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Ayer sentí vergüenza ajena. Unos comerciantes, agrupados en el CCA (Centro Comercial Abierto) le pusieron la cara colorá al Ayuntamiento. Con recursos propios empezaron a tapar pintadas y grafitis del centro de El Puerto. Algunas tienen mas de dos años de solera en su haber.

La céntrica calle Ricardo Alcón, antes de la intervención del CCA.

El mismo sitio poco después, tras la actuación de limpieza y adecentamiento acometido por los comerciantes.

Ayer le dieron una primera mano de pintura antimanchas, en las calles Ricardo Alcón, lugar que recogen las fotografías; Santa María, Plaza de España, Palacios, San Bartolomé, Placilla, Luna, … estando previsto que los trabajos finalizan en la mañana de hoy tras el repaso correspondiente, así como la colocación de letreros con la leyenda «Prohibido Fijar Carteles» y «Prohibido realizar pintadas».

Los comerciantes se sienten indignados con el propio Ayuntamiento que anuncia algunas de sus actividades pegando carteles en puertas y escaparates de casas y comercios abandonados del centro, dando así mal ejemplo a la iniciativa privada que, visto lo visto, cree que está permitido, en una mala práctica de la ordenanza de limpieza pública.

Pintadas en los accesos de la ciudad como en la rotonda de los toros de Osborne que hubo de resanar una empresa privada ante la inactividad municipal en subsanarlo; pintadas en tapias y casas, monumentos y bodegas, y una con solera, como la que existe hace mas de un año en la tapia del Convento del Espíritu Santo, dan una idea del abandono al que se siente sometido El Puerto en cuanto a limpieza se refiere. Esto solo incita a los incívicos a persistir en sus pintadas, dada la permisividad y falta de reflejos de los servidores públicos.

El presupuesto supermillonario que administra la delegación municipal de Limpieza Pública debería sonrojar a su responsable político: un colectivo de empresarios ha desembolsado una cantidad --ni mucha ni poca-- y ha demostrado que querer es poder: «Solo pretendemos mejorar la imagen del centro» han declarado «…ante la inactividad del Ayuntamiento» se les ha olvidado añadir. Y les han dado una cachetá sin mano, demostrando que con voluntad todo es posible y sin salir de los impuestos que ¿para que pagamos? Esperemos que hoy no les multen por hacer una obra menor --el pintado o encalado-- sin licencia. (Texto: El Chicuco de CCA).

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Naturalmente, el título de esta nótula remitirá al lector de forma inmediata a la famosa novela de Robert Graves, “Yo, Claudio”, popularizada por una de las mejores series de la historia de la televisión y ello, sin yo pretenderlo, puede llevar a conclusiones erróneas.

Recordarán que la novela nos contaba en primera persona, adoptando la forma de unas falsas memorias, la historia de Claudio, el emperador que sucedió a Calígula y que consiguió llegar al trono gracias a sus limitaciones, a ser medio idiota, tartamudear y no ser tomado en serio por nadie, lo cual le permitió sobrevivir a las conjuras y a las tramas oscuras que se llevaron a cabo en la Roma Imperial por parte de algunos descendientes de César para conseguir acceder al trono saltando por encima de aquellos a quienes naturalmente les correspondía.

No ocurre esto, evidentemente, con Fernando Gago, el que durante un breve periodo de tiempo fue Alcalde de El Puerto de Santa María, que si por algo se distingue es precisamente por su erudición, su facilidad de palabra, su elegancia y su ingenio, pero no se trata de hacer comparaciones ni yo las hago en este sentido, porque, puestos a comparar, tampoco El Puerto de Santa María es Roma, ni Independientes Portuenses fueron la familia Julia, ni Hernán Diaz Calígula, ni Silvia Gómez Mesalina, ni Juan Gómez Nerón.

Juan Gómez, Hernán Díaz, Silvia Gómez y Fernando Gago, en 2007.

No, no es eso.  Lo que me lleva a poner este título y hacer que el lector se remita a aquel Emperador, es la forma involuntaria e imprevista en que Fernando Gago llegó a ocupar el cargo de Alcalde de El Puerto de Santa María en aquel mandato que seguramente ustedes recordarán, como imprevisto e involuntario fue el nombramiento de Claudio como Emperador y en eso sí coinciden ambos.

Una pancarta en la Plaza de Toros, con la 'Peña Taurina' de Fernando Gago.

Concejal dedicado desde el acceso a la alcaldía de Hernán Díaz a labores no comprometidas, afables, a menesteres lúdicos, fiestas, corridas de toros, presentaciones, homenajes, visitas, recepciones, etc., primero desde su escaño socialista y después desde su pertenencia a Independientes Portuenses, Fernando Gago permaneció en su puesto, haciendo muy bien su trabajo, durante cuatro mandatos, en un cómodo y tranquilo cuarto ó quinto lugar, sin sobresaltos,  sin temores –ni esperanzas- a verse obligado en algún momento a sustituir ó suceder al cabeza de fila de su formación, pero una serie de avatares,  la inhabilitación de Hernán Díaz, el abandono de las filas de I.P. de Enrique Moresco y la retirada de la carrera por la sucesión de Juan Carlos Rodríguez, le puso de pronto, de forma totalmente inesperada en el puesto de sustituto del inhabilitado Hernán Díaz, como Alcalde,  hasta la terminación de aquel mandato.

Y a mí que me encantan las ucronías (como podrían haber sido las cosas si algunos hechos hubieran tenido un desenlace diferente al que tuvieron) y las historias alternas ó contrafactuales, aunque bien pensado, en este caso, se trataría mas bien de una historia futura (como podrían llegar a ser las cosas si antes tuvieran lugar algunos determinados aconteceres) se me ocurrió pensar lo que hubiera podido suceder en un inmediato futuro a aquel momento (lo cual evidentemente no sucedió), si terminado aquel breve periodo provisional, Fernando Gago hubiera ganado las elecciones a las que se presentó terminado aquel periodo, viendo a este hombre solucionar problemas que durante años habían estado enquistados sin buscarles solución, hablando con representantes de asociaciones de la Ciudad a los que se les había negado el diálogo durante años, abriendo las puertas de su despacho a tantos y tantos como intentaron acceder a la alcaldía sin conseguirlo anteriormente, resolviendo pequeños problemas, paralizados durante años por pura desidia cuando no por mantener de forma inflexible una postura equivocada y pensando además, todo hay que tenerlo en cuenta,  en las fotografías de familia que se ha visto obligado a protagonizar como Alcalde provisional inaugurando importantes obras puestas en marcha antes de su acceso a la alcaldía. /Caricatura de Idígoras y Pachi.

Y pensando, pensando he llegado a pensar que, como Claudio, este hombre para el que no estuvo nunca previsto acceder a ese puesto de privilegio, podría haberse convertido por capricho del destino en uno de los mas importantes  alcaldes de la ciudad y cerrado de forma brillante una carrera política marcada por su ‘talante’ conciliador, por su amabilidad, quitando por una vez la razón a quienes opinan que la ‘cosa pública’ requiere mano de hierro, gesto hosco y malas maneras, cosa que evidentemente, no llegó a ocurrir pues las urnas no le confirmaron como Alcalde.

Con posterioridad tampoco sintonizó bien con el nuevo equipo de gobierno de la ciudad y en el último mandato, se retiró voluntariamente gobierno de la Ciudad  que encabezaba Enrique Moresco y abandonó su cargo y la vida pública. Hubiera sido interesante ver lo que hubiera ocurrido si en aquella ocasión en que tuvo la oportunidad de ser Alcalde, las cosas hubieran ocurrido de otra manera… (Texto: Jesús Almendros Fernández).

Más información de Fernando Gago, en la nótula 974 de GdP.

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El 12 de septiembre de 2009 Antonio Arjona Sacaluga, ex propietario de la Finca ‘La Angelita’, publicaba en Diario de Cádiz su versión de los hechos de aquel derribo, uno más, contra el Patrimonio Histórico y Etnográfico --de la memoria visual-- de El Puerto.

«Según consta en los archivos históricos de nuestra Ciudad el “caserío de la Angelita” data de mediados del siglo XVII y desde hace más de 120 años perteneció a la familia Sacaluga. Tanto la familia Sacaluga como el propio caserío, han sido siempre un referente de la ciudad, de ahí que en el argot popular se decía: junto a, o después de, o frente a la Angelita o casa colorá de la Angelita.

En 'La Angelita' entre terneros, de izquierda a derecha, niño desconocido, Carmen Cantera Mesa con el niño Antonio Ojeda Cantera en brazos, dos hijas de los colonos de La Angelita, Mariano y Matilde Cantera Mesa y delante, el niño José Luis Cantera Mesa, que vivían allí en esa época. Año 1933.

El mismo sitio de la foto anterior, en el año 2002, 69 años entre ambas instantáneas.

El caserío de la Angelita era la única edificación prototipo de casa rural que quedaba en El Puerto, cuando en nuestro municipio se vivía de la agricultura. Actualmente el caserío estaba integrado en el núcleo urbano, fue siempre una casa familiar, acogedora, muy alegre, con muchos amigos y conocida por todos los portuenses, que desgraciadamente hoy lamentan su pérdida. Desde la finca de la Angelita, se llevaba con borricos el albero a la plaza de toros y a los diferentes paseos de nuestra ciudad.

Si grande es el dolor que siento por las medidas coactivas utilizadas por el Ayuntamiento contra nuestra familia durante el desalojo, mayor aún es el que percibo por su pérdida y por el daño irreparable que le han hecho a nuestro patrimonio histórico y cultural, porque nuestros ediles deben de saber, que la cultura además de los monumentos, la conforman los modos de vida, las costumbres y el conocimiento que estamos obligados a transmitir a las generaciones que nos preceden.

La Angelita, desde la calle Ganado. Años sesenta del siglo pasado.

El mismo sitio de la instantánea anterior, en el año 2002, avanzando el objetivo sobre la imagen.

El día más triste de mi vida fue el 24 de agosto, cuando el Policía Local número 23, un técnico municipal y dos acompañantes me amenazaron a my y a mi familia en un tono altisonante diciéndonos de manera reiterada que éramos unos ocupa, que nos teníamos que marchar de inmediato y que el recurso interpuesto no valía para nada, que no pensaban contestarnos, que mandarían dos días después al Juez a echarnos a la calle y que ya nos enteraríamos de los millones que tendríamos que pagar por los daños que les estábamos causando. En definitiva amenazas, abuso de autoridad, pero por escrito nada de nada.

El característico color almagra de la casa de 'La Angelita'.

El daño ocasionado ya es desgraciadamente irrecuperable, pero desde esta humilde tribuna sólo le pido a los ediles de nuestro municipio, que estas situaciones de abuso de autoridad y humillación, no se vuelvan a dar con ningún otro ciudadano más y menos aún con gentes de bien. Déjense de mentiras de que la edificación estaba en ruina, déjense de mentiras de que el caserío era incompatible con el planteamiento y digan la verdad. ¿Dónde está el 33, 33% de las viviendas de protección oficial que el Plan General tenía prevista en el PPNO-3 de la Angelita o acaso eso no les preocupa? ¿Por qué han tirado la edificación con tanta prisa y con nocturnidad? ¿Por qué han utilizado la coacción con nuestra familia? ¿Acaso se puede llamar ocupas a una familia que lleva viviendo en el caserío más de setenta años?...

Vista aérea de la zona, a la izquierda, marcada con una cruz, la desaparecida cortijada.

Por favor, tengan un poco más de respeto por sus ciudadanos porque no es grato pasar a la historia por acontecimientos de esta índole, ya que el pueblo siempre les recordará como “aquellos que durante días nos tuvieron incomunicados telefónicamente, no permitiendo el libre acceso al caserío a pesar de ser conocedor de que en su interior estaba mi esposo gravemente enfermo con problemas respiratorios y fundamentalmente por haber atentado contra el caserío de la Angelita y borrar de la historia del Puerto el único caserío emblemático que quedaba integrado en nuestra ciudad”».

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El 9 de septiembre de 1930, hace 81 años llegaba a El Puerto, poco después de las tres y media de la tarde S.A.R. el infante Don Juan de Borbón y Batenberg, procedente de San Fernando, acompañado de su preceptor, José María de Amusátegui. Fue recibido a las puertas del Club Náutio --que por aquel entonces se encontraba en La Otra Banda, junto al puente de San Alejandro-- por el alcalde de El Puerto, Eduardo Ruiz Golluri quien le dio la bienvenida en nombre de la Ciudad.


De izquierda a derecha, el Teniente Coronel Juan García de Diego, S.A.R. don Juan de Borbón y el alcalde, Eduardo Ruiz Golluri.

A continuación le cumplimentaron el Comandante Militar de la Plaza, Teniente Coronel Juan García de Diego, así como por la directiva y socios del Club Náutico que habían acudido al acto, entre los que encontraban su presidente Manuel Muñoz Ávila acompañado de Javier Terry del Cuvillo, José Gabiola, Bernardo Rodríguez Morgado, Carlos Zwiky, Juan Pedro Velázquez-Gaztelu y Caballero-Infante, el marqués de la Candia, Rafael Muñoz Ávila, Juan Osborne Tosar, Manuel Torrecillas, Carlos J. Terry y del Cuvillo.

Entre otros invitados estaban presentes el Ingeniero Director de la Comisión Administrativa del Puerto --el equivalente al Ingeniero Director de la actual Autoridad Portuaria-- Ignacio Moreno Llasera; el director de la Revista Portuense, Luis Pérez Pastor; el director de Diario de Jerez, Luis de la Sierra; el secretario del Ayuntameinto Federico A. Sánchez Pece; el Administrador de Aduanas, Joaquín Calero Cuenca y otras ‘fuerzas vivas’ entre los que se encontraban Mariano López Muñoz, Rafael Benvenuty y José Gamero Cívico, entre otros.

Bernardo Rodriguez Morgado conduciendo la embarcación 'La Pinta' con S.A.R. Fue un piloto de aviación civil que, con el tiempo sufriría un fatal accidente el 18 de Abril de 1934 cuando su avioneta  de desplomó cayendo en barrena sobre el Hotel Cristina de Sevilla, en  cuya azotea se estrelló. De 35 años, estaba casado y tenÌa dos hijos. Vivia en El Puerto de Santa Maria. Antes de practicar la aviación había sido motorista y sufrido un grave accidente del que quedó cojo. Despues compró la avioneta y se dedicó a tirar propaganda desde ella volando a baja altura sobre la ciudad de Sevilla.

Tras el encuentro dieron una vuelta por el río Guadalete, en la canoa-automóvil ‘Pinta’, pilotada por Bernardo Rodríguez Morgado, seguidos por la lancha ‘Tonino’ que les daba escolta, donde iban el alcalde y el preceptor de Don Juan. Además salió la lancha ‘María de los Ángeles’, pilotada por Carlos Zwiky con algunos de los asistentes al acto.

Sentados, de izquierda a derecha, S.A.R. el infante Don Juan de Borbón y Battenberg, Francisco Javier de Terry y del Cuvillo, Bernardo Rodríguez Morgado, de espaldas el teniente coronel, comandante general de la plaza Juan García de Diego, Juan Gavala y Laborde (ver nótula núm. 442 en GdP), Juan Pedro Velázquez-Gaztelu Caballero y Joaquín Calero Cuenca (ver nótula núm. 925 en GdP). De pie, Antonio Osborne Vázquez, Francisco Rodríguez Ceballos (ver nótula núm. 1113 en GdP), dos camareros desconocidos y Manuel Muñoz Ávila, presidente del Club Náutico entidad que visitó Don Juan de Borbón, procedente de San Fernando el 9 de septiembre de 1930, cuando se encontraba en la otra banda del río, junto al desaparecido Puente de San Alejandro.

De regreso al Club, la directiva ofreció una copa de champagne a S.A.R., marchando a continuación a la Plaza de Toros para asistir a la novillada que se celebraba poco después, en la que actuaron Camará, Leopoldo Blanco y Manolo del Pino ‘Niño del Matadero’, quien entusiasmó a sus paisanos.

Las instalaciones del primer Club Náutico, en la Otra Banda del río Guadalete.

Don Juan se encontraba estudiando en la Escuela Naval de San Fernando. Con los años volvería al Club Náutico en varias ocasiones, lugar donde tuvo su última aparición pública antes de ingresar en una clínica en la que no superaría la enfermedad que le aquejaba.

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El 29 de julio de 1968, hace 43 años, se inauguraba el Ambulatorio de la Seguridad Social, ‘Virgen del Carmen’. Ese año, José Luis Tejada publicaba en El Puerto su poemario ‘El cadáver del alba’. Se proyecta en el Teatro Principal ‘El Planeta de los Simios’. Se estrena en la Scala de Milán, un ballet basado en el poemario de Rafael Alberti ‘Sobre los ángeles’, que ese año publica ‘Roma, peligro para caminantes’. El 16 de junio el Racing Club Portuense, campeón de la Temporada 1967/68, jugaba la promoción de ascenso de Tercera División (equivalente a la Segunda B de hoy) a Segunda contra el Alavés, perdiendo 2 a 0. Tenían un gran equipo y una gran directiva. En la Real Plaza de Toros actúan en una corrida nocturna el sábado 20 de julio, los diestros Miguel Mateo ‘Miguelín’, Palomo Linares y Ángel Teruel.  El grupo de teatro ‘Bellas Artes’ representa ‘Mentir a Tiempo’ sainete de Pedro Muñoz Seca. Nace el cantante afincado en El Puerto, Enrique Bunbury.

El presidente de la Diputación, a la izquierda, Fernando Portillo, desconocido, el alcalde Luis Portillo Ruiz, el gobernador civil Santiago Guillén Moreno. Bendecía las instalaciones en la primera planta el párroco de la Prioral, Manuel Salido Gutiérrez.

El alcalde, Luis Portillo Ruiz recibió junto a las autoridades locales al Gobernador Civil, Santiago Guillén Moreno,  el presidente de la Diputación Fernando J. Portillo Scharfhausen, el presidente del Consejo del Instituto Nacional de Previsión, Pedro J. Lahera y de Sobrino así como el director provincial de dicho organismo Agripín de Acevedo, el doctor Martín Alcázar, inspector provincial jefe de los Servicios Sanitarios de la Seguridad Social, el inspector provincial de Sanidad, Pérez Álvarez, el arquitecto provincial Barquín Barón, así como ingenieros, técnicos y contratista de la obra.

Los bungalows del Motel Caballo Blanco, lugar donde recibieron a las autoridades provinciales, visto desde la actual Avda. de la Paz, inaugurada el mismo día con el nombre de XXV Años de Paz. /Foto: Rafa.

A las seis de la tarde el alcalde se concentraba en el Motel ‘El Caballo Blanco’ a la entrada de la Ciudad, junto a los jueces de Instrucción y Municipal, capitán Ayudante de Marina, capitán y teniente de la Guardia Civil y los claveros municipales: secretario, interventor y depositario de fondos, párroco de la Prioral y coadjutores, directores de colegios nacionales y otras representaciones de la vida local.

La azotea del centro inaugurado. A la izquierda podemos ver al coadjutor de la Prioral, Carlos Román Ruiloga, Pbr.

Se inauguraban , además otras realizaciones ‘del régimen’, pero la que nos ocupa, el Ambulatorio de la Seguridad Social tuvo un presupuesto por valor de 13.000.000 de pesetas. Las autoridades fueron cumplimentadas por los facultativos y personal auxiliar del centro sanitario, visitando las instalaciones que ya llevaban utilizándose con varios meses de antelación.

Girando visita a la consulta de Radiología. Las autoridades salen de visitar el laboratorio de revelado de las radiografías que se encontraba dentro de la misma consulta. La enfermera es Conchita Oviedo González, A.T.S. y diplomada en Radiología.

El Instituto Nacional de Previsión (INP), mas tarde Instituto de la Seguridad Social (INSS) y ya con la autonomía el Servicio Andaluz de Salud (SAS), era conocido como el ‘seguro’, el ‘instituto’ o el ‘médico’ a secas. Antes de su traslado a la Avda. de la Constitución, 4 (hoy Eduado Dato), estaba situado en la calle Cielos, con acceso también por la calle Diego Niño, donde se prestaban los servicios médicos y estaban las oficinas, que por aquella época dirigía Manuel Lojo Espinosa, quien también sería concejal del Ayuntamiento.

El Gobernador Civil, acompañado por el director facultativo del Centro. Detrás, cámara en mano, vemos al fotógrafo local, Rafael González 'Rafa', testigo de muchas historias de la vida local durante muchos años como corresponsal de prensa y Diario de Cádiz, fue captado por la cámara del fotógrafo gaditano Juman, autor de las imágenes de esta nótula.

