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3.419.  Cinco sabores de El Puerto que quedaron en el olvido.

Cinco sabores de El Puerto de Santa María que se han ido por la desembocadura del Río del Olvido, tan portuense. Pero que no renunciamos a que regresen, ahora que está tan de moda lo vintage y lo antiguo: las Arropías artesanas de aquel asesino en serie, el champán Continental de Jiménez Varela, Licor Trediche de Destilerías Galloso, el popular entre la chiquillería Palodú y el Cátsup o Salsa Americana de Conservas Sur, sin olvidarnos de esta misma casa, de la Salsa India o la Mermelada de Breva.

Arropías

Manuel Delgado Villegas, “el Arropiero” debía su apodo a que su padre vendía arropías o arrope, un dulce elaborado con higos,  a la puerta de los colegios, concretamente a la puerta del Colegio de La Salle donde tuve la oportunidad de verle de pequeño. Las arropías tenían tres colores: frecuentemente rosa, pero también traía en el canasto de mimbre las de color amarillo y verde claro. El pregón que lanzaba el padre era: «¡Arropía de Turquía! / ¡Las llevo largas y retorcías! / ¡Que ricas y que buenas, / llevo mis arropías!». Y en función del público oyente, agregaba nuevos versos: «¡Largas, largas, / como las malas lenguas!». O este otro: «¡Qué larrrrrrrga la tengooooooooooo!». La colaboración de dos policías locales, uno de ellos vecino de la novia del hijo del arropiero, Juan Barrios Quirós y su compañero Manuel García de Quirós, fue decisiva para la detención del personaje a manos del Cuerpo Superior de Policía.

201. EL ARROPIERO. El vagabundo de la muerte.

Champán Continental

| Imagen del banquete celebrado en el restaurante La Puntilla, en 1930 en honor de Juan Gavala Laborde, que mostraba publicidad del ‘Champagne Continental’ de Jiménez Varela | Foto: Colección Vicente González Lechuga.

A principios del siglo pasado se podía brindar en las fiestas navideñas y de cambio de año con champán elaborado en El Puerto: el denominado Gran Champagne Continental, de la empresa vinatera portuense Hijos de Jiménez Varela, un espumoso que dejaba descansar en unas cuevas que había preparado para ello en la finca El Caracol donde también envejecían jereces.

1.285. CHAMPÁN PORTUENSE.

Licor Trediche

El nombre del licor ‘Trediche’ proviene de la pronunciación del número 13 en italiano: ‘tredici’ de las desaparecidas Destilerías Galloso. Era un licor de frutas de color ámbar, muy dulce, un ponche con aromas cítricos.

Su creador, Antonio Fernández Galloso vivía de pequeño en la Casa de Aguado, en la plaza del Polvorista, donde tuvo unas dependencias el desaparecido Bar Playa Rempujo, cerrado en enero de 2013. Frente a dicha casa, al otro lado de la plaza, estaba el antiguo Cuartel de Artillería –hoy Teatro Muñoz Seca-- quien, durante la época de la Guerra Civil estuvo ocupado por un destacamento de soldados italianos, con quienes Antonio tuvo trato y a consecuencia de ellos fue apodado como ‘el Italia’ lo que años mas tarde le inspiraría para crear el licor ‘Trediche’.

092. ANTONIO FERNÁNDEZ GALLOSO. Destilerías Galloso.

Palodú o Palo Dulce.

¿Quién no ha parado, de niño, en el carrillo de Severo o en aquellas ventanas mas cercanas al colegio para comprar un palodú?. Aquellos palos de regaliz que endulzaban la infancia.

Además era un remedio natural, laxante y expectorante. En gastronomía se usaba como edulcorante, fabricación de dulces, repostería y pastelería e, incluso, en la fabricación del algunas bebidas alcohólicas de alta graduación. Hoy también se usa para la fabricación de salsas y como aditamento para los gin tonics.

104. SEVERO. El Carrillo de la Ilusión.

Salsa americana, Cátsup o Kétchup

 

Conservas Sur, gestionada en su última etapa por Roberto Romero Laffite, era una fábrica de conservas existente en El Puerto entre las calles Valdés, Comedias y la Avenida de la Constitución. Entre sus elaborados se encuentra la Salsa Cátsup o Americana, que se podía disfrutar en muchos bares de nuestra Ciudad y en las poblaciones donde la conservera tenía representación comercial.

La salsa cátsup como la conocemos hoy en día fue creada por el norteamericano Henry J. Heinz en el año 1876, --todavía se comercializa hoy-- quién le añadió tomate ‘al ketsiap’, una salsa picante que acompañaba el pescado y la carne, pero que no incluía tomate entre sus ingredientes. En un principio usaron tomates frescos para su elaboración, pero más tarde usaron tomates en vinagre para que se conservara mejor. Entre sus componentes están además el azúcar, sal y condimentos como cebolla, ajo, canela, clavo, mostaza, pimienta, paprika, chile y otros.

Tenían otras salsas: Salsa India, Jalea Real, Jaleas de Vinos de Jerez, Salsa Vinagreta y Salsa Mayonesa.

333. ROBERTO ROMERO LAFFITTE. Conservas Sur.

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