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3.738. 150 Aniversario de la proclamación ‘La Gloriosa’

Pasado mañana, 18 de septiembre, se conmemora el 150º aniversario del inicio de la revolución septembrina de 1868, que derrocó la monarquía borbónica… provisionalmente. Ha transcurrido siglo y medio desde el día en que desde la fragata acorazada “Zaragoza”, fondeada en nuestra bahía, el Brigadier Topete, sobrino, nieto y biznieto de portuenses (ver nótula 1.025) proclamara la revolución, que la historia  ha apodado como “La Gloriosa”, evento en el que El Puerto de Santa María tuvo una importante participación en sus inicios y así lo estiman nuestras autoridades locales que, a través de Patrimonio Histórico ha programado diversas actividades relacionadas con el mismo. | En la ilustración, Prim a bordo de la fragata Zaragoza, obra de Tomás Padró en ALTADILL, A 'La monarquía: grandezas y miserias de la Revolución de Septiembre. 1869. Biblioteca Museo del Romanticismo.

| Juan Bautista Topete y Carballo (1887) pintado por Rafael Monleón. Museo Naval de Madrid.

En las más de 2.500 páginas que suman los ocho volúmenes de “Mansiones y Linajes de El Puerto de Santa María” aparecen y se mencionan casi todos los principales acontecimientos históricos de la edad moderna en los que participa o tiene protagonismo nuestra ciudad o algunos de sus personajes y habitantes de la misma. Y este acontecimiento no iba a ser menos por lo que, transcribiendo fragmentos del volumen V, “Los Winthuysen, 2ª parte”, ofrecemos y damos a conocer una “estampa” o faceta de este acontecimiento, la vivida por Francisco Javier Winthuysen Martinez Baños. Era el cuarto miembro de la extensa familia de los Winthuysen Martínez de Baños vinculados a El Puerto de Santa María.  Francisco Javier vio la luz en 1819 y cerró por última vez sus ancianos párpados, en Sevilla, donde residía desde 1869, en el año 1900.

| Retrato de Francisco Javier de Winthuysen, en uniforme de gala, del que es autor José María Rodriguez Losada (Sevilla, 1826 - Jerez, 1896) cuyo original forma parte de los fondos del Museo de Bellas Artes de Sevilla. Reproducción por cortesía de la Winthuysen Foundation, Inc.

“Su trayectoria profesional y humana lo marca y señala como un hombre de fuerte personalidad y carácter enérgico, educado –como toda su familia- en la más rancia tradición conservadora que se encontró con dos “revoluciones” en su vida: la industrial, que afectó a su profesión y la liberal, a la que no supo o no quiso adaptarse.  Su carrera como marino la realizó en un periodo en el que, habiéndose formado a la usanza tradicional de la armada, en barcos de madera, navegando a vela, se sustituyó estos navíos por otros chapados de metal y automotrices. En el aspecto político, aun cuando serán los militares –conservadores por definición- los que inicien la revolución contra la inoperante monarquía existente en el último tercio del siglo XIX, los liberales y republicanos debían ser los que asumieran el ideario de la revolución. Al menos en El Puerto así ocurrió, formándose un “Comité Republicano Democrático” de 25 miembros: seis alcaldes y diecinueve regidores. Aunque formó parte de dicho comité, ejerciendo como Alcalde 5º (el otro militar fue asignado Alcalde 6º) estaba en minoría respecto a los demás componentes, existiendo desde el primer momento una constante y continua discrepancia de opiniones respecto a la mayoría de los componentes de dicho comité, encargados en teoría de gobernar la ciudad.

| 'Desfile militar ante el Congreso de los Diputados con motivo del triunfo de la Gloriosa' óleo sobre lienzo de Joaquín Sigüenza Chaverrieta. 1868. Museo del Romanticismo de Madrid.

Nos situamos en el año 1868. En esa fecha, había superado ampliamente el medio siglo de existencia.  Hacía catorce años que se había casado con una deliciosa cubana veinte años menor que él y tenía en el mundo cinco hijos y un sexto en camino, que nacería ese mismo año, el año del levantamiento militar que obligó a exiliarse a la reina Isabel II, formándose en todas ciudades las denominadas Juntas Revolucionarias.

