
| Texto: José María Morillo
El Puerto de Santa María dijo adiós a finales de febrero de 2025 a Hernán Díaz Cortés (1940-2025), el carismático alcalde que, entre 1991 y 2006, dirigió los destinos de esta Ciudad. Más allá de su controvertida trayectoria, Díaz Cortés será recordado como el artífice que transformó la Feria de Primavera y dio vida a la Fiesta del Vino Fino, dos eventos en uno que, bajo su liderazgo, dieron brillantez al principal evento festivo de El Puerto de Santa María.
Nacido en 1940, Hernán Díaz asumió la alcaldía al frente de Independientes Portuenses, un partido ya desaparecido que fundó y dirigió con su inconfundible sello personal. Durante sus 15 años de mandato, su pasión por engrandecer El Puerto se reflejó en múltiples iniciativas, una de ellas el impulso a la Feria de Primavera. Fue él quien tuvo la visión de añadir el nombre de ‘Fiesta del Vino Fino’ dentro de esta celebración, uniendo la tradición vitivinícola del Marco del Jerez-Xérès-Sherry al que El Puerto pertenece, con el ambiente festivo de la primavera.
Díaz Cortés no se limitó a soñar: actuó. Reordenó el recinto ferial, cambiando la disposición de atracciones y casetas para hacerlo más práctico, accesible y atractivo. Su apuesta por la funcionalidad y la estética transformó la experiencia de la Feria de Primavera, haciéndola más cómoda para los asistentes y más vistosa para quienes la descubrían por vez primera. Además, realzó el paseo de caballos y carruajes lo que se convirtió en símbolo de la tradición para orgullo de los portuenses.

También estableció la ya tradición de dedicar la primera fiesta local a comunidades autónomas, provincias o ciudades, empezando por Madrid en 1998, un gesto que dio a la Feria un carácter más abierto y cosmopolita, fortaleciendo su proyección más allá de las fronteras de El Puerto.
Para muchos, estas mejoras no fueron solo detalles festivos, sino una revolución que impulsó el turismo y la economía local. Bajo su mandato, la Feria de Primavera y la Fiesta del Vino Fino se transformaron en motores de modernidad, reflejando su visión de una ciudad vibrante y acogedora. “Todo lo hice por El Puerto”, solía decir, y esas palabras resuenan especialmente esta primavera cuando el Vino Fino fluye y los coches de caballos desfilan en el recinto que él rediseñó.

El Puerto de Santa María despidió hace unos meses a un hombre que fue mucho más que un político: un visionario que dio alas a la Feria de Primavera y Fiesta del Vino Fino, dejando un legado que late en cada caseta, en cada trozo de albero, en cada paseo a caballo. A su buena memoria.
Es verdad que dinamizó el recinto ferial durante unos años y engrandeció la fiesta, pero quedó en aguas de borrajas cuando se llevó a cabo el convenio con la licencia del campo de golf , cuando el ayuntamiento recibió a cambio 100000 metros cuadrados y Hernan Díaz prometió hacer un recinto ferial cerrado a modo de parque y con eventos durante el año. No cumplió su deseo, lo mismo que los alcaldes posteriores hasta nuestros días. El recinto ferial no está a la altura de una ciudad con 90000 habitantes (parece al de un pueblo a modo de verbena) y por consiguiente es una de las asignaturas pendientes de este municipio , ya que la feria de primavera es la fiesta grande de El Puerto de Santa Maria.
Yo no era votante de su grupo, pero era una persona cercana siempre tenía algo para el que lo necesitaba, es verdad que en esta sociedad, si te desvía un poco de la "legalidad" impuesta por el poder a su conveniencia, destruye humilla y hunde a la persona, como creo en mi humilde opinión le ha pasado a él. Esto es típico en una sociedad, sorda, muda y cómplice. Lo dicho como persona dentro de sus limitaciones solidario con muchos portuenses.