
El marqués de Castell-Florite, posando ayer ante la reproducción en azulejo del mapa mundi, situado en la plaza del mismo nombre. Luce en el bolsillo de la blazier, los tres reyes magos que aparecen en la Carta de Juan de la Cosa. La leyenda bajo el mapa dice: "EN CONMEMORACIÓN DEL V CENTENARIO SE ERIGIÓ ESTE MURAL QUE CONTIENE EL PRIMER MAPA CARTOGRÁFICO DEL NUEVO MUNDO, REALIZADO POR JUAN DE LA COSA EN EL PUERTO DE SANTA MARIA, LA CIUDAD RINDE
HOMENAJE A TAN ILUSTRE CARTOGRAFO. OCTUBRE DE 1992." (Foto: Jorge Roa).
Juan Lago-Novás y Domingo-Dulce, sexto Marqués de Castell Florite, titulo otorgado por Isabel II a su antepasado Domingo Dulce y Garay. Casado con Carmen Otero Moyano, tiene un hijo de nombre Juan. Es presidente de la “Asociación Carta de Juan de la Cosa”, constituida el 31 de diciembre de 2008, cuya función principal es la de promover la divulgación del conocimiento de la Carta Juan de la Cosa, dibujada en El Puerto de Santa María en el año de 1500, así como la persona y circunstancias del cartógrafo. Ayer se conmemoró el V Centenario de su fallecimiento --el 28 de febrero de 2010--, en un acto en nuestra Ciudad, para no hacerlo coincidir con los actos del Día de Andalucía.

Plaza Juan de la Cosa, con el busto del cartógrafo y, al fondo una reproducción del mapamundi.
El busto de Juan de la Cosa lo hizo la escultora Cristina Carreño y se inauguró en 1977, casi con toda seguridad en la Hispanidad, porque el 30 de septiembre aprobó la comisión permanente un presupuesto de Javier Tejada para la colocación del pedestal, según la información que nos facilita José Ignacio Buhigas, Archivero Municipal.

De izquierda a derecha, Luis Carnicero Íñiguez, capitan de Navío que acudió en representación de la Armada Española; el alcalde de la Ciudad, Enrique Moresco García y el presidente de la Asociación coorganizadora, Juan Lago-Novás, escuchando el himno de España, ante el monumento de Juan de la Cosa, en el que ofrecieron una corona de laurel, con los colores de la bandera. La placa situada en el pedestal del busto del cartógrafo dice: "JUAN DE LA COSA PILOTO DE LA SANTA MARIA, HIZO EN ESTA CIUDAD EL PRIMER MAPA DE AMERICA, EN EL AÑO DE 1500." (Foto: Jorge Roa).
El monumento se instaló originariamente en la plaza Alfonso X ‘el Sabio’, frente a la entrada del castillo, estando situado en la actualidad en el lateral de la mezquita-fortaleza que da a la Plaza Juan de la Cosa, en el lugar que estuvo la Casa del Pósito, cuya fachada se conserva y en el hueco de aquella puerta está situada una réplica en azulejos del histórico mapa mundi.

