Hombre muy conocido en los medios flamencos portuenses, cantaor caracolero por excelencia y uno de los fundadores de la Peña El Chumi. Sus padres fueron José Matiola Barba, zapatero de profesión, natural de El Puerto y Ana Ávila García, de Jerez. Nació el 10 diciembre de 1930, en la calle Federico Rubio, nº 7, en la ciudad donde desemboca el Río Guadalete. En 1956, se casaba con Rafaela Luque Gallardo, con la cual tuvo varios hijos. Falleció en El Puerto de Santa María en 1995.
De familia humilde, comenzó ocuparse en ayudar a los suyos a la edad de trece años, vendiendo higos chumbos, caracoles y de faenas que él podía llevar a cabo con esta edad. Tiempos de hambruna y penas para las pobres de aquellos años de posguerra. Trabajó en varias industrias de esta ciudad: Fábrica de Latas de Pelayo Grant, Fábrica de Botellas Guadalete, Vidrieras Palma, en la Lonja de Pescado, peón de albañil y lo que saliera para poder llevar dinero para alimentar a su familia. Sus comienzos como cantaor fueron en su tierra con sus amigos y en fiestas con señoritos de aquellas décadas.
La Fábrica de Botellas “Vidrieras Palma” que provenía de las Islas Balerares y de ahí su nombre, estuvo situada frente a la Casa de la Cultura, hasta el el tercer tercio del siglo XX, cuyo solar hoy lo ocupa un conjunto de viviendas unifamiliares, de puertas azules. En la imagen, cuando aún no estaba construida la Casa de la Cultura y viviendas adyacentes, y su lugar lo ocupaba el campo de fútbol ‘Eduardo Dato’, del Racing Club Portuense.
En 1949, lo contrataron en el Teatro Chino de Manolita Chen y durante seis meses estuvo recorriendo España. Participó en su tierra con la compañía de Manolo Carrillo, en los años 1952 y 1953, como podéis comprobar en los programas de mano que acompañan a este trabajo. Formó parte de una compañía de teatro que formó Francisco Gallardo, conocido como Paquito “el Maricón”, como a él le gustaba que le llamaran los amigos. Con esta agrupación recorrió durante varios meses la sierra de Cádiz, con Juan Cristo, “el Portugués”, cantante de tangos, los bailaores Hermanos Suárez, las hermanas Villares y el Chano, entre otros.
A la izquierda, Domingo, en el centro Luis, el de los Huevos, y a su lado Francisco Gallardo, “Paquito”, hombre con unas cualidades artistas fuera de lo normal. Era cantante, coreógrafo, diseñador de ropas del teatro, como la vestimenta carnavalesca de los años ochenta que aquí se observa.
A finales de los cincuenta, tengo recuerdos que no se me olvidan en el Teatro Principal del Puerto, con Anzonini, Luis Gatica, Josefa Caraballo Villar, “la Popi”, Luis “el de los Huevos”, la Valladares, Jose Matiola “el Mono” y Rafael “el Gitano”. El flamenco lo compaginaba con su trabajo cuando le salían fiestas, reuniones privadas y espectáculos que fueron muchos.
Copia de programa de mano, de los espectáculos en los que participó El Mono actuando con la compañía de Manolo Carrillo.
En 1954 fue contratado por Manolo Caracol en su sala de fiesta de Madrid, donde trabajó durante ocho meses. El Mono era un hombre muy ligado a su tierra y a sus gentes, por eso cuando se llevaba varias temporadas fuera del Puerto, se ponía nostálgico, deprimido y deseando marcharse a su tierra, para estar con su gente.
Manuel Ortega Juárez, 'Manolo Caracol' (Sevilla, 1909-Madrid, 1973). Último representante de una reconocida dinastía gitana de mucho peso en e flamenco y los toros. Biznieto de Curro' el Dulc'e, tataranieto, según algunos, del Planeta, y sobrino de Enrique el Mellizo; además, estaba emparentado a través de Enrique Ortega 'el Gord'o con una saga de toreros. 'También 'el Fillo' se cuenta entre sus ancestros.
Sus amigos de juventud, que yo recuerde fueron: El Dandi, del que no recuerdo su nombre, que murió muy joven; Salvador Ruiz Camacho “El Petaca”, vecino suyo en la calle San Sebastián, y compañero de juergas en los años cincuenta; Julio Flores, presidente fundador de la Peña Tomas El Nitri,; Rafael Rodríguez Mora, cuyo nombre artístico era Rafael Vargas, bailaor, cantaor y José El Capacha, guitarrista del que era inseparable. Que me perdonen los que no menciono pues fueron muchos sus amigos. Fue un gran imitador cantando por Palanca, Niño León, Juan Barea y por supuesto por Manolo Caracol, del que fue fiel seguidor.
En la fotografía de los años cincuenta a la izquierda, Salvador Ruiz Camacho, “el Petaca”, y a la derecha el Dandi.
