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juan_gitanocanastero_puertosantamariaUn sábado más por la mañana paseo por Luna, calle principal de El Puerto, sin rumbo fijo. Me detengo en aquello en lo que habitualmente no reparo por falta de tiempo o porque la curiosidad no me retiene. Escaparates por los que paso fugazmente. El lotero de la esquina al que nunca compro. El vagabundo, que le arranca aullidos desgarradores a una guitarra desafinada, que te llama la atención el primer día y después pasas por su lado como si no existiera.

Me detengo ante una amplia exposición de canastos de junco y miniaturas, realizadas con primor con restos de cables de colores. Son sin duda auténticas obras de arte, de una artesanía casi desaparecida. Están esparcidas por el suelo y custodiadas por un gitano canastero sentado sobre un taburete. Raliza este paciente trabajo, desde hace más de diez años, en el mismo sitio y en la misma postura; como si formara parte del mobiliario urbano.

Después de observar durante unos minutos su quehacer y sin reparar casi en su físico, me dirijo a él:  --Hola amigos, ¿estos cacharros los hace usted?  --No, ¡nacen der zuelo! ¿No lostá usté viendo?, me espetó casi sin mirarme.

Sentí casi vergüenza al constatar que preguntaba por algo evidente e intenté arreglarlo con un: --Bueno, me refería a los de junco. --Pué también.

Compruebo que este diálogo no me lleva a ningún lugar. Sin embargo, hay algo en el personaje que me interesa y de un fútil intercambio de palabras, paso a formularle algunas preguntas que cambian su displicente actitud.  --Tu no eres de aquí, le inquirí. --No, soy de Ugíjar [Granada]. --¿Cuanto tiempo llevas en El Puerto? --Treinta años. --Yo me llamo Alberto ¿y tu? --Yo Juan. --Juan ¿y te gusta El Puerto? --Sí, pero me acuerdo mucho de mi pueblo. Allí, con un poco de agua, un cacho pan y otro cacho de tocino, desde veta ¿sabe usté? estás comío pa to er día. --¿Cuantos hijos tienes, Juan? --Nueve, y treinta y dos nietos: Mira, aquí tienes uno. Y me me presenta a un joven bien aseado que se encuentra a su lado. --Y ehte es mi hermano, que me lo he traío la semana pasá.

Juan abandona su hosca actitud inicial y nuestra conversación se alarga durante media hora en la que hablamos de lo divino y de lo humano. Habla y sonríe. Le brillan los ojos de forma especial. Es una persona distinta a la del inicio de nuestra conversación. Se ha transfigurado al hablarme de su fe y felicidad, a pesar de la caterva familiar y más que probables dificultades para alimentarla. Tiene sensatas críticas para los políticos. A los científicos les acusa de intentar explicar, a través de los ojos físicos, lo que solo se puede ver con los ojos del espíritu.

Siempre hay quien preconiza que la religión es el opio del pueblo, alentado por una Iglesia obsoleta. Otros, desde el poder, recurren al fútbol y los toros como formas mágicas de supervivencia, de espaldas a la realidad, aunque la amnesia termine los lunes.

Juan es un hombre de fe profunda, casi fundamentalista. Es feliz y vive dichoso. Bienaventurado y satisfecho con su cacho de pan, su cacho tocino y su trago de agua de Ugíjar. Por eso ví agigantarse su figura mientras la mía se empequeñecía a su vera. --Alberto, ve con Dios, hermano, me dijo… /Texto y foto: Alberto Boutellier Caparrós.

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“Negro, negro, negro, como aquel cantaor de viejos romances del Puerto al que El Negro llamaban, y completamente vestido de blanco, de primera comunión. A la verita de la mar, dos canastos de papas fritas al brazo y un pregón, qué jaleo junto a los toritos de las olas que derrotan en tablas de la arena. Una gorra blanca. Una blanca guayabera. Playa de Vistahermosa,...” Así comenzaba su artículo de ‘El Recuadro’ el maestro Antonio Burgos el pasado miércoles en la prensa regional, bajo el título ‘Las Papas del Papi’. Y claro, una necrológica tan bonita, escrita, además por Burgos, no hizo sino dar carta de naturaleza al bulo que se ha venido corriendo desde hace 45 días en el que se afirma que el famoso vendedor de papas fritas había pasado a mejor vida.  Hace un mes y medio, el treinta de marzo, publicábamos en la web Gente del Puerto un extracto del libro de Antonio Núñez ‘La Estrategia del Pingüino’ (influir con mensajes que se contagian de persona en persona) en el que, su autor, ponía de ejemplo a nuestro popular Rafael Pérez Sánchez, alias ‘el Papi’, como hombre de marketing: “En la playa había un segundo sistema de comunicación que superaba en eficacia, credibilidad y confianza a la megafonía. Se trataba del pregón playero —a voz en grito— del “Papi”, cuyo timbre podía distinguirse entre la algarabía retozona de la playa. No creo que el Papi ganara mucho, pero es cierto que su capacidad de comunicación personal y empatía con los clientes eran excepcionales. Además de pregonar sin descanso su mercancía, el Papi proporcionaba decenas de consejos útiles al día y opinaba sobre temas relacionados con su especialidad, la playa y el verano. El Papi además comunicaba de manera constante e incesante. Saludaba a todo el mundo mirando siempre a los ojos del veraneante con sus ojos achicharrados. Y recordaba y se interesaba por cada uno de los achaques de los ancianos o hipocondríacos del lugar, que no eran pocos ya que en Cádiz la enfermedad es una profesión. El Papi carecía del presupuesto de comunicación y de la fuerza intrusiva y la cobertura del sistema de megafonía del ayuntamiento, pero lograba superarlo con su estrategia de comunicación, de generar confianza, de individuo en individuo”. El supuesto óbito de nuestro protagonista vino fue  a raíz del artículo en Gente del Puerto, escrito en pasado, pues su autor recordaba sus vivencias de hace mas de 30 años. Y hubo quien no supo entender que no se había preteritado físicamente a nuestro Papi, sino que se le recordaba como ejemplo de comunicador. Y de ahí al bulo, que hemos desmentido hasta la saciedad y que hoy desmentimos, rotundamente. Rafael vive, está pasando una temporada con su familia en Málaga y está deseando volver a El Puerto, donde estuvo el pasado fin de semana en visita relámpago. ¡Que alegría de verano, y del afecto que te profesan, Papi!. /Texto: José María Morillo.

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El Hidria Segundo quiere volver a casa. Lleva ya tres años fuera del puerto de O Grove (Galicia) y, según explica uno de sus propietarios, Jacobo Costas Otero, «xa temos morriña». Actualmente están en El Puerto de Santa María, en Puerto Sherry, en la zona de yates de grandes esloras, donde han decidido poner en marcha una campaña a través de Internet que les permita recaudar los fondos suficientes para volver a casa. Ese es su primero objetivo, pero no el único. Los dueños de este emblemático barco tienen en mente un sinfín de proyectos para que el Hidria vuelva a funcionar y sea patrimonio de todos.

BUSCAN FINANCIACIÓN.
Encontrar el dinero preciso para volver a casa es el primero objetivo de Jacobo y de su mujer, María José Otero Castro. Según explican en Facebook precisan sobre unos seis mil euros para poder llenar los depósitos, poner la embarcación a punto y pagar a los tripulantes. Para lograr esta cantidad, han decidido recurrir a un novedoso sistema que ofrece Internet. Se trata de una web en la que se presentan los proyectos. Primero precisan conseguir un centenar de votos para sacarlo adelante. Después en esta misma web la gente puede hacer donativos y colaborar de la forma que lo desee. El que ayude debe saber que, a cambio, podrá utilizar y disfrutar de ese museo que es el Hidria.

VISITAS Y EXPOSICIONES.
Según figura en la web, www.lanzanos.com, el que colabore con el regreso del Hidria a Galicia podrá conseguir a cambio visitas o permiso para organizar una exposición en el interior del barco. Por ejemplo, el que done diez euros recibirá diez visitas individuales a la sala de máquinas y a una colectiva. El que done veinte podrá pernoctar una noche y cenar con los armadores. Cuarenta euros permiten pasar un día en pensión completa en este vapor. Y por aportaciones de entre cien y quinientos euros se pueden presentar proyectos y organizar exposiciones en el interior del barco. Todo un lujo. (Texto: M. Alfonso).

LA HISTORIA.
El vapor Hidria Segundo se rescató de un desguace en el año 1997 para convertirlo en un buque museo y buque de pasajeros. La restauración nos llevó 9 años y tuvimos que cambiar nuestras vidas vendiendo todo lo que teníamos. No nos arrepentimos, lo conseguimos. Pero ahora necesitamos el apoyo de todos vosotros para poder volver a la tierra a donde pertenece, a Galicia.

Sesé Castro Otero, una de los armadores del Hidria Segundo.

LOS ARMADORES.
Jacobo Costas Otero y yo somos los armadores del vapor Hidria Segundo. Es el único barco de vapor que todavía funciona en España. Lo recuperamos de un desguace en Vigo y tardamos 9 años en conseguir que se convirtiese en un buque museo y en buque de pasajeros. Trabajamos en Galicia durante unos años y luego la mala suerte y la falta de apoyo de ningún tipo hacia este tipo de embarcaciones por parte de las instituciones hizo que acabásemos lejos de nuestra tierra y con pocas posibilidades de volver. Creemos que el "Patrimonio Marítimo" debe estar donde le pertenece, en donde nació o trabajó. En España todavía no tenemos una ley que ordene y proteja el Patrimonio Maritimo a flote, por eso el intentar hacer rentable su explotación como museo o atracción turística teniendo en cuenta los gastos que ocasiona la varada y mantenimiento de estas embarcaciones antiguas lo hace imposible. Nosotros seguimos luchando y esperando que un día nuestros gobernantes se den cuenta de que facilitando la supervivencia de estas embarcaciones ganamos todos. Hemos decidido por lo tanto volver a Galicia y si puede ser a Vigo, puerto en el que nació y desarrolló su trabajo como aljibe, suministrando agua de manantial a mercantes y trasatlánticos a vapor hasta principios de los años 90. Una vez volvamos formaremos una Asociación que gestione los gastos mínimos de mantenimiento del barco y actividades acordes a un buque museo a vapor. Esperamos que compartiendo el uso y gastos de mantenimiento del barco entre muchos apasionados de la cultura marítima podamos llevar adelante este sueño. ¡ Hagamos que nuestro sueño sea el sueño de muchos ! Muchas gracias. (Texto: María José Otero Castro).