Invitación para el acto celebrado en el día de ayer, con la carta mapa mundi, impresa en el fondo.
La Asociación de la Carta de Juan de la Cosa hizo entrega al Ayuntamiento de El Puerto, y a todos los porteños, de una reproducción de la Carta de Juan de La Cosa, hecha en 1892, con motivo del IV centenario del descubrimiento de América y que la Asociación entregó anteriormente a personalidades e instituciones como S.M. el Rey Don Juan Carlos I, S.A.R. el Príncipe de Asturias, el Papa Juan Pablo II o la Junta de Andalucía.
Juan de la Cosa, marino y cartógrafo español nacido en Santoña hacia 1460, falleció el 28 de febrero de 1510, en el séptimo y último viaje, herido por más de veinte flechas envenenadas peleando con los indios en las cercanías de Turbaco, cerca de Cartagena. Acompañó a Colón en sus dos primeros viajes y era dueño de la carabela Santa María, antes conocida por La Gallega, hecha según testimonio del Padre Sarmiento, en los astilleros de A Moureira en Pontevedra.
La Carta Mapamundi, la terminó de dibujar en El Puerto de Santa María en octubre del año 1500, al finalizar su tercer viaje que realizó con Alonso de Ojeda y se exhibe en el Museo Naval de la Armada Española en Madrid y es la joya más preciada de sus colecciones.
Es el documento cartográfico más importante de la época, en el cual aparece representado el continente americano, por primera vez en la historia, en el que puede verse de forma destacada el meridiano (46º 35’) trazado a 370 leguas de las islas de Cabo Verde, que señala la interpretación del Tratado de Tordesillas del 7 de Junio de 1494, donde los reinos de España y Portugal se reparten el Nuevo Mundo, atendiendo a la Bula del Papa Alejandro VI.
Se ve la isla de Cuba separada del continente en contra de las creencias de Colón y en una posición geográfica que no es exacta. Las líneas del Ecuador y el trópico de Cáncer, que hace de eje de la carta, están en su correcta posición.
Destacan las partes del Mundo conocido, Asia, áfrica, Europa y la Mare Oceanum, y en las capitales conocidas pueden verse catedrales, castillos, u otras edificaciones, Valencia con su Miguelete, Granada recién conquistada con el pendón de leones y castillos, y en los distintos reinos, se ven sus monarcas en sus tronos, el Rey de Rusia, la reina de Saba con su espada, la torre de Babel, atravesando Asia los Reyes Magos guiados por su estrella, y en el extremo oriente, en las tierras del gran Kam, se ven representados los personajes bíblicos Gog y Magog, un hombre sin cabeza y los ojos en el estómago y el otro con cabeza de perro que representan el mundo de los infieles. (A la izquierda facsímil, página del ensayo biográfico de Juan de la Cosa. Descripción e historia de su famosa Carta Geográfica. Obra impresa en español, francés é inglés, para acompañar al Mapa-Mundi de Juan de la Cosa que, como recuerdo del Cuarto Centenario del descubrimiento de América, publicado en Madrid los Srs. Cánovas Vallejo y Traynor. Reproduce la edición del año 1.892).
LO FIZO EN EL PUERTO.
En el extremo occidental, en un rectángulo pequeño, se ve una imagen de San Cristóbal con el Niño Jesús al hombro, y al pie una leyenda: "Juan de la Cosa la fizo en el puerto de S. mª en año de 500".
La Carta se supone que desapareció de España y llevada a Francia durante la guerra de la Independencia, y fue rescatada de una almoneda, por el Ministro Plenipotenciario de Holanda en París, Barón de Walckenaer.

Los Reyes Magos de Oriente aparecen en el mapamundi de la Cosa, símbolo del logotipo de la Asociación del Cartógrafo.
A la muerte en 1853 del diplomático holandés, fueron vendidos en subasta que comenzó el 12 de abril del mismo año, parte de sus bienes, entre los que se encontraba la famosa carta. Enterado el Coruñés Don Ramón de la Sagra, amigo del fallecido diplomático, de la venta, lo comunicó al Ministro de Marina, quien a su vez lo comunicó al de Estado, delegando éste en el señor La Sagra, en representación del Depósito Hidrográfico de la Marina ,la asistencia a la subasta, consiguiendo que le fuese adjudicada su compra por 4321 francos.

Sala XV. Museo Naval de Madrid, donde podemos ver el original del Mapa Juan de la Cosa.
Don Jorge Lasso de la Vega director del Depósito Hidrográfico, fue el que decidió que la Carta de Juan de la Cosa, fuese depositada en el Museo Naval de Madrid, donde fue catalogada:
Núm. 553: "Carta de la parte correspondiente a la América, que levantó el piloto Juan de la Cosa en el segundo viaje del descubridor genovés en 1493, y en la expedición de Alonso de Ojeda en dicho año. Sustraída de España, la poseía el Barón de Walckenaer, cuyos testamentarios la vendieron en pública almoneda; y la adquirió el Depósito Hidrográfico. Su director, que fue el Sr. D. Jorge Lasso de la Vega, tuvo la condescendencia de que se depositase en este Museo, para que el público pueda ver un documento tan curioso y de mérito, con relación a la época en que se hizo."......."