A Matiola le gustaba mucho el cante de ‘el Chumi’. Los fines de semana que podía se iba al bar de Los Milindris, que estaba situado en la calle Sierpes, a escucharle cantar por varias medias chicas de vino. Este pequeño gran hombre imitaba a Canalejas de Puerto Real, y obligaba a Matiola a que le cantara por Manolo Caracol, llevándose ambos personajes cantando en el reservado un buen rato. Que daría yo por oír cantar a este par de flamencos. Se han conservado algunas grabaciones de Matiola, pero de ‘el Chumi’, creo que no.
Cuando se fundó la peña en honor a este hombre de metro cuarenta de altura, “El Mono” le puso su apodo, “el Chumi”, pero hubo quien no estuvo de acuerdo en darle a esta institución ese nombre, aunque puedo decir que Canalejas de Puerto Real, que fue un enamorado de los cantaores y bailaores de El Puerto, si viviera estaría conforme. Recuerdo a José Matiola preguntarme mi opinión sobre el emblema de dicha institución y estuve de acuerdo totalmente con él en que era el apropiado.
El Chumi.
Conocí de muy niño a José Matiola, “el Mono”, era muy amigo del “Dandi” y de mi tío “el Petaca”, que aunque eran marineros de profesión bailaban bien por fiesta. Se reunían los tres cuando venían de la mar con diez o catorce días de pesquera y se llevaban dos días de fiesta cantando y bailando. Recuerdo que estuvieron detenidos en la prevención de los guardias municipales, que estaba situado en la Plaza Peral, de aquellos años sesenta, por cantar y bailar a las cuatro de la mañana en la vía pública. Cuando el sol rompía la “madrugá”, como eran muy conocidos y buenas gentes, los dejaban en libertad.
Con ‘el Mono’ hemos echado muy buenos ratos en reuniones de los años setenta. Me viene a la memoria una noche con José de los Reyes ‘el Negro’, el guitarrista Robertito Ceballos, Ramón Orillo, Rafael Vargas y la comadre de Matiola, “el Mono”, la cantaora de Sanlúcar de Barrameda, Encarnación Marín “La Sallago”, en la casa que tenía esta artista en el Barrio de Santa María, de Cádiz.
Roberto Ceballos, nombre artístico de Roberto Rodríguez Sánchez, guitarrista.
Voy a rectificar unos datos que me proporcionó José Matiola. Me habló de su abuela Ana García Manjón, conocida por el apodo de Ana ‘la Losa’, y aunque si vivió en nuestra Ciudad durante varios años, su nacimiento tuvo lugar en Jerez de la Frontera, pero ésta no era Ana “la Losa”, la que aparece en el Diccionario Enciclopédico Ilustrado Flamenco. La abuela de Matiola fue una buena cantaora festera y bailaora no profesional que participó en su tiempo en muchas reuniones flamencas, según su nieto.
La verdadera Ana “la Losa”, sí fue profesional y nació en El Puerto de Santa María. La tengo registrada actuando en un Café Cantante de Cádiz, a finales del siglo XIX. Vivió y falleció en nuestra Ciudad. No puedo proporcionar más datos de esta paisana nuestra hasta sacar su biografía a la luz. Siento mucho encontrarme con estos errores y como rectificar es de sabios, aquí lo hago.
“El Mono”, a la izquierda, “El Capacha” a la derecha, en la calle Larga en los años ochenta del siglo pasado.
A Matiola le acompañaron guitarristaS de esta zona como fueron: El Niño de los Rizos, Roberto Iglesias, el Viejo Albaiceta, Francisco Guilloto Romero “El Maestro Guilloto” Robertito Ceballos, Pepe “El Capacha”, Antonio Núñez y Joaquín Albert.
Coincidió en sus actuaciones con el Príncipe Gitano, Josefa Martin Lanzarote, “La Macaca”, Vicente Martín-Bejarano Lanzarote, “El Macaco”, Fernando Terremoto, Chiquetete, Camarón de la Isla, Pansequito, Sordera, La Sallago, Maria Vargas, de Sanlúcar, Ramón Orillo y Chato de la Isla, La Paquera, Juan Farina del Puerto y guitarristas como Paco de Lucía, Paco Cepero, El Niño de los Rizos y Juan Habichuela, entre otros.
En agosto 1954, se celebró una fiesta que organizaron Jose Breíta y Chico Moreno de Jerez, en la que participó “La Paquera de Jerez”, la bailaora Marina Muñoz, el Brillantina, Fernando Terremoto, Manolo Anzonini, Ramón Orillo, José Matiola, “El Mono” y otros artistas de los que no recordaba sus nombres. Esto sí que fue un homenaje flamenco.
Arriba, por la derecha, el cuarto, Carnicerito de Úbeda, matador de toros y padre de Marina Muñoz, séptimo el gran aficionado flamenco, José Breíta. Abajo sentados a la izquierda la bailaora Marina Muñoz, “La Paquera de Jerez“ y a la derecha el actor madrileño Manolo Morán León.