Hoy, el ambulatorio ha sido transformado en Centro Periférico de Especialidades y Urgencias, existiendo otros ambulatorios en la calle Ganado, 20 (con entrada también por Ricardo Alcón); en la calle Manuel Álvarez, en la Plaza Tula Ruiz Golluri (Pinillo Chico), en la Casa del Mar en Avda. Bajamar, 11, en el Paseo Marítimo de Valdelagrana, 13 y Salud Mental que atiende al distrito sanitario que comprende la zona Vejer-Bahía de Cádiz, en la calle Jesús de los Milagros, así como el Hospital concertado ‘Santa María del Puerto’. (Fotos: Archivo Municipal. Juman).

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En el lugar conocido como plaza o ‘Cuesta del Carbon’ --quizás porque en este espacio cercano al río se acumulaba el carbón, artículo de primera necesidad como conbustible  para las embarcaciones-- se erigió en 1938 la Plaza de Cristóbal Colón, en memoria del almirante descubridor de las Américas. En la cercana Plaza del Castillo se puede leer en una de las placas adosadas a su fachada: «En memoria de Cristóbal Colón vecino de esta Ciudad y protegido en ella y de sus compañeros en el legendario viaje del Descubrimiento del Nuevo Mundo: Juan de la Cosa y Pedro de Villa, vecino el primero e hijo el segundo de la misma ¡Gloria al Ingenio! El Excmo. Ayuntamiento de 1892, en el Cuarto Centenario».

INSTITUTO COLOMBINO.
Y es que fue a propuesta del Instituto Colombino de El Puerto de Santa María, de efímera existencia (1930-1931) a instancias de su impulsor el alcalde y director de la institución Eduardo Ruiz Golluri, cuando se le cambia el nombre a dicha cuesta convirtiéndola en una coqueta plazoleta recreando el estilo del regionalismo andaluz, similar a la Plaza de España de Sevilla. Estaba reciente la Exposición Universal de Sevilla de 1929 y artesanos que habían trabajado en dicha muestra colaboraron en la ejecución del nuevo espacio urbano porteño.

La primera petición del citado Instituto Colombino no fue solo cambiar la rotulación a la plaza o Cuesta del Carbón sino que se solicitó un cambio en el nomenclatura a diversas calles para que pasasen a tener denominaciones  con motivos colombinos e históricos tales como  la plaza del Castillo, por el de Alfonso X el Sabio; la plaza de Bizcocheros por la de Juan de la Cosa; la calle Baños (hoy Guadalete) por la de Reyes Católicos; la calle Cantarería por Pedro de Villa; la calle Arenas por Arzobispo Vizarrón; la calle Lechería por Cervantes y la calle Molinos por Mayorga.

CAFÉ CANTANTE.
En 1876, según relataba el periodista portuense Mariano López Muñoz: «Los aficionados al cante clásico se entusiasmaban con los famosos artistas de lo jondo y del baile gitano, que actuaban en el Café Cantante de la plaza del Carbón».

EMBUTIDOS DE MARISCOS.
En esta plaza existió hasta los años treinta del siglo XX un Cocedero de Mariscos que era conocido por un embutido famoso que hacía con mariscos y que se dejó de realizar al finalizar la actividad comercial dicho establecimiento; la tradición continuaría en Cádiz, en la Cervecería  del Puerto, pero en la actualidad se ha perdido.

Otros modernos embutidos con frutos del mar son los que prepara el reputado chef portuense Ángel León del restaurante ‘Aponiente’, en colaboración con Venta La Palma, Grupo Ebro y Puleva: una nueva gama de embutidos marinos gourmet: chorizo, salchichón, caña de lomo, morcón de pescado, compuesto al cien por cien con grasas de los propios pescados, llevando la cultura de los productos ibéricos con el sabor y los frutos del mar. En Sanlúcar, son muy populares los calamares rellenos de mariscos y la empresa Embumar, de la misma población prepara unos embutidos marineros refrigerados que tienen mucha aceptación: de huevas de merluza, de huevas de bacalao, de huevas con gambas, e incluso de huevos de choco.

Azulejo de Cristóbla Colon, el original de la plaza y el tercero (hubo un segundo) realizados estos dos últimos, por la ceramista local Pepita Lena.

1938: LA NUEVA PLAZA.
La plaza conocería su nueva fisonomía en 1938, mientras transcurría la contienda civil  cuando, bajo la dirección del humanista local Juan Ávila Gutiérrez, se procedió a darle el vaciado a la parte central, allanándola, creando sendos ánditos con escaleras a ambos lados de la plaza, dotando al suelo de originales losas con chinos alternas, una pérgola, arriates, arbolado diverso, barandas de rejas, farolas realizadas en Sevilla, jarrones  y una fuente de azulejos realizados en Triana que reproduce la imagen del descubridor genovés, a quien ayudaron los Duques de Medinaceli en el Descubrimiento del Nuevo Mundo.

CRUZ DE LOS CAIDOS.
Con posterioridad se añadió, en el lado de la plaza más próximo a la Avda. Micaela Aramburu una Cruz de los Caídos que venía a sumarse a las erecciones luctuosas de este tipo que se realizaron en prácticamente toda España. Sería durante el mandato del socialista Juan Manuel Torres cuando se retiró dicho monumento, depositándose en el Cementerio Municipal, siendo el concejal de Vías y Obras  Hernán Díaz Cortés, responsable de la ejecución, algo que se hizo también  en muchos municipios españoles.

La posada del portugués Antonio Manso.

El solar de la desaparecida posada tras el derribo.

LA POSADA.
En los años setenta desaparecería el edificio del frente, la Posada de Antonio Manso, portugués, que tenía tres fachadas: con la plaza del Castillo, calle Alquiladores y la propia plaza de Colón donde muere la calle Jesús de los Milagros, dando paso a un enorme edificio totalmente descontextualizado del entorno urbano en el que se encuentra. Antonio Manso había sido compadre de Don Juan de Austria, quien habría apadrinado a un hijo del propietario del edificio, símbolo de la prolongada estancia de los marinos y factores lusitanos en El Puerto. Allí, dice la leyenda, se aparecía el ‘Fantasma Pedrito’. Con su demolición, la Ciudad iba perdiendo en un goteo incesante, parte de su antigua y hermosa fisonomía de los tiempos del Descubrimiento.

La plaza de Colón, sin la cruz, en 1999. Foto: Mata.

Recuerda Juan Leiva Sánchez en su libro sobre las calles de El Puerto: «Los pasodobles y las zarzuelas impregnaban la plaza de un populismo envidiable. La noche de agosto era espléndida y ni la luna quería retirarse de aquel trozo de cielo. Mas de quinientas personas ocupaban con avaricia la plaza de Cristóbal Colón. El recoleto rincón de la Avda. Micaela Aramburu, conforme se baja del castillo de San Marcos al antiguo Hospital San Juan de Dios, era un remanso de paz; uno de los lugares preferidos por los veraneantes. Algunas noches veraniegas se viene la banda de música ‘Maestro Dueñas’ a recordar las mejores melodías de siempre. Y confluyen portuenses y visitantes de todas las condiciones para pasar la velada recordando los mejores años de la vida».

Dos atentados diferentes contra los dos últimos azulejos de la fuente en la Plaza.

ABANDONO.
La plaza ha vivido muchos momentos de abandono, como el que experimenta en la actualidad. Siendo alcalde Hernán Díaz se repuso el azulejo de Cristóbal Colón, así como unos jarrones de cerámica que luego fueron sustituidos por otros de plástico pintados y finalmente ninguno, dado que el vandalismo se ceba de forma permanente con cuantas acciones de ornato y adelantamiento se realizan sobre dicho espacio urbano. Siendo alcalde Fernando Gago, de nuevo se repuso el azulejo de Cristóbal Colón --en ambas ocasiones obra de la ceramista local Pepita Lena, con nótula núm. 766 en GdP,-- y de nuevo el retablo experimentó la inquina de los incultos y gamberros. (Texto: José María Morillo).

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De pié, de izquierda a derecha, Francisco Camacho Carrasco Paco Problemas, encargado de obras del Ayuntamiento; Antonio Rosales Gómez 'Don Puyazo' crítico taurino; Luis Fuentes, Jefe de la Policía Local; Rafael Gómez Ojeda, alcalde de la Ciudad, José Luis Poullet Ramírez, concejal de Unión de Centro Democrático (UCD); Eduardo Pérez, concejal del Partido Socialista de Andalucía (PSA). Agachados, de izquierda a derecha, personal colaborador del coso taurino, Antonio Camacho Carrasco, Carlos Sánchez del Valle, durante muchos años conserje de la Plaza de Toros y José Barrero 'Joselete', el cuarto, desconocido para nosotros. Año 1983. /Foto: Iñiguez.

De nuevo Carlos Sánchez del Valle, a la derecha de la imagen, conserje durante muchos años de la Plaza Real, con algunos miembros del equipo de acomodadores y porteros del emblemático edificio.

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Tres años antes, en 1891, Isaac Peral había pedido la  baja voluntaria en la  Armada. Sus esfuerzos por implantar el  invento del submarino recibían numerosos obstáculos, sobre todo políticos, dada la  afiliación liberal del marino. Frustrado por los  impedimentos en el ámbito náutico, el emprendedor cartagenero puso los  ojos en uno de las  novedades técnicas que brindaba más posibilidades, la  energía eléctrica.

Apostó por el  futuro y tras su paso por la  compañía alemana Lewy Cohetaler, que estaba instalándose en España, decidió crear su propia empresa, bastante tiempo antes de las  fusiones multinacionales y las  subidas de sopetón en los  recibos. El Puerto  había sido una de las  ciudades que le  ofreció cobijo en sus momentos de incomprensión. Una de las  pruebas de su submarino la  efectuó en aguas del Guadalete y en su truncada carrera política fue elegido diputado por la  ciudad portuense, aunque no llegó a tomar posesión.

Con un grupo de inversores, algunos con intención de desquitarse de las  fuerzas conservadoras, y en nombre del progreso en todos los  órdenes, la  firma Electra-Peral Portuense pedía permiso al Ayuntamiento en enero de 1894 para la  construcción de una central térmica en el  centro de la  población (algo que sería inaudito en estos tiempos por motivos medioambientales, que conste).

Una finca con un amplio patio en calle Larga número 78 fue el  lugar elegido para la  instalación, al lado de lo  que sería precisamente Plaza Peral, y al cabo de tantos años, sala de exposiciones de Caja Inmaculada, allí se instaló la  llamada "fábrica de la  luz".

Varias generaciones fueron a las  oficinas de la  esquina a pagar los  recibos, tanto de la  firma pionera como la  que absorbió el  servicio, Sevillana de Electricidad, hoy Endesa tras su posterior fusión.

El  15 de agosto, día de la Inmaculada de hace 117 años, se hizo una prueba del funcionamiento con la  colocación de un alumbrado extraordinario por las  calles con motivo de la  festividad de la  Asunción (a eso se le  llama ahora marketing).El  día definitivo del enganche fue el  8 de diciembre de 1894: la nueva estación térmica de la calle Larga estrenaba la electricidad en El Puerto, para admiración de los  primeros clientes. En el  hotel Vista Alegre se celebró la  cena donde se brindó por el  futuro de la  electricidad en El Puerto. (Texto: Francisco Andrés Gallardo).


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Esta es la historia de un porteño que vivió entre los ríos Besaya y Guadalete, del que hoy se cumplen 110 años de su muerte.

Domingo José Morante de Lamadrid y López Seco se instala en El Puerto de Santa María posiblemente entre 1850 y 1853, con treinta y pocos años de edad, procedente de una parroquia cántabra llamada Cañeda, cerca de Reinosa, (Cantabria), estableciéndose como comerciante con  una tienda de género de mercadería en uno de los lugares mas céntricos de la población, la calle Larga, concretamente en los bajos de la casa número 139 antiguo, invirtiendo probablemente su herencia legítima paterna y sus propios ahorros en dicho negocio.

Demostrando prudencia, José Morante, en previsión de que los negocios no marchasen como esperaba, había dejado algunas propiedades rústicas en su tierra natal, propiedades a las que solo visitaría de nuevo en alguna escapada que hizo a su terruño en los años venideros, antes de entrar en achaques.

Sobre sus primeros pasos en El Puerto de Santa María no sabemos mucho, aparte lo indicado y la información que nos facilita él mismo en un testamento que realizó el 4 de Septiembre de 1854 en la notaría portuense de don José Miguel Pau. En esa fecha declara tener 33 años, estar soltero y tener por bienes “un establecimiento de género de mercadería en la calle Larga de esta ciudad, unas tierras de labor en su país de origen –Cantabria- y las ropas de su uso”. En las disposiciones, mandaba se distribuyesen cinco mil reales de limosna a los pobres necesitados el mismo día de su entierro y, en otra manda aparte, legaba algunos bienes a su tío materno Juan Antonio López Seco y a su hermano Manuel, designando por única y universal heredera a su madre, doña Maria López. /Emilia Seytre Enriquez de Guzman, esposa de nuestro protagonista

Afortunadamente este documento no tuvo efectividad, puesto que el Sr. Morante prolongaría algunos años más su vida, cruzando, incluso, la imaginable línea que separa el siglo XIX del XX, estableciéndose de forma total en El Puerto y encabezando una larga genealogía de sucesores portuenses que entroncaron con significadas sagas locales.

Volviendo al momento de la vida de Domingo José Morante, que se hace llamar e incluso firma como José solamente, hemos visto como en los días postreros del verano de 1854 establece su voluntad en previsión de un fatal desenlace. Aunque el negocio le absorbe gran parte de su tiempo, cultiva buenas amistades, integrándose plenamente en la sociedad local. Deducimos que Juan Bautista Marichalar y Antonio Honorato Seytre, ambas personas nombradas sus albaceas en el testamento antes citado fuesen dos buenos amigos. El primero, conocido industrial y comerciante, “especulador de vinos”, es decir, exportador y vendedor a mayoristas, con una fábrica de aguardiente en la Ribera del Río y un talante liberal que le llevaría a formar parte, años después, del primer Ayuntamiento Revolucionario Provisional tras la insurrección militar de 1868, la  denominada popularmente “La Gloriosa”.

La calle Larga, una imagen insólita de la misma, casi sin tráfico.

Estaba casado con una dama integrante de la selecta sociedad local de la época: Concepción Winthuysen Martínez-Baños, matrimonio que no tuvo descendencia. Y el segundo, de nacionalidad francesa, del comercio como él, que desde hacia varios años se había trasladado a El Puerto desde Cádiz, donde residió anteriormente.  Debió frecuentar la casa de su amigo, situada en el número 92 antiguo de la Calle Larga, en la acera par actual, entre las calles Espíritu Santo y de la Plata, que había enviudado y vivía con su única hija Emilia. Podemos imaginarnos a los tres, paseando una soleada mañana dominical por el frondoso y romántico Paseo de la Victoria, a escasos metros de la casa de don Antonio Honorato, aledaño al monasterio del mismo nombre,  deshabitado en esos años, abandonado por los franciscanos Mínimos que durante más de tres siglos lo tuvieron como residencia conventual. Emilia, recién cumplidos los diecisiete años, escuchaba embelesada las narraciones que hacía de su lejana tierra natal el amigo de su padre.

MATRIMONIO.

Esta admiración de la joven adolescente hacia el comerciante montañés debió ser reciproca y si a ello añadimos la complicidad paterna y la falta de prejuicios por la diferencia de edad, en pocos meses se concertó el compromiso y, finalmente la boda, que tuvo lugar en la Iglesia Mayor Prioral el día de Nochebuena del mismo año en que había formalizado sus últimas voluntades, en 1854.

Tienda en el crucero de las calles Larga (número 139 antiguo) y Luna, situada a la izquierda.

José Morante aportó al matrimonio un capital de cien mil reales, valor estimado del género que tenía en existencia en esa fecha en la tienda de mercadería que regentaba y de la que era dueño. Estaba situada en pleno centro, próxima al crucero de las dos calles principales y céntricas del casco urbano: Larga y Luna, popularmente conocida como “Las Cuatro Esquinas”.

La novia, hija de Antonio Honorato Seytre Charreron y de Josefa Enríquez de Guzmán, llevó una dote de 200.000 reales, cantidad correspondiente a su legítima materna que fueron invertidos en su totalidad por el joven matrimonio en la adquisición de una viña nombrada “La Panameña” en el termino de Jerez de la Frontera por la que pagaron 170.000 reales y en la propiedad de la mitad del palco número 19 del Teatro Principal de Cádiz.

Los primeros años de casado el matrimonio se instaló en la casa que tenía arrendada su suegro, propiedad de la familia Oyarzabal. Un par de años después nacería el primer hijo, una niña, a la que bautizaron imponiéndole el nombre de la abuela materna: Maria Josefa, y pocos días antes de dar a luz al segundo, al que nuevamente impusieron el nombre del otro abuelo: Antonio Honorato, falleció su padre, que solo que contaba 54 años de edad. Finalizaba el mes de enero de 1858.

La calle Nevería, en el primer cuarto del siglo pasado.

Tras el fallecimiento de don Antonio Honorato Seytre los Morante Sytre se trasladaron de forma provisional hasta encontrar una casa en la que instalarse definitivamente,  que pudiesen adquirir en propiedad y estuviese cercana a la tienda de mercadería. El nuevo hogar lo instalaron en la calle Nevería, en el piso principal de la casa número 3, realquilados por una joven viuda, natural de Gibraltar, llamada Dolores Ginés Ruiz, casa situada a una manzana de distancia del lugar de trabajo del cabeza de familia. En este año de 1859 se incorporó a la unidad familiar la madre de don José, contando asimismo con tres personas de servicio. Allí nacieron, en 1861: Lorenzo y en la primavera de 1863 una niña a la que impusieron el nombre de Emilia.

Por esas fechas José Morante había ya comprado un espléndido inmueble, situado en otra de las arterias mas céntricas y comerciales de la ciudad, la calle Luna, a menos de cincuenta metros de su tienda de tejidos. a las hermanas María del Carmen y Trinidad Ortiz Veristani, que vemos en la imagen de la izquierda.

Cuando los negocios funcionaban y la mejora económica de la familia era una realidad palpable, un grave contratiempo vino a enturbiar la buena racha familiar. Emilia I –así la llamaremos para distinguirla de otra de igual nombre que nacería posteriormente- murió de neumonitis el día 9 de julio de 1863, cuando contaba tan solo tres meses de vida.    Meses después nacería un nuevo hijo, en este caso varón, que ocuparía el 4º lugar entre los hijos vivos, al que bautizaron como Emilio. Y detrás de este, escalonados en el tiempo, muchos más hasta completar once hijos de los cuales solamente seis de ellos traspasaron la barrera de la infancia y llegaron vivos a edad adulta. Fueron, por este orden: María Josefa, Antonio Honorato, Lorenzo, Emilio, Emilia y María del Carmen Morante Seytre.

Consolidado el negocio, José Morante y su familia gozarán de una desahogada posición económica y él, aparte de sus ganancias como comerciante con el legado económico de su buen amigo y padre político se convierte en pequeño propietario, pues a la reciente adquisición del inmueble en calle Luna hay que añadir las posesiones agrícolas antes citadas,   y otro inmueble en calle Cantarería número 2,  casa de una sola planta, con 224 metros cuadrados de superficie, comprada conjuntamente con un almacén-bodega en calle Santa Clara, esquina y vuelta a la de Cantarería, es  decir, lindera con la antes citada, en donde iría almacenando –cultivando, es la palabra adecuada- diversos caldos hasta lograr con los años una excelente bodega, con productos reputados y apreciados entre sus contemporáneos.

Calle Cantarería, bodega que, junto a la esquina con Santa Clara perteneció a Morante.

Ambos inmuebles fueron adquiridos conjuntamente a don Faustino González Barbadillo.  Con ellos y en ellos, aparte de incrementar su patrimonio familiar, José Morante encontraría en este nuevo negocio de crianza y tráfico de vinos, especialmente en su vejez, una fórmula perfecta, todo un estímulo para sobrellevar la soledad de su viudedad y sus últimos años de vida.

Volviendo a la secuencia de su vida, habíamos dejado al matrimonio pendientes de trasladarse a la casa de Luna 32, una casa  que había reformado a su gusto, remodelando la fachada. el Maestro Pablo José Arduña.  La espléndida mansión ocupaba una superficie total de 306 metros cuadrados con un total de 26 habitaciones o dependencias, distribuidas 8 de ellas en el piso bajo y el denominado “entresuelo”, entre el bajo y la primera planta o principal que tenía 9 habituaciones, al igual que la segunda, así como una amplia “azotea” es decir, terraza y cubierta al mismo tiempo, donde tender y ventilar las ropas, cortinajes, etc.. y en donde figuraba una zona cubierta para instalar los lavaderos y el cuarto donde hacer la colada, tan en boga en la época.

La calle Luna, a la derecha, la tienda de Morante y más arriba su vivienda, en el número 32 antiguo.