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La asociación ecologista Guadalete, precursora de Ecologistas en Acción en Cádiz, cumple tres décadas de activismo contra los desmanes medioambientales.

En la imagen, una marcha en la Plaza de Isaac Peral, intentando evitar la tala de las araucarias y la pérdida de masa forestal en la misma, algo que no se pudo conseguir. Hablamos del mandato municipal 1991-1995. /Foto: Fito Carreto.

Dicen que en estos años, desde 1983, no han perdido ni un ápice de ilusión y han ganado en experiencia y en conocimiento. También en credibilidad y comprensión social: hace tiempo ya que dejaron de responder a la pregunta de “qué es eso de ser ecologista”.

Koldo Chamorro fue sin duda uno de los más importantes fotógrafos españoles. Desde mediados de los noventa pasó grandes temporadas en El Puerto, donde desarrolló proyectos fotográficos e inquietudes creativas
(publicado en Diario de Cádiz el 13 de enero 2013)

Depredador de instantes, ya para siempre es tuya.
Fragmentos, Ángel González

Koldo Chamorro de Aranzadi. Era Diplomado en Marketing por CESEM y Economía empresarial por la Universidad de Navarra que comenzó a sacar fotografías de manera autodidacta en 1965. / Foto: José Antonio Tejero

Para escribir este texto tengo que hundir mi mano en la memoria y remontarme por andurriales autobiográficos, pues la figura de Koldo Chamorro (Vitoria 1949 - Pamplona 2009) así lo exige. No se puede escribir ni una letra en la historia de la fotografía española, y por extensión en la portuense, sin citar a este autor prolífico y genial, con el que compartí, además de su credo, la sombra de los árboles y un capote remendado a modo de jergón. Creador de una particular cosmovisión, Koldo Chamorro se manifestaba con determinación conceptual y estética en sus ensayos fotográficos, de los que destacan por su magnitud y extensión temporal: El Santo Cristo Ibérico, España Mágica o Los Sanfermines. Aunque hay que reconocer que su versatilidad traspasaba las fronteras de los géneros y encaraba con habilidad cualquier proyecto, en epopeyas como las citadas es donde mejor fraguaba su universo fotográfico.

Trabajador del reñidero de pollos de la calle Santa Clara. 1987. Imagen perteneciente a España Mágica expuesta en el Circulo de Bellas Artes, 1989. /Foto: Koldo Chamorro.

Recorriendo la península de cabo a rabo cientos de veces desde mediados de los setenta, Koldo consiguió con sus imágenes un elaborado y minucioso ejercicio de exhumación social y antropológico de un país que se despellejaba de una larga autarquía para entrar en una inocente democracia. Su mirada, desligada de cualquier discurso oficial, la fijó con razón en elementos de gran solvencia identitaria; los ritos religiosos y los de paganía, la vida de los pueblos y sus tradiciones seculares (Fuentelencina, Iturgoyen…), la tauromaquia, los mitos, los símbolos (la cruz cristiana), el folklore, los oficios y todo lo que oliera a pura acción etnográfica.

Albañil en la reforma de la casa Larga 70, hoy apartamentos turísticos. 1998. Imagen publicada en el libro de Photobolsillo (nº5). /Foto: Koldo Chamorro.

Pedagogo de profundos e intelectuales designios. Generoso defensor de la disciplina fotográfica desde atriles comunes (a veces vilmente incomprendido), Koldo Chamorro conformó y a su vez enseñó sin tapujos un predicamento compuesto por las más sorprendentes y variables materias; el lenguaje corporal, la semiótica, la literatura, la física cuántica, la filosofía oriental o la métrica musical, suponían una fuente ilustrada donde acudir en caso de necesidad creativa o de trazar a hilo de plomada sus teorías, talleres o reportajes. Por supuesto citaba con glosa poética a los fotógrafos que más le habían influenciado o que destacaban por la formalidad plástica de sus trabajos; el húngaro Brassaï, el mexicano Manuel Álvarez Bravo, los franceses Henri Cartier-Bresson, Guy Bourdin y Jeanloup Sieff, los norteamericanos Ralph Gibson e Irving Penn, el japonés Nobuyoshi Araki o los españoles Fernando Herráez, Javier Vallhonrat y Manel Esclusa entre otros muchos autores. Empero, cargaba enérgicamente contra aquellos que hacían fotos de pólvora y chispazo, que toman el camino de las engañifas provistos de raudales de efectismo y sin embargo desprovistos del andamiaje de la verdadera función creadora; la única que molesta a Dios y al diablo a partes iguales.

Fiesta de fin de año de 2000 en El Puerto. Publicada en España Ayer y Hoy. /Foto: Koldo Chamorro.

Desde 1997, año que lo conocí y comenzamos una intensa amistad, Koldo pasó largas temporadas en El Puerto instalado en mi casa donde organizamos y llevamos a cabo innumerables encargos y colaboraciones con medios como El País, Matador y Goldberg Magazine, Obras Sociales y ONGs, editoriales y empresas culturales como Mestizo o La Fábrica. Esta zona geográfica siempre le interesó por su diversidad y riqueza cultural; el flamenco de Jerez, la influencia metafísica del Coto de Doñana en la población Sanluqueña, los personajes singulares de la sierra, la calidad de la luz capitalina o las pesquerías ancestrales eran motivos principales de sus fotografías.

En una exposición realizada en el Círculo de Bellas Artes de Madrid en 1989, que organizó el influyente comisario Alejandro Castellote, colgó un retrato de un trabajador del reñidero de pollos ubicado en la calle Santa Clara, obra fechada en 1987. Una década después en su libro de la colección Photobolsillo, dedicado individualmente a fotógrafos españoles, africanos o latinoamericanos, publica otra de un albañil bajando una escalera en la reforma de lo que hoy son los apartamentos turísticos ‘Larga 70’. Asimismo de las cinco fotografías seleccionadas para el libro España Ayer y Hoy (Escenarios, Costumbres y Protagonistas de un Siglo) una de ellas la tomó en El Puerto en la fiesta de fin de año de 2000, donde la figura de la mujer tiene una especial relevancia.

Imagen realizada en la Plaza de Toros de El Puerto en 1997, perteneciente al proyecto "El Kapote" /Foto: Koldo Chamorro.

Lo contaba su paisano Clemente Bernad en Nuestro fotógrafo decisivo, un fantástico artículo escrito con motivo de su prematura muerte, donde entre otras rotundas verdades dice que las fotografías de Koldo “no se agotan en una primera lectura, ni en una segunda, ni en una tercera… son pequeños laberintos donde cualquier camino es posible, donde reina la ambigüedad y el juego, donde todo son preguntas sin respuesta”. Se marchó cogiéndonos con el paso cambiado, y particularmente a mi preparando la publicación de su libro “El Kapote”. (Texto: José Antonio Tejero Lanzarote).

La Voz de la Bahía, el periódico local que se publicó durante un año entre 1965 y 1966,  recogía en su edición del 28 de diciembre de 1965 esta inocentada periodística, en un fotomontaje en el que afirmaba que habían aparecido «unos curiosos vestigios muy bien conservados y estos arqueológicos atribuidos al periodo romano» detrás del rompeolas del muelle. Las bromas de la prensa de entonces, cuando hoy la prensa no está para bromas. /Colección Manolo Morillo.

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A diario, desde hace algo mas de dos años, Juan Garrucho pasa los días y las noches aquí. Antes, dormía en el interior que daba soporte al cajero automático; tras la obra de sacarlo a la calle, duerme al raso junto al mismo. Los clientes de la entidad bancaria lo sortean para acceder al teclado.

Los vecinos han recogido firmas para que se vaya. En el banco han puesto un seguridad, pero solo en horario de mañana, por lo que al finalizar la jornada laboral, indefectiblemente, Juan regresaba a 'su' banco’ de la calle Luna. Ha estado en un albergue, pero no cumple las normas y se marcha o le invitan a irse. Entidades públicas, religiosas y privadas se han interesado por él, sin tener éxito para que abandone su asentamiento diario. Juan Garrucho permanece, como preso de una maldición bancaria, sin trabajo y con la salud mermada, en el entorno de la Placilla. Allí está su portal, entre mantas, cartones, mientras unos silenciosos maniquíes --sus vecinos en la calle Luna-- comparten espacio, junto a una farmacia, ante las múltiples y variadas miradas de los viandantes. Es el Portal de Juan Garrucho.

En estos días, cuando se cuestiona el orígen de los Reyes Magos, recordamos que hace 12 años, los humoristas gráficos de ‘El Mundo’ Idígoras & Pachi presentaron en El Puerto su libro  ‘Los 33 Reyes Magos’ en los últimos días de noviembre del –también apocalíptico, ya ven—año 2000. Esta es la crónica que hicimos de aquella puesta de largo monárquica.

Sinopsis: Aunque solo nos han llegado los nombres de Melchor, Gaspar y Baltasar, en realidad fueron 33 los Reyes Magos de Oriente que abandonaron sus palacios para seguir a la estrella. El rey Timoteo, el rey Blas, el Rey Humberto, el rey Roque y muchos otros no acabaron el camino por diversas razones a cual más disparatada, que se conocen en el cuento, el primero que los humoristas gráficos Idígoras y Pachi dedican al público infantil.