Rerproducción del Primer Mapamundi de Juan de la Cosa.

Mapa de Juan de la Cosa (1500). Esquema realizado por Arthur Davies (1976).

Sello conmemorativo del V Centenario de la Carta de Marear de la Cosa.
Esta reproducción, que fue la primera que se hizo a tamaño natural y en colores, tiene una medida de 185 cm de largo y 92 cm de ancho. Fue hecha para conmemorar el IV Centenario del Descubrimiento de América, por los señores Cánovas, Vallejo y Traynor; la acompaña un libro en edición facsímile en tres idiomas.
En Santo Domingo, en el monumento "Faro de Colón", donde reposan los restos del más famoso navegante de todos los tiempos, existe a la entrada del mismo una reproducción modernista de la mencionada carta.

Cartel de la XII edición de la Regata Juan de la Cosa, que se celebra anualmente en nuestra Ciudad. El pasado año 2009 alcanzó la XV edición.

Fotografía parcial del mapa mundi. (Imagen: Colonial Williamsburg)

Interpretación parcial del mapa mundi, con extrapolación de la rosa de los vientos. (Imagen: W. P. Cumming, R. A. Skelton y D. B. Quinn, The Discovery of North America).

Fernando Terry Merello (1935-2009), era el mayor de diez hermanos del matrimonio formado por Fernando C. de Terry del Cuvillo, oriundo de Irlanda y de Isabel Merello Álvarez-Campana, oriunda de Italia. La familia residió en la llamada Quinta de los Ruiz Golluri, en la calle Cielos, núm. 2, finca que en la actualidad ocupa el Hotel Duques de Medinaceli. El cabeza de familia fichó para trabajar con la familia, en concreto para dar clases de equitación y luego de bellas artes, a Juan José Botaro Palmer, con nótula xxx en Gente del Puerto, quien les instruyó en diversas disciplinas, dada la afición ecuestre de su progenitor. Su tatarabuelo, Santiago Terry, fue diputado de las Cortes de Cádiz y redactor de la Constitución de 1812.
El padre de nuestro protagonista era una persona muy emprendedora, con un fuerte carácter, pero también muy buena gente, que ayudó tanto personalmente, como desde la bodega a muchas familias. Ese carácter le valió el sobrenombre de 'el Levante'. (En la imagen de la izquierda, Fernando C. de Terry y del Cuvillo. Dibujo a carboncilla de Torres Brú).
En la actualidad, la Bodega Fernando A. de Terry, S.A. pertenece a Beam Global España S,A., filial de Beam Global Spirits & Wine Inc., el cuarto mayor grupo mundial en la elaboración y comercialización de bebidas espirituosas, que a su vez es la división de vinos y licores de Fortune Brands. Esta bodega fue comprada a Pernord Ricard, propietaria de los antiguos negocios de Allied Domecq España, empresa que había comprado la Bodega Pedro Domecq, S.A. y que a su vez adquiriera al entramado de empresas de Rumasa por la que tenía una opción de compra, las bodega que fundara la familia Terry. (En la imagen, Carlos de Terry y del Cuvillo).




SU MADRE, ISABEL MERELLO.
AGRICULTOR Y GANADERO.
Tras 17 años de emisión la empresa de comunicación local Tele Puerto, cesaba en el día de ayer sus emisiones. En la frecuencia que ocupaba hasta el pasado lunes solo aparece una pantalla en negro. Era el 19 de febrero de 1993, durante la final del Concurso de Agrupaciones Carnavalescas cuando por primera vez emitía la que sería la Televisión de El Puerto durante casi dos décadas.


