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Ignacio y Juan

Estos dos ciudadanos afirman que la Oficina de  la Farmacia Central lleva abierta más de 100 años. Perteneció a Blas Dorca y a Ernesto Jiménez Sancho, aunque yo siempre la he conocido como la Farmacia de Fernández Prada, la que está en la calle Luna arriba. Ignacio entró de mancebo hace 41 años, en 1967 y cuatro años más tarde, en 1971, Juan.

These two townspeople maintain that the Central Chemist’s Office has been open for more than 100 years. It belonged to Blas Dorca and Ernesto Jiménez Sancho, although I always knew it as Fernández Prada’s Chemist, the one at the top of calle Luna. Ignacio started working as a shop assistant there 41 years ago in 1967, and Juan started four years later, in 1971.

Juntos pueden contar la historia de las tribulaciones, en forma de enfermedad, que han aquejado a El Puerto en las últimas cuatro décadas. A El Puerto en su conjunto, que no de forma pormenorizada ya que eso pertenece al secreto profesional. Pero lpueden contarla con el sentido del humor que les caracteriza. Ya hay que tenerlo para que, después de tantas horas de pié escuchando problemas de males, siempre tengan dispuesta la sonrisa, la broma, la fina ironía sin ofender. Muchas veces es esa sonrisa cómplice, esa juego de palabra entre el cliente y uno de ellos, sorteando a la 'ropa menuda' que pueda estar en la Farmacia; otra escuchar y escuchar al viejecito su problema, interpretar la letra del médico y alargar la explicación que venga en un prospecto. Son, ciertamente, un referente de la sanidad en El Puerto y de la buena gente que, como Muñoz Seca, saben reírse hasta de su sombra. A las acepciones blancas de la palabra mancebo: "persona joven, o dependiente de Botica", se unen otras de menor fortuna, en las antípodas de nuestros dos protagonistas de hoy, tal y como nos explica el lexicógrafo Mariano Arnal:

Albarelos

EL MANCEBO
La palabra mancebo/manceba confirma la relación entre prostitución y esclavitud, ya en la época de la Grecia y Roma clásicas. A propósito de la palabra emancipación, mancipium era el protocolo de compra-venta por mancipación, y por extensión el objeto de la mancipación, por lo que significaba también "esclavo" y "prisionero de guerra". Y de esa palabra deriva el término "mancebo", que en masculino nació significando "esclavo", pero en femenino pasó en seguida a significar "mantenida", que es la misma palabra, con la única diferencia de que el verbo capere contenido en la palabra "manceba" hace referencia al principio de la relación, a la "captura"; mientras que el verbo tenere contenido en los términos "mantener", "mantenida" hace referencia a la continuidad de esa relación. El amancebamiento es, por tanto, el mantenimiento de una mujer en casa, no en calidad de esposa, que ésa es la prevista por las leyes, aquella en que la mujer tiene el mayor nivel de derechos; sino en calidad de "esclava", es decir simplemente para ser utilizada como una propiedad. El amancebamiento sería, por tanto, un atentado contra los derechos de la mujer. Mancebía era antiguamente el nombre usual de los burdeles, llamados también "casas de mancebía"; y "padre de la mancebía" al que regentaba el burdel.

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