“Su Majestad el Rey está muy ocupado con las obligaciones de la corona, y no ha podido venir con nosotros a la presentación del libro, por lo que, esta noche nos acompaña un mago malagueño, Luigi, que seguro con sus ilusiones, nos traerá la magia de los niños que todos fuimos”, fueron las palabras con las que Idígoras y Pachi argumentaban el acto celebrado en el auditorio San Luis Gonzaga, en la presentación de su libro.

Abrió el acto el [entonces concejal de Cultura], Enrique Moresco, quién agradeció a los humoristas que escogieran El Puerto como segundo lugar de presentación de su nuevo libro ‘Los 33 Reyes Magos’, tras Málaga. El Teniente de Alcalde de Cultura se refirió claramente a la vocación cultural de El Puerto para acoger actos de este tipo, en una noche que transcurrió entre la magia, el buen humor y las carcajadas de un público que disfrutó con los humoristas gráficos de El Mundo y El Jueves.

Pachi & Idígoras, posando delante de sus personajes ¿de ficción?

Modesto Barragán, director territorial de Canal Sur Cádiz, introdujo el acto, con una semblanza de los autores, y la importancia que el auditorio en el que se encontraba supone para El Puerto, lugar en el que correteaba hace menos de un siglo el poeta Rafael Alberti, señalando que: “en esta ocasión no le vamos a pedir a los Reyes Magos que nos traigan regalos, sino que se los lleven, que cojan por la EPA las cifras del paro, que el pueblo de Moisés abra de par el Estrecho y que se queden con un palmo de narices las mafias del narcotráfico y que, los Magos, que lo consiguen todo, hagan que los hijos de... la Gran Bretaña se lleven el ‘Tirolés’, y que se queden fuera en las telebasuras de las cajas tontas, el himno de Tamara. Esta noche, Pachi e Idígoras, ya saben lo que es un día de Toros en El Puerto, y en esta Bahía, esta noche todos nos sentimos monárquicos por la gracia de la Navidad, gritando juntos: ‘Vivan los Reyes Magos, los 33’.”

Idígoras, quien hizo un detallado recorrido por la historia del humorismo en España a través de la literatura, el teatro y los tebeos, tuvo referencias para Muñoz Seca, de quién recordó la anécdota  en la que siendo preso político, dijo a sus captores: “Podréis quitarme mis bienes, mi vida, pero una cosa no podéis quitarme: el miedo que tengo”. Pinceladas sobre Lewis Carroll y su obra. Recuerdos a Ibáñez, Raf, Estivil, Schmich, o Vázquez. O a Mihura, Tono. Y su empeño por recuperar el humor de los tebeos, en un libro aunque infantil, para todos los públicos: “Seguramente la infancia no es la época más feliz, pero si es la única en que puede alcanzarse la felicidad pura”. Por eso la tenacidad es desconectar de los problemas de todos los días, con las tiras en prensa diaria: Arzallus, Gapar Zarrías, el submarino de Gibraltar, por eso desocuparon las neuronas de los problemas cotidianos y han editado su primer libro infantil.

El mago Luigi, quién recordó al también ilusionista portuense Juan Escolano, deleitó a los asistentes con sendas exhibiciones de mentalismo y escapismo con la colaboración del público y el propio Modesto Barragán, quién actuó como notario de los ejercicios del mentalista, dando fe como el  notario de la realidad que es.

Pachi, en un cuaderno de gran formato representó a personajes de la vida pública provincial y nacional, justificando su caracterización y el cuento infantil en el que los incluían: Rafael Román, presidente de la Diputación, como una hada madrina transformando una calabaza en un BMW. Pedro Pacheco, alcalde de Jerez como el Lobo de Caperucita Roja. Jesús Gil, alcalde de Marbella, como Caperucita con dos cestas/maletas con contabilidades A y B. Teófila Martínez como Pipi Calzaslargas, o el propio alcalde de El Puerto, Hernán Díaz, como Super Nán. (Texto: José María Morillo).

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Antonio López Torres nació en 1954. El apodo de 'el Gorri' le fue puesto por su padre porque, de niño, era muy pequeño "como un gorrión", de ahí lo de 'el Gorri'. Está casado con Rosario García de Quirós y tienen una hija de 28 años.

El matrimonio regenta un bar en el número 85 de la calle Cruces, 'Peña Cultural, Deportiva y Recreativa Amigos del Gorri', en el que se respira un extraordinario ambiente siendo el lugar muy concurrido y donde, una copa de vino y una tapa cuesta cincuenta céntimos de euro, algo insólito para los tiempos que corren. Los sábados y domingos acuden parroquianos que hacen sus pinitos con el cante flamenco al que es muy aficionado nuestro protagonista.

MAS DE 20 TRABAJOS.
'El Gorri' es un trabajador incansable que ha desempeñado numerosos puestos de trabajo, entre ellos vendedor de plato en la Placilla, camarero en el desaparecido Bar Caza y Pesca en el Parque Calderón, en el almacén de Güelfo en la calle Nevería, en la obra de cimentación del Hotel Puertobahía colocando pilotes, como repartidor de las cervezas Cruzcampo, mariscador nocturno, vendimiador, descargando camiones en la desparecida fábrica de botellas, haciendo cajas de cartón, chatarrero, varios años de albañil, fontanero, escayolista, etc.

Foto del Trofeo de Dominó de la Peña del Bar Triana, en 1982. De izquierda a derecha, primera fila: Rosendo, carnicero; Fali Gómez, Giménez de La Pastora, con un ejemplar en la mano de Diario de Cádiz; Pedro Galván, de la tienda de decoración de la calle Larga, GALSA; Hugo Rodríguez Cortés, de la Peña el Troncho; Domingo Asenjo, el de los platos; Francisco Javier Paullata Estévez, arrendatario del Bar Triana desde 1981, Araujo y Manuel Cordero. Segunda fila: Manuel Paullata Serrano, padre de Francisco Javier; Remigio, el carpintero; Francisco Sánchez Valenzuela, conocido como Pacuchi, el cristalero; Antonio García Real, José María Martínez Govantes, Pepón Arjona, el Gorri, Miguel Gómez; José García Gil, conocido como Pepe el redero,  Vicente, a quien cariñosamente, apodábamos como ‘La vieja’, se llamaba Vicente Martínez Sánchez, Pepe Amorós y Antonio, el peluquero. Agachado, Antonio Camacho Francés, Antoñete, hermano de “el Chusco”. Falta en la foto, Fernando, el Sietededos, un escayolista que, a efectos de maquetación, no cabe en la imagen que se publica. (Foto: Rafa. Colección Antonio Collantes Ramos).

HERIDO DE BALA.
Y entre tanto trabajo hizo sendos Cursos, uno del  PPO, en el Instituto Santo Domingo, de soldador. Y culturismo  en el Gimnasio de Escalante, donde ejerció como ayudante de monitores. Dado su desarrollo físico y gran musculatura, fue contratado como portero vigilante de la desaparecida Discoteca Galaxia, en la calle San Bartolomé; allí sufriría un grave accidente en el ejercicio de sus funciones, recibiendo un disparo en el bazo al intentar quitar una pistola a una persona que amenazaba a la clientela. Estuvo, como es lógico, un tiempo dado de baja por primera vez en su vida.

De izquierda a derecha, 'el Gorri', Modesto Barragán, pregonero del Carnaval 2010, y Manuel Torres 'el Cabo', en la sede de la Peña La Mezquita  de la calle Postigo, cuando la gestionaba en el año 2009.

DE LA MEZQUITA A EL GORRI.
Llevó el bar de la Peña 'La Mezquita' durante 14 años, y desde hace un par de años regenta el bar de la Peña que lleva su nombre, como se ha dicho, en el número 85 de la calle Cruces y a unos precios mas que populares. "Aquel pequeño gorrión que decía su padre, se ha convertido hoy en un ave del paraíso que acoge bajo sus alas a todo el que llega en busca de protección. (Texto: Enrique Pedregal Valenzuela)

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Papas en escándalo. /Foto: Universo Cádiz.

La primera mitad del siglo XX es el periodo histórico en el que se desarrolla el fenómeno del que les quiero hablar: la cocina de la posguerra en la Bahía de Cádiz y tratar de demostrar que esta es la base de muchos de los platos estrella de la gastronomía actual de la zona.

He bautizado a este fenómeno gastronómico y cultural con el nombre de la cocina de los tiesos, porque creo que es la mejor forma de definir a la gastronomía que se inventó en España después de la Guerra Civil, cuando se veía por la calle un muslito de pollo y la gente se ponía de rodillas ante el y le rezaba tres avemarías porque era un milagro, era como las caras de Belmez, pero en pollo.

Después de que Jesús de Nazaret multiplicara panes y peces, en la España de la Posguerra habría que hablar de otro milagro similar y fue el de la multiplicación de la leche de vaca, cuando se conseguía en las vaquerías, donde por entonces se compraba este producto, que un litro de leche, tras una masiva incorporación de agua del grifo, se convirtiera en siete u ocho. Aquella leche no era rica en Omega 3, en lo único que era rica era en H2O y tenía menos sabor que un huevo duro del Macdonalds. No me extrañaría a mi que aquellas vacas, cuando vieran lo que le sacaban de sus ubres, se convirtieran del tirón en vacas locas.

Estamos hablando de una España en la que el sinvergonzonerio de chiste se llevaba a su máximo expresión. La gente llevaba unos pantalones con una campana como las que cuelgan en la Catedral de Cádiz y con ello no buscaban que les diera el aire, sino que cupieran o cupiesen en su interior 20 o 30 kilos de garbanzos... Andando parecían Mazinger Zeta.

