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El primer taller de “La Rinconada” estaba situado en Puerto Escondido al final a la izquierda, en un local de la casa propiedad de la Familia Valimaña. Lo fundaron Fosco Antonio Valimaña Lechuga, (n. 02,05.1944) y Francisco Marín Gallardo, (n. 31.01.1943). Antes de abrir al público  “La Rinconada”, Fosco prestó sus servicios profesionales en el Taller “Aduana” ubicado en Pozos Dulces --donde ahora hay un aparcamiento junto al estribo del antiguo Puente San Alejandro, frente al Restaurante El Cortijo-- allá por el año 1962. Marín, entre otros, estuvo en el Taller  “El Venta” ese mismo año. (La fotografía está tomada el ocho de abril de este año).

The first "La Rinconada" workshop was located in Puerto Escondido at the end on the left, in the grounds of the Valimaña family’s house, founded by Fosco Antonio Valimaña Lechuga, (b. 02.05.1944) and Francisco Marín Gallardo, (b. 31.01.1943). Before opening "La Rinconada" to the public, Fosco lent his services in about 1962 in the "Aduana" Workshop situated in Pozos Dulces, where there’s now a car park next to the abutment in the old San Alejandro Bridge, opposite the El Cortijo Restaurant. Marín, amongst others, was at the "El Venta" Workshop that same year.

El primer taller "La Rinconada", en Puerto Escondido.

En 1963 ambos fueron juntos al Servicio Militar y fueron destinados a los Polvorines de la Sierra San Cristóbal. Allí como todos los españolitos de aquellas fechas se tiraron 24 meses, es decir hasta 1965. Ese año, el nueve de julio,  Marín y Fosco, que así se les conocía, abrieron un taller de motos y los clientes fueron los que le pusieron el nombre de “La Rinconada”, pues estaba en el último rincón de la izquierda de Puerto Escondido. Durante ocho años, aproximadamente se dedicaron sólo y exclusivamente a la reparación de motos. En aquel tiempo comercializaban las marcas de la época:  “Lambretta”, ciclomotores “Honda” de 50 CC, “Bultaco”, “Derbi”, entre otras.

Fosco Valimaña Lechuga, los hermanos Rafael y Luis Hernández Venegas, y Francisco Marín Gallardo, en el primer Taller 'La Rinconada', en Puerto Escondido.

Fosco Valimaña Lechuga, José Antonio Poullet Trujillo, Francisco Tobío de la Rosa. Foto tomada en el año 1983, en el local que les tenía cedido enfrente 'el Lunita'.

Después, a principios de la década de los setenta del siglo pasado, empezaron a meterle mano a coches de amigos y posteriormente a toda clase de coches contando con tanta clientela que en 1980 compraron lo que fue tonelería de José Luis Huerta, en la Calle Cruces. El 8 de Octubre de ese año obtuvieron la licencia de apertura, firmada por el primer alcalde del actual periodo democrático, Antonio Alvarez Herrera. “La Rinconada” conocía nuevo emplazamiento, llegando a contar con hasta 12 empleados, siendo uno de los talleres particulares mas famosos de la provincia de Cádiz -y fuera de ella debido a los veraneantes que venía a nuestra Ciudad-, y ello sin ser concesionario oficial de ninguna marca de coche. Le metían mano a todo.

Una vez establecidos en Cruces se dedicaron a coleccionar motos antiguas: en aquellas fechas la gente iba al Taller a preguntarles donde se podían deshacer de ellas y Fosco y Marín las recogían. Mas adelante empezaron con la recuperación de coches antiguos, contando en la actualidad con una buena colección, digna de ser vista. Debido a su afición de coleccionismo cuantan también con unas bicicletas antiguas y entre ellas un “Hercules”, que si no  es la única es una de las pocas existentes en la actualidad. Fueron  fabricadas el la Fábrica de Automóviles y Bicicletas «Anglada» que estuvo en la Calle Cielo.

Hace seis años, en 2002 recibieron una comunicación de expropiación por parte del Ayuntamiento sobre el local ocupado por el taller, para uso de viviendas sociales que, después de mucho pleitos no se pudo evitar.  El 10 de Mayo de 2008 por jubilación de Marín y baja por incapacidad laboral de Fosco, se cerró el taller y con el, una buena parte de la historia viva de de la automoción durante los últimos 43 años en nuestra Ciudad. Otras aficiones de nuestros amigos continúan, como las colecciones de vehículos -que bien pudieran acabar en un Museo del Motor- o el Club de Vehículos Antiguos y Veteranos y sus concentraciones, rutas y exhibiciones. Esos aspectos, esas aficiones, los dejamos para otra ocasión.

Caricatura dibujada por el artista y paisano nuestro, Miguel Pantoja del Puerto. Representa a Fosco y Marín con un grupo de clientes y operarios. Año 1995. (Las fotografías de este reportaje corresponden a la Colección de Vicente González Lechuga).

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