Antonio Muñoz Cuenca, ‘Muñoli’, empezaría con sus programas de cosas y personajes de El Puerto, programas antropológicos que han llevado a la pequeña pantalla habitantes y gentes de El Puerto, costumbres populares y tradiciones de la Ciudad que esperemos estén recogidas en una videoteca como testimonio de la historia de la Ciudad en el cambio del milenio. Se hicieron épicas las retransmisiones veraniegas desde el Parque Acuático. Olga Pérez, con ‘Plaza Real’ sustituiría a Serrano en los asuntos taurinos de la tele local. Manolo Tosar se haría cargo de los programas de Semana Santa y cofradías. Y el Padre Dorestes, con su Escuela de Padres y otros de corte religioso. Susana Cabanelas presentaría también informativos y el Magazine 'Tuti Fruti'. Jesús Almendros y Dani Gatica con sus diálogos sobre cine. El programa de música de Beni Toronjo. Los comentarios de revistas de Fernando Durán y Belén Peralta. El escritor e historiador Enrique Pérez Fernández como colaborador de Rafael Tardío, en cuestiones de divulgación histórica.




En 1999 vería la luz como emisora eminentemente publicitaria NTV (Nueva Televisión) y ese mismo año Onda Luz, con una fuerte presencia en El Puerto, abrió delegación en nuestra Ciudad en la Plaza de la Cárcel.
GRAN ESFUERZO HUMANO Y MALA GESTIÓN EMPRESARIAL

Un recorrido por las actas capitulares de aquellos días revela, sin embargo, que la entrega la había decidido el cabildo portuense ya el día 1 de febrero, alineándose con la suerte seguida por Jerez a donde, en vista de "las noticias esparcidas sobre la aproximación del ejército francés" y "para tratar lo más útil a la salvación del pueblo", había enviado dos días antes a los regidores Juan Mª Añino y Miguel Bocanegra para conocer las decisiones de aquel cabildo y con la instrucción concreta que "caso que el ejército francés ocupare aquella ciudad se presenten a su comandante en jefe pidiéndole le manifieste su determinación sobre este pueblo".
Para el alojamiento de los franceses fueron comisionados el diputado de Guerra, Mariano de la Vega, y otros dos regidores: Diego Amador y Andrés Piña. Quedaba preparado el abastecimiento de trigo y de carne e incluso se acordó "hacer arcas" y entregarlo al comisario de Guerra, aunque extrayendo 34.000 reales pertenecientes al Hospital de la Providencia.
Sí fue efectiva para la defensa de Cádiz la decisión del cabildo portuense del 31 de enero de no cortar entonces el puente de San Alejandro "teniendo presente que ya se halla en la ciudad de Jerez un Ejército nuestro a cargo del Excmo. Sr. General Duque de Alburquerque, (en la imagen de la izquierda) a quien se le podría impedir el paso en una desgracia, obligándolo a entregarse o capitular, y atendiendo también a que la operación de cortar el puente de San Alejandro es instantánea y puede verificarse en el momento de mayor urgencia".
Era también la respuesta que enviaba al cabildo de Puerto Real que, el mismo día y con dos escritos llenos de inquietud, había pedido igualmente a El Puerto las órdenes "que esta villa ha de practicar sobre y en razón de su defensa, mediante a carecer de persona que la dirija, pues está decidida a correr la suerte de esa ciudad" y preguntaba "si se ha de cortar el paso del río San Pedro, previniéndole que en esta villa no hay pólvora, cartuchos ni ninguna clase de armas". (En la imagen, tomo con las actas capitulares).