La guerra había provocado que muchas de las infraestructuras de España se vinieran abajo. Para colmo, Franco le dijo a los demás países ante la Segunda Guerra Mundial que el era neutral. Era la versión fina del caudillo que en el fondo le decía al mundo mundial: A mi plin que yo duermo en pikolin. Ante ello el mundo mundial desarrollado: europeos, comunistas y estadounidenses, cantaron a coro: A Paquito ‘el Chocolatero’ y todos sus españoles no le vamos a dar ni pan rallao para liar las croquetas.

España estaba aislada en lo político y en lo que son las cosas que llevarse a la boca. Surgen las cartillas de racionamiento, una fórmula de administrar los pocos víveres que había que el gobierno de Franco mantuvo hasta 1952 cuando España firma con Estados Unidos un acuerdo de cooperación que incluía la utilización de bases militares españolas. A cambio de dejarles aterrizar los aviones en Rota para que los americanos hagan sus putadas nos dieron leche en polvo, mantequilla y queso Cheddar que por lo visto les sobraba y ya no se lo comía ni la novia de Superman. Asimismo Argentina, también se apiadó de nosotros y nos mandaron algunos víveres. Luego también nos han mandado algún vivo.

Juan Eslava Galán, en su magnífico libro Tumbaollas y Hambrientos señala que a partir de ese momento, el acuerdo de 1952, se produce una mejora en la alimentación de los españoles, ya que finaliza el bloqueo a que lo habían sometido los países que habían intervenido en la Segunda Guerra Mundial.

Pero todos estos años de hambre real, en el que la gente se comía un mendrugo de pan duro con la misma rapidez que nosotros nos comemos un kilo de chocos del freidor, han dejado verdaderas joyas gastronómicas en la Bahía de Cádiz.

Es una cocina de pocos ingredientes en el que las especias y las verduras juegan un papel fundamental. La imaginación funciona a las mil maravillas y con tres papas, un pimiento, agua del grifo, un chorreón de algo parecido al aceite de oliva y media cebolla se crean platos con un nombre tan bonito, tan poético y tan definitorio de la situación como las papas en escándalo.

Como estaría la cosa que unas pocas papas aderezadas con el tripartito mediterráneo: cebolla, pimiento y tomate, eran tal alegría que se consideraban un escándalo. Era como la definición natural del andaluz: tieso pero contento. El Cádiz, la ciudad que sonríe, pero con más hambre.

Las papas en escándalo eran un plato humilde, pero con mucho color, como un día de feria en El Puerto, como si los trocitos de tomate y pimiento fueran los farolillos que cuelgan de las casetas y las papas estuvieran bailando unas sevillanas con un traje de faralaes de capas de cebolla y lunares de sal de las salinas.

Es la versión feliz, porque un hombre ya setentañero de El Puerto de Santa María me dio otro nombre para este plato y era el de las papas en columpio y se llamaban así porque en el plato de lo hondos había mucho caldo y tan sólo dos papas que se columpiaban en el medio.

...continúa leyendo "1.558. TIESOS. (I). Las papas al escándalo, al columpio, a la cachonda, o a la cochambrosa."

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Francisco Javier Fernández Gálvez nace en El Puerto el 26 de diciembre de 1971. Es el primero de los tres hermanos habido entre el matrimonio formado por Francisco Fernández --Paquito, camarero jubilado en Casa Paco Ceballos y otros lugares como La Galera o Buenavista-- y Araceli Gálvez.

Javier ha vivido en el centro y en la periferia, en el casco antiguo y en las zonas nuevas de El Puerto: desde las calles Cantarería y Jesús de los Milagros hasta las barriadas de Las Nieves y El Tejar. Ha estudiado en San Luis Gonzaga, aunque él prefiere afirmar «mejor asistí que estudié». Está casado con Rosario Carrascal y tiene dos hijas, Marta y Lidia.

Javier, con el popular cocinero, José Andrés.

ESPACIO GASTRONÓMICO DIGITAL.
Espacio gastronómico es un videoblog que se encuentra dentro del periódico digital Espacio Digital El Puerto donde Javier pretender llevar a sus seguidores,   a través del canal de video de internet YouTube, sitios y lugares de El Puerto relacionados con la gastronomía.  Fue mediante la amistad que le une con Pedro Monís como se adentra en el mundo de la comunicación y consigue hacer videorelatos de lo que ve, preguntando a sus protagonistas: los dueños de los establecimientos hosteleros: bares, cafeterías, restaurantes… El asunto no es tanto estar delante de una cámara sino mostrar lo que ven sus ojos a través de una cámara, que no es otra cosa que su afición por la hostelería: y es que visitar bares es uno de sus hobbies favoritos, quizás tanto como la cocina. Además, Javier escribe en Espacio Digital una columna relacionada con la gastronomía, «Creo es de lo único de lo que se y me gusta hablar».

Los reportajes se pueden visualizar aquí.

Entrevistando al crítico gastronómico y resonsable de la web Cosas de Comé, Pepe Monforte Ariza.

ASADOR BIENMESABE.
Javier abrió el Asador ‘Bienmesabe’ el 2 de diciembre de hace, dentro de poco, siete años. Aquel viernes del año 2005 llovía a mares. Pero desde aquel primer día tuvo una aceptación que ni en sus mejores prospectivas pensó que podría alcanzar. Con anterioridad trabajó en el asador Pío Pío, en la barriada Malacara, siendo su amigo Manuel quien le introdujo en el mundo de los asadores de pollos.

De camarero, en sus comienzos en el Hotel Del Mar.

Allí aprendió una máxima que ha llevado a su proyecto empresarial: ‘Si no te mueves, no te ven’. Trabajó, igualmente, en el Churrasco, en Valdelagrana y como camarero en el Hotel Del Mar.

«Bienmesabe es un sueño hecho realidad, el de dedicarme a lo que mas me gusta, con los mejores socios: mi familia. Creo que es el sueño perfecto. La hostelería es mi pasión, mas que mi trabajo y a lo único que me he dedicado en toda mi vida. Dentro de la hostelería, disfruto tanto en el servicio en una mesa como una barra y no digo nada de la cocina. Este proyecto no lo disfruto yo solo mi mujer y mi hija me acompañan desde que empecé esta andadura, y hoy día también tenemos un compañero, Joaquín, trabajador nuestro. Siempre digo que las locuras que  se me ocurren, no tendrían sentido si éstos no me acompañaran».

Con el que fuera portero del Racing Club Portuense, Edu Villegas.

El primer equipo local de fútbol, con una camiseta del Asador Bienmesabe.

DEL POLLO Y EL PESCAÍTO AL COCHINILLO.
Javier ha convertido el Asador en un lugar de encuentro, no es solo el lugar para el desavío cuando no ha dado tiempo de cocinar o no apetece, sino que lo ha convertido en un momento especial de la semana donde la visita se convierte en un aliciente. Y es que «siempre trabajo para que nuestros amigos se lleven lo que ellos quieren comprar, no lo que nosotros necesitamos vender». Y así el Asador es un lugar para resolver momentos especiales, donde además tienen conejo asado y cochinillo asado, algo que no es frecuente encontrar en El Puerto.

Entre pollo y pollo, un cochinillo asado. /Foto: Kiko Galo.

«Hacemos lo imposible por tener productos de primera calidad, tanto nuestros pollos como nuestro ‘pescaíto frito’. Siempre con una meta, una idea. Yo si intento imitar… imito los comercios antiguos los antiguos Freidores de Pescado, --las freidurías, dicho en plan fino-- como aquella situada en la calle Jesús de los Milagros frente al lugar donde vendían las entradas para los toros, hoy pub ‘La Taquilla’, que tantos recuerdos me trae de mi niñez. Imitar si, pero dándole mi impronta, mi forma de entender la hostelería, donde los clientes son amigos. Y viceversa»

Frasquita Larrea (Cádiz 1775-El Puerto 1838), cuyos restos mortales reposan en la iglesia del Colegio de las Carmelitas.

Francisca Javiera Ruiz de Larrea y Aherán, más conocida como Frasquita Larrea, fue una gaditana que nació en 1775 y que con tan solo 21 años ya le dio el "sí quiero" a un alemán de Hamburgo, casi "rubio como la cerveza" pero sin tatuaje, con el que había mantenido un largo intercambio epistolar. (Ahora se tardaría un poco más en pasar por el altar y, sobre todo, sería impensable que una pareja joven se comunicara por carta…, y no me digáis que tengo 'guasa'). Frasquita y Juan Nicolás Böhl de Faber se casaron en Cádiz. El viaje de novios fue a Alemania, a casa de la familia de él, donde Frasquita se encontró como pez en el agua y su suegra la mar de contenta. Y no era para menos, Frasquita pertenecía a una familia culta, de comerciantes acomodados y hablaba inglés y francés con tal facilidad que traducía a Lord Byron, a Mary Wollstonecraft y a quien hiciera falta. Ella iba de luna de miel. ¡Vamos!, de viaje de placer, no a buscar trabajo. Sin embargo, el emigrante era su marido, que había recalado en Cádiz con intención de hacer fortuna porque, lo que son las cosas, aquí había más posibilidades.

Placa instalada en 1976 por el Ateneo de Cádiz en la calle Rafael de la Vesca, 6, domicilio de Frasquita Larrea en Cádiz.

Las personas que han estudiado la vida y milagros de la pareja coinciden en que el éxito de Frasquita en Alemania no agradó a Juan Nicolás. Es más, se opuso a que a la vuelta del viaje su esposa organizara una tertulia en su casa como había visto que se hacía en Alemania. Frasquita se salió con la suya. Era una mujer de armas tomar, pues tenía una personalidad fuerte y rebelde. No era humilde, ni dócil, ni obediente, ni complaciente. No lo digo yo, lo dejó por escrito su propio marido. Claro que no ser humilde, ni dócil, ni obediente, ni complaciente, puesto en boca de un marido recién separado, puede parecer más una virtud que un defecto en ella. A pesar de las diferencias de criterios y de las separaciones también tenían parcelas de sus vidas en las que coincidían, como por ejemplo la literatura: el alemán fue el introductor de las ideas románticas en España, con la colaboración de su esposa.