Me habló José de cuando estuvo cantando en la capital de España, allí fue entendiendo los cantes de Levante y de otras regiones de la península, que aquí no se escuchaban mucho. Se quedó asombrado con Paco Valdepeñas, un gitano de la Mancha, cantaor y bailaor festero extraordinario. Yo siempre he dicho que el flamenco existe en muchas regiones de nuestro país, y hay verdaderos fenómenos cantando y bailando. Yo que me he recorrido trabajando casi toda España, he comprobado cómo te quedas de piedra escuchando a cantaores de estas zonas. En el flamenco hay tres cosas muy importantes: guardar silencio, sentir el flamenco y que nos transmita sentimientos.
En su última etapa flamenca, estuvo en una compañía de variedades que vi en la cartelera del Teatro-Cine Atlántico, de Rota, que está situado en la avenida San Fernando, cuyo dueño en aquel tiempo era un portuense muy conocido en El Puerto, llamado Pedro López, hijo del dueño del Cine Moderno, que estaba ubicado en la calle Ganado.
En la imagen, en la Peña Flamenca 'El Chumi', el que fuera corresponsal de Diario de Cádiz, recibiendo una placa de agradecimiento de las peñas flamencas, por la difusión dada a este mundo en Diario de Cádiz. De izquierda a derecha Pepe Arjona, el homenajeado Antonio Femenía, José Matiola ‘El Mono’, presidente de la Peña y el guardia Torrriguera, el 16 de abril de 1983. /Foto: Rafa.
Me comentó José María Morillo Sánchez que contrató a El Mono en varias ocasiones, acompañado a la sonanta por José ‘el Capacha’, a mediados de los ochenta del siglo pasado cuando organizaba las “Noches Flamencas” espectáculo para visitantes desde la Concejalía de Turismo”, en diversos bodegones y espacios, por cierto con mucha aceptación.
Hay una anécdota que me contaron de nuestro protagonista en los años ochenta: Estaba cantando El Mono, en la Peña El Chumi, de la que fue su presidente, y en la reunión un señor que estaba entusiasmado oyendo cantar a Matiola cuando éste terminó de cantar, este hombre se pronunció entusiasmado y dijo: “--Si yo tuviera dinero te contrataría para que cantaras en el bautizo de mi nieto”, se levantó El Mono y le contestó: “Yo voy a cantar en la ceremonia de tu nieto sin que me des un duro y si no tienes padrino yo me ofrezco y me llevo una arroba de vino”. José, El Capacha, que estaba entre los reunidos, se ofreció para aportar chorizos y chicharrones.
Copia de programa de mano, de los espectáculos que montaba nuestro paisano Manolo Carrillo, en 1983.
La última vez que estuve con Matiola, como yo le llamaba, fue en las Navidades de los noventa del siglo pasado. En aquel tiempo tenía diabetes. Me lo encontré en la plaza de Abastos, nos saludamos y me dijo: “--Antonio tengo unas ganas de tomarme unas copitas de manzanilla en La Colmena, porque llevo tres meses sin tomar un vasito, con esto del azúcar no puedo tomar vino, pero hoy sí me voy dar un homenaje”.
Nos fuimos a la taberna mencionada y nos tomamos --para no mentir, tres copitas-- con cartuchitos de mojama y cañadillas, lo llevé a su casa en mi coche, nos despedimos y no lo volví a ver más. Me llamo por teléfono mi amigo Roberto Ceballos, comunicándome la muerte de un buen cantaor flamenco. Aunque todos los que cantan no llegan a la altura de Camarón, Pansequito, Juan Villar, Fernando Terremoto, Sordera y, puedo seguir mencionando a muchos otros, el Mono, fue un hombre humilde, bueno y un aceptable cantaor.
Yo comprendo que en cuanto al flamenco soy un poco apasionado. Doy las gracias a todos los que colaboran conmigo y me aguantan. Porque creo que es de bien nacido ser agradecido. Gracias por su colaboración a mi amiga Ana Becerra. /Texto: Antonio Cristo Ruiz.
Hola soy Javier de los reyes matiola. Nieto del mono" para mí es un orgullo... Me gustaría contactar con la persona que subió su biografía... Agradecerle todo y comentarle que tengo grabaciones de mi abuelo.. con su buen amigo el capacha y más...me gustaría que su audio estuviera en su biografía... Mi correo electrónico es delosreyesjavier39@gmail.com gracias
El Capacha, se llamaba José Jurado. El segundo apellido creo Gordillo, pero no estoy seguro
Soy nieto de Jose Matiola "el Mono", te quisiera dar las gracias por el articulo me he quedado impresionado la verdad desconocia mucho de los viajes de mi abuelo y la verdad que ahora se un poco más. Gracias de corazon
historia flamenca del puerto,ojala algun dia se reconozca el puerto como se merece en el flamenco.
gracias antonio.