Glamping, desestacionalización y gestión sostenible en la Costa de la Luz
| Texto: José María Morillo
La estampa es inconfundible: una hilera de pinos entre la arena y la brisa salina de la Bahía de Cádiz. Aquí, a escasos metros de la playa de La Puntilla, se levanta hoy el renovado Camping TAIGA Puerto de Santa María, --antes Camping Playa Las Dunas-- una propuesta que equilibra la esencia del campismo clásico con las exigencias del viajero contemporáneo. Al frente de este proyecto se encuentra Carlos Mansilla Olmo (Córdoba, 1984), un profesional con una sólida trayectoria en turismo de naturaleza y campings resort, y conocedor de la zona desde hace más de una década.
1984
En 1984, el año del nacimiento de nuestra protagonista, era alcalde de El Puerto de Santa María Rafael Gómez Ojeda. Se incendiaba en marzo el Teatro Principal y, a los pocos días se inauguraba el Hotel Los Cántaros. También en marzo se inauguraba la Oficina de Turismo en la calle Guadalete, habiéndose creado, tres meses antes, el Patronato Municipal de Turismo.
En diciembre de 1984 arrancaban las obras del puerto deportivo Puerto Sherry. Dejaba de funcionar el tren que El Puerto de Santa María y Sanlúcar de Barrameda que también hacía paradas, atravesando la Base Naval, en Rota, apeadero de La Ballena y Chipiona.

Mansilla, diplomado en Turismo y con formación en agencias de viajes, no es nuevo en el universo TAIGA. Durante años ha dirigido el camping de la marca en Conil, uno de los referentes del glamping (resultado de unir el concepto y las palabras 'glamour' y 'camping'), en Andalucía. Su llegada al enclave portuense responde a un paso natural en la estrategia de expansión del grupo TAIGA Camping & Resorts, que desde 2019 está redefiniendo el sector con un modelo de turismo sostenible, experiencial y con estándares de calidad poco habituales en el mundo del camping tradicional.
TAIGA El Puerto, tras una importante renovación en 2024, es hoy uno de los espacios más completos de la Costa de la Luz. Con 500 parcelas y 20 bungalows perfectamente equipados, tiene capacidad para alojar hasta 2.000 personas. El diseño del resort favorece la convivencia de distintos perfiles: desde familias que buscan comodidad y tranquilidad, hasta jóvenes viajeros y nómadas del viento que encuentran aquí un refugio con ambiente y servicios adaptados.
Uno de los aspectos que definen la personalidad de este camping es su vocación internacional y desestacionalizadora. Cada invierno, visitantes del norte y centro de Europa eligen pasar aquí largas estancias, atraídos por el clima templado, la calidad de las instalaciones y la cercanía al casco urbano. Esta invernada convierte al camping en un pequeño ecosistema europeo, donde la vida se comparte con naturalidad, generando riqueza para el comercio y la hostelería local.

En lo gastronómico, el camping suma un valor diferencial con su restaurante ‘Hippie’, gestionado por el grupo gaditano Burlesque. Cocina a la brasa, producto de proximidad y creatividad al servicio del sabor. Además, la inclusión de un supermercado Eroski, perteneciente a la cooperativa Mondragón, refuerza el compromiso del grupo con modelos económicos más equitativos.

La experiencia TAIGA se completa con una oferta diversa de actividades: piscina, zonas deportivas, espacio infantil, escuela de surf a pie de playa con instructores certificados, propuestas de ocio que conectan con los valores del turismo activo y otras que pueden ser consultadas en la página web. Desde aquí, los viajeros pueden explorar el Parque Natural de Los Toruños, seguir rutas ciclistas o adentrarse en la historia de El Puerto de Santa María a solo 15 minutos a pie.
En el corazón de todo esto, Carlos Mansilla dirige con vocación y conocimiento un camping que ya no es solo un lugar donde alojarse, sino una puerta abierta a una forma de viajar más respetuosa, conectada con el entorno y pensada para quienes entienden que naturaleza y confort no están reñidos.