También coincidieron en sus cuatro hijos: Cecilia (1796), Aurora (1799), Juan Jacobo Antonio (1800) y Ángela (1803). Cecilia Böhl de Faber llegaría a ser más conocida como Fernán Caballero y merece un artículo aparte. (ver nótula núm. 573 en GdP) Ahora indicaré tan solo dos apuntes: que coincidía con su madre en su actitud rebelde y en su tendencia política conservadora, y que su obra más conocida era 'La gaviota'. /Cecilia Böhl de Faber, imagen propiedad de la Universidad de Sevilla.

EN EL PUERTO.
El matrimonio se reconcilió y después de varios traslados acabó en 1821 en El Puerto de Santa María. Aquí quería llegar. En esta ciudad pasaron prácticamente el resto de sus vidas Frasquita y Juan Nicolás. En esta ciudad encontró Aurora, la segunda hija de los Böhl de Faber y Larrea, a Tomás Osborne, con quien se casó en 1826. En esta ciudad también residió Cecilia con su esposo Antonio Arrom. En esta ciudad se guarda la historia manuscrita de la familia en formato epistolar. Importante ciudad para esta familia.

La descendencia de Tomás y Aurora fue muy amplia, pero yo me voy a detener en Rafael Osborne Fernández. (Ver nótula núm. 460 en GdP). A principios de octubre estuve charlando con él. Lo primero que me dijo fue: "Hace cincuenta años que no nos veíamos". Es cierto. Habíamos estudiado bachillerato en los Marianistas de Jerez en los primeros años de la década de los sesenta. ¡Cómo pasa el tiempo! Pero él prácticamente no ha cambiado. Lo recordaba pausado, inspirador de confianza y de una exquisita amabilidad. Y sigue igual. Los cincuenta años de paréntesis no habían entorpecido nuestra conversación que pasó de manera fluida por algunos recuerdos y nombres de nuestros años escolares y por las figuras, para él familiares, de Frasquita, Cecilia y Aurora. Mi esposa, el libro 'Fernán Caballero (Algo más que una biografía)' y numeroso material de trabajo que llenaban su despacho, fueron testigos de nuestra agradable charla.

En junio de 1962 Rafael Osborne tuvo la amabilidad de invitarnos a visitar la bodega de su familia. Éramos los alumnos de 1.º B de bachillerato de los Marianistas de Jerez acompañados por Bonifacio Andrés y el mismísimo 'Paul Anka'. Ahora, pasados los primeros días de octubre de 2012, el mismo patio que fuera escenario de las bromas y comentarios de aquellos jovencísimos estudiantes, escucha con indolencia el final de nuestra conversación y nos emplaza a vernos…, antes de que pasen otros cincuenta años. (Texto: Juan Luis Sánchez Villanueva).

Ludwik Tarszeñski Konarzenski, el Conde de Lipa (1793-1871), hijo de un Grande de Polonia y capitán del ejercito que se trasladó a España vía París y que por sus peripecias contra los carlistas se ganó el aprecio de la Corona. Traía en sus alforjas asuntos de espionaje, levantamientos contra los rusos y otras intrigas palaciegas. Fue fotógrafo de cámara de Isabel II y de la Reina María II de Portugal e igualmente uno de los originarios docentes de fotografía que existieron contando en su pléyade de alumnos con la primera mujer fotógrafa, Amalia López Cabrera (1838-1899). Vivió en El Puerto de Santa María, al menos durante dos años.

El Conde de Lipa se casó en Sevilla con Magdalena de Voisins y fruto de ese matrimonio nacieron dos hijos; Enriqueta y Luis. La mayor, Enriqueta Isabel Tarszeñski de Voisins concretamente lo hizo el 27 de abril de 1845 en El Puerto. Al hilo de ese nacimiento y posterior bautismo en la Iglesia Mayor Prioral el 2 de mayo (libro de bautismo 122, folio 114 vuelto) se certifica por el padrón municipal que la familia vivió en la calle Luna nº 28, entre los años 1845 y 1847, donde queda meridianamente claro que tenía como ocupación el ser maestro de florete. Hay que reconocerle al Conde un desplegado nomadismo por todo el territorio español, que además de vivir en El Puerto lo hizo en Málaga, Córdoba, Madrid y Zafra.

Quedan escasas fotos realizadas por el Conde de Lipa al resguardo histórico, y que se sepa, ninguna de la ciudad portuense, y eso que fue uno de los innovadores del daguerrotipo en nuestro país (por su personalidad, se entiende que no se preocupó en demasía de esa salvaguarda). La imagen más representativa si cabe es la que ilustra la puesta de la primera piedra de la Biblioteca Nacional, en abril de 1866.

Sello original del Conde de Lipa donde se indica que es fotógrafo de la reina.

El Puerto no fue diferente a cualquier ciudad española decimonónica cuando aparecen los originarios intentos fotográficos. Se evidencia que las primeras imágenes obtenidas hasta finalizar el siglo tienen que ver con los monumentos característicos, los paisajes urbanos, trabajos relacionados con la industria vitivinícola, militares, familias bodegueras, políticos y algún destacado periodista. En este sentido actualmente se cuenta con escasísimas fuentes documentales que custodien originales que sirvan para arrojar luz sobre las primeras imágenes fotográficas, pretendidamente realizadas en la década de los cuarenta del diecinueve. Sí se puede decir que era habitual, y se repitió en innumerables ocasiones, que los primeros interesados en hacerlas fueran personas ilustradas en la ciencia y no en el arte; médicos, farmacéuticos, grandes conocedores por oficio de los procedimientos químicos que iban parejo a la obtención de imágenes, como el vapor de mercurio para sensibilizar las placas de metal del daguerrotipo francés, o el nitrato de plata y el yoduro de potasio del calotipo inglés.

Empero, aunque hay que reconocer que la fotografía fue un medio democratizador (con el paso de los años y las nuevas técnicas la sociedad pudo aún más coparticipar de ella), es importante reseñar también que inicialmente no estuvo exenta de polémicas y diatribas encendidas contra el nuevo "diabólico artificio". En la prensa alemana del momento (Leipziger Anzeiger) se llega a decir que "el hombre ha sido creado a imagen y semejanza de Dios y ninguna máquina humana puede fijar la imagen divina". O la crítica acérrima del poeta francés Charles Baudelaire donde dice que "la sociedad inmunda se precipitó, como un solo Narciso, a contemplar su trivial imagen sobre el metal. Una locura, un fanatismo extraordinario, se apoderó de todos estos nuevos adoradores del sol". /Texto: José Antonio Tejero Lanzarote.

4

El pasado sábado, primer día de otoño de un infausto 2012 en que la economía nos ha bajado de las nubes y se ha llevado hacia ellas a personajes relevantes de la vida nacional y local. Nombres como: Mingote y Tapies, Carrillo y Fraga, Marquitos y Zárraga, Pepe Rubio, Paco Morán y Sancho Gracia, Marisa Medina y Pedro Maciá entre muchos otros, y en El Puerto: a Faelo Poullet, Fernando Gago, Vicente el del Bar, Miguel Marroquín o Paco Artola. En casi todos los desparecidos era previsible por su elevada edad o  enfermedades graves.

El viernes me llamaron para darme la triste noticia del  fallecimiento de Antonio Vázquez, el indigente de los perritos, y hoy me dirigía por la calle Nevería hacia la Placilla donde Antonio se situaba a diario. Mediada la calle, dos señoras y un señor hablaban en voz alta sobre la noticia del vagabundo; el tono de voz me permitió enterarme de sus comentarios, por lo que al llegar a su altura me detuve y, tras unos segundos en los que intercambiaron distintas presuntas causas del óbito entre las que incluían sobredosis de droga, no pude contenerme; intervine visiblemente molesto y les increpé.

“--Disculpen, ¿están ustedes seguros de lo que están diciendo?” “--Eso es lo que dice la gente”, me respondieron. “--El vagabundo de los perritos solía molestar a los viandantes de la calle Misericordia”. “--Perdonen, pero el vagabundo de los perritos se llamaba Antonio, era amigo mío y no responde en absoluto a la imagen que están propalando sin más base que los rumores”. “--Era una buena persona y gozaba del afecto de numerosos vecinos que le ayudaban a subsistir”. Reconocieron el error y admitieron que mi versión sería más cierta que las habladurías sin fundamento porque lo conocía.

Me despedí y continué hacia la Placilla. Sentí impresionado, el vacío en el escalón donde Antonio se sentaba junto a sus perritos. Entré en El Cafetín y pregunté por él a la chica camarera  del establecimiento. Con tristeza me respondió que había fallecido días antes, pero no conocía los detalles. Alguien me informó que en la chabola en la que vivía lo encontraron exánime. La presencia de la policía, un coche fúnebre y que lo trasladaron al Instituto Anatómico Forense de Cádiz para realizarle la autopsia, era todo lo que se sabía. No hay otra noticia.

Yo me he quedado sin la relativa amistad derivada de cortas charlas que con él mantenía en las mañanas de los sábados. Sus deudos más afectados son sus perritos; se quedaron huérfanos y no quisieron moverse de allí. Triste noticia a añadir, pues estaban bien alimentados y recibían las constantes caricias de su dueño y amigo. En ellos volcaba su soledad de cada noche y lo que le restara de pureza de sus sentimientos sin otro acomodo para depositarlos que en ellos.