En 1869 estaban instalados en ella, posiblemente desde hacía varios años, el matrimonio, cuatro hijos y su madre, doña María López Seco, que en esa fecha contaba 69 años de edad, que se había trasladado en la década anterior desde Cañeda, de donde era natural y donde residía hasta entonces, para incorporarse al núcleo familiar.  Le acompañaban en estos años tres sirvientes cántabros de bastante edad, de los de entonces, es decir de los que durante toda su vida, desde la juventud hasta la senectud que ahora empezaban a desarrollar habían estado al servicio de la familia y en él continuaban hasta la muerte, bien del que servían, o la suya propia, integrándose en el “cuerpo de casa” –así denominaban al servicio interno- que completaba una joven doncella de la localidad. /Imagen de la vivienda que adquirió, reedificó y ocupó en la calle Luna, junto a calzados Noel.

Así fueron transcurriendo los años, los lustros, las décadas, desarrollando una vida laboriosa y familiar, entregado en cuerpo y alma a sus negocios y aficiones, viendo crecer a sus hijos, a los que proporcionó  una esmerada educación. Dos de los varones siguieron la carrera militar y el tercero y mas pequeño de ellos le ayudo y acompañó en la tienda de tejidos. Algunos se casaron, comenzaron a florecer los nietos y celebró con felicidad sus bodas de plata matrimoniales. Sería esta la  primera generación portuense de los Morante Seytre. /La nieta de Morante, María Febrés Morante, con  los Ruiz Golluri, en la casa de la calle Cielos.

Por todo lo indicado, el fallecimiento de su esposa supuso un fuerte golpe, algo más que la perdida de un ser querido. Perdía una buena amiga y confidente, una solícita  compañera y una fiel y cariñosa esposa, especialmente en esos años últimos en los que la mayoría de los hijos se habían emancipado. El luctuoso hecho tuvo lugar el 7 de Agosto de 1888 cuando, apenas había rebasado doña Emilia el medio siglo de existencia.  Durante muchos años, puntualmente, el viudo y los hijos organizaran cultos en el aniversario de su muerte,  evidenciado que permanecía vivo su recuerdo.

En la bodega de su propiedad de calle Santa Clara almacenaba medio millar de botas de selectos productos, cuya valoración suponía el 45% del importe de los bienes, 120.000 pesetas. La especialidad de este buen viticultor, pues cultivaba en viñas propias la uva, viñas –dicho sea de paso- situadas en el lugar mas estimado de la zona Jerez, Marchanudo, en terrenos albarizos, ideales para el cultivo de la variedad utilizada en los mas selectos vinos. En su hacienda realizaba las faenas de vendimia y en su bodega transformaba el mosto en vino, siendo su especialidad un “Amontillado”, vino muy hecho, sin marca, criado en siete soleras o añadas, proceso que garantizaba, sin duda, un producto exquisito. De este rico caldo, tenía el Sr. Morante, en 1888, nada menos que 353 botas, es decir, más de 175.000 litros de dicho producto. En el resto de vasijas almacenaba “Palo Cortado”, “Oloroso”, “Pedro Ximenez” y otros vinos de varias clases ocupando tres docenas de botas, así como 22 botas de vinagre, una de aguardiente y 65 de vinos bastos y ácidos. Solo tenemos referencia de dos marcas propias, aunque no se embotellaban como tal, pues su venta era por arrobas, medida que tiene 16 litros. Se llamaban “Canilla y Perruno” y “Perruno Chico” y en esa fecha tenía siete y seis botas en existencia, respectivamente.

Mapa de la 'España del Caciquismo'.

José Morante también hizo sus pinitos en política en edad jubilar. Hemos encontrado referencias en la prensa local que así lo indica, siendo citado entre la docena de vocales –ocupando el primer lugar- que componían el comité local del partido Liberal Conservador, en el año 1894, que presidía don Francisco Miranda Hontoria, Capitán de Fragata retirado. Figuraban en dicho comité comerciantes y bodegueros como él, tales como Carlos Hernández Carrera y Felix Gonzalez Urruela, así como un paisano que años después alcanzaría notoriedad en la gestión municipal: Severiano Ruiz Calderón, perpetuándose su memoria al rotular con su apellido el principal paseo y parque público de la localidad, el denominado “Parque de Calderón” que discurre paralelo al río.

José Morante formó parte de los '12 Magníficos', encabezados por Tomás Osborne, creadores de la sociedad de la Plaza de Toros.

Es bastante probable que don José participara en este comité conservador más por compromiso social que por vocación, aunque el ideario del partido se ajustaba a sus convicciones, talante y comportamiento, no era del tipo de personas que le gustase figurar por figurar.  Un hecho que confirmaría esta suposición ocurrió en la primavera de 1895. Reunido el comité para decidir la candidatura del partido a las próximas elecciones municipales, asistieron tan solo la mitad de los componentes. Hubo dos propuestas o listas; una, encabezada por Alfredo Figueroa,  a propuesta  del presidente y la otra candidatura,  propuesta por el Sr. Ruiz Calderón, encabezada por Domingo José Morante. Sometidas a votación hubo empate a cuatro votos, decidiendo dos votos por correo, tal como hoy lo conocemos, definidos como “representaciones por escrito” en la prensa de la época, precisamente uno de ellos de José Morante, que votó a favor de la candidatura presidencial, auto eliminándose.

Coincidiendo con su viudedad comenzaron a agravarse los achaques propios de la edad, a pesar de ser de una fuerte constitución, sin duda. A fines de 1894 fue operado en su propio domicilio por los doctores Isorna y Moresco, prestigiosos galenos gaditanos que se desplazaron en tren desde la capital para una intervención que debemos suponer leve, tal vez de las vías respiratorias altas, intervención que fue calificada como exitosa por la prensa local que se hizo eco de la misma.  Apenas un año después conocemos por el mismo medio que había sufrido y superado una grave dolencia, y en Noviembre de 1900, ya octogenario, nuevamente fue operado por el doctor Isorna, en esta ocasión auxiliado por un equipo de cuatro facultativos, extirpándole un epitelioma en la comisura del labio.

Vista desde el Restaurant de La Puntilla, a cargo del Hotel París, en 1910. /Colección Thomas IEFC

Cuidado por su hija menor Maria del Carmen, con la que pasaba temporadas en la casa que tenía en las viñas, especialmente los meses de verano y las convalecencias de las operaciones, respirando el benéfico aire campestre, transcurrió el último tramo de su vida. Convertida en crónica su enfermedad desde hacía varios años, en los primeros meses de 1901 esta se agravó, entregando finalmente su alma a Dios el miércoles, 14 de Agosto de ese año, hoy hace 110 años, después de recibir los Santos Sacramentos y la Bendición de Su Santidad, según se indicaba en la esquela mortuoria publicada en la “Revista Portuense”..

Emilia Morante, hija de nuestro protagonista, con su segundo marido, Joaquín Ruiz López (alcalde de El Puerto entre 1904 y 1905 y entre 1907 y 1909), en la Quinta de los Ruiz, luego de Terry, hoy Hotel Duques de Medinaceli.

Tal como indicamos en el enunciado del capítulo, el río de la vida de este emigrante montañés, como señaló Jorge Manrique, llegó al mar. En su dilatado curso, abundaron las aguas mansas y fértiles, que fueron bien aprovechadas en laboriosas norias y productivos regadíos, dejando abonada sus orillas con el limo de su ejemplo.  (Textos: Antonio Gutiérrez Ruiz. A. C. Puertoguía). (Fotos: Magdalena Rodríguez Lara y Archivo GdP).

2

José Manuel Herrera Maestre nació en Cádiz el 25 de junio de 1974. Verán por que fue en Cádiz, esta es la curiosa historia: su madre, Francisca Maestre, mientras su padre trabajaba de sol a sol como tantos en aquella época, pasaba muchas horas en el balcón de su casa de la calle Valdés desde donde se veía la Clínica del Dr. Frontela --hoy es Santa María de El Puerto--, y cuenta que veía pasar una ambulancia, y al rato un coche fúnebre, y  así  durante todo el embarazo; por ello, asustada, decidió que su primer hijo viera la luz en la  gaditana Clínica de San Rafael. Tiene dos hermanos mas, hijos de los portuenses Jose Manuel Herrera y Francisca Maestre. No realizó el servicio militar ya que se hizo objetor de conciencia, prestando el Servicio Social sustituitorio en la residencia de la Tercera Edad que Cruz Roja dirigió en la calle Nevería. /Manolo Herrera, en una foto reciente.

1974.
Era alcalde de El Puerto Fernando T. de Terry Galarza.  Se celebran carreras de caballos en Valdelagrana, así como la última edición del Festival del Cante de los Puertos. Se funda la Hermandad de la Entrada de Jesucristo en Jerusalén y Nuestra Señora de la Entrega, vulgo ‘La Borriquita’. El Obispo de Jerez, Monseñor Bellido Caro hace su primera visita oficial a El Puerto al Club Juvenil de la Prioral. La comparsa porteña ‘Nobleza Baturra’, alcanza el 2º Premio Provincial  en el Concurso de las Fiestas Típicas Gaditanas. /El niño Manolito, con pocos años, en la guardería infantil.

ESTUDIOS.
El Colegio Pinar Hondo acogió sus primeros años escolares, donde estudió Educación General Básica (EGB), que terminó en La Gaviota. Luego, Formación Profesional en la rama de la Automoción que  cursó en las Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia.

Con su mujer, Macarena, y sus hijas.

SIEMPRE CERCA DE LA PLAZA REAL.
Vivió los primeros años de su infancia en el número 39 de la calle Valdés, parte de su adolescencia en la calle Alberca (en lo que fueron terrenos de la huerta de los Jesuitas) y una vez casado, se trasladó a la calle Molinete, donde aún reside y, como le gusta señalar «siempre cerca de la Plaza Real». Se casó en la iglesia de los Jesuitas con Macarena Moreno Martínez, el 24 de abril de 2004; tienen dos niñas.

Manolo Herrera, sosteniendo el megáfono al exalcalde de Sevilla, Sánchez Monteiserín en presencia del concejal de IU, Pablo Torrijos, al llegar la marcha --andando-- de Delphi a la capital de la comunidad autónoma.

EL MUNDO DEL TRABAJO.
Sus inicios en el mundo laboral se remontan a 1992 en la ya extinguida Delphi, donde permaneció, ocupando diversos puestos, precisamente hasta 2007, el año de su cierre. Posteriormente, en 2009 entró en Alestis, donde aún continúa pero en situación de suspensión por la implantación reciente de un Expediente de Regulación de Empleo Temporal (ERTE).

Toreando al alimón  con el novillero David Cala en la Finca de los Lavi.

EL UNIVERSO DE LOS TOROS.
El universo taurino lo vivió desde pequeño con sus abuelos, el paterno Antonio Herrera, que era un gran aficionado y su abuelo Paco Maestre, 'gallosista por los cuatro costados'. Ellos, junto a su padre, fueron los que acercaron de la mano al pequeño Manolo al mundo del toro, siendo escenario especial para ello el Bar Los Pinchitos, también en las inmediaciones de la Plaza Real, en la barriada de Los Toreros.

Con el aficionado Manuel Figuereo, capataz de pasos y personal auxiliar de la Plaza Real que fue durante muchos años.

Posteriormente, llegaría también el que es ahora su cuñado y amigo, Paco Moreno, con quien termina de fraguarse como aficionado. Y es que, en el caso de este taurino no es una frase hecha eso de «en el toro menos ponerme delante, he hecho casi todo».

Hablando con el maestro Enrique Ponce.

TERTULIA ‘LA GARROCHA’.
Fundó con un grupo de amigos la tertulia ‘La Garrocha’, siendo miembro de su directiva más de diez años. En octubre de 2008 creó como él mismo afirma "con la única intención de aportar un granito de arena al mundo del toro un blog taurino ‘En el Albero’ enelalbero.blogspot.com". Y este granito de arena lleva cerca de tres años siendo un referente para la afición taurina, como centro de información y análisis de lo que ocurre, no sólo en la plaza portuense, sino en todas las españolas y muchas de fuera.

En Ubrique con compañeros de prensa especializada, Javier Bocanegra y acompañante, Emilio Trigo, María Mendoza, Antonio Ojosnegros y señora y Álvaro González.

RADIO PUERTO.
Su incursión en los medios de comunicación comienza en Radio Puerto con Carlos Serrano hace unos diez años, con quien comienza como colaborador de la información taurina de la Ciudad, para luego, tras la marcha de éste, quedarse nuestro protagonista al frente del mismo contando con la colaboración de Álvaro González y Gloria García de Quirós. El programa taurino finalizaría poco antes de la celebración de las elecciones municipales de este año, que compaginaría con la publicación de una columna de opinión en el semanario Noticias Locales, colaboración que duró un corto espacio de tiempo.

DESDE EL CALLEJÓN.
También ha sido, hasta el 2008, corresponsal para El Puerto de la web www.desdeelcallejon.com y, como su afición taurina y su know how periodístico combinan de la mejor manera en Manolo, sigue en la actualidad encargándose de dar información taurina. En esta ocasión a través del diario digital www.espaciodigital.es, en las dos cabeceras impresas del periódico de ED!, para El Puerto y Chipiona; y dirige y presenta cada jueves el programa Espacio Toros que se emite en www.elpuertotv.es, donde trabaja con Enrique Pedregal Cárave y Pedro Payán.

SINDICALISTA.
Antes que en la política, Manolo ha estado muy presente en el mundo sindical, a través de la Unión General de Trabajadores (UGT). Ha pertenecido  al grupo de trabajo de la MCA- UGT creada al cierre de Delphi, y una vez que entra en la empresa aeronáutica Alestis, da los pasos necesarios para crear la sección sindical de UGT en la empresa.

Foto final de la campaña electoral socialista  para los comicios locales 2011.

CANDIDATO SOCIALISTA.
Su ideología de izquierdas y sus fuertes principios demócratas le harán afiliarse al PSOE en el año 2008. Cuenta el propio Manolo que en febrero de 2010, el secretario general del PSOE portuense y candidato a la Alcaldía, Ignacio García de Quirós, “habla conmigo y me explica las bases del proyecto electoral que tiene y que quiere contar con mi persona, no me lo pensé ni un segundo le dije que como socialista me debo a mi partido y si mi partido me necesita ahí estaré. Para mí ha sido todo un orgullo y una suerte estar en las listas del PSOE, poder trabajar para cambiar mi Ciudad pero sobre todo, he tenido la suerte de poder trabajar con un equipo maravilloso de personas con ganas e ilusión y de entre las que quiero destacar a tres en particular: primero una persona con un corazón grande como es Ignacio Garcia de Quirós, la suerte de aprender mucho con el maestro Joaquín Corredera y a otras que, aunque en el anonimato, trabajan con pasión como es el caso de Alexandra García”.

En la presentación del Homenaje a Victor Manuel Coronado, el 24 de noviembre de 2010 en el Hotel Pinomar. A la izquierda María José Coronado, Manolo y los matadores de toros, José Luis Moreno, Jesuli de Torrecera y Juan Pedro Galán.

Entrevistando a Jesús Neva, uno de los actuales presidentes de la Plaza de Toros de El Puerto.

AFICIONES.
En 1996, vivió una curiosa anécdota en la finca del ganadero Luis Pérez Pacheco. Iban además del titular de la ganadería y del propio Manolo, José Cañas ‘Cañita’ y Paco Moreno, a ver una novillada de las que la tertulia ‘La Garrocha’  montaba en el Poblado de Doña Blanca. Iban en un Land Rover y cuando estaban en medio de la camada de erales, el ganadero saca la mano por la ventanilla con tan mala fortuna que se le cae el puro que fumaba, y al querer cogerlo el todoterreno se paró y, como no contaba con puesta en marcha, tuvieron que empujar para arrancarlo.

En los tendidos de la Plaza Real, a la izquierda de Manolo Herrera, Eduardo Duarte y Antonio Ojosnegros, a la derecha, Ignacio García de Quirós, su hija Gloria, Ana Pedrero, Javier Bocanegra, José Manuel Rojas, Raul Rincón, Miguel Ángel Arellano y con sombrero de ala ancha Manuel García de Quirós Domínguez, con nótula núm. 207 en GdP.

Por si no lo han notado, es aficionado  a los toros, a las tertulias de amigos bien sea para hablar de toros o de política, a la lectura y a la música, pero en español.

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Paco del Castillo Merino-Tellería nació en la calle Larga el 2 de abril de 1936, siendo el segundo hijo del matrimonio formado por Alonso del Castillo, natural de Benaocaz y Josefa Tellería, de El Puerto.  Casado el 27 de diciembre de 1965 con Pilar Otero Rascón con quientuvo tres hijos, Francisco, Daniel y Pilar, falleció con casi 70 años de edad el 26 de marzo de 2006. Entre sus amigos se encontraban Francisco Gómez Real, Luis Ortega García, Abelardo Gil y Javier Díaz Cortés.

1936
En el convulso año del nacimiento de nuestro protagonista, El Puerto conoció varios alcaldes. Ramón García Llano accedió a la alcaldía de forma accidental el 3 de enero, sustiuyendo a José Luis Macías Caro.  En las elecciones municipales celebradas a mediados de febrero resultó elegido Francisco Veneroni Arcos, al frente de la coalición electoral de izquierdas denominada Frente Popular. Al mes siguiente tomó posesión de la alcaldía, el 18 de marzo, José Blandino Mitjes y al mes siguiente el 24 de abril, Manuel Fernández Moro, que es desalojado de la alcaldía tras la sublevación militar del 18 de julio, desapareciendo, sin que hayan sido hallados sus restos mortales. El día de la rebelión ejerció en funciones de alcalde el teniente Fernando Ristori; luego el 27 de julio, el capitán Ramón Iribarren Jiménez ocupa el sillón de primer edil y será el 23 de diciembre cuando, subiendo el escalafón en la graduación militar se hará cargo de la vara de alcalde el coronel Ángel Guinea de León Garavito.

El primero por la izquierda delante es Francisco del Castillo Tellería y junto a él, José Vázquez, el hijo de Luciano (que tenía el almacén en la calle Cielo esquina a Lechería) casado con Josefa Rendón.  Año de la Fundación del Colegio San Ignacio. Curso 1947/1948. El segundo por la izquierda de pie detrás de Don Juan es Estanislao Jiménez González Nandín (padre de Andrés Jiménez, ex director de TelePuerto) /Foto Fabra. San Fernando.

MAESTRO.
Paco vivió de pequeño en la calle Larga, cursó estudios en el colegio de Don Juan ‘el Cojo’, en la calle San Sebastián, 23 y de bachillerato y magisterio en Madrid. A su regreso a El Puerto imparte clases en los colegios de La Pescadería y de San Luís Gonzaga, y, luego durante dos cursos académicos en las Escuelas profesionales de la Sagrada Familia en Andújar (Jaén) de donde regresa, definitivamente, a nuestra Ciudad.

Claustro de Profesores: Arriba, de izquierda a derecha: Francisco del Castillo Tellería, Manuel Sierra, Antonio Muñoz Cuenca, Manuel Montalvo, Francisco Menor, Antonio Montes, Enrique Cabrera. Abajo, de izquierda a derecha: Lino Alonso,  Diego Mora, Doña Vicenta, D. Justo, Ginés Hidalgo Crespo. Imagen tomada en las Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia (SAFA), también conocida como ‘Escuelita’. Año 1971.

ADUANAS Y AGENCIA MARÍTIMA.
Posteriormente, después de haberle dedicado los mejores años de su vida, abandona la enseñanza, dedicándose a una actividad bien distinta, como es la relacionada con el comercio marítimo, en la que estuvo hasta finalizar su vida laboral, primero como administrativo en la Agencia de Aduanas y, con posterioridad como gerente en una Agencia Marítima. Tuvo su residencia en El Puerto en diversos domicilios, además del citado en Larga, en la calle de la Victoria, Plaza de Cristóbal Colón, Maestro Juan Pinto y por último en calle Mayorga.

CONCEJAL POPULAR.
Se presentó en las elecciones municipales de 1991 como cabeza de lista del Partido Popular para el Ayuntamiento de nuestra Ciudad, ejerciendo como concejal, en la oposición, durante el mandato comprendido entre los años 1991 a 1995 así como Portavoz del Grupo Municipal del dicho Partido Popular. Fue el año en el que Independientes Portuenses alcanzó la alcaldía, liderados por el ex concejal popular Hernán Díaz Cortés. Le acompañaron en aquella lista, Alejandro Moreno, Antonio Requena, que fallecería durante el mandato. /En la imagen de la izquierda, portada del folleto electoral del Partido Popular, con la imagen de Paco del Castillo.

INICIOS EN LA POESÍA.
Desde muy joven fue lector asiduo de los grandes poetas de lengua castellana: Bécquer, San Juan de la Cruz, Juan Ramón Jiménez --quien estudió en El Puerto--, por citar algunos. Eso le empuja a escribir sus primeros poemas, que guardaba para sí mismo y que luego destruía pensando, como el mismo afirmaba “consciente de su pobreza literaria e impulsado por su elevado sentido del ridículo”.