La participación de Javier Winthuysen –así se le citaba habitualmente- en la Junta Revolucionaria de El Puerto es total. Vamos a relatar lo más detalladamente posible sus actividades en este corto periodo de tiempo que va desde el 19 de septiembre de 1868 hasta los primeros días de enero de 1869, en los que finaliza su participación en la misma con su marcha a Sevilla.

| Detalle de la fuente existente en el patio del Convento de Santo Domingo. Durante muchos años estuvo en la plaza de la Pescadería frente al Resbaladero y posteriormente a los jardines de la estación de RENFE. En la última década del siglo XX, tras una de las remodelaciones del Parque Ruiz-Calderón fue trasladada aproximadamente frente al Bar Casa Paco Ceballos y, miserablemente mutilada y llena de pintadas.

| La fuente de Santo Domingo, en su emplazamiento original tal y como la verían aquellos protagonistas en el siglo XIX. El vandalismo ha destruido los delfines enlazados de la parte superior además de lucir pintadas en su actual emplazamiento del Parque.

El alzamiento militar auspiciado por Prim y secundado en esta zona, concretamente en la bahía gaditana por el Brigadier Topete y otros miembros de la Armada tuvo en El Puerto una réplica popular. Intentaron, sin éxito, asaltar la cárcel pública, prendiendo fuego a la puerta principal de entrada. Se eligió una Junta Local ese mismo día de 4 miembros por aclamación, que presidía Antonio José de los Reyes.  Al siguiente, día 20 de septiembre, en una reunión celebrada en el ex convento de Santo Domingo, a propuesta de José Paúl y Angulo que contaba con plenos poderes de Topete, se amplió en una docena de personas más, incluyéndose en esta ampliación a varios militares, entre ellos a Javier Winthuysen. El día 21 se celebró una nueva sesión, siendo nombrado Javier Winthuysen integrante de la comisión de Guerra. El 22, entre otros acuerdos, figura la recogida de armas en poder de las personas que guardaban la entrada de la ciudad, por el peligro que podían suponer civiles armados y descontrolados.

La versión de Winthuysen, recogida por su hijo, el pintor y jardinero sevillano Javier Winthuysen Losada, en sus memorias, es algo diferente: “La situación era gravísima, Dictó el desarme de las milicias y al publicarse el bando mataron de una descarga al sargento de la Guardia Civil que con cuatro números era la única fuerza con que contaba y las Milicias pedían la cabeza del Alcalde. (Se refiere a su padre)

Reducido mi padre a la escasa fuerza de cuatro guardias y doce marineros que el Ayudante de Marina le prestó, se mantuvo a la defensiva hasta la llegada de un batallón de cazadores de Madrid que enviaron en su auxilio. Al enterarse los revolucionarios abandonaron la ciudad antes de que llegase la fuerza, haciéndose fuertes en las canteras de Puerto Real. Mi padre, vistiendo su uniforme se brindó de guía y se puso al frente de la columna que batió a los revolucionarios, haciéndoles bajas y dispersándolos

| Baraja satírica alusiva al gobierno provisional conformado durante el Sexenio Revolucionario, tras la Revolución de 1868, más conocida como "La Gloriosa", que supuso la caída del trono de Isabel II. En ella las tradicionales figuras de la sota, el caballo y el rey, se han sustituido por personajes destacados de la política del momento, a modo de caricaturas. Aquí el rey de oros, representando a Antonio de Orleans, duque de Montpensier y cuñado de Isabel II, que ayudó económicamente a la Revolución y fue firme candidato al trono español. Un cesto de naranjas a sus pies alude a su apodo de "rey naranjero", por sus cultivos de cítricos. | Museo del Romanticismo.

Al mismo tiempo, seguramente siguiendo instrucciones de sus camaradas militares que veían como su rebelión estaba siendo aprovechada por los movimientos contrarios al conservadurismo imperante y por facciones extremistas, se presentaron su hermano Juan Winthuysen y Nicolás Carranza, capitanes de Navío y Fragata, respectivamente, solicitando adherirse a la Junta.

| Ruta teatralizada sobre 'La Gloriosa'. Antiguo Convento de Santo Domingo. 2018.