¡Cuánto lo siento, Antonio! indigente de los perritos como yo lo llamaba. Te prometo que todos los sábados, cuando pase frente al Cafetín, me vendrá a la memoria tu recuerdo, tu mirada triste, franca y agradecida, tu voz cansada y animosa, tus frases halagadoras para los que te dejaban alguna ayuda y la sonrisa para los que no lo hacían. Yo al menos así lo veía; respeto a los que tuvieron otra experiencia; no fue la mía. Descansa en paz, Antonio, y ya nos veremos. (Texto y foto: Alberto Boutellier Caparrós).

Más información de Antonio Vázquez en GdP.
EL INDIGENTE DE LOS PERRITOS (I)
EL INDIGENTE DE LOS PERRITOS. (II).

Nicolás Terry Martínez, ‘Coli’, es un apasionado de la náutica que trabaja en ella. Hijo de una familia bodeguera --su padre fue director del laboratorio de Bodegas Carlos y Javier de Terry (501), siempre tuvo claro que había que trabajar y que mejor que en los entresijos de un deporte que es una de las razones de ser de la Bahía de Cádiz.

Coli empezó como Relaciones Públicas del  pub Tharsis en la plaza de la Herrería. Pronto su afición a la vela le llevaría a trabajar en ese mundo y llegó a ser Director de Regatas de Puerto Sherry en sus comienzos. Hace años que trabaja en la comunicación y organización de eventos de vela a través de su empresa Nicolás Terry Regatas, participando activamente en eventos de primer nivel en nuestro país, lo que simultanea con el ejercicio del periodismo deportivo. Persona vehemente, de gran corazón y apasionado en cuanto pone su esfuerzo es un referente de El Puerto de Santa María en la vela internacional. (Texto: J.M.M.).

En 1988, durante una reunión de antiguos alumnos de San Luis Gonzaga: de izquierda a derecha: Felipe Perez, Jose Mari Velarde, Miguel Leon, Nicolás Terry, Pepin Muñoz; Pepe Mesa.

--Treinta años después, la Copa del Rey de Vela es considerada la mejor regata del mundo. ¿Por qué?  --Aquí viene la élite mundial de la vela porque esta regata tiene una gran difusión mediática y tiene una gran difusión mediática porque viene la élite mundial de la vela.  Además, es el único lugar en el que los regatistas amateurs pueden participar con los profesionales. Figúrese, es como si un aficionado de la Fórmula 1 pudiera correr con los grandes pilotos. --¿Y la regata de Mallorca qué circuito sería?  --Mónaco, sin duda, el más glamuroso y también el más técnico.

--¿Y quién sería  Alonso? --Más que hablar de un Fernando Alonso, que no me atrevería, hablaría de la hornada de jóvenes regatistas que sorprenden por su desparpajo dentro y fuera del barco. Tendría que ver a un chico como José María van der  Ploeg, el benjamín de la flota, qué cabeza tiene dentro del barco y, al tiempo, con qué naturalidad se enfrenta a una entrevista en televisión. --Bueno, su padre fue medalla de oro en Barcelona. Eso es tener mucho camino hecho. --Claro, eso es como haber nacido en un barco.

--¿Qué porcentaje hay de glamour y cuánto de deporte en la regata? --El glamour es una parte muy importante de la regata, es necesario. La implicación de la Familia Real es fundamental. Yo diría que un 70% es deporte y un 30% glamour. --Entre tanto rico, lo mismo hay por aquí algún directivo de las agencias de calificación. --No me hable de esa gente. Como me encuentre a un tipo de Moody's en la regata lo pongo de boya y ahí se queda para los restos.


Nicolás Terry, en el centro, junto a Mara Escassi con el Equipo Oficial de  Comunicación de la Copa del Rey Audi Mapfre.

EL REY.
--Sé poco de vela, pero confieso que en su día pensaba que al Bribón lo dejaban ganar cuando iba el Rey. --Ja, ja, le aseguro que en el mar nadie conoce a nadie y ningún competidor a babor o estribor iba a dejar pasar al barco del Rey. --¿Qué tal regatista era? --Un regatista con talento. El talento se mide por la capacidad de anticiparse a los roles, los cambios de viento. Él la tenía, pero no podía navegar tanto como quería. Llevaba la caña, que es el que marca la pauta, en una época en que todo era muy manual, no como ahora, que los barcos llevan una electrónica a la que sólo le hace falta hablar. --Hablando de la Familia Real, pienso que un gesto tan nimio como que los príncipes se besen en la regata ya supone un incremento del impacto económico. --Sin duda. Y si lo hacen en un lugar en el que se vean los logotipos de Audi y Mapfre, los patrocinadores de la regata, mucho más. No, en serio. Sin la presencia y apoyo de la Familia Real, esta competición no sería lo mismo.

LA CRISIS.
--Con la crisis, ¿no hay problemas de patrocinadores? --Los grandes eventos como éste son rentables y están dentro de las estrategias empresariales. Son las regatas pequeñas las que más sufren los problemas de patrocinio. --¿Hay paro en el mundo de la vela? --Aquí no se libra nadie. En grandes yates y barcos de millonarios han bajado mucho los días de navegación. Muchas tripulaciones han quedado reducidas a retenes de mantenimiento y grandes proyectos de eventos están sin financiación.

Desde que tenían 10/11 años aún se reúnen, casi todos los viernes, a cenar. De izquierda a derecha, de pie Tuty Pastor, Miguel Lizaso, Miguel Silóniz y Juan Carlos Ballesteros. Sentados, Javier Merello, Javier Gómez, Nicolás Terry (Coli), Jorge Gutiérrez y Falele Osborne.  Al fondo, sentado, el cuñado de Falele, Paquito.

--¿Por qué Andalucía no tiene una regata de estas dimensiones? --La tuvimos. La regata de Puerto Sherry, a finales de los 80, llegó a tener un barco más que la Copa del Rey, pero entró en una espiral de lucha de egos por sus organizadores, que miraban más por ellos que por la regata y acabó en lo que es ahora, una regatita.

--En el interior se dice "eres más aburrido que una carrera de balandros". --Quien lo dice será porque lo conoce poco. La modalidad barco contra barco, como la Copa América, es apasionante, y aquí, que son todos contra todos, el colorido y la espectacularidad está fuera de dudas. Tiene el problema de que no se disputa en un estadio y no es fácil seguirlo en directo, pero, como supondrá, eso es inevitable.

--Hábleme de su regatista favorito, de su ídolo. --Peter Blake, sin duda, un neozelandés que lo ganó todo como regatista y que fue un sensacional organizador de eventos. Cuando estaba en lo más alto, lo dejó todo para irse al Amazonas para sensibilizar sobre  la  destrucción de la selva. Allí le mataron. Su barco, el Seamaster, fue asaltado por piratas.

LA VELA: ¿DE PIJOS O DE MASAS?
--Es una bonita historia, pero la gente asocia más la vela a la gente pija. --Yo creo que la vela se ha desprendido de su imagen elitista. Las imágenes de Mario Conde con dos kilos de gomina en el coco sentado en la popa de un barco en esta regata hizo mucho daño, pero eso no es la vela. Ahora no hay pueblo costero que no tenga una escuela de vela y miles de niños aprenden a navegar. --Hombre, de masas no es. --El trabajo que se hace en esas escuelas es increíble. No diré que de masas, pero la vela crece en seguidores. Es cierto que donde no hay mar hay una afición increíble y donde lo hay, no tanta. El mundo al revés.  --No todo el mundo puede permitirse un barco. --Bueno, lo que cuesta mucho dinero es la alta competición, pero eso ocurre en muchos deportes. --Siempre ha sido crítico con la Federación de Vela. ¿Lo sigue siendo? --Es una batalla perdida, son siempre los mismos. Miran por ellos, no por la vela. Habrá elecciones tras las Olimpiadas y ya han nombrado un delfín. Más de lo mismo.

--Es navegante. ¿Su lugar favorito para hacerlo? --La Bahía de Cádiz. --Eso es patriotismo. Dígame otro. --Las rías gallegas tienen una grandiosidad que emociona. Navegar por Finisterre es una sensación única. --¿Pasó el Cabo de Hornos? --No, y mucho que me pesa porque ya no tengo edad. Espero algún día ir a verlo, aunque sea en tierra. (Texto: Pedro Ingelmo).

15

Tengo un amigo en el hambre,
y tengo otro en el alma.
Los dos son el mismo amigo,
Miguel Marroquín se llama.

(Manuel Gerena)

Se ha ido un icono de la transición política andaluza, “un comunista militando en el PSOE”, como a él le gustaba definirse, aunque en los últimos años “para recuperar mi libertad de palabra” no tenía obligaciones de partidos y cargos, empero, se seguía reuniendo con los compañeros socialistas. Era un hombre que vivía la política como si le fuera la vida en ello, acaso distorsionada –o por mejor decir— descontento de la deriva que ha tomado la forma de ejercerla. En el fondo era un utópico que reclamaba su derecho a decir “No es eso” de la actual forma de ejercer la política orgánica de los partidos y los cargos públicos. Y no le faltaba razón cuando la ciudadanía reclama “otra forma de ser, otra forma de actuar”, eslogan que reclamaba para todos los partidos, no solo de izquierdas. Complicado en las formas de vivir la política, supo tener amigos que le acompañaron en sus postulados y otros, no tanto, precisamente por la intensidad de lo vivido en los años difíciles de la dictadura. Era amigo de sus amigos y sabía escuchar. Y decía que “era socialista antes que comunista”. En todos los casos, ha desaparecido un activo militante de la transición y de la libertad de la que gozamos hoy los españoles.

El pasado viernes 20 de julio vino a escuchar la conferencia que pronuncié en el hotel Los Cántaros sobre ‘Siglo y Medio de Turismo de El Puerto’. Por la tarde había escrito el que sería su último artículo en el Blog que mantenía con asiduidad ‘El Cuaderno de Miguel Marroquín’. Al día siguiente sábado 21 se sintió indispuesto  e ingresó en el Hospital de Puerto Real; el jueves 26 le practicaban una intervención quirúrgica en dicho hospital, operación que no resultó exitosa dadas las complicaciones que vinieron después, falleciendo de una afección cardíaca ayer  día 30 de julio, cuando pasaban pocos minutos de las cinco de la tarde, a los 69 años de edad.