De izquierda a derecha, Tomás Osborne Domecq, Francisco del Castillo Tellería, José Luis Poullet Ramírez, José y Javier Osborne Domecq y José María Benjumeda, en los Carnavales de Cádiz, entonces Fiestas Típicas Gaditanas.

Con el paso del tiempo la lectura de los hermanos Machado, su paisano José Luis Tejada Peluffo, García Lorca, Góngora, Lope de vega y Quevedo, entre otros, aumentará sus deseos “--mis ansias--” afirmaba, de escribir.

De la mano de su amigo, el también poeta portuense Juan Ignacio Varela Gilabert,  --Juanín Varela-- conoce, como él llegaría a afirmar, “un tanto tarde”,  a los hermanos José y Jesús de las Cuevas, a los también arcenses Carlos y Antonio Murciano y al sanluqueño Antonio León Manjón, quienes, junto con nuestro paisano Juanín, le empujan a recitar sus primeros poemas en las recordadas para una generación de amantes de los versos, las “tardes Poéticas de Grazalema”. /En la imagen de la izquierda, Juan Ignacio Varela Gilbert.

Su admiración por otro insigne de las letras de los cincuenta y sesenta, Francisco Montero Galvache, genio de la oratoria y de la poesía pregonera bajo andaluza, en el que encuentra un valioso valedor y consejero merced a una corta pero entrañable amistad, le lleva a mostrar su escondida vocación pregonera, luego de superados “el respeto humano y el temor al riesgo del ridículo”.   /En la imagen de la izquierda, Francisco Montero Galvache.

PREGONES EN EL PUERTO.
Más de sesenta pregones ha proclamado por la provincia gaditana, entre los que cabría destacar el de la Semana Santa de El Puerto de Santa María: el primero de sus pregones en 1983, en la Capilla del Hospital San Juan de Dios. De aquel pregón estas líneas: “Porque si pregonar es alabar en público los hechos, virtudes o cualidades de una persona, el ejercicio del pregón requiere un conocimiento exacto y perfecto de la persona pregonada. Pero ¿conocemos a Cristo?”. Siguiendo en El Puerto, ese mismo año de 1983 pregonaría, el 5 de noviembre, las Bodas de Plata de la Hermandad del Dolor y Sacrificio, de la que fue hermano fundador y la que perteneció toda su vida.

Podemos decir que Paco pregonó, exaltó, glosó, emocionó con casi todo en El Puerto. Bueno... todo no, que tenía como todos, sus filias y sus fobias. El 21 de abril de 1984 ofreció el Pregón del Vino Fino. Al año siguiente, el Pregón del Costalero en en marzo de 1985. El año 1987 ofrece el 16 de mayo el Pregón del Rocío. Y se atreve con el Carnaval, en la Peña ‘El Chumi’ en 1988. Al año siguiente, en 1989, el 4 de marzo glosa las Bodas de Plata de la Hermandad de la Flagelación. En 1990, exalta el 150 Aniversario de la Fundación de la Congregación de las Hermanitas de los Pobres, el 27 de octubre. Y en 1992, los actos del Hombre del Mar con la Hermandad del Carmen, el 3 de julio. En 1993, el Pregón de la Virgen de los Milagros, el 5 de septiembre, de cuya tradición era muy devoto. En 1997 nuevo doblete con la Hermandad del Rocío, el 19 de abril.

Paco del Castillo y Juan Villarreal, pregonando la Feria el 8 de mayo de 2001, al alimón.

Y de nuevo, en esta ocasión al alimón con Juan Villarreal Panadero pregonando la Feria del Vino el 8 de mayo de 2001. Y la Exaltación de la Mantilla el 21 de marzo de 2002. La Cruz de Mayo de las Amas de Casa el 31 del mismo mes y año. Al año siguiente, 2003, el 20 de abril, en el Barrio Alto pregonaría la Fiesta de los Patios. Para finalizar su vozarrón, en El Puerto, con las Bodas de Oro de la Hermandad de los Afligidos el 18 de febrero de 2005, un año antes de su óbito.

PREGONES EN LA PROVINCIA.

Paco no descansaba los años que aparecen en blanco desde que empezara con la actividad de pregonero en 1983. Le reclamaban en otros lugares de la provincia e incluso fuera de ella. Exaltaría la Semana Santa, el Rocío y el devenir de diversas hermandades de penitencia en la provincia. Así en Sanlúcar de Barrameda la Semana Santa el 20 de marzo de 1988. La Festividad de San Daniel, en Ceuta, el 30 de abril del mismo año. De nuevo en Sanlúcar, el 24 de marzo de 1990, a las Dolores. El mismo año en Jerez, la Oración Poética de la Semana Santa. el 7 de abril. La Semana Santa de Puerto Real el 17 de marzo de 1991. Un año mas en Sanlúcar, el Rocío, el 27 de abril de 1991.

SEIS PREGONES EN 1992.
En Jerez, donde empezó a sentirse cómodo, fue llamado para que el 21 de marzo de 1992 pregonara al Nazareno y Ntra. Sra. del Traspaso en la iglesia de San Juan de Letrán. El Rocío en Puerto Real, el 24 de mayo de 1992. El Cristo de la Viga en Jerez, el 6 de agosto de 1992. El Pregón de la Cruz, en San Fernando, el 19 de septiembre de 1992. La Navidad, en Jerez, el 19 de diciembre de 1992. Seis pregones, seis, junto con el de El Carmen en El Puerto, pronunciaría el año de la Exposición Iberoamericana de Sevilla.

De nuevo en Sanlúcar de Barrameda, donde actuaría en total en cinco ocasiones, en esta pregonando al Costalero el 21 de marzo de 1993. En Cádiz, ese mismo año pregona a la Virgen de las Penas el 25 de marzo. La Romería de San Isidro Labrador en Rota sería su siguiente intervención el 30 de abril de 1993. Y la Feria del Caballo de Jerez, el 1 de mayo de 1993. La Hermandad de la Virgen del Rosario en Rota, el 6 de octubre de 1993. La Hermandad de la Virgen de la Salud de Cádiz, el 21 de diciembre de 1993. 1993 será otro año con media docena de exaltaciones poéticas.

SEMANA SANTA EN JEREZ.
El 20 de marzo de 1994 Paco pronunció el Pregón de la Semana Santa de Jerez, en la iglesia de San Miguel, presentado por el cofrade jerezano José Luis Zarzana Palma. Al impecable pregón que presentó se unió la polémica por unas declaraciones efectuadas a Diario de Jerez, en la que resaltaban en titulares una frase por el pronunciada “Por fin Jerez ha tenido un pregonero digno en Semana Santa”. Durante días el asunto estuvo rondando en los periódicos, alimentado por el columnista de dicho rotativo Manuel Liaño, hasta que Paco explicó el sentido de sus palabras.

En 1995, de nuevo en Jerez, Paco ofrece en mayo el IX Pregón del Toreo. El 24 de noviembre de ese año, el de la Virgen del Desamparo, de la popular hermandad del Prendimiento, vulgo ‘Prendi’. El 8 de diciembre, en San Fernando, el de la Hermandad de la Virgen de la Piedad. En 1996, el 23 de febrero, el de la Hermandad del Transporte de Jerez, y el 8 de marzo del mismo año, el de la Hermandad de la Virgen de la Piedad jerezana. Y el 3 de mayo de 1996 el del Rocío en la Bodega de La Concha, de González Byass. En 1997, el Descencimiento de Cádiz, el 20 de septiembre. En 1998, el 15 de marzo, en Puerto Real pregona a la Hermandad de la Amargura y en Jerez, el 3 de abril del msimo año, el Pregón Flamenco de la Semana Santa de Jerez. En 1999, el 17 de diciembre pregona a la Hermandad de la Esperanza en Sanlúcar de Barramaeda. El año 2000, en Ubrique, pregona el 14 de abril la Semana Santa. En 2001, la Oración Poética de la Semana Santa de Jerez, el 23 de marzo de 2001. La IX Glosa Poética de la Semana Santa de Jerez, el 5 de abril de 2001. La Navidad de Arcos de la Frontera el 21 de diciembre de 2001. /En la imagen, El Prendimiento, de Jerez.

15 PREGONES EN JEREZ.
Quince intervenciones en formato de pregón en la ciudad de Jerez, dos menos que en El Puerto, regaló Paco del Castillo a la ciudad vecina. Un año antes de su fallecimiento, la XXX Oración Poética de la Semana Santa de Jerez, el 19 de febrero de 2005, siendo con ésta cinco intervenciones con dicha temática: Pregón, en dos ocasiones Oración Poética, Pregón Flamenco y Glosa Poética, además de a seis hermandades, amén de haber pregonado la Navidad, la Feria, el Toreo y el Rocío

CHARLISTA , CONFERENCIANTE Y POETA.
Otro medio centenar largo de charlas, presentaciones de carteles, homenajes y conferencias hablan de la facilidad versificadora de este portuense que, “conocedor de mis limitaciones poéticas, me siento incapaz de publicar mi poesía personal e íntima, ante el temor de no poder llegar al corazón de nadie”.   A pesar de ello, publica a finales del año 2002 sus ‘33 Sonetos Insolentes’ donde retrata a caras conocidas de la vida de El Puerto, presentándolo en un multitudinario acto celebrado en el auditorio de San Luis Gonzaga. /En la imagen de la izquierda, portada de su libro.

Practicaba la ironía y el sarcasmo, como lo demuestra esta dedicatoria de su libro, a uno de los asistentes al acto: “A n.n. con mi gratitud por molestarse a venir tan lejos a escuchar mis ‘ripios’. Un abrazo, Fco. del Castillo”. Genio y figura...

COLUMNISTA EN DIARIO DE CÁDIZ.
Es de justicia señalar que su facilidad para el verso, en especial el referente a la poesía satírica, a veces intrascendente y muchas veces irónica como se ha indicado, --“para ser leída entre amigos” afirmaba--, le llevó durante un tiempo a aparecer quincenalmente en la columna de opinión de Diario de Cádiz, en su edición de El Puerto, donde su alter ego, un personaje ficticio de nombre Benito, le contaba cosas de la actualidad local que Paco escribía para deleite de sus seguidores y, en ocasiones, con alguna puya para los personajes objeto de sus críticas.

Joaquín Muñoz-Seca Manzanera con Paco del Castillo, en los habituales cafés que tomaban en el Bar La Herrería.

DEL PREGON DE LA FIESTA DE LOS PATIOS.
“Se lo oí decir a una vecina de Espelete: Dejaron el Barrio, el patio, su rincón de siempre, y se fueron a vivir a un piso cuadriculado y moderno en un bloque, que bien parece una colmena laboriosa en donde cada uno va a lo suyo. Mayores comodidades, por supuesto; pero menor calor humano. Los problemas son ahora de puertas para adentro, personales, intransferibles. No es lugar ni hay momentos para compartir nada: ni la alegría, ni la pena; ni la abundancia, ni la escasez; ni el llanto, ni la risa. La puerta que al patio daba, siempre abierta, estaba tan sólo protegida por una humilde cortina, tela de saco, recia y translúcida, que era como una manera de abrir el corazón a los demás. La puerta del piso nuevo, o del chalet suntuoso, será sabe Dios de qué noble madera; pero tras de ella se termina el mundo. Y, sobre todo, no se sabe si el anafe de la vecina del segundo está apagado, porque no tiene nada que poner a hervir. Y no le falta razón al decir esto. Mientras así decía, yo recordaba el fugaz saludo de un amigo: Me he mudado hace bien poco a un piso nuevo, y no me encuentro bien. No estoy a gusto. ¿Por qué?, le pregunté. ¿Acaso por pequeño?... ¡Que va!, me contestó. Es amplio, suficiente, con tres cuartos de baño; pero... ¡no veo la luz! Aquella luz, aquel cielo, aquella estrella, aquel sol, que la vecina veía desde su patio”.

DEL PREGÓN TAURINO DE EL PUERTO 1996.
Soñando en la soledad
de la plaza... Olé sonoro
cuando arrastraron al toro:
al toro y a su verdad.
Verdad grande y orfandad
de apaños y componendas.
A él que nadie le reprenda
por su cómoda cabeza,
porque le falte la fuerza,
o ambas cosas a la vez.
Id al dueño de la hacienda,
y preguntadle el "por qué"...
¡Que así, tal vez, se comprenda!

Estrofa del pregón taurino de El Puerto de Santa María de 1996, original de Francisco del Castillo Tellería

5

La noticia oficial de la elección de El Puerto de Santa María como lugar en el que tomar baños de mar la Real Familia por recomendación terapéutica, la tuvo el gobernador Político y Militar, máxima autoridad local, cargo que en esta fecha ostentaba Don Manuel Muñoz Vaca, Brigadier de Caballería y Gentil Hombre de S.M. a través de un escrito a él dirigido fechado en Madrid el 29 de junio de 1832. En el mismo se indicaba el próximo desplazamiento de la distinguida pareja  que viajaba con seis  de sus hijos. Tres varones: Francisco de Asís, el mayor de todos, Enrique y Fernando María, de pocos meses y tres infantitas: Isabel Fernanda, Luisa Teresa y Josefina, a los que los médicos de la Corte  habían recomendado tomar baños de mar. Completaban la nutrida expedición de medio centenar de personas un séquito de 42 integrantes que comprendía la camarilla personal de ambos consortes, educadores y diverso personal de servicio, eligiendo la ciudad de El Puerto de Santa María, que ya conocían desde la liberación de Fernando VII y, dentro de ella, la excelente mansión de la que era propietaria la familia política del Caballerizo Mayor del Infante, el Marqués de Casa Madrid, conocida como la casa de Pavón , para su alojamiento los meses de verano.  /En la imagen, Francisco de Paula Antonio  de Borbón y Borbón-Parma (1794-1865).

La contestación del gobernador, dándose por enterado y agradeciendo la elección de esta ciudad por parte de SS. AA. para tomar baños de mar no se hizo esperar, contestándole con fecha 30 de junio, iniciando las gestiones necesarias para preparar el acontecimiento.

Litografgía de El Puerto de Santa María, visto desde la Otra Banda del río, en el siglo XIX.

BAÑOS DE MAR.
El motivo de la estancia de SS.AA. los Infantes era tomar sesiones de baños de mar. Para ello, el ayuntamiento, encargó  a los diputados de fiesta gestionasen la construcción de un baño flotante “lo más elegante posible que cabe en local de esta naturaleza”, comisionando a un señor de apellido Menacho para este menester. Ante la falta de descripción de este ingenio flotante en el expediente consultado, vamos a  intentar explicar en que consistían. Anclados en sus cuatro esquinas y al mismo tiempo en varios puntos, desde tierra, con amarras, se situaba un cercado de madera, de forma rectangular, similar al marco de un cuadro de ancha caña, colocado en posición horizontal sobre la superficie del agua, o mejor indicado tal vez, como un cajón  sin fondo ni tapadera, con unas dimensiones que oscilarían entre seis o diez metros de largo por la mitad de ancho. Tenía un aspecto similar al  pantalán de  un puerto deportivo, con  las paredes laterales elevadas para proporcionar intimidad y refugio del viento, levemente balanceado por el oleaje.

Baños en el río, similar al instalado en El Puerto para atender a SS.AA los infantes de España en 1832.

La comisión decidió inicialmente su instalación en la banda urbana del río, entre la fuente de las Galeras y su homónima, la del Sobrante, distante un centenar de metros rio arriba. El capitán del puerto, Sr. Vernacci asesoró profesionalmente sobre el emplazamiento más adecuado, desestimando el lugar elegido inicialmente para ello por los inconvenientes que presentaba para la correcta colocación del baño. A su vez, recomendaba “que este sea colocado a un tercio de cable de la parte de afuera del barco de la Aduana en la costa del Coto, pues en este lugar es claro recibirá muy pura el agua salada, así como el fondo, limpio y claro.”

CLUB NÁUTICO.
Interpretamos que la zona elegida por el capitán del puerto estaba situada frente al actual club Náutico, aproximadamente, a 60 o 65 metros de la borda de estribor del   barco Aduana, suponiendo que este tuviese la proa mirando a la desembocadura del río. Hoy en día, encauzado el río por ambas márgenes puede parecer excesiva esta distancia. En la época en que se produce este hecho, final del primer tercio del s. XIX, el río se expandía en marea alta por el Coto o Isleta de Valdelagrana hasta el pie del arrecife de Puerto Real, siendo su orilla similar a una playa.

Muelle de la Ciudad, frente al Resbaladero. Detrás el Castillo de San Marcos con una configuración arquitectónica diferente a la actual.

Después de dictar una serie de medidas para garantizar la seguridad el Sr. Vernacci ratificó el emplazamiento señalado, reconociendo que la distancia era mayor, aunque aseguraba asimismo que “la traslación de las personas al baño es fácil y cómodo por el arrecife de Puerto Real” y mucho más discreto, añadimos nosotros, aunque es de suponer que en las azoteas de los edificios que miraban al río, desde la Casa Aduana hasta la de Cumbre Hermosa no faltarían mirones ávidos de contemplar los chapuzones reales. /En la imagen, Casa de Gª de Valdeavellano, en la Ribera, desde cuyos miradores se podrían ver los paseos de SS.AA. los infantes, en dirección al Guadalete. Plumilla de M.A. Pantoja.

LA EXPEDICIÓN.
La expedición, compuesta por la familia, séquito, equipaje y escolta salió de Madrid el domingo 8 de julio, a las cinco de la tarde, viajando toda la noche para entrar en Manzanares, hacer noche al día siguiente en Andújar, llegar a Córdoba el miércoles, donde permanecieron tres días, y continuar hasta Sevilla, desde donde embarcarían tras una estancia extra, no prevista, de seis días para arribar a Bonanza y, desde allí, a El Puerto. Cuando atracó el vapor “Betis”, bien entrada la noche del viernes 20 de julio, la comisión municipal, presidida por el gobernador y los oficiales del escuadrón de Caballería que escoltarían a SS.AA. a la ciudad portuense subieron a cumplimentar a la real familia y sus acompañantes, iniciándose seguidamente, a la luz de la luna y el titilar de antorchas el desembarco de los equipajes.

Edificio donde se alojaron SS.AA. los infantes, en calle Larga, 27.

21 DE JULIO DE 1832.
Esa misma madrugada, cuando estuvo cargado  el amplio bagaje, junto con el mismo, salió para el lugar de residencia parte del personal de servicio que se ocupó de la preparación, acondicionamiento y distribución de las estancias y salones del inmueble. Los restantes integrantes de la expedición, con independencia de no existir medios suficientes para ser transportarlos todos a la vez, optaron por descansar las horas que restaban hasta el amanecer en las camaretas del navío, saliendo a primera hora de la mañana el grueso de la comitiva.  La encabezaban vistosos coraceros y un tambor al que seguían el coche con la familia real, escoltado por lanceros,  los principales componentes del séquito y la comisión de autoridades a caballo, luciendo una escarapela con las armas de la ciudad, cerrando la vistosa comitiva los restantes componentes del escuadrón de Caballería.

MEDIODÍA.
El 21 de julio de 1832, al mediodía, entró el cortejo en la Ciudad sonando al unísono las campanas de la Prioral y las de todos los conventos, anunciando el acontecimiento en un jubiloso repique. Las calles del recorrido –San Sebastián, Plaza de la Iglesia, Palacios y Larga- en las que se habían posicionado “un concurso numeroso” de personas, estaban engalanadas, luciendo colgaduras en sus balcones. En las principales esquinas se alzaban arcos entretejidos con ramas y flores y miembros de la Brigada de Marina y del batallón de Voluntarios Realistas cubrían la carrera desde la parte alta de la calle San Sebastián hasta la esquina de Larga y Espíritu Santo, agolpándose el gentío en los alrededores del Monasterio de San Miguel de las MM. Capuchinas para presenciar lo más cerca posible a tan insignes personajes en el momento en que descendieran de la calesa, vitoreándolos repetidamente, igual que sucediera durante todo el trayecto.

Inicio del puente colgante sobre el Guadalete a mediados del siglo XIX.

TRES DÍAS DE FIESTA.
El ayuntamiento dispuso tres días oficiales de fiesta, organizando otros tantos festejos taurinos en honor de los regios huéspedes. Un anónimo cronista municipal relata con gran precisión de detalles las actividades e incidencias de aquel evento:  “…Ha habido tres días de general iluminación y adorno de colgaduras en lo que se ha esmerado el buen gusto de estos habitantes, siendo digno de atención la iluminación del muelle y Paseo de la Victoria, compuesta de multitud de faroles de color, guardando la mayor simetría, la primera costeada por los mareantes y la segunda por los dueños de los almacenes de comestibles y refinos. La iglesia Mayor Prioral, las Casas Consistoriales y el puente de San Alejandro estaban iluminados con ostentación y la plaza de Verduras formaba preciosas vistas con arcos y luces. En los días 24, 25 y 26 hubo en el primero y último corridas de toros de muerte y el intermedio de novillos. La concurrencia fue numerosa. La plaza presentaba el más brillante aspecto, el adorno de ella con el mayor lujo y las corridas fueron sobresaliente, los toros bastante bravos y lidiados por los mejores operarios que en el día se conocen.”