El 21 de octubre se constituye el Ayuntamiento Revolucionario interino sobre la base de la Junta antes comentada. En él es nombrado, como antes apuntamos, Alcalde 5º y le ratifican en las comisiones de Guerra, añadiéndole las de Paseos Públicos, Policía Urbana y Cárcel. Falta a casi todas las sesiones, al menos su asistencia no consta en las actas revisadas y cuando asiste suele discrepar de la mayoría. Así por ejemplo, en la celebrada el 10 de noviembre, al haber destituido el Gobernador al 1º alcalde, el republicano Sr. Barreda, sin causa que lo justifique en opinión de los restantes ediles, se votó una moción para hacer constar la protesta formal y oficial de la Corporación que fue aprobada con 12 voto favorables y 4 en contra –el de Javier, su cuñado Marichalar y dos más-, produciéndose manifestaciones populares, airadas en ocasiones, delante del ayuntamiento. El encargado de controlarlas y reprimirlas era él, con lo que ya fue haciéndose bastante impopular entre los manifestantes, lógicamente, aunque recibiera por el lado contrario, en este caso del Gobernador, felicitaciones oficiales “por su digna actitud y comportamiento.”  A este efecto, se valía de una milicia creada por el mismo, una especie de policía municipal voluntaria, sin remuneración, a la que denominaba “Legión Ciudadana” formada en decuriones, armados de sable, escopeta y fusiles.

Prescindiendo de nuestra propia opinión y conclusiones al revisar las actas capitulares levantadas en aquellos años y para poder enterarnos del incidente que originó la emigración forzada de nuestro personaje debemos recurrir a un historiador gaditano contemporáneo de los hechos, Adolfo Vila Valencia, en cuya obra “Cádiz bajo el reinado de Isabel II” señala al respecto:

… trasladémonos a la vecina ciudad de El Puerto de Santa María, en los primeros días de tan nefasto mes de diciembre (de 1868). Hacía ya algunas semanas que el estado de aquella población era en extremo alarmante, pues distribuyéndose por el ayuntamiento hasta 1.100 escudos diarios, en jornales a los trabajadores por vía de socorro, cuyas cantidades procedían de una suscripción abierta con la mayor generosidad entre las clases acomodadas, las cuales en solo un mes proporcionaron 36.000 escudos, creyendo aquellos obligatoria la libertad que se les iba concediendo tan generosamente, no procuraban dedicarse al trabajo que se les proporcionaba, o que abandonaban caprichosamente, y así continuaron las cosas durante algún tiempo lo que no eran razón ni justo; mas siendo tan crecida la cantidad que se invertía en este objeto, llegó, lógicamente, el caso de disminuir la mencionada suma, por lo cual, con acertado juicio, se acordó distribuir diariamente 300 escudos entre 500 trabajadores y entre los más carentes de medios, a 600 milésimas por individuo, alternando entre los que con más necesidad solicitaban socorro.

| Caricatura de Isabel II con la maleta camino del exilio.

Enfermos entonces algunos de los alcaldes, el que lo era quinto, don Javier de Winthuysen, se hizo cargo de la jurisdicción, y al poner en ejecución lo últimamente acordado, o sea, el referido arreglo en la distribución de los escudos, amotináronse hasta tal punto los braceros que pedían con grande empeño que dicho señor cesara en el desempeño de su cargo y exigiendo con fuertes amenazas el socorro diario que percibían antes. Ni los atinados razonamientos ni las más convincentes explicaciones bastaron para calmar los ánimos. A tanto llegó la exacerbación de los descontentos que la autoridad hubo de tomar determinaciones sensiblemente enérgicas, pero llevando a torcidos términos las tan justas medidas de represión los Voluntarios de la Libertad, fue preciso y urgente recurrir a las severas medidas que demandaba la grave situación.

| Moneda acuñada en 1870.

