| Texto: J.M. Morillo-León.
Rafael Vital Romero es el propietario de la Ferretería San Marcos. Hijo del también ferretero, ya desaparecido, Rafael Vital Guillén, muestra a la entrada de su establecimiento la afición de su hijo: Rafael Vital Sena, convertido en el mayor escaparate cofrade de El Puerto de Santa María, donde obras y objetos relacionados con la Semana Santa, de diferentes elaboraciones y facturas se exhiben todos los años, desde el inicio de la Cuaresma hasta 15 días después del domingo de Resurrección.
Rafael Vital Romero, nacido en 1967, es ferretero por vocación familiar. Su padre, Rafael Vital Guillén es recordado por la Ferretería La Placilla, en la calle Sierpes, aunque empezó, en la tienda de su tío Joaquín, donde estuvo la droguería Cárave en la calle Ganado, junto a la panadería La Pastora. Rafael tras casarse en su Sanlúcar natal con Gertrudis Romero Becerra, llegó a El Puerto a principio de la década de los sesenta del siglo pasado: tuvieron ocho hijos. Se establecieron con posterioridad en la calle Sierpes hasta su jubilación en 2005. Rafael fallecía con 83 años. Ahora, otro de sus hijos, Jesús, continúa el negocio en la calle Vicario.
Pero el otro Rafael, el ferretero de San Marcos, continuó el negocio desde otra localización, en el número 10 de la avenida de Menesteo, siendo muy reconocido por los vecinos del barrio, donde siempre tiene una solución para cualquier problema que se le presenta. Y si no la tiene, la busca. Rafael es cofrade desde los 7 años, su padre que fue mayordomo del Nazareno lo apuntó en dicha hermandad, de la que fue costalero entre 1986 a 2019, siendo hermano también de La Borriquita y costalero de la misma entre 2008 y 2019.
Es el nieto de Vital Guillén, Rafael Vital Sena (35 años) quien, junto a su novia Bárbara Cristo, licenciada en Bellas Artes, ambos percusionistas de la Banda Maestro Dueñas a la que pertenecen, los que gestionan y producen con diferentes técnicas de elaboración artesana, los objetos que se exponen en el escaparate de la Ferretería San Marcos.
Cartelería, figuras de cerámica y escayola pintadas y sin pintar, recortables de papel para niños; incensarios de diferentes clases, así como carbón e inciensos; capirotes; álbumes y estampas cofradieras de diferentes ciudades; modelismo cofrade: kit con pasos en miniaturas con todos los elementos para su montaje; cuadernos para colorear, libros en 3D, imágenes de Cristos, velas de cera rizadas, palmas de Domingo de Ramos, medallas de hermandades portuenses, túnicas y varas de mando e incluso una imagen de una Dolorosa vestida de luto riguroso.
La familia Vital continúa una tradición en una exposición que anualmente se renueva y es única en El Puerto de Santa María.