En todos y cada uno de los festejos estuvieron presentes los Infantes, ocupando un balcón engalanado especialmente para la ocasión, presidiendo el espectáculo y ostentando “el mando de plaza el Serenísimo Sr. Infante”, asistiendo numerosos forasteros, especialmente de las vecinas ciudades de Cádiz y Jerez, atraídos por la presencia de los Infantes, a los que el público daba muestra de su simpatía con numerosos aplausos, tanto a la llegada como a la salida del coso taurino del Ejido de San Francisco.

EXCURSIONES
El día 27 de ese mismo mes de julio el matrimonio de Infantes borbónicos y un corto séquito de acompañantes realizaron una escapada  para visitar y conocer las ciudades de Málaga y Granada, dejando a los niños con sus tutores para que se iniciaran en los baños de mar. El viaje del Infante Don Francisco de Paula Antonio y su esposa por las provincias orientales andaluzas duró algo más de dos semanas. El sábado 11 de agosto iniciaron el camino de vuelta a El Puerto, desde Granada

EL SÉQUITO.
Reunida  de nuevo toda la familia y el séquito que les acompañaba, es hora de conocer  los  componentes que formaban parte del mismo. En la “Reseña Histórica” que realizó el archivero Juan Cárdenas para la Guía Oficial de El Puerto de Santa María en 1902 se indica un séquito de 72 personas, entre nobles y servidumbre, posiblemente por error tipográfico, al cambiar el 7 por el 4, ya que, como vamos a detallar a continuación, los acompañantes de los Infantes sumaban la cifra aquí expuesta. /S.A. la Infanta Luisa Carlota de Borbón-Dos Sicilias y Borbón.

Iniciaremos el listado del séquito, por su popularidad y prestigio en la corte,  con la Marquesa de Alcañices, Dama de Honor de la Infanta Luisa Carlota. Formaban parte de su camarilla personal, además de la citada, tres damas de tocador, denominadas Señoras Azafatas y dos camaristas. La de su marido la integraban tres gentiles hombres, dos ayudantes y un oficial. Les acompañaba un ama de cría, encargada de alimentar a Fernando María que aún tomaba el pecho, la Baronesa de Ruinvillef, aya de las niñas y un tutor o ayo, asimismo, para los dos varones, así como un director de primera educación. Completaba el grupo más selecto del séquito un catedrático en medicina.

En el cuerpo de servicio, propiamente dicho, figuraban dos encargados de guardarropía y dos ayudantes que se ocupaban del voluminoso “atrezzo” de los huéspedes. Para atender a la mesa de la familia y camarilla, un jefe de cocina, dos ayudantes y otros dos ayudantes de los llamados de ramillete, denominándose así a los encargados de preparar artísticamente la mesa en las que se servía la comida, distribuyendo figuras, candelabros y otros adornos, amén de frutas, piezas de repostería y otros postres y dulces a los que eran tan aficionado en aquellos tiempos. Formando parte de la logística del grupo, figuraban también dos dependientes de caballería y dos correos, prestos para cualquier emergencia. Finalmente, cuatro mozos y mozas sin ocupación expresa y una decena de criados personales de los integrantes de mayor alcurnia de la camarilla de los Infantes, completaban el número antes indicado.

AGOSTO DE 1832.
Durante el mes de agosto compartieron los Infantes con sus hijos, (especialmente doña Luisa Carlota) los baños de mar en las instalaciones flotantes, expresamente realizadas para su disfrute, durante varias horas cada mañana, descansando por las tardes de tanto ajetreo como habían tenido en sus jornadas viajeras, sin dejar de participar con el pueblo en algunas de sus diversiones cotidianas. De este “fiel vecindario” recibían constantemente muestras de cariño y admiración, en los lugares públicos en los que se dejaban ver.

OFRECIMIENTO.
Mediado agosto el cabildo adoptó el acuerdo de ofrecer a SS. AA. las instalaciones construidas, dirigiéndole a doña Luisa Carlota escrito con fecha 25 de ese mismo mes en el que le rogaban aceptase en nombre del pueblo “el bañito flotante de que V.A. y sus augustos hijos se han servido este años, con los adornitos pequeños que contiene”, siendo entregado el mismo por una comisión presidida por el gobernador y Presidente del Cabildo. El obsequio fue aceptado por SS. AA. “con la lisonjera esperanza de volver a disfrutarlo en el próximo año” en palabras del secretario de cámara de los Infantes que podrían interpretarse como una promesa de repetir la estancia.

DISPUTAS.
Si tuvieron la intención de hacerlo, el momento tan delicado por el que pasaba la monarquía y, sobre todo, el estado de  salud del rey con funesto desenlace en septiembre del siguiente año, iniciándose una guerra dinástica entre los partidarios de otro de los hermanos de nuestro protagonista, el Infante Carlos María Isidro y los de su sobrina Isabel, a la que regentaba su cuñada María Cristina, hicieron inviable, prácticamente imposible, repetir la estancia familiar en los años que siguieron, aunque, décadas después, dos de sus hijos, Enrique y Francisco de Asís, este último como rey Consorte, volverían a visitar El Puerto.

A MADRID.
La inesperada enfermedad del monarca Fernando VII, rompió la plácida tranquilidad con que habían transcurridos los primeros días de septiembre. De forma precipitada, la familia real y algunos de los más allegados del séquito, iniciaron el viaje de regreso, saliendo para el real sitio de San Ildefonso, al pié de la Sierra de Guadarrama, en la provincia de Segovia, el 14 de septiembre. Viajaron en cuatro coches de camino, alquilados en Jerez. Llegaron, descansando lo imprescindible, en ocho jornadas. El resto del personal y el grueso del equipaje salieron ese mismo día en una expedición más sosegada, con destino a Madrid.

40 DÍAS EN EL PUERTO.
Resumiendo, la estancia física del Infante Francisco de Paula Antonio, hermano de Fernando VII y su esposa, María Luisa Carlota, hermana de la reina María Cristina, fue de 40 días y de casi dos meses sus hijos y el grueso del séquito que los acompañó, alojados casi todos en la casa número 23 actual de calle Larga. Es una página importante de la historia local poco conocida y escasamente divulgada.  El lado oscuro corresponde al gasto que supuso esta estancia al erario municipal, al pueblo en general, a la postre.  Según indica Enrique Pérez en su comentario final sobre la estancia del Infante Francisco de Paula y familia, apartado incluido dentro de su interesante obra “El Vergel del Conde y el Parque de Calderón”, el coste de la misma ascendió a 179.000 reales, suponiendo para las arcas municipales un déficit de 120.000 reales (30.000 Pesetas) en números redondos, cantidad que pretendieron recuperar en los siguientes ejercicios económicos con la imposición de arbitrios diversos, gravando en dos cuartos de real cada libra de carne, 16 maravedíes cada arroba de carbón y dos maravedíes las panillas de aceite.

Interior de la casa donde se hospedaron, en Larga, 27.

PROMOCIÓN TURÍSTICA.

La otra cara de la moneda, el aspecto positivo del evento fue la promoción que dicha estancia proporcionó a la Ciudad, compensándola de las pérdidas antes citadas pues ese año es señalado por diversos investigadores  como punto de arranque del renacimiento económico de la ciudad, merced a la llegada de inversores foráneos que, a partir de esa fecha, comienzan a establecerse aquí, labrando bodegas y trabajaderos, creando, en definitiva un emporio industrial, dedicado a la crianza y exportación de vinos que se mantendría en auge durante el medio siglo siguiente y, al mismo tiempo, sembrando la  semilla de un turismo de élite que, con el paso de los años y los cambios en usos y costumbres, se ha convertido en el robusto árbol  que es hoy día el sector de servicios turísticos. (Textos: Antonio Gutiérrez Ruiz. - A.C. Puertoguía).

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TERCER ANIVERSARIO DE GENTE DEL PUERTO.
Ayer se cumplían tres años del nacimiento de esta publicación web en la que, a diario, y desde el 21 de julio de 2008, contamos las pequeñas historias de las gentes y los habitantes de El Puerto y, con la suma de ellas ayudamos a formar el puzzle de la Historia de El Puerto. Muchas veces contada en primera persona, otras por referencias de quienes conocieron al personaje, otras más por colaboraciones y trabajos de investigación, ‘la savia del rey Sabio’, es decir las gentes de El Puerto, los temas y curiosidades de nuestra Ciudad, se asoman a diario a los numerosos lectores, más de 8.000 diarios, haciendo de esta publicación las más leída en internet de El Puerto de Santa Maria. A todos, muchas gracias.

José María Morillo
Director.

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Ayer se cumpllieron 75 años del golpe militar que un grupo de generales, encabezados por Franco, Mola y Sanjurjo, dirigieron contra el gobierno legítimo de España. De la noche a la mañana, se cumplieron los peores presagios. Aquel ‘glorioso movimiento nacional’ destruyó la experiencia democrática de la II República que desembocó en una cruenta y prolongada Guerra Incivil. La conjura de los generales no lo fue por que nuestro país fuera ingobernable, sino para subvertir el orden legalmente establecido que tardaría 40 años en volver a ver la luz. Cada vez son menos los testigos directos de aquel día y de los casi tres años de contienda que le siguieron.

Dos portuenses significativos --cuyos cuerpos nunca aparecieron-- dieron su vida por estar al frente de sendas instituciones representativas: el Ayuntamiento de El Puerto y la Diputación de Cádiz. Para ellos nuestro recuerdo.

EL ÚLTIMO ALCALDE DE LA II REPÚBLICA.
Manuel Fernández Moro, fue el último alcalde que dirigió los destinos El Puerto -durante apenas cuatro meses- al final de la Segunda República. En los convulsos meses previos a la rebelión militar del 18 de julio de 1936 que daría paso a la Guerra Incivil, El Puerto había conocido tres alcaldes pertenecientes a la coalición de izquierdas del Frente Popular: Francisco Veneroni Arcos (21 Febrero-18 Marzo 1936) --ya que Francisco Cossi Ochoa había declinado serlo--; le sucedió José Blandino Mitges (18 Marzo-24 Abril 1936) y por último Manuel Fernández Moro (24 Abril-18 Julio 1936), siendo detenido en su despacho de la Casa Consistorial en la Plaza de Isaac Peral y conducido a prisión, donde “desaparecería” sin dejar rastro.

Manuel Fernández Moro era militante de Izquierda Republicana, el partido liderado por el presidente de la República, Azaña. Manuel, desapareció durante la tercera semana de agosto de 1936 -había estado preso en el Penal- custodiado tanto él como otros militantes y simpatizantes republicanos por funcionarios de prisiones y un destacamento del ejército con la misión de vigilar a los presos políticos. De ahí lo extraño de estas desapariciones.

La familia de Fernánez Moro, procedía del municipio onubense de Cumbres Mayores. Otros hermanos de Manuel fueron Eloy, Concha, Miguel, Máximo y Ramona: el primero y los dos últimos crearon sendos establecimientos de alimentación en El Puerto (calle Sierpes y esquina de Santa Clara con Zarza), donde se establecieron con sus padres, que era viajante o representante de Ultramarinos.

EL ÚLTIMO PRESIDENTE DE LA DIPUTACIÓN DE LA II REPÚBLICA.
Francisco Cossi Ochoa había nacido en El Puerto de Santa María el 24 de agosto de 1898 y era el tercero de los cinco hijos del matrimonio formado por José Jacinto Cossi Pérez y Mª Luisa Ochoa Zaldívar. Cursó estudios de comercio y trabajó en una compañía de electricidad y en una farmacia, habiendose afiliado a la UGT y al Partido Republicano Radical Socialista, siendo además activo colaborador de la Cruz Roja portuense. Sus primeros pasos de relevancia en la política los dio el 29 de abril de 1931, cuando tras la proclamación de la II República, fue designado para formar parte de la comisión gestora del ayuntamiento portuense.

El investigador Jesús Núñez ha estudiado la historia de otro portuense  que fue alcalde de la Ciudad durante dos periodos, y cuyo final también se desconoce: «Francisco Cossi Ochoa 1898-1936. El último presidente de la Diputación de Cádiz en la II República. Una muerte sin esclarecer».

Su familia también sufrió la represión. Sus hermanos Eduardo y José Jacinto fueron encarcelados al igual que su cuñado Pablo Cerdá Simó. De Eduardo, casado y con seis hijos de corta edad, tampoco se supo nunca nada más. Si aparece en cambio la inscripción de su muerte, acontecida a causa del “Glorioso Movimiento Nacional” precisamente el 16 de agosto de 1936, habiéndose realizado fuera de plazo el 12 de noviembre de 1938 en virtud de carta-orden del juez de instrucción de El Puerto de Santa María como consecuencia del auto dictado para la declaración de “desaparecido”.

En  el libro de Jesús Núñez se afirma que en los primeros meses de la Guerra Incivil era usual que una siniestra camioneta, bautizada como La Viuda Negra, conducida por milicianos facciosos se llevara presos de la cárcel. Sus cuerpos eran luego encontrados en los alrededores de la Plaza de Toros. Nunca aparecieron los de  de Manuel Fernández Moro y Enrique Cossi Ochoa.

Más información, nótula 590 en GdP: Francisco Cossi Ochoa.

PROSA ESPAÑOLA.
El poeta nacido en El Puerto en 1927, José Luis Tejada, en su libro ‘Prosa Española’ editaba en 1977 una recopilación de versos escritos entre 1960 y 1966, dedicado ‘A todos los españoles de buena voluntad’. Para el escritor «Acaso hoy, todavía, no lleguen demasiado tarde en su llamada vehemente a la reconciliación nacional».

Veintiseis composiciones componen este poemario, del desaparecido Doctor en Filosofía y Letras y profesor de Universidad, estudioso de la obra de Rafael Alberti y empresario fugaz, del que extraemos el poema con que finaliza el citado volúmen.

DELITOS.
Toda guerra es civil, es reyerta,
familiar, todo pleito injusto, todo
fallo fallido si condena.

Profanación toda violencia, toda
ofensa, sacrilegio si de de obra;
fraude, si de omisión; si de palabra,
toda ofensa es blasfemia.

No hay violación que escape
a los mimbres hirsutos del incesto.

Calumnia es toda voz armada. Crimen
la abstención congelada de los indiferentes,
la rebeldía toda, parricidio;
sacrilegio, la gula vecina de otras hambres;
desafuero, el rencor, contra el espíritu;
cualquier ejecución, infanticidio.
Rapto, cualquier prisión.

Merecedoras todas nuestras culpas
de la eterna condena irremisible
sin perdón, sin final, sin paz ni olvido,
incursos como estamos los más en gravámenes
de abusos de esperanza en mayor grado
y de alevosa consanguinidad.

José Luis Tejada Peluffo.

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Palacio de Valdeavellano. Ribera del Río, 47.

Hoy hace 82 años que, en una especie de exilio urbano, alejado de las alcobas de su casona de la Ribera del Rio, 47 --el conocido como Palacio de Valdeavellano-- donde vivió más de tres cuartos de siglo, exhaló su último suspiro don Manuel Gª de Valdeavellano y Larraondo, el día en que se celebraba la festividad de la Virgen del Carmen del año 1929. Tenía 89 años y un merecido prestigio de hombre sensato y honesto, liberal, tan humano como religioso, especialmente popular por su asistencia a los entierros de personas de cualquier clase y condición a los que solía acompañar mientras tuvo fuerzas para ello hasta su última morada, caritativo hábito, respetuoso rito para con amigos y desconocidos, a los que consideraba su prójimo. Había sido el primer alcalde de El Puerto al proclamarse la I República.

Montenegro de Cameros, pequeño municipio de la provincia de Soria, de donde procedía y nació el padre de nuestro protagonista, Casimiro Gª de Valdeavellano y García Gastón.

Hijo de Casimiro Gª de Valdeavellano y García Gastón y de Dolores Larraondo, nació en 1840 en Cádiz, adonde llegó su padre procedente de la provincia de Soria (Montenegro de Cameros), por mediación de su hermano arcediano titular del cabildo eclesiástico de la catedral de Cádiz. Tuvo otro hermano menor, Francisco Javier. En 1842 la familia se trasladó a vivir a El Puerto, a la casa de su propiedad --dote de la familia materna-- en la Ribera del Río, 47. El cabeza de familia se dedicaba al comercio y a la elaboración y envejecimiento de vinos en las bodegas, también de la dote de su mujer, que tenían en Puerto Escondido con entrada por calle Mayorga, señalada con el nº 3 antiguo y 6 moderno que lindaban con otras bodegas propiedad de Angel Aramburu. /En la imagen, ilustración de Miguel Ángel Pantoja, que recrea la época a la que se refiere esta nótula.

VIDA PÚBLICA MUNICIPAL.
Apuntamos ahora la activa y dilatada participación en la vida pública de la ciudad del primogénito y protagonista de esta nótula, Manuel, a través de diversos cargos ejercidos en el consistorio municipal. Formó parte de numerosas comisiones, ocupándose de asuntos delicados que requerían de su talante conciliador, su experiencia y el infatigable espíritu de servicio que poseía y siempre mantuvo. Por ejemplo, en 1891, formó parte de la comisión municipal encargada de inventariar el hospital municipal y redactar un nuevo reglamento, mejorando sus instalaciones y servicios ó, encabezando una comisión de vecinos que se entrevistó con el gobernador de la provincia sobre el problema de la retirada de la guarnición militar del penal, en 1905, ó presidiendo la Junta Local de Enseñanza, el sorteo de mozos, etc… siendo uno de los pocos ediles que asistían a la mayoría de las sesiones municipales ya fuesen ordinarias, plenarias o extraordinarias. Las citas a su persona en la Revista Portuense era casi diaria.

Fábrica de Gas Lebón, a la altura de donde hoy se encuentran las viviendas que ocupan el que fuera el antiguo campo de fútbol del Racing Club Portuense, frente a la Comisaría de Policía.

«O PAGAN, O SE APAGA».
De la Revista Portuense, en su edición del 12-5-1905 extraemos una anécdota definitoria en cierto modo de su personalidad, ingenua e ingeniosa. Se había suscitado un problema con la compañía de Gas Lebón que era la que se ocupaba del alumbrado público. Existían varios retrasos en los pagos concertados, algunos de ellos con escasas posibilidades de cobrarlos, según entendía la empresa suministradora de energía, que tomó unilateralmente la decisión de no encender algunas  farolas del alumbrado público para compensar el débito. (Esta fórmula: “O pagan, o se apaga” puede que  la inventaran ellos pero el caso es que, actualmente, si no pagas el recibo te cortan el suministro, que es lo mismo, con la diferencia de que la energía lunar aún no se ha desarrollado lo suficiente como para sustituir a la eléctrica, de la que dependemos para todo). Don Manuel pidió la palabra en la reunión municipal donde se trataba este asunto y con la mayor seriedad propuso que, siendo razonable la medida adoptada por Gas Lebón, la anulación anunciada de las luces se produjese tan solo… ¡ en las noches de luna llena! para así minimizar el perjuicio a los ciudadanos.

De todos estos cargos desempeñados, el más importante y significativo fue el de alcalde, puesto que ocupó en 1873, elegido por sufragio en las elecciones convocadas por la I República.

ADVENIMIENTO DE LA I REPÚBLICA.
Cuando se recibe en El Puerto la noticia de la proclamación de la República el 11 de febrero, tras la renuncia del rey, D. Amadeo, se reúne en la mañana del día 12 la Corporación Municipal para tener conocimiento y constancia oficial de dicha proclamación. En consecuencia se redacta el siguiente texto: «Enterado el Ayuntamiento con la mayor satisfacción de este fausto acontecimiento que abre un porvenir de gloria y bienestar a nuestra querida Patria y que ardientemente deseaba el sentimiento público». Se acuerda publicarlo y enviarlo por telegrama al gobierno de la nación. Se trata pues, de una manifestación oficial de agrado y simpatía con el nuevo régimen político establecido por la Asamblea Nacional en Madrid. /Ilustración de la revistilla 'La Casa de las Dunas', en la que aparece Amadeo de Saboya, 'el rey efímero'.

LIMOSNAS PARA LAS CLASES POBRES.
Uno de los catorce miembros que componían en esa fecha la Corporación constituida en 1872, presidida por un militar retirado, el coronel D. Jose Maria Viaña, era Manuel Gª Valdeavellano y, conociéndolo, quizás fuese él también el que propusiera a sus compañeros el reparto de 2.000 limosnas en forma de bolsa de comida destinada a las clases pobres (media hogaza de pan, media libra de carne, una onza de tocino y un cuarto de garbanzos), con cargo al capítulo de imprevistos, formando parte de un pequeño programa elaborado sobre la marcha para celebrar el acontecimiento, tal fue el repique de campanas de  iglesias y conventos, la retirada del retrato de Don Amadeo de organismos y edificios públicos y la colaboración en el engalanamiento, exorno e iluminación de las casas de vecinos que quisieran adherirse o solidarizarse con la República, además de rotular efímeramente diversas calles con personajes republicanos, calles que volverían a su denominación tradicional poco tiempo después.  /En la imagen, escudo del Ayuntamiento en 1873.