Así el curso de aquellos acontecimientos, llegado el 4 de diciembre, y no contando el dicho Sr. Winthuysen, en su puesto de alcalde quinto, con mas fuerzas para hacer respetar su autoridad que la de sesenta carabineros, no tuvo más remedio el citado alcalde que acudir al Sr. Gobernador de la provincia, su superior jerárquico, quien en la misma noche partió por ferrocarril al referido Puerto de Santa María, a donde también se desplazara por la tarde, desde Jerez de la Frontera, el batallón de Cazadores de Madrid. El Sr. Alcalá Zamora, en su puesto de Gobernador, una vez llegado al lugar de los descontentos, procuró por todos los medios restablecer el orden, siendo la más perentoria medida el desarme y reorganización de las fuerzas ciudadanas.

Publicado al siguiente día 5 el bando al dicho efecto, arrancados los ejemplares, procedieron los amotinados a desempedrar las calles, disponiéndose a la más rebelde resistencia. De esta manera se fueron agravando los sucesos, llegando a tanto la subversión que, puesto el asunto en manos de la autoridad militar, determinase que a la una y media de la tarde –ya hemos dicho que del día 5- saldrían de Cádiz cuatro compañías del Regimiento de Infantería de Gerona y una sección de Artillería de montaña con dos piezas…”

 

| Gobierno provisional. 1868. | Foto: Jean Laurent y Minier. 

Visto el texto, la situación era lo más parecido al estado de guerra, produciéndose en los incidentes posteriores varias víctimas.  Controlada la situación y apaciguados los ánimos se convocaron elecciones municipales para los días 18, 19, 20 y 21 de diciembre. A ellas, supongo, solo podía concurrir personal civil, cesando cuando éstas se consumaran de forma natural los militares que formaban parte del ayuntamiento interino. No tenemos claro que las mismas se llegaran a realizar puesto que, en la primera sesión municipal ordinaria del año 1869, celebrada un mes después del inicio de los incidentes, la víspera del día de Reyes, presidida por Winthuysen de forma irregular, al parecer, no se aprobó el acta de la sesión del 27 de diciembre, declarándola nula. Al día siguiente se volvió a celebrar una sesión, esta vez con carácter de extraordinaria, abriendo la misma el propio Javier Winthuysen con la lectura de un telegrama del gobernador en el que se ordenaba presidir la Corporación al Alcalde 2º o 3º, en el caso de que asistan. Cumpliendo dicha exigencia, cedió el sillón al Sr. Reyes. Esta sería la última sesión en la que participó.

| Caricatura crítica con la familia Borbón. 

Esta pequeña “humillación” –considerando su orgullo- y el clima de impopularidad hacia su persona, preocupante para el conjunto familiar, debieron influir en la decisión de emigrar a Sevilla, una buena decisión como se demostraría posteriormente, aunque no sin riesgo para él y su familia, que tuvieron que pasar por las azoteas a una casa de calle Misericordia y desde allí, disfrazados con ropas poco llamativas, llegaron a la estación y pudieron coger el tren hasta Jerez.

Dando por supuesto que, tanto el tío (Manuel Pastor) como el cuñado (Bernardo Losada) de Francisco Javier Winthuysen Martínez Baños ayudaron económica y socialmente a toda la amplia familia, propiciando y facilitando su encaje en la élite social sevillana, no nos cabe duda tampoco que la fuerte personalidad del enérgico marino, y sus propios valores le situaran por méritos propios, una década después de estos sucesos, ocupando un puesto de Regidor en el ayuntamiento hispalense, integrado en las comisiones de obras públicas, jardines, caminos y cementerios,  y como vocal significado de la Junta de Evaluación y Repartimiento de dicho consistorio, según consta en la Guía de Sevilla de 1878, ciudad en la que como anunciamos al comienzo, cerró el capítulo de su vida cuando el siglo XIX también fenecía.” | Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz. A.C. Puertoguía.

 

2 comentarios en “3.738. 150 Aniversario de la proclamación ‘La Gloriosa’

  1. José María Otero

    El Puerto de Santa María se pronuncia también a favor de Prim y Topete. En esta población se producen algunos desórdenes y los jesuitas del colegio allí situado deciden que los niños internos sean llevados a casas de caritativas familias portuenses hasta que puedan ser recogidos por sus padres. Los religiosos toman un pequeño vapor y se acogen a la caballerosidad e hidalguía de la Marina. Sacerdotes y religiosos de la Orden Jesuita quedan a salvo de posibles agresiones en uno de los buques de la Escuadra fondeado en la bahía.

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