Cada diseñador transformó una habitación del hotel en un espacio único y personal, y Callealta, que recibió a visitantes tan conocidos como la escritora Espido Freire, quiso convertir la número 305 en una colorida caseta de feria que, entre farolillos y mantones de Manila, acogiera sus exclusivos complementos: tocados de plumas, sus pamelas exquisitas, los velos de novia más delicados...
Eusebio Pérez Fernández, nace el 8 de febrero de 1967 en Cádiz, aunque a los tres días ya estaba en su casa de la calle Federico Rubio. Se consideera portuense hasta la médula si bien reside en Sevilla desde 1996 por cuestiones profesionales, aunque reconoce que Sevilla le ha conquistado pues su profesión le ha permitido vivir una ciudad a la que ama de la misma manera que El Puerto. "Amo las dos ciudades a las que considero compatibles, disfruto con sus gentes, sus calles, sus plazas, sus monumentos... aunque también sufro cuando se las maltrata, en más ocasiones de las deseables".

Fueron años duros, pudo conocer de cerca las consecuencias de la actividad terrorista y cómo afectaban aquellos asesinatos sin sentido a sus compañeros y a él mismo, aunque también guarda muy gratos recuerdos que hablan de la bonhomía de los guardias y su espiritu de sacrificio. Tras la experiencia, que siempre marca, en la Guardia Civil, decidió recuperar los estudios de Periodismo mientras compaginaba los libros trabajando en verano como socorrista de Protección Civil en las playas portuenses y, de noche, de pinchadiscos en diferentes locales de moda como los desaparecidos “ El Convento” o el pub “ A tope”. (En la imagen, Eusebio, en la Academia de la Guardia Civil, en Baeza).






Procura ir todo lo posible a El Puerto, de vacaciones, fines de semana y en Semana Santa, donde hasta el año pasado ha cargado el palio de La Piedad (en la imagen de la izquierda), bajo la maestría de su capataz Juan Luis Gutierrez y de Gabriel Heredia, apoyado por su hermano, Ignacio Pérez, veterano patero del palio. «Tengo la espinita clavada de la Feria, soy feriante de los “jartibles” de los que llega a las diez de la mañana, aunque me suelo marchar en cuanto cae la noche, pero no consigo que en los últimos años me cuadren las fechas. Necesito El Puerto. Mi esposa dice que me cambia la cara cuando veo el Parque Acuático y es bastante posible que sea así. No me pierdo, los sábados, pasear temprano por los puestos de pescado de la plaza, ir al muelle del vapor a escuchar los pitidos del Adriano III, tomarme mi café en El Liba y reunirme con mi suegro y con mi hermano Ignacio , en un lugar al que le tengo verdadera devoción como es la Taberna Obregón, donde departo con veteranos portuenses con los que se me cae la baba escuchando anécdotas de El Puerto de hace décadas». A eso, le llaman calidad de vida.







Manuel Soriano Gómez nació en la Casa de la Aduana, el 28 de agosto de 1931, hijo de Manuel Soriano Martín y Carmen Gómez Mesegué. Estudió en el Colegio del Carmen y en el de Cárdenas, en la calle Luna, frente al desaparecido Teatro Principal.
En 1950 se casa con Rosario Valiente Moreno, naciendo un año más tarde su primer hijo de los catorce que tiene. Vivió unos años en la Casa de Roque Aguado, en la Plaza del Polvorista, hasta que consiguió una vivienda en la conocida como Barriada de la Playa, donde nacerían ocho de sus hijos. Los tres más pequeños, durante la etapa en la que nuestra Ciudad no tuvo clínica, nacerían en Cádiz. En la actualidad tiene hasta un bisnieto. Es una familia, aparte de las más numerosas, de las más antiguas, pues ya va por la sexta generación en El Puerto. Tenía pocas aficiones, todo el tiempo lo dedicaba al trabajo para sacar adelante a tantos hijos; solo jugaba de vez en cuando a las cartas en el Bar de las Cadenas o iba con sus hijos a coger espárragos al campo, o a mariscar almejas los domingos. (En la imagen de la izquierda, Manolo con su novia, --la que sería su mujer-- Rosario Valiente Moreno, en 1948).