ALCADE EN LA I REPÚBLICA.
En las elecciones municipales que se celebraron los días 5 y 6 de abril, al no participar los partidos monárquicos, que se abstuvieron, ganó con comodidad la candidatura democrática republicana, siendo votado don Manuel, considerado políticamente como liberal moderado para presidir el primer ayuntamiento republicano elegido por sufragio, elecciones cuestionadas por algunos historiadores  dada la escasa participación de votantes,  inferior al 30 por ciento. /En la ilustración de la izquierda, alegoría de la I República Española.

PRINCIPALES LOGROS.
Señalaremos algunas de las decisiones e iniciativas bajo su presidencia: el deslinde y amojonamiento de los términos vecinos de Jerez, Puerto Real, Rota y Sanlúcar; el comienzo de las obras de canalización del Guadalete y el proyecto para construir una dársena de carga y descarga. Preocupado tanto por la higiene y la salud pública como por la decencia y la buena educación mandó colocar diversos mingitorios públicos para varones en aquellos lugares donde era más ostensible –por el olor, mas que nada- tan extendida práctica.

EL ÓBITO, EN LA REVISTA PORTUENSE.
Su desaparición no pasó desapercibida, Reproducimos algunos párrafos de la semblanza publicada en la Revista Portuense del 17 de julio de 1929, dando cuenta de su fallecimiento. “El Puerto debe hoy estar de luto. Ayer tarde, confortado con los auxilios de la religión y tras una larga dolencia ha dejado de existir un amado convecino, el anciano señor don Manuel Garcia de Valdeavellano y Larraondo, persona dignísima que disfrutó de la estima y consideración de varias generaciones de portuenses…/… Persona en extremo piadosa, mientras pudo hacerlo, fue fiel cumplidor del precepto cristiano concebido en las Obras de Misericordia: dar sepultura a los muertos, acompañando el entierro de cuantos fallecían en la ciudad…/… No habrá hoy casa en la ciudad donde, al saberse la muerte de tan respetable y digno señor, no se muevan los labios en una oración por su alma, al par que sea comentado su fallecimiento con frases de condolencia. Descanse en la paz del Señor y sirvan estos renglones de lenitivo al justo dolor que embarga hoy a su distinguida familia.”  /En la imagen de la izquierda, vista del Palacio de Valdeavellano que da al Parque Ruiz-Calderón. Con los toldos, el actuar Bar Casa Paco 'Ceballos'.

Curioso anagrama en hierro con las iniciales del marido de Dolores Valdeavellano Tejera, JACM, es decir Juan Antonio Martínez Colom, que figura en uno de los balcones del edificio denominado Palacio de Valdeavellano.

En su testamento nombraba como única y universal heredera a su sobrina Encarnación Gª Valdeavellano Tejera, prohibiendo expresamente la intervención de la autoridad judicial y el cuestionamiento de su libre decisión por cualquier causa o motivo, la cual aceptaría el legado testamentario en 1930 y, formando parte del mismo, la parte segregada, deslindada y pactada del inmueble de Ribera 47, es decir el entresuelo y el piso bajo, excepto el bodegón denominado “carbonera” que transmitió a sus hijos. (Textos: Antonio Gutiérrez Ruiz. - A.C. Puertoguía).

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Hoy martes a las 21:00 horas, en la sede social de la Academia de Bellas Artes ofrece una conferencia el Dr. en Historia Juan José Iglesias que versará sobre "El Puerto de Santa María en la época del Marqués de la Ensenada". Será presentado por el académico Javier Maldonado Rosso.

Zenón de Somodevilla y Bengoechea, I Marqués de la Ensenada nació en Hervías, (La Rioja), en 1702 y falleció en Medina del Campo, (Valladolid), el año de 1781. Procedente de una familia de hidalgos, fue incorporado al servicio de la Monarquía por Patiño, quien le reclutó como oficial del Ministerio de Marina durante la preparación de una expedición a Ceuta en 1720.

Ascendió progresivamente en la carrera burocrática hasta el puesto de comisario de Marina en El Ferrol (1730). Pero lo que le encumbró políticamente fue su eficaz labor como organizador de la escuadra española destinada a reconquistar Nápoles para el príncipe Carlos (el futuro Carlos III) durante la Guerra de Sucesión de Polonia (1733); sus servicios fueron premiados con el título de marqués de la Ensenada en 1736.

Desde entonces ocupó los más altos cargos de la Monarquía: secretario del Consejo del Almirantazgo (1737), intendente de Ejército y Marina de la expedición a Italia durante la Guerra de Sucesión de Austria (1741)… y, en 1743, secretario de Estado y del Despacho, ocupando simultáneamente tres de las cuatro carteras ministeriales existentes: la de Hacienda, la de Guerra y la de Marina e Indias. Su poder se completó con cargos como los de notario de los reinos de España, lugarteniente general del Almirantazgo, superintendente de las Rentas de Millones y de Tabacos, miembro del Consejo de Estado… La muerte de Felipe V en 1746 mejoró aún más su situación, pues el nuevo monarca, Fernando VI le confirmó en todos sus cargos y le nombró además secretario de la reina (1747).

MINISTRO UNIVERSAL.
Convertido prácticamente en ministro universal, Ensenada encaminó su política hacia el fortalecimiento del Ejército y la Marina en previsión del inevitable conflicto que, a la larga, tendría que sostener España con Inglaterra por sus intereses coloniales enfrentados, conflicto en el que desconfiaba de poder contar con la ayuda de Francia. Para ello se esforzó por impulsar la economía productiva de la Península y el comercio con América, mejorar el rendimiento del sistema fiscal, fortalecer el control de la metrópoli sobre las Indias y reconstruir la flota.

DESPOTISMO ILUSTRADO.
En ese ambicioso programa destacan medidas como las nuevas ordenanzas militares, el envío de «espías industriales» a Europa para modernizar la construcción naval española, la creación del Real Giro, el levantamiento de un catastro general de la riqueza de las 22 provincias castellanas --el famoso «Catastro de Ensenada»--, el proyecto de simplificar la Hacienda y hacer contribuir a los estamentos privilegiados a través de la Única Contribución, la construcción de canales y carreteras… en definitiva, una acción de fortalecimiento del poder real y de fomento de la riqueza del país, que le sitúan en el ámbito del ‘Despotismo Ilustrado’ propio de su época.

CAÍDA EN DESGRACIA.
Su posición en la corte fue socavada desde 1746 por el secretario de Estado Carvajal, representante de los intereses ingleses; tras la muerte de aquél en 1754, Ensenada cayó del gobierno por la acción combinada de las protestas inglesas y del malestar que sus iniciativas fiscales habían causado entre los estamentos privilegiados. Fue desterrado en Granada y, posteriormente a El Puerto de Santa María.

“Vista del Puerto de Santa María”, óleo sobre lienzo, 70 x 95 cm, 1781-1785 (propiedad del Museo del Prado, en depósito en el Museo Naval de Madrid)

ENSENADA, EN EL PUERTO.
Zenón de Somadevilla viviría la segunda parte de su destierro por dos años y medio en El Puerto de Santa María. El jueves 15 de diciembre de 1757 llegó a dicha Ciudad el marqués de la Ensenada, procedente de su destierro de Granada. Una enfermedad aconsejó en 27 de septiembre anterior, por medio del médico José de Nájera, «para curar el accidente de pecho que padecía» que se trasladara a una ciudad con aires más húmedos y menos fríos que los de Granada. El rey Fernando VI había resuelto el 26 de octubre que residiera en El Puerto «por la benignidad del clima». Así el 19 de noviembre salía de Granada, tardando casi tres semanas en llegar a nuestra Ciudad, el 15 de diciembre de 1757, acompañado de un religioso y un oficial. /En la imagen portada de
‘Don Cenon de Somodevilla, marqués de la Ensenada; ensayo biográfico formado con documentos en su mayor parte originales, inéditos y desconocidos (1878)’,  de Antonio Rodríguez Villa. Madrid.

En El Puerto el Comandante Juan de Villalba le puso en su casa, para su resguardo y el de sus bienes cuatro hombres con un cabo de escuadra «por hallarse situada su habitación en un extremo del pueblo y los muchos robos que allí se acometen». El Ministro de Estado Ricardo Wall le indica, días después que  «por no aprobarlo S.M. el Rey retire a su cuartel los cuatro hombres y el cabo que en casa de Ensenada había puesto de guardia, porque ni corresponde al estado actual del señor Marqués, ni se halla preso» y que deberá considerarse confinado en el recinto de la Ciudad, como lo estuvo en Granada, y que «no deberá en modo alguno pasar a Cádiz». /En la imagen, edición actual del volúmen de Antonio Rodríguez Villa sobre el Marqués de la Ensenada.

La envidia y encono de sus émulos llegó hasta el punto que se falseó su vida tranquila trocándola  como si fuera licenciosa. Tuvo que intervenir el Arzobispo de Granada para desmontar la infamia. A Ensenada le hubiera gustado haber continuado su destierro «donde vivir con más quietud y menos bulla», y es que le repugnaba ir a puertos de mar, por razones que no explicaba.

LIBERACIÓN.
El 13 de mayo de 1760, en la Gaceta de Madrid, se publicaba el decreto mediante el cual el nuevo rey, Carlos III, (a la izquierda de la imagen) levantaba el destierro que el de la Ensenada mantenía en El Puerto, si bien recibiría el traslado del mismo con anterioridad a la fecha de la publicación, pues el 6 de mayo ya estaba en Madrid.

Tras la liberación recibió los cargos de consejero de Estado y Hacienda y miembro de la Junta del Catastro. Seis años más tarde, en 1766, fue acusado de haber participado en el motín de Esquilache y nuevamente confinado, esta vez en Medina del Campo, donde murió en 1781.

CATASTRO
Desde 1749 se realizó, en los 15.000 lugares con que contaba la Corona de Casrtilla (entre los que no se cuentan los de las provincias vascas, por estar exentas de impuestos), una minuciosa averiguación a gran escala de sus habitantes, propiedades territoriales, edificios, ganados, oficios, rentas, incluyendo los censos; incluso de las características geográficas de cada población. Fue ordenada por el rey Fernando VI a propuesta de su ministro el Marqués de la Ensenada y recibe hoy el nombre de Catastro de Ensenada.

En la imagen de la izquierda portada del ejemplar de Juan José Iglesias Rodríguez, "PUERTO DE SANTA MARIA EN 1752, según las Respuestas Generales al Catastro del Marques de la Ensenada". (Madrid,1991). Ed. Tabapress/ Ayuntamiento. de El Puerto de Santa Maria. 157 págs. 15 x 23 cm. Indice: Puerto de Sta. Maria en el siglo XVIII. Respuestas Generales.

Mapa General de España y Portugal con la división provincial del momento (1782) por D. Tomás López. Biblioteca Nacional.

RESPUESTAS GENERALES.
El resultado a este Interrogatorio de 40 preguntas, al que respondieron las 22 provincias que a mediados del siglo XVIII conformaban la corona de Castilla, es lo que conocemos como “Respuestas Generales” realizadas entre 1750 y 1756, al tener que repetirse todas las relativas a Murcia, -excepto Caudete-. Se pretendía obtener información precisa sobre diversos aspectos de cada población: su extensión y límites, tipos y calidades de las tierras, clases de árboles y frutos, número de vecinos y sus bienes, riqueza, impuestos, rentas y un largo etcétera, que proporcionaría a la administración un profundo conocimiento del territorio, del que en esos momentos carecía.

En 1869 sus restos mortales fueron trasladados al Panteón de Marinos Ilustres de San Fernando, y empezaron a editarse obras retrospectivas sobre su labor al frente de la política española. (Basado en textos de Antonio Rodríguez Villa).

En su honor se construyó el Petrolero de Flota "Marqués de la Ensenada" partió el pasado 20 enero de la Base Naval de Rota, para integrarse en la agrupación de la OTAN, SNMG-1, ante una de sus últimas navegaciones antes de pasar durante el segundo semestre del presente año a situación Delta y posterior baja de la Lista Oficial de Buques de la Armada.

1

Cristóbal Mosquera de Figueroa nació en Sevilla en el año 1547.  De condición hidalga,  estudió en Salamanca y en Osuna y fue discípulo de Juan de Mal Lara. Fue Corregidor y Capitán General en El Puerto de Santa María y Auditor de cuatro Galeras. Antes fue Corregidor de Utrera y posteriormetne de Écija, para luego pasar a ser Alcalde Mayor de Adelantamiento de Burgos, y trasladándose luego a Valladolid.  /En la imagen, retrato de Cristobal Mosquera, en un grabado propiedad de la Biblioteca Nacional de España.

¿Que es un Corregidor? Era un funcionario real, cargo equivalente al de alcalde, cuya misión era representar a la Corona en el ámbito municipal. Sus funciones: representar a la monarquía a nivel local, gestionar el desarrollo económico y administrativo de los municipios, presidir los ayuntamientos, dando validez a sus decisiones, ser juez en primera o segunda instancia, ... Desaparecieron en 1833 al instaurarse los Gobernadores políticos, en el ámbito administrativo, y remodelarse el sistema judicial.

Cristóbal Mosquera perteneció al grupo poético sevillano de la mitad del siglo XVI. Tuvo algunos amigos muy conocidos, como el poeta Alonso de Ercilla, Miguel de Cervantes, a quien le proporcionó trabajo como recaudador de la Armada Invencible, y de don Álvaro de Bazán, primer marqués de Santa Cruz, que le protegió. Como poeta fue recreador s de la poesía del momento, le gustaban las construcciones trimembres, tomando como modelo a poetas como Garcilaso de la Vega, Fray Luis de León. También de Fernando Herrera de  quien era amigo personal y publicó en sus “Anotaciones” algunas traducciones suyas.  Se retiró a Écija, donde pasó los últimos años de su vida. «cansado, pues, ya de tantas ocupaciones y trabajos, i desengañado de las cosas del mundo, se retiró a Écija, donde avía sido corregidor, i allí enfermó de la orina i de otras reumas o corrimientos a los ojos que le turbaron i oscurecieron la vista. Finalmente, vencida la naturaleza de los achaques i dolores, trocó esta vida por la eterna, año de 1610». (Francisco Pacheco). /En la imagen, portada del 'Comentario en breve compendio de disciplina militar...', propiedad de la Biblioteca Nacional de Portugal. Año 1596.

«Don Juan de la Cerda, recurrió a Cristóbal Mosquera para poner orden y paz en ciertos asuntos delicados de su Ciudad y Gran Puerto de Santa María. Para ello, le nombró juez para que abriese el juicio de residencia al doctor Espinosa, corregidor del Puerto y de sus tenientes y otros oficios. El mismo día que el duque hizo este nombramiento, le dio el título de Corregidor del Puerto, fechado en Medinaceli en noviembre de 1580 en el que se hacía constar ‘la habilidad y suficiencia y calidades que concurren en vos el licenciado Mosquera de Figueroa’.

A fines de noviembre se presentó el juez poeta en el Puerto de Santa María, y el último día del año ya actuaba en el desempeño de su cargo. Con todo celo desempeñó su oficio de Corregidor, que ejerció hasta 1582, siendo una de las cosas más notables que hizo la reforma de las Casas del Cabildo, en las que edificó varias piezas. /En la imagen, vista parcial de la vista de El Puerto dibujada por Anton van Wyngaerde en 1567 por encargo de Felipe II.

Mosquera, que en su juventud había sido marino, se hallaría a sus anchas en el Gran Puerto de Santa María, y tal vez recibiera aquí la visita de su antiguo general el marqués de Santa Cruz, a quien, años después, en 1586, le dedicó un extenso e inspirado elogio a su retrato.

Un grave negocio tuvo que resolver Mosquera en el Puerto de Santa María por la cualidad de las personas que en él intervinieron, ya que se trataba del licenciado Juan Rodríguez Herrera, vicario del Puerto. Este licenciado era hombre inquieto y muy aficionado a entrometerse en los asuntos de la jurisdicción civil ‘por lo que traía alborotada a la ciudad, y no acudir a las cosas del servicio de la Iglesia y administración de los sacramentos como debía’, así se lee en las actas capitulares.

El Cabildo portuense acordó que ‘convenía mucho que no fuese Vicario e que todos sus excesos fuesen castigados’. De esto se encargó con diligencia y pericia el Corregidor Mosquera y sin perder tiempo se trasladó a Sevilla, llevando para el provisor una carta del Cabildo, en la que se pidió la remoción del Vicario. La gestión de Mosquera dio el resultado apetecido. El provisor contestó al Cabildo del Puerto ofreciendo hacer justicia, y Mosquera consiguió que el Vicario fuese removido. Al poco tiempo, el poeta dejaba el corregimiento del Puerto para desempeñar otros oficios que Felipe II le encomendara, entre ellos ‘ciertas cosas del servicio a Dios y de Su Majestad’, en la ciudad de Livona, por lo que pidió al Cabildo del Puerto le hiciera merced de darle noventa días de ausencia para dichos asuntos. Acordó el Cabildo como lo pedía el Corregidor, ‘conforme a la ley del Reino y más allende, con que cumplido el dicho término, asista a dar residencia’. /En la imagen, el rey Felipe II.

Tengo para mí que Mosquera ya no volvió más al Puerto de Santa María, y que el juicio de residencia le fue en un todo favorable, siendo el licenciado Pedro de Alarcón el juez encargado de las actuaciones. Que la prudencia y los dotes de gobierno de que Mosquera estaba poseído se acreditaron mientras fue Corregidor, lo demeuestra que algún tiempo después desempeñó importantes oficios en Utrera y el puesto de Corregidor en Écija, donde pudo prestar a su amigo Miguel de Cervantes señalados favores». (Texto: Santiago Montoto). /En la imagen, Miguel de Cervantes, quien fuera proveedor de las Galeras Reales.

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Este cuadro de Pablo Picasso de 1961: ‘El baile o danza de la juventud’ inspiró a la organización, el Partido Comunista de España, para ser la imagen y anunciar el ‘Encuentro de Arte y la Cultura con los Pueblos de España’ en la Plaza de Toros de El Puerto el 5 de agosto de 1977. Fue uno de los primeros y más multitudinarios conciertos que se celebraron durante la llamada Transición, en el que participaron diferentes artistas y creadores de diferentes nacionalidades y estilos. Una plaza de toros a rebosar, donde la solidaridad inspirada en el cartel, hizo de El Puerto el centro del hambre de cambio de aquellos días. De hace 34 años.

En el cartel anunciador se veían a artistas de la talla de  Gente del Pueblo, Victor Manuel, Ricardo Cantalapiedra, Manuel Gerena, Patricio Castillo, Taburiente, Ovidi Montllor, Rafael Cañizares, Elisa Serna, Adolfo Celdrán, Isabel Parra, Tita Parra, Teddy Bautista --antes de crear el denostado entramado recaudador de la Sociedad General de Autores--, Coz, Quintin Cabrera y Ana Belén. /Teddy Bautista, en una imagen de aquella época.

Rememora uno de sus organizadores, Miguel Marroquín: «Grandes recuerdos me trae este cartel, no solo fui coparticipe en su organización (PCE), sino que fui quien lo imprimió. Fue un éxito del pueblo para el pueblo. Efectivamente, grandes recuerdos me trae, pero más recuerdos de mis camaradas; Jose Gutierrez Ponce, (Pepito Alberti), Carmelo Ciria Pino, Joaquin Gonzalez Fuentes, (administrador honesto donde los haya) etc. Recuerdos donde la ilusión superaba al deseo, donde la abnegación era antes que la ambición, cuando la camaradería era antes que el interés personal y los intereses partidistas y de clanes. Pero llegó la fiera injusticia y acabó con las ilusiones del pueblo.

Era un época donde casi nadie quería ser capitán, todos querían ser soldados, eso sí, soldados pero en la primera línea de salida para cuando llegara tiempos mejores, y llegaron esos tiempos, y dándose codazos se situaron en el escalafón. Pero la historia es implacable y a cada uno lo coloca en su lugar y en este y en otros casos la historia sale con fuerza y le reconoce a Pepito, Carmelo, Joaquin, etc., como los organizadores del evento. Pero sabemos, o deberíamos saber, que nadie por si solo, está en condiciones de organizar nada si no cuenta con una organización política con el empuje que tenia el PC. esto fue posible al conjunto de los 448 camaradas trabajaran para que todo saliera bien; Servicio de bar, taquilleros, porteros, servicio de seguridad; decían los izquierdistas: «¡¡Para que queremos policías si ya tenemos al PC!!». Hombres y mujeres trabajando desinteresadamente para la libertad, la cultura para el pueblo. /En la imagen, José Gutiérrez Ponce, en la actualidad.