Marroquín dejó dicho que ningún símbolo religioso figurara sobre su féretro. Sentía una gran amor por El Puerto: su familia ha dispuesto que la bandera de El Puerto que tenía en su casa y la medalla de concejal de la Corporación Municipal 1987-1991 a la que perteneció estén presente en las honras fúnebres de índole civil que se celebraran hoy en el Tanatorio a las cinco de la tarde.  (Texto: José María Morillo).

9

La pequeña historia de esta mujer no podía quedar en olvido, por liberal y por la valentía con la que vio la vida y la vivió. /En la imagen, 'La Macaca' en París, a finales de la década de los cincuenta del siglo pasado.

Josefa Martin Lanzarote, “La Macaca”, nació portuense, en 1922. De unas familias muy conocidas en nuestro pueblo, por parte paterna de los 'Macacos' y materna de los 'Tocatejas'. Ya he dicho en muchas ocasiones que en las fechas que nos vamos a mover, se conocía en nuestra ciudad más por los apodos que por los apellidos. Creo que estuvieron domiciliados en Pozos Dulces o zona de La Ribera del Río,  según me cuentan.

Los  Martin Lanzarote estuvieron obligados a emigrar a Francia, por pertenecer el patriarca de la familia al Partido Comunista. Huyeron al inicio de la contienda nacional, de la que heredamos, huérfanos, muertos y hambre.

Se crió en el ambiente liberal y democrático que tenía Francia, en aquella época. En Paris, tomo clases de baile moderno. Al principio de nuestra guerra nacional, llego a la capital gala, un profesor de danza madrileño, de nombre Esteban con quien, durante unos meses estuvo practicando flamenco. Según Luis Maravilla, el nombre de este maestro era falso, no me dio más referencia, ni explicación. Los refugiados políticos que emigraron a Francia, en los años treinta seis, la gran mayoría ocultaban sus nombres y apellidos por miedo. No fue una bailaora flamenca para vivir de este arte, pero se bailaba bien por fiesta. Con dieciocho años entro el cuerpo de baile, de un cabaret, de lujo de la capital cultural de Europa, de aquella época. /Antonia Gallardo, 'La Coquinera', en un afiche publicitario.

LIBERAL Y SOCIALISTA.
Mujer liberal de ideología socialista, transmitida por sus progenitores, Manuel Martin y  Rafaela Lanzarote. Hembra que según los que la conocieron se le podía clasificar de monumental. En los años cincuenta, se paseaba por nuestro pueblo en un coche mercedes descapotable. Tuvo un incidente por estas fechas en la feria del Puerto. Un guardia municipal, la llamo al orden y la tachó de ir  provocando por el recinto ferial, comunicándole que le acompañara a comisaría. Ante la actitud del guardia, las personas presente en la caseta ferial, se manifestaron y protestaron la conducta de este guardia del orden, por lo que tuvo que intervenir el comandante de los municipales, quien ordenó y le mandó al puritano municipal, salvador de almas, que se marchara, porque que él estaba alterando el orden público, era él.

En estos tiempos todo aquel que fuera ideología de izquierda, estaba controlado o vigilado por las autoridades de la ciudad. Por lo que yo creo, que este agente, conocía los antecedentes de la familia de “Los Macacos”, y quiso ganar méritos, llevándola detenida. Los portuenses que tenemos más de sesenta años, conocimos a este policía municipal del orden suyo, era tanto de izquierda, como de derecha, se cambiaba la camisa, al mejor postor. No vale la pena mencionar su nombre, hay que dejarlo que descanse en cal, con los que no vuelven.

Luis Maravilla, de joven, con la Copa Pavón, un trofeo flamenco de prestigio.

Luis Maravilla es el nombre artístico de Luis López Tejero. (Sevilla, 1914, Alicante 2000). Este ilustre maestro de la guitarra, persona educada y de modales exquisitos, me contó: "--En el año cuarenta nueve o cincuenta, estuvo de gira en Paris, con el ballet de Pilar López. En esta ciudad conoció a una joven porteña, de nombre Pepa Martin, actuando en dicho cabaret, como bailarina del coro, de este local faustuoso". Se acordaba de ella porque sobresalía por encima de las demás coristas. Entablamos conversación, preguntándome como estaba España, en estas fechas, con el tiempo supe que se casó con el Príncipe Gitano. "Pepa tenía un cuerpo monumental, de cara, ojos y cabellos, en concordancia con su morfología".

Compañía de Pilar López

MUJERES GUAPAS.
Si hay una de las cosas que  podemos presumir los portuenses,  es de mujeres guapas en el mundo artístico flamenco, estas fueron: Antonia, Pepa y Milagros Gallardo “las Coquineras”, su tía Maria del Carmen Gallardo Rueda “la Gaditana”, Josefa Martin Lanzarote “la Macaca”, Milagros Lechuga y Josefa Gallardo “la Gallardo”. De algunas de estas mujeres dejó constancia de su belleza, Fernando de Triana, en su libro, Arte y Artistas Flamencos.

RELIGIOSA Y MODERNA.
Pepa, le tuvo un gran cariño a su pueblo, cuando podía escaparse, regresaba a su tierra, a pesar de los kilómetros que había entre Paris, Madrid, y El Puerto. Que me lo digan a mí, llevo cuarenta años viajando de la capital de España, a mi patria chica, cuatro o cinco veces al año.

Le tenía mucha devoción a la Virgen de Los Milagros, siempre que venía a su origen la visitaba. Posiblemente en el tiempo que venía de vacaciones a su ciudad, estaría en boca del vecindario por su libertad de expresión y la forma de ver la vida, que nosotros en aquel tiempo no teníamos. Utilizaba biquini, para bañarse que, en aquellos años, no estaba bien visto, por los motivos que todos sabemos y que no voy explicar, porque lo conocemos.

Se hospedaba cuando venía a su origen, en el domicilio de sus tíos en la calle ya mencionada. Me contaba Milagros Párralo, familia de Pepa, "que tenía un cuerpo diez y una cara guapísima, cuando paseaba por la calles Luna, Larga y El Parque Calderón, llevaba gente detrás como si fuera un paso de Semana Santa".

Familia de los Tocajeta en una reunión. De izquierda a derecha, Rosario Ruiz Camacho, Francisco Martín Murga 'Tocateja', familiar de 'La Macaca', Carmen Ruiz Camacho, madre de Antonio Cristo Ruiz, Ángeles Ruiz Camacho, José María Martín Murga 'tocateja', Luis Martín Murga Ruiz y Maruja Ruiz Camacho.

ENTRE LA LECHERÍA Y EL TAXI.
La familia de los Macacos tenían una lechería, en la bocacalle de Palacios, San Bartolomé, y las cabrerizas o vaquerizas estaban situadas en la calle San Bartolomé, esquina calle de Los Moros. Los Tocatejas, familia de la madre, se dedicaban mayormente al transporte de mercancías y a los taxis. Que por cierto Francisco Martín Murga, muy conocido en El Puerto, por Paco Tocateja, “el Taxista”, y su hermano José María Martín Murga, transportista apodado “Requeté” eran familia de Josefa. Estos dos portuense, estaba casados con dos hermanas de mi madre, mi tía Charo Ruiz, con Paco y Angelita Ruiz, con José María.

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El utópico paraíso comunista, en el que tantos intelectuales creyeron, como el poeta Rafael Alberti, se cubría de una aureola ficticia de perfección ideológica no fácil de percibir a primera vista.

Maria Teresa León y Rafael Alberti con el poeta soviético Samuíl Marshak en 1937.

En sus memorias, en 'La Arboleda Perdida', Rafael Alberti habla de sus abuelos de origen italiano, que  junto con otras familias extranjeras llegan a la Bahía de Cádiz al olor de los vinos en pleno auge de las viñas de Jerez, y fueron, en su momento, los verdaderos amos de El Puerto de Santa María. Grandes burgueses, propietarios de viñas y bodegas, cosecheros de vinos que llegaron hasta los zares de Rusia.

Recuerda Alberti de sus abuelos los «pesados y vanos comentarios sobre ‘aquellos tiempos, aquella buena época’ de lujo, de largos y anecdóticos viajes a Rusia, Suecia y Dinamarca…» Países que Alberti imaginaba entonces como «largas llanuras de nieve deshabitadas y oscuros bosques de abetos».

Alberti coleccionaba las bellas y románticas etiquetas de los vinos de su familia, con los retratos de los zares y reyes nórdicos. Rafael Alberti y su esposa María Teresa León posiblemente fueron los primeros que visitaron la URSS en 1932, cuando aún la Unión Soviética no había sido reconocida por el Gobierno de la República. Parece que vinieron para ocho días y la Unión Internacional de Escritores Revolucionarios les propuso quedarse dos meses. /Etiqueta de amontillado del padre del poeta, Vicente Alberti.

El Alberti de la visita de 1932 distaba mucho del Alberti que volvió en 1977. En la última ocasión se mostraba  apesadumbrado o ensimismado. ¿Qué había ocurrido para que experimentara tal cambio? Gracias a Ella Braguínskaya, fallecida en 2010, que fue la traductora rusa de Rafael Alberti y al que conoció personalmente tenemos interesantes testimonios de la estancia del poeta en la utópica tierra comunista.

