libro de Salvador Cortés Núñez ‘el Chigüi’, vemos a  su mujer Juana Cortés Jiménez a la derecha de la imagen, junto a Luis Suárez Ávila que prologó el libro ‘Alma Gitana’ en las Bodegas Colosía, en enero de 2010. En la instantánea, familiares y amigos del matrimonio, junto a Manolo Pico, presidente de la Academia de Bellas Artes, el cantaor Pansequito y el alcalde de la ciudad, Enrique Moresco.

Salvador y su mujer Juana han trabajado como vendedores ambulantes, oficio que no es ajeno a los gitanos. En la puerta de Simago, en la calle doña Blanca de Jerez, planta sus reales, como vendedor. Luego en los mercadillos semanales de Jerez, Cádiz, San Fernado, El Puerto, Sanlúcar. Su mercancía son las medias de señora. Con las medias ha logrado llevar su casa adelante y tener de su matrimonio con Juana, cuatro hijos que le siguen en los negocios: Esperanza, con tienda abierta en la calle Santa Lucía, Rocío, con establecimiento en la calle Ganado; Francisca con tienda en Valdelagrana y Salvador que atiende a los mercadillos, tiene puesto en la Plaza de Abastos y, sobre todo tiene una exclusiva de Alonso para vender camisetas en los Campeonatos del Muno y en ls concentraciones moteras. (Texto: Luis Suárez Ávila).

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