No fue fácil montar el acto, costó sacrificio, tiempo y también incomprensiones, pero como todas las cosas de la vida, los triunfos tienen muchos padres, pero lo importante es, que los que lo hacen saben cuantos padres tiene estos actos.  Ya he comentado en otras ocasiones que, Pepito Alberti ha sido el iniciador de todos y cuantos actos culturales importantes se han celebrado en El Puerto, ha sido la cabeza pensante de todos ellos, pero sin el concurso de los casi quinientos militantes hubiese sido imposible celebrarlos. /En la imagen, Carmelo Ciria Pino en la actualidad.

Victor Manuel y Francisco Gómez Ortega, el popular 'Pacoli' de la comparsa de 'Los Majara'.

Hay que destacar el apoyo y solidaridad de Manuel Gerena y Manolo Luque (representante), sin su ayuda hubiera sido casi imposible aglutinar a tantos artistas y además, cobrando solo y cada uno de ellos 40.000 pesetas brutas, que el camarada Joaquín,  responsable de finanzas, liquidó en el momento. Detalles que no se publicitan pero que están en la memoria de muchos».

Francisco Rabal, Cristina Almeida, Claudia Gravi, Ana Belén, Víctor Diez Cardiel y Juan Diego, puño en alto durante un mitin del PCE en 1977.

Y Fernando Lucini: «Recuerdo que fue una auténtica fiesta de solidaridad en la que en todo momento estuvo presente el simbolismo expresado por Picasso en su dibujo. A veces añoro encuentros musicales y fiestas solidarias como aquellas. La música y la canción nos unía y, sobre todo --pese a ‘la calor’-- nos hacía sentirnos fuertes y soñadores».

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Manuel Martínez Alfonso (Valencia 1924 – El Puerto de Santa María 2003)

Manuel Martínez Alfonso nace en Valencia el 14 de febrero en 1924, en una casa situada muy cerca de la emblemática y valenciana Torre del Miguelete, tercer hijo del matrimonio formado por Manuel Martínez y Rafaela Alfonso. Es el año en el que se estrena la película “Los Nibelungos” de Fritz Lang, se permite la apertura del sarcófago de Tutankhamon, nacen Marlon Brando o Truman Capote. Es el año del fallecimiento del escritor Frank Kafka o del compositor Giacomo Puccini (autor de Tosca, La Bohème o Madame Butterfly). /En la imagen, cuadro de Torres Brú que figura en la alcaldía. Precisamente fué Martínez Alfonso el que instituyó esta costumbre de colocar un cuadro de los ocupantes del sillón de primer edil, en la planta noble del Ayuntamiento, quizás a semejanza de los existentes en el Palacio Provincial, sede de la Diputación de Cádiz, a la que llegaría a pertenecer en 1976.

El niño Manuel, con un año de edad, en Valencia.

1924.
Ese mismo año nacen, en Sevilla, Luis Conradi y Toro, jesuita con nótula 959 en GdP; su amigo Juan Ignacio Varela Gilabert, escritor y poeta con nótula 1047 en GdP y, en la calle Larga, el escultor y medallista, Fernando Jesús López, con nótula 407 en GdP. Ese año fueron alcaldes de la Ciudad Sebastián Péndola y Soto, médico de profesión, quien en abril será sustituido por el bodeguero Alfonso Sancho y Mateo.

Manuel Martínez y Rafaela Alfonso, padres de nuestro protagonista.

Su familia se compone, además de sus padres, de dos hermanas, Amparo y Carmen, con las que le unirá una fuerte relación, a pesar de la distancia que separaba sus lugares de residencia, y que le prestaron apoyo de muy diversas formas, a él y a su familia, a lo largo de toda su vida.

ESTUDIOS EN VALENCIA

Hace sus primeros estudios en la Escuela Aneja a la Normal, después en el Colegio Nacional de la calle Juristas y más tarde en el Patronato de la Juventud Obrera. Continúan en el Colegio de los Padres Escolapios y aprueba el examen de ingreso en el Instituto Luis Vives (1935) La guerra civil española le sorprende en su domicilio de Valencia, lo que afecta al normal desarrollo de su formación académica, aunque continúa sus estudios bajo la dirección de su hermana mayor, Amparo. Finalizada la guerra, retoma la normalidad de los estudios, culminados con el examen de estado. /En la imagen de la izquierda, Manuel, en una instantánea tomada en 1932 en Valencia, durante la Primera Comunión.

En la fila del suelo, en el centro, marcado con una X, en el Colegio valenciano.

LITERATURA EN MADRID.
En 1943 comienza los estudios en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Valencia. Tras finalizar el ciclo de estudios comunes en dicha Facultas, atraído por la Literatura, que no puede cursarse en dicha capital, se desplaza a Madrid donde continúa sus estudios. Entre sus profesores se cuentan figuras del orden de Dámaso Alonso. En 1948 se licencia en Letras y regresa a Valencia. En 1949 vuelve a Madrid para iniciar los estudios de doctorado. En 1951 abandona definitivamente Madrid.

De izquierda a derecha y de arriba abajo:  Policarpo Deusto Canal, a continuación, el madrileño Ventura Lozano Moreno, profesor de Mecánica, José López Ruíz, Catedrático de Matemáticas, el portuense Luis Macías Rubio, el valenciano Manuel Martínez Alfonso, Catedrático de Lengua y Literatura Española, el malagueño Enrique Bartolomé López-Somoza, Catedrático de Geografía e Historia; debajo, el primero es David Almorza Salas, José Jacinto Cossi Mora al segundo; el tercero es Pepe Morillo León, locutor de Radio Puerto, Emisora del Instituto Laboral, Antonio Verdugo Chaves, y de portero, José María Quignón Selvático, gaditano, profesor de Formación del Espíritu Nacional (FEN) y de Gimnasia. No vemos por aquí al profesor de Física y Química, Joaquín Calero Muñoz. ni a José Luís Garratón Sánchez, profesor de Electricidad, ni a Tomás Quiles, profesor de Carpintería; tampoco veo entre el público a los subalternos Manolo, Tobío, o a los administrativos Pepe Vélez o Pando.

LLEGADA A EL PUERTO.
Tras conseguir por concurso la plaza de Profesor Titular del Ciclo de Lenguas en el Instituto Laboral, llega a El Puerto en octubre de 1952. Ya en el Puerto, inicia dos amistades que van a durar toda la vida: José Luis Tejada Pelufo y Eligio Pastor Nimo. Entonces reside en casa de doña Milagros Daniel, en la calle Pozuelo, 42. Allí hará buena amistad con otros huéspedes: Manuel Pérez Varela, Paco Viseras Alcolea, Manolo Tolón. Luego vendrían otros a incrementar la larga lista de amigos: Ventura y Teo, Antonio y Mariluz...

MATRIMONIO EN SAN JOAQUÍN.
En 5 de septiembre de 1956 contrae matrimonio con la portuense María de los Ángeles Pérez Sánchez --Mary--, en la iglesia parroquial de San Joaquín. Fruto del matrimonio nacen siete hijos: Alfonso, María Victoria, Alejandro, Alberto, Álvaro, Alfredo y Rodrigo. Y más tarde la familia se incrementa con cuatro nietos: Ana, Lucía, Santiago, Carlos y Jaime.

La familia al completo, padres, hijos, nietos, tías, nuevos miembros, en una instantánea tomada el 13 de octubre de 1996.

En El Puerto también traba una entrañable amistad con la familia de doña Pilar López, tan unida a la familia que los hijos de Manuel Martínez Alfonso la llaman ‘abuela’.

AGENCIA: ‘PUBLICIDAD A VOCES’.
En esa época, para complementar sus bajos ingresos como profesor de instituto, da clases particulares, crea una agencia publicitaria —“Publicidad a Voces”— por medio de la cual organiza una ‘Exposición del Hogar Moderno’, un periódico mural-cultural-publicitario —‘Color’— de periodicidad semanal, un concurso exposición de fotografías, conciertos musicales en el Parque Calderón, etc. Llega a adquirir una furgoneta “Gutrob” para explotarla comercialmente, pero el negocio resultará a la larga un fracaso y una sucesión de preocupaciones.

El 7 de junio de 1962 lee en la Facultad de Filosofía y Letras de Madrid su tesis doctoral “Contribución al estudio de la Geografía Literaria del Puerto de Santa María”, obteniendo la máxima calificación: ‘Sobresaliente cum Laude’.

Diputado provincial en 1976, jurando el cargo.

CONCEJAL Y CASA DE LA CULTURA.
En 1973 se presenta a las elecciones municipales por el tercio de representación familiar y es elegido concejal en la Corporación que preside Fernando T. de Terry Galarza. Se le confían las delegaciones de Censo Electoral, Padrón Municipal y Nomenclatura de Vías Urbanas, Festivales de España y la organización de las Ferias del Libro, así como la puesta en marcha de la Casa de la Cultura, que inicia sus actividades en 1975.

Recibiendo a S.M. el Rey el 1 de abril de 1976, en la Plaza de los Jazmines, frente al Paseo de la Victoria.

ALCALDE DE EL PUERTO.
El 1976 es elegido alcalde, por votación entre los miembros de la Corporación Municipal, y toma posesión ante el Gobernador Civil, Antolín de Santiago y Juárez. En febrero es designado Jefe Local del Movimiento, cargo que ocupa hasta su extinción en 1977, y elegido diputado provincial, incorporándose a la Corporación que preside Antonio Barbadillo y García de Velasco. Son años difíciles para la vida municipal, por la situación transitoria y la escasez de medios económicos. En su misión administrativa cuenta especialmente con la colaboración de sus dos primeros tenientes de alcalde, Enrique Pedregal Valenzuela y Javier Merello Gaztel, del Secretario de la Corporación, Jaime Fernández Criado, y de su secretario particular, Juan Martín Vélez. No olvidamos tampoco la compañía fiel en tantas jornadas viajeras de su conductor oficial Eusebio Íñiguez. Tras más de veinte meses al frente del Ayuntamiento, presenta su dimisión el 27 de octubre de 1977, reintegrándose a su puesto de concejal.

Pero su actividad principal no fue la política, sino que destacó en diferentes campos que le llevaron a tomar o participar en iniciativas culturales de diferente índole a lo largo de toda su vida y, en particular, en su larga estancia en El Puerto, todas ellas relacionadas con tres de sus pasiones: la Literatura, la Educación y los Viajes Culturales. Por alguna de ellas, o por todas, es recordado en El Puerto.

La revista infantil 'Yumbo'.

LA LITERATURA.
Las inquietudes literarias de Manuel Martínez Alfonso se remontan al período de la Guerra Civil. En alguno de sus escritos recuerda las lecturas de revistas infantiles, como Yumbo, Tim Tyler o el Aventurero. En esa época también comienza a escribir un diario personal. Ya en 1943 empieza a entregarse con interés a la lectura: Berceo, Nocalis, Chesterton, Rubén García Sanchiz… Escribe algunos cuentos y pronuncia su primera disertación pública (1944) en el salón parroquial de San Esteban (Valencia): “La figura del Consiliario y la Sinfonía Pastoral”.

Tras una estancia en Jaca, comienza a escribir unos poemas en prosa sobre el Pirineo y una adaptación para radio del tema de Los Nibelungos. En 1945 recibe sus primeras retribuciones, modestas, por sus trabajos literarios: Radio Nacional, Revista del Ejército… Escribe también un guión cinematográfico, que empieza a buscar fortuna.

RADIO NACIONAL DE ESPAÑA.
En 1948 comienza a colaborar con la revista “La Hora”, del Sindicato Español Universitario (SEU) de Madrid, como corresponsal desde Valencia. En 1950 consigue una colaboración fija en Radio Nacional, en la sección de Intercambios de programas. Tras su estancia en Madrid para iniciar los cursos de doctorado, estudia los clásicos e inicia la redacción de un tratado de Historia de la Literatura Española.

PRIMER LIBRO: ‘CAMINOS Y SENDAS’.
Ya en Valencia, en 1951 colabora como crítico de cine en la revista universitaria Claustro, que edita su primer libro “Caminos y Sendas”, crónicas de su viaje a Santiago, prologado por Walter Starkie (escritor, músico, viajero, cervantista e hispanista irlandés). También comienza a escribir “Sala de Banderas”, una colección de cuentos de ambiente militar, que no consigue publicar. /En la imagen de la izquierda, 'Caminos y Sendas, su primer libro prologado por el hispanista irlandés Walter Fitzwilliam Starkie.

CREACIÓN DE SENDAS REVISTAS.
La actividad literaria continúa una vez que toma posesión de su puesto de trabajo en el Instituto Laboral del Puerto de Santa María, en 1952, cuando publica algunos artículos en “Ateneo” y “La Actualidad Española”. Crea y dirige la revista “Guad-el-Leteo”, portavoz del Instituto. En 1955 publica la revista “Santa María”, de temas marianos y portuenses, que se prolongará durante algunos años. Editado por el Instituto, aparece un ensayo literario, “La figura del soldado en la Novela Picaresca”.

HISPANIDAD Y CRUZADOS.
En 1956 queda finalista en el Premio Valencia de Teatro, de la Diputación levantina, con su obra “Un funcionario llamado Sánchez”. Es designado miembro de la Comisión Ejecutiva de las Fiestas de la Hispanidad que, organizadas por el Ayuntamiento desde 1958, se prolongarán hasta 1967. Una de sus misiones específicas es la dirección de “Hispanidad”, una hoja informativa que publicará cinco número en cada conmemoración anual. Publica en “Cruzados”, periodiquillo local, una serie de críticas de estrenos cinematográficos durante los años 1959 y 1960.

FUNDACIÓN DE MEDUSA.
A primeros de 1961 interviene en la fundación de “Medusa”, Agrupación Cultural Portuense, de la que ostentará la presidencia. Compartirá trabajo e ilusiones con José Luis Tejada, Antonio García Amador, Carlos Zaccagnini, Rafael Tardío Alonso, Rafael Esteban Poullet, Paco Muñoz, Luz García, Antonio Pérez, Rafael Caballero Bonald, los jesuitas Padres Montero y Pascual… y tantos otros, en una tarea generosa y eficaz  que se prolongará por más de una década…

SEGUNDO LIBRO: ‘EL PUERTO EN LA LITERATURA’.
En 1962 con el nombre de “El Puerto de Santa María en la Literatura Española. Ensayo de una geografía literaria”, presentado por “Medusa”, se publica su tesis doctoral. Las colaboraciones en prensa local, provincial, en Radio Juventud de Cádiz, conferencias, etc. continúan produciéndose en estos años. Prosigue sus actividades en “Medusa”, Protección Civil y Fiestas de la Hispanidad, e inicia otras nuevas en la Junta Local de Turismo y Educación Popular y en la Asociación de Cabezas de Familia.  /Página interior del libro 'El Puerto de Santa María en la Literatura Española. Ensayo de una geografía literaria, editado por la Asociación Cultural 'Medusa', de la que llegaría a ser su presidente.

LA VOZ DE LA BAHÍA, PERIÓDICO LOCAL.
En 1965 se lanza con Fernando Portillo a la aventura de crear un periódico para el Puerto, que se llamará “La Voz de la Bahía” y que aguantará un año de supervivencia.

El 25 de noviembre de 1969, en el Club Taurino, en la entrega de un reconocimiento a 'Joselete'.

TERCER LIBRO: ‘PLAZA REAL’.
En septiembre de 1968 se publica “Plaza Real”, una extensa y documentada historia de la fiesta de los toros en El Puerto de Santa María. El 12 de diciembre del año siguiente presenta el libro en el Ateneo de Madrid, en acto en el que participan el académico José María de Cossío, Antonio Bienvenida, Díaz Cañabate, Carlos Murciano y Ramón Solís. /En la imagen de la izquierda  cubierta del libro 'Plaza Real'.

CUARTO LIBRO: ‘EL PUERTO CRECE’ EN ‘TEMAS PORTUENSES’.
Ese mismo año, al constituirse el Instituto de Estudios Gaditanos, de la Diputación Provincial de Cádiz, es designado Miembro Titular de dicho organismo, que dirige José Mª Pemán y preside el de la Diputación, Fernando Portillo. El 28 de marzo de 1971 pregona la Semana Santa del Puerto de Santa María.

Miembro titular del Instituto de Estudios Gaditanos. En la fotografía, con José María Pemán, Director del Instituto. A l a izquierda, el titular de la Diputacion Provincial, Fernando Portillo. Año 1969

'El Puerto crece', publicado en 1976.

En 1976 se publica “El Puerto crece”, una guía de los nuevos núcleos urbanos, y a través de la Casa de la Cultura edita, desde 1975 hasta 1979, una serie de  hasta siete publicaciones de distintos autores sobre temas portuenses. El 15 de diciembre de 1977 pronuncia el pregón de Navidad con Amor.

QUINTO LIBRO. ‘EL PUERTO CIUDAD DE HISTORIA Y TURISMO’.
En 1978 aparece su libro “Puerto de Santa María, Ciudad de Historia y Turismo”, publicado por la editorial Everest en su colección “Ibérica”. Entre 1978 y 1981 desarrolla una intensa actividad cultural: presentación del libro del Dr. Orozco Acquaviva “La gaditana Francisca Larrea, primera romántica española”, en la Casa de la Cultura de Cádiz; charla taurina en la Peña El Cordobés de Jerez; y Pregón de la Hispanidad del Puerto (1978). Pregón de la Semana Santa de Puerto Real (1979). Pregón de las fiestas de la Virgen de los Milagros en el Puerto; y presentación del film “Toros en el Puerto” en la Semana Cultural Taurina, con motivo del Primer Centenario de la Plaza de Toros (1980). Presentación de la película “Aire y Herencia de Portugal” en la Fundación Municipal de Cultura de El Puerto (1981). /En la imagen de la izquierda, 'Puerto de Santa María (Ciudad de Historia y Turismo', publicado por Editorial Everest en 1978.

ACADÉMICO DE BELLAS ARTES.
En 1984, la casi centenaria Academia de Bellas Artes de Santa Cecilia, constituye, bajo la presidencia de D. José Argemí, su Cuerpo de Académicos, del que, entre otros, es designado por la Junta Directiva, académico electo. Interviene como Secretario eventual de la corporación desde los primeros momentos y, sucesivamente, pronunciará el discurso de contestación en la recepción como Académicos de Número de Juan Ignacio Varela Gialbert Fernando Muñoz (1985); de Fernando Jesús López y José Luis Tejada (1986). Él mismo accede como tal el 25 de febrero de 1988, con la lectura de su discurso “El realismo geográfico en la literatura española”, siendo contestado por Juan Ignacio Varela. Las colaboraciones en los Pliegos de la Academia (primera época) se suceden, con numerosos trabajos publicados en la revista trimestral, de la que se publicaron 25 números desde octubre de 1991 hasta julio-octubre de 1997.

En 1965, en la Academia de Bellas Artes, flanqueando junto a su amigo Eligio Pastor Nimo a Antonio de la Torre.

INTENSA ACTIVIDAD ORATORIA.
Su actividad cultural y oratoria no cesa: “La literatura de viajes”, charla coloquio en la I Semana Cultural del Colegio Guadalete, y Pregón del I Centenario de la llegada de las Hermanitas de los Pobres al Puerto (1983), Pregón de la Feria del Vino (1985), “Fortuna próspera y adversa de un padre de familia numerosa”, en la Semana de la Familia, en San Fernando (1986), presentación del libero “Plural Amor”, de Augusto Haupold (1987), “Contribución del Puerto de Santa María al descubrimiento de América”, en las Jornadas de Convivencia y Cultura de ACIT, y “Viajar, un importante factor educacional”, conferencia organizada por GADEAC en el Club ‘El Buzo’ de Vistahermosa (1988), “Itinerario sentimental para un callejeo portuense”, en el Aula de Cultura de Vista Hermosa, y Pregón de las Fiestas de la Virgen de los Milagros (1989).

SEXTO LIBRO: 'DEL GUADALETE AL BIDASOA'.
En 1989 aparece publicado “Camping en España: del Guadalete al Bidasoa”, impreso en talleres La Voz, de San Fernando, que lleva una expresiva dedicatoria: “A Mary”, compañera de caminos. Esposa, madre, cocinera, chacha, portamapas, copiloto… Compañera de Camino”. En este libro se narra un viaje del autor que, con toda su familia, sale de El Puerto de Santa María y recorre España hasta llegar a San Sebastián. /En la imagen de la izquierda, portada del volúmen 'Del Puerto a Bidasoa'.