NOTICIARIO DE UN POETA EN LA URSS.
En su primera visita, en 1932, vino a observar los movimientos teatrales de Europa oriental. A medidados de 1933 publicó en el diario madrileño republicano 'Luz' --que duró desde 1932 a 1934-- el ‘Noticiario de un poeta en la URSS’, donde se refleja el espíritu de un hombre fascinado por la idea de un ‘mundo feliz’, diario en el que mostraba una gran admiración hacia la madre patria comunista por cualquier motivo, hablaba con sincero entusiasmo de todo y de cualquier cosa, de los helados rusos, del cambio de guardia del Mausoleo, de cómo trabajaban en las fábricas, etc. Sin embargo en la segunda parte de La arboleda perdida, en las páginas en las que habla de su viaje a la Unión Soviética, ya solo comenta, parco de palabras y sin exaltación, algunas anécdotas.

Edición rusa de un poemario de Rafael Alberti.

PRIMER CONGRESO DE ESCRITORES.
En 1934 participó en el primer congreso de escritores, donde prometió que en España pronto se levantarían por todas partes banderas rojas —y así lo creía--. En 1937 lo recibió Stalin al que pretendía convencer para enviar una delegación soviética a un congreso en defensa de la cultura. Pero Stalin se resistía, no le había gustado que André Gide escribiera un panfleto difamatorio de la URSS.  Definitivamente enviaron una delegación, formada, entre otros, por los escritores  Iliá Erenburg, Alexéi Tolstói , Vsevólod Vishnevski  y por supuesto Fiódor Kellin. Con el intérprete Fiodor Kellin, patriarca de los hispanistas rusos, conoce a los escritores rusos de la época, entre otros a Pasternak o Lili y Iósif Brik, los visita en su casa, va a recitales en fábricas. Traduce el poema de Svetlov sobre Granada. Los Alberti conocieron también a famosos directores de algunos teatros soviéticos como Meyerhold y se encontraron con Eisenstein y Prokófiev. Según palabras del propio Alberti, Pasternak tradujo muchas cosas de Alberti.

PROPAGANDA COMUNISTA EN OCCIDENTE.
Pero en medio de toda esta atmósfera de un idealizado mundo prometido, se escondía otra verdad. Parece ser que Yuri Kublanovski, poeta contemporáneo de gran talento calificaba a Erenburg de “agente de influencia, adaptado al ambiente occidental que convertía a estos prestigiosos amigos de la Unión Soviética en una especie de almohada de aire para propagar ideas comunistas en Occidente”. A Iliá Erenburg le dedicó Alberti un poema, como amigo entrañable al que quería sinceramente y cuya muerte lloró de todo corazón.

Maria Teresa León y Rafael Alberti en la URSS.

Cuando estuvieron en Georgia, cuenta Braguínskaya, que en el coche siempre iba con ellos la misma persona. Les decía que trabajaba para el Ministerio de Cultura y que les hablaría de los monumentos, pero cuando pasaban por delante de los monumentos emblemáticos, callaba. Al día siguiente, Alberti, que ya había entendido todo, le dijo a Braguínskaya: “Pregúntele dónde trabaja”. Se lo preguntó y esta vez resultó trabajar en el Consejo de ministros, así empezaron este juego en el que cada vez contestaba una cosa distinta a la pregunta. Parecía no ser capaz de recordar cada cargo que inventaba.

PATRIA COMUNISTA PROMETIDA.
En su trabajo sobre Alberti, Braguínskaya, comentaba que Rafael Alberti no era el único poeta hechizado desde sus años juveniles por la ideología de una patria comunista prometida. También lo estuvieron Neruda, Picasso Malraux, Bernard Shaw, Antonio Machado o Romain Rolland. /El matrimonio Alberti-León visitando una fábrica en la URSS.

URRS VIRTUAL.
Alberti estuvo más que ningún otro poeta en la URSS, pero “en una realidad virtual que casi no tenía nada que ver con la realidad verdadera. Así, puede decirse, que Alberti nunca estuvo en la URSS, sino en un país virtual. Y en mi país había gente que sabía cómo alimentar ese hechizo, mostrándoles una realidad virtual que casi no tenía nada que ver con la realidad verdadera”, decía Braguínskaya. Rafael Alberti durante toda la vida fue amigo de la Unión Soviética, y en 1965 galardonado con el Premio Internacional Lenin para el Fortalecimiento de la Paz entre los Pueblos. (Texto: Carmen Marín).

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Los Picnic actuando en el Teatro Principal el 4 de agosto de 1964. /Foto: Rafa.

Esta es la historia de tres niños de 14, 12 y 11 años, respectivamente, que vivían en El Puerto de Santa María: Miguel Duque, Paco Oliva y Luis Villar. A diario, estos tres amigos se reunían en la barriada '18 de Julio' hoy de 'Los Toreros' situada junto a la Plaza de Toros y se iban a La Puntilla a mariscar, a cruzar el canal entre esta playa y la de Valdelagrana, terminando en los pinares de Las Dunas.

Miguel, el mayor, empezaba a hacer acrobacias --era su juego, cosas de chiquillos-- y además pagando caras las consecuencias, es decir, los batacazos. A Paco y a Luis se les fue despertando la curiosidad por este juego que se fue convirtiendo en afición y de ahí a la ilusión y el sueño de ser acróbatas.

Miguel, Paco y Luis, en la playa haciendo exhibición de músculos.

Lo que empezó como un juego se transformaba en un ejercicio diario, pues a diario entrenaban en un bodegón de la Plaza de Toros, donde por cierto, pasaban mucho frío. Los números de acrobacia eran ideados por ellos mismo, ensayando con constancia hasta dominarlos y, sin darse cuenta, se convirtieron en unos grandes gimnastas. Y, dado que en aquellas fechas no existían gimnasios en El Puerto, ellos mismos se fabricaban las pesas y demás accesorios haciendo uso de mucha imaginación.

Algunos niños de su edad se acercaban a ellos para verlos entrenar e, incluso, algún atrevido a participar con ellos en sus ejercicios. Aquella ilusión y sueño se fueron haciendo realidad y pasaron a ensayar en la sala de baile 'Picnic' en la calle Santa Clara, cuyo propietario era Ismael, el del 'Castillito de La Puntilla'. En aquel 'Picnic' empezaron a actuar en directo y de allí tomaron el nombre de 'Los Picnic de El Puerto'. La sala se llenaba para verlos actuar en directo. Sus paisanos estaban entusiasmado con 'Los Picnic', que se iban haciendo hombres y acróbatas profesionales. /En la imagen de la izquierda, Los Picnic actuando en la Plaza del Polvorista, en el Circo de los Hermanos Riola.

EL CURA MANAGER.
El cura de San Marcos, Ramón González Montaño (ver nótula núm. 232 en Gente del Puerto),  se interesó por el potencial de estos porteños y se convirtió, de facto, en su representante artístico durante una serie de años. Los Picnic se desplazaron a Sevilla al 'Patio Andaluz' donde obtuvieron tras una prueba el carnet de artista --algo que se exigía para ejercer como tal durante el anterior régimen político-- en la modalidad de Circo, como acróbatas.

Actuando delante del cartel publicitario de todo un clásico local: un anuncio de Volpa de Naranja, el refresco antised.

Octavilla propagandística en la vecina localidad de Rota.

ACTUACIONES EN LA PROVINCIA.
Pronto empezaran a actuar en la provincia de Cádiz. En El Puerto lo harán en el Teatro Principal en diversas ocasiones, en el Cine Moderno, en la Plaza de Toros --¡cuantas veces ensayaron en aquel frío bodegón!--, en el Circo de los Hermanos Riola situado en la plaza del Polvorista, Circo Ringlan... Y muchas serían las veces que actuarían para recaudar fondos para la construcción de la Iglesia de San Marcos y otras obras sociales de dicha parroquia. En Rota actuarán en la Base Naval, en el Gran Teatro Florida compartiendo cartel con la compañía de baile flamenco de Miguel de los Reyes; en Puerto Real, en El Gastor, etc.

Actuación en Televisión española el 15 de marzo de 1964. "Todo El Puerto estuvo pendiente de ellos en la tarde del domingo a las 8,30 de la tarde".

TELEVISIÓN ESPAÑOLA.
Será a mediados de la década de los sesenta, el 18 de marzo de 1964, cuando les llega la oportunidad de actuar en Televisión Española. La televisión que poco a poco iba penetrando en España. La televisión en blanco y negro en en el programa 'Salto a la Fama'. Los portuenses se agolpaban en los pocos locales de hostelería y colectividades que disfrutaban de aquel electrodoméstico extraño para la mayoría de la ciudadanía: el bar Los Pepes, Liba, Triana, Celestino, La Liga, el Milindri y pocos mas. /El periódico local 'Cruzados' se hizo eco de la actuación de nuestros paisanos.

El 25 de abril de 1961 actuaron en la Plaza de Toros de El Puerto. Ese mismo día llegaba a la Ciudad el anterior jefe del estado, el dictador Francisco Franco en una de sus habituales visitas a la familia Terry para cazar en San José del Pedroso, el alcalde, Luis Portillo le invitó a presenciar el espectáculo.

Los Picnic actuando en la Plaza de Toros el 25 de abril de 1961.

La trayectoria artística duró 10 años con unas cincuenta actuaciones. Durante el servicio militar el grupo se dividiría, actuando Miguel en solitario en Barcelona a donde se fue a vivir, y Paco y Luis, como dúo durante unos años hasta que lo dejaron. Los artistas no funcionaban igual, no eran igual por separado

Homenaje recibido por Los Picnic, en el bar 'El Rincón del Arte', propiedad de David Oliva Villar, que aparece en la imagen y organizador del mismo, en el año 2009.

Ya en el entorno de los setenta años, cincuenta años después estos tres niños mayores que vieron cumplidas sus ilusiones, todavía se emocionan recordando aquellos tiempos, cuando aún se habla de ellos en algún bar de barrio, e incluso algunos compañeros de entonces les recuerdan sus azañas acrobáticas paseando por España el nombre de El Puerto.

Agradecemos a David Oliva Villar la colaboración prestada facilitando la información y documentación gráfica para la realizción de esta nótula.

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