TRES NUEVOS LIBROS.
Ya jubilado de su actividad docente, sigue trabajando en sus escritos y libros: “De Tarifa a Finisterre” (1995); editados por el Ayuntamiento de El Puerto, se publican “El Puerto y yo” (Biblioteca de Temas Portuenses, 1998), recopilación de obras que «he ido escribiendo a lo largo del tiempo, que he ido publicando en periódicos y revistas del entorno…», con las que pretendía sentirse satisfecho «si, al terminar de leerlas, has ahondado un poco en el espíritu del Puerto, has hecho amistad con él»,  y “Tierras, Hombres, Pueblos” (2000), obra en la que intenta destacar, sobre todo, la importancia del factor ambiental en la vida de un hombre.

PROFESOR.
‘Don Manuel’ es el profesor de varias generaciones de portuenses y de personas de las poblaciones del entorno, de la Sierra, de la provincia de Cádiz. En muchas ocasiones, en los lugares y momentos más insospechados, alguien se acerca a don Manuel para saludarle y recordar sus tiempos en el laboral (Zahara de la Sierra, Villaluenga del Rosario…). /En la imagen de la izquierda, su penúltimo libro 'El Puerto y yo', publicado en 1998.

MONCADA: 1943.
Su primera experiencia docente la tiene en Moncada, en el año 1943, sustituyendo a un amigo maestro, lo que supone sus primeros ingresos económicos: diez pesetas diarias. Aunque el desplazamiento le obliga a dedicarle al trabajo bastante tiempo, aún le queda suficiente para preparar un examen pendiente o asistir a clases nocturnas de inglés.

Tras licenciarse en Letras da clases en Valencia, en una academia. A comienzo del curso 1950/1951 es contratado como educador en el Colegio de Huérfanos de la Guardia Civil. En 1951 trabaja como profesor ayudante “interino y gratuito” de la Cátedra de Literatura del Dr. Sánchez Castañer de la Universidad de Valencia.

HORIZONTE: EL PUERTO.
Es en este año (1951) cuando en el horizonte de su historia aparece, por vez primera, su relación con El Puerto de Santa María, ya que consigue ganar el concurso para la plaza de Profesor Titular del Ciclo de Lenguas en el recién creado Instituto Laboral. A mediados de octubre de 1952 llega al Puerto y es designado  director interino del Instituto. Con sus compañeros Joaquín Calero Muñoz, Enrique Bartolomé López-Somoza, Jesús Peña, José Mª Quignón Selvático, Pepe López Ruiz, y Pepe Vélez en la Secretaría, empieza la tarea de poner en marcha un nuevo centro docente.

Excursión con los alumnos del Instituto. Iglesia de los Templarios. Aracena. 1966.

CURSOS DE VERANO.
En mayo de 1961 realizará en Madrid las oposiciones para numerario, que ganará con el número 3 del grupo de profesores de lengua y el 6 de la lista general. En 1963 se inician en El Puerto los Cursos de Verano de Estudios Sociales que dirige el Catedrático de Universidad de Sevilla Francisco Sánchez-Apellániz y que seguirán celebrándose durante unos quince años en el Instituto. A ellos prestará apoyo y colaboración.

Primer Curso de Delineante de la Construcción del PPO, organizado en el Instituto de Santa Domingo. A la clausura se hicieron la “foto de familia” el 28 de junio de 1971, en las escaleras de acceso al piso superior, donde estaban el Aula de Dibujo y la Emisora de Radio. De izquierda a derecha y de arriba abajo: Zunzunegui, Saborido, interno desconocido, José María Ruibal, Martínez portorrealeño. Siguiente fila: Rafael Castro, Fernando Sánchez Matabuena, Antonio Dueñas Redondo, Camilo González Selma, desconocido: fila siguiente: Juan Aguirre Lanzarote, Manuel Martínez Alfonso, a la sazón director del Centro, Juan Millán Jarillo, alumno interno de Zahara, que hoy vive en Barcelona y trabaja en la ONCE, José Cepero Peralta, Morro, policía nacional, fabricante de cocinas y en el Curso profesor de matemáticas y Humberto Jiménez Ruiz; fila inferior: Francisco Javier Camacho Barba, con el tiempo sería concejal de Deportes, Pepín Zaragoza Roselló

DEL PPO AL BACHILLERATO.
En esta época participa en los Cursos Formación en Inserción Profesional (FIP), organizados por el Instituto varios años, con este nombre o con el de Programas de Promoción Obrera (PPO). que les sucede.  En 1967 se autoriza al Instituto a impartir las enseñanzas del nuevo plan de Bachillerato general, que se comparten con las del Laboral, en situación de extinción, y se reconoce a los profesores la titulación de Catedráticos. Al año siguiente es nombrado Jefe de Estudios del Centro.

Segundo Curso de Delineante de la Construcción del PPO, organizado en el Instituto de Santa Domingo. La foto, realizada seis meses después,  el 14 de diciembre de 1971, está tomada en las escaleras del patio de acceso a la primera planta. Se aprecian las “trenkas” de moda en aquellas fechas. De izquierda a derecha y de arriba abajo: Camilo González Selma, Manuel Martínez Alfonso, que ya luce perilla (en la foto anterior solo bigote), Roberto Muñoz Ávila, Miguel Moya Pinel; en la siguiente fila: Morro, José Cepero Peralta, Pepe Vélez Rodríguez, un alumno de Puerto Real, un alumno desconocido que pudiera ser Espino o Espinosa; siguiente fila, Juan Aguirre Lanzarote; siguiente fila, Antonio Dueñas Redondo, José Rodríguez Paloma quien falleció en un accidente deportivo con un catamarán en aguas de la Bahía de Cádiz junto con nuestro amigo José Antonio Gómez Benítez al que le dedicamos un cariñoso recuerdo; el día 6 de este mes hizo 26 años; Antonio Holgado, José Luis Garratón, profesor de electricidad y Rafael Castro.

En su despacho del Instituto Santo Domingo.

DIRECTOR DE INSTITUTO.
El 1 de septiembre de 1970 toma posesión de su cargo de Director del Instituto Santo Domingo, antiguo Instituto Laboral. En el desempeño del cargo tratará de mejorar las instalaciones, ordenar las actividades docentes, reorganizar el internado y fomentar los actos culturales, así como la realización de una serie de viajes de estudios con acampadas, y que son, en años sucesivos, los siguientes: Galicia y Portugal (1971), Madrid y ciudades de su entorno (1972), Granada y Valencia (1973), Extremadura (1974), y Valencia y Mallorca (1975).

La instantánea está tomada hace 36 años en los caminos concéntricos de los jardines de la Real Cartuja de Valldemosa (Mallorca), rodeados de cipreses y otros árboles, el 5 de marzo de 1975. El viaje de fin de estudios del Instituto Santo Domingo, partió desde El Puerto, visitando Valencia y en barco hasta Mallorca. Allí se recorrieron las islas. Al frente de la expedición el Director del Centro, Manuel Martínez Alfonso (acompañado por su esposa), el profesor de Dibujo, José Cepero Peralta y su esposa, y Ventura Lozano Moreno, profesor de tecnología e Ignacio Pérez Blanquer, profesor de Física y Química.

DE MUÑOZ SECA A SANTO DOMINGO, Y VICEVERSA.
Clausurado el Instituto de la calle Santo Domingo, se incorpora con sus compañeros de docencia al “Pedro Muñoz Seca” a partir del curso 1976-1977. Para el curso siguiente es nombrado director en comisión de servicios en el recién creado Instituto de Formación Profesional, que se instala en el edificio de la calle Santo Domingo, donde estuviera el desaparecido Instituto Laboral. Una vez finalizada su comisión de servicios, se reincorpora a su cátedra de Lengua y Literatura en el ”Pedro Muñoz Seca”, en julio de 1981. A partir del 1 de octubre de 1986 se incorporará, con algunos otros compañeros del “Muñoz Seca”, al viejo solar de la calle Santo Domingo, que ya no abandonará hasta su jubilación. En este último período de actividad docente escogerá las clases nocturnas.

Claustro del antiguo Convento de Santo Domingo, hoy Instituto de Enseñanza Secundaria, en una imagen en blanco y negro, iluminada.

El 30 de septiembre de 1989 pasa a ser oficialmente funcionario en situación de jubilado. En junio, al terminar las clases, los compañeros le ofrecieron una cena de despedida y amistad.

VIAJERO.
Otra de las aficiones más conocidas de Manuel Martínez Alfonso era la de viajar. Muchos recuerdan su casa en la rotonda de la Puntilla, con la caravana en el jardín, su actividad campista, sus viajes, todos ellos con un innegable componente cultural: museos, monumentos, calles, plazas… nada escapaba a su curiosidad y a su afán de conocer y aprender en esos viajes. Ese espíritu viajero se remonta a mucho tiempo atrás.

A caballo, durante el Servicio Militar, en 1949

ESCUELA DE PERIODISMO.
Su primera salida de la región levantina la lleva a cabo en el año 1943, año en el que se desplaza a Madrid para intentar, sin éxito, su ingreso por oposición en la Escuela Oficial de Periodismo, recientemente fundada.

CAMINO DE SANTIAGO.
Tras licenciarse en la Facultad de Letras de Madrid, pretende caminar con un amigo desde Santander hasta Santiago de Compostela, representando en el camino “El retablo de Maese Pedro”, pero falla el amigo. No obstante, emprende solo el camino, aunque en Comillas le llegan noticias graves de su casa que frustran la continuación del viaje: su padre ha fallecido. Su intento resultó fallido, pero no abandona la idea y lo volverá a intentar. En julio de 1950 parte desde Valencia en peregrinación a Santiago, solo, a pie y sin dinero. Hace 1234 kilómetros en 31 días. Será una suma de riquísimas experiencias, expresadas en su obra “Caminos y Sendas”, a la que se ha hecho mención.

Con su esposa Mary y sus amigos Antonio García Amador y Mari Luz Iglesias, practicando una de sus aficiones: el campismo.

EL CAMPISMO.
Ya en El Puerto, casado, con hijos, inicia una actividad que aún no había alcanzado el desarrollo que  se le acabaría conociendo: el campismo. En 1966 adquiere su primer coche, un modesto R-4, y un equipo de acampada, con los que iniciarán en veranos consecutivos una larga serie de viajes familiares, que continuarán tras la mejora de su equipo campista con la adquisición en 1971 de una caravana “Caraveler” modelo “Sevilla” y un más potente vehículo, un Seat 124, sustituidos en 1979 por una roulotte de la misma marca, modelo “Maradona” y un Renault 12 .

PERIPLOS.
A lo largo de los años, los viajes se van sucediendo:  doble recorrido campista a lo largo del Mediterráneo (1969 y 1970); Cornisa Cantábrica (1972), Valencia en Fallas (1973), Galicia (1975); Pirineos (1978); Asturias (1979); Portugal (1980); Aranjuez (1981), Almería (1982), Pirineo occidental (1983), País Vasco-Navarro (1984), Reino de Valencia (1985), Portugal Centro (1986) y Reino de León (1987). Sólo la edad consiguió frenar su afán viajero. /En la imagen de la izquierda, la portada de su último libro, “Tierras, Hombres, Pueblos” (2000), obra en la que intenta destacar la importancia del factor ambiental en la vida de un hombre.

Escritor, conferenciante, profesor, maestro, viajero, amigo, esposo, padre, abuelo, valenciano, portuense… Manuel Martínez Alfonso falleció en El Puerto de Santa María el día 2 de julio de 2003. (Textos: Carlos Salido).

29 de mayo de 1999. Inauguración de la calle Instituto Laboral, con otros profesores de dicho Instituto, tras el homenaje al Centro. De pie: Manuel Martínez Alfonso, José López Ruiz, Paco Viseras Alcolea, Tomás Quiles, José Cepero Peralta, Luis Gutiérrez, Joaquín Calero Muñoz, Ventura Lozano Moreno. Agachados: Ramón González Montaño, Ángel Angulo Fernández, Leonardo Romero Maure, Ignacio Pérez Blanquer.

Como muestra de su amor por todas las cosas del Puerto y sus devociones, publicaremos en septiembre la Salve que Manuel Martínez Alfonso dedicó a la Virgen de los Milagros, texto muy apreciado por su esposa ya fallecida, Mary.

3

Juan Ignacio Varela Gilabert, nació en El Puerto de Santa María el 10 de Agosto de 1924 y falleció en Cádiz el 16 de Enero de 1997. Fue concejal del ayuntamiento de El Puerto en la década de los sesenta del siglo pasado y, a finales de la misma, en junio de 1969, fue nombrado Jefe Local del Movimiento, representando al anterior régimen político en la Ciudad.

1924.
El año de su nacimiento, se cierra el Colegio de los Jesuitas por diversas causas: disminución de jesuitas, disminución de alumnos y sobre todo la necesidad de utilizar el edificio como Noviciado de la nueva Provincia Jesuítica de Andalucía. Muñoz Seca estrena “Los sabios”,  “La raya negra”, “La muerte del dragón”, “La mujer de nieve”, “Los chatos” y “La buena suerte”.  Ese año era alcalde de la Ciudad Sebastián Péndola y Soto, médico de profesión, pero en abril será sustituido por el bodeguero Alfonso Sancho y Mateo. En la Iglesia Mayor Prioral se instalará un arco luminoso en la Puerta del Sol, formado por tiras de madera y bombillas eléctricas. La iniciativa partió del Dr. Francisco Muñoz Seca, para dar mayor realce a las salidas procesionales. La Banda de Música del Maestro Rocafull volvería a ofrecer sus conciertos. Nacen también ese año, en la calle Larga el escultor Fernando Jesús y en Sevilla, el sacerdote jesuita considerado portuense Luis Conradi Toro.

De Juanín Varela o de Juan Ig. como a él le gustaba escribir se refería así en 1962 Manuel Martínez Alfonso: “No podía haber nacido más que en El Puerto. Y en efecto, así ocurrió el hehco un día del año 24. Aquí estudió por libre el bachillerato, con exámenes en Jerez de la Frontera. Su actividad literaria ha sido más para sí mismo que para los demás; un desahogo poético, sin afán ninguno de notoriedad. […] Ha publicado algunas cosas en la revita ‘Cauce’ por los años 44 y 45. Charlas –eso que tan bien sabe hacer—ha dado sobre poesía popular andaluza en RNE en Madrid. Y recitales poéticos de su propia obra en esta misma emisora, en el Aula Manuel Machado, donde fue presentado por Josita Hernán”. /En la imagen, Manuel Martínez Alfonso en 1962.

Publicista, conferenciante, pregonero y poeta fue nombrado académico de la Academia de Bellas Artes de Santa Cecilia de El Puerto de Santa María en Mayo de 1985. Académico de número de la de Ciencias, Artes y Letras de San Dionisio, de Jerez de la Frontera, miembro de número del Ateneo Literario, Artístico y Científico de Cádiz.

En la imagen de la izquierda, el poeta arcense Julio Mariscal de Montes, con quien colaboró en varias ocasiones.

Académico de número de la Real Academia Hispanoamericana de Cádiz, así como miembro del Instituto de España y de la Asamblea Literaria – fundada por Jorge Juan de Cádiz, en 1777 y nuevamente reestructurada – y del Instituto Español Sanmartiniano – filial de Cádiz. Escribió en alguna que otra ocasión con el poeta arcense Julio Mariscal de Montes, de cuyo libro de poemas, inédito, ‘El mar, la caracola y más siglo XIX’ (1947), extraemos el siguiente poema:

LEVANTE
Hay un viento marinero
Que cuando sopla de tierra
Le pone espuelas al viento.
Levante por estribor,
Y un puerto blanco y lejano
Rondándome el corazón.
¡Ay su galope salado
en mi frente sin confines
llena de sombras y barcos!

Juan Ignacio Varela, a la izquierda de la imagen, atendiendo a una visita en Bodegas Terry de cuyo departamento de publicidad y RRPP llegaría a ser responsable.

VIDA LABORAL.
Trabajó en Bodegas Fernando A. de Terry S.A. donde fue responsable del Departamento de Publicidad y RRPP, a donde llegó de la mano del ex alcalde Miguel Castro Merello procedente de la compañía de seguros L'Assicuratrice Italiana en la que fué Inspector Regional de Ventas.    También  en la Caja de Ahorros de Cádiz, hoy incorporada en Unicaja, en El Puerto; en Ubrique fue delegado de la misma,   jubilándose en el departamento de la Obra Social y Cultura de dicha entidad bancaria.

Ha pronunciado numerosos pregones, charlas y conferencias, así como recitales de su obra poética y cuenta en su haber con varios premios literarios. Pregonero de las Semanas Santas de Cádiz, San Fernando, Alcalá de Guadaira (Sevilla), Rota, El Puerto de Santa María (su tierra natal, tres veces), Barbate (dos veces) y de Cádiz en la Casa de Cádiz en Barcelona.

Juan Ignacio Varela Gilabert pregonando la Semana Santa en El Puerto en el año 1970. Instituto Santo Domingo. (Pregonó en tres ocasiones: 1964, 1970 y 1976).

Mantenedor de los VI Juegos Florales de la Serranía Gaditana (Ubrique, donde trabajó en la antes mencionada Caja de Ahorros), y del 1º de las Peñas Gaditanas (Ubrique); del Carmen y la Sal (San Fernando); Fiestas Típicas de Bornos (dos veces) y Fiestas de Chiclana de la Frontera. Premio a la poesía de tema libre por su poema “Sonetos del Buen Amor” en los Juegos Florales de las Fiestas de la Hispanidad del año 1960.

Escenario del Teatro Principal durante los Juegos Florales de las Fiestas de la Hispanidad en 1962. /Foto: Rasero.

Primer Accesit sobre “Décimas del Río Guadalete”, bajo el lema “Guad” en los Juegos Florales de las Fiestas de la Hispanidad de El Puerto  del año 1962. Pregonero en Rota de San Isidro y el Rosario; Primer pregón del Carmen en Prado del Rey; en El Puerto de Santa María dio los primeros pregones del Carmen, Navidad con Amos, del Vino; el 2º del Carnaval. Pregones del Rocío en su Ciudad natal, Puerto Real y Sanlucar de Barrameda, así como del Rosario, en la Casa de Cádiz en Barcelona.

En la caseta del Olivo, recibiendo una distinción en presencia de Luis Ortega, Enrique Pedregal, Luis Suárez Ávila, Manuel Martínez Alfonso, Venancio González y Paco del Castillo.

Ha pronunciado numerosas conferencias sobre los más variados temas y recitales de su obra poética en distintos municipios andaluces, Madrid y Sevilla.

Durante su etapa municipal --fue concejal y Jefe Local del Movimiento-- acompañando al Gobernador Civil Julio Rico de Sanz que aparece en el centro de la imagen con pañuelo blanco en la chaqueta; a su izquierda el concejal Fernando Arjona y a la izquierda de éste, el Comisario de Policía. Al fondo de la imagen distinguimos al clero local, Anastasio Pérez de Andrés, capellán de la Ciudad, Manuel Salido Gutiérrez, Párroco de la Prioral y Arcipreste, Carlos Román Ruiloba, coadjutor, un poco mas abajo su hermano, el también sacerdote, Manuel Román Ruiloba. En el centro de la imagen, con chaqueta blanca, Juan Ignacio Varela, detrás el alcalde de Cádiz y Jefe Provincial del Movimiento, Jerónimo Almagro Montes de Oca.  A la derecha, en primer término Juan Martín Vélez y detrás Péculo. El comandante de la Policía Municipal, Manuel López, aparece de uniforme blanco. 15 de julio de 1969.

PREMIOS LITERARIOS.
Entre los premios literarios, además de los antes citados, figuran los de Nacional de Poesía “Rodríguez de Valcárcel”; Nacional de Poesía “Jerez” en la Fiesta de la Vendimia del Sherry; Flores Naturales  de Alcalá de Guadaira (Sevilla) y La Palma del  Condado  (Huelva) en las Juntas Literarias celebradas en esas Ciudades. Premios de Poesía “Madrigal” de Puerto Real; “Virgen del Rosario” de Rota; “Alfajoa de Oro” de Cádiz; y “Exaltación del Guadalquivir” de Sanlucar de Barrameda; entre otros premios de charlas, pregones, conferencias, etc.

PUBLICACIONES.
Fue colaborador de varias publicaciones, como en ABC de Sevilla, Diario de Cádiz y Confederación Española de Cajas de Ahorro, así como de emisoras de radio.  Posee el Nacional de Artículos Periodísticos “Jerez”, por una colección de artículos sobre el Vino de Jerez,  publicados en ABC de Sevilla; el de artículos sobre la Coronación de Nuestra Señora de los Milagros, de El Puerto de Santa María; “Medusa”, de cuentos, y primero y segundo, también de cuentos, del Concurso Comarcal de la Sierra Gaditana.

Tiene publicados el discurso de los VI Juegos Florales de la Sierra (Publicaciones de la Caja de Ahorros de Cádiz; “Navidad con Amor” y “Muñoz Seca a través de una amistad familiar” por la Fundación Municipal de Cultura de El Puerto de Santa María y varias de sus poesías en publicaciones del Ministerio de Cultura y otros.

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