
| Texto: Juan Carlos Neva Delgado [*]
Las palabras de tanto manosearlas se prostituyen, dejan de tener la fuerza para trasmitir el significado que pretenden. Además de memoria histórica también debemos tener memoria para el recuerdo de seres queridos, de nuestro pasado, de lo aprendido o para la evocación de momentos vividos en épocas de tu vida y en lugares concretos que llegan a formar parte de tu propia esencia como persona. Esto es lo que, en parte, me pasa con Rancho Linares.

Las dos herramientas más políticas que tiene un gobierno local, esenciales para el desarrollo municipal y donde el gobernante plasma su impronta ideológica son los presupuestos municipales y el planeamiento urbanístico. Por un motivo u otro, los diferentes intentos de que nuestra ciudad tenga un Plan General de Ordenación han fracasado, el ultimo y tras una aprobación administrativa definitiva fue tumbado por el TSJA, por lo que el planeamiento vigente en la actualidad es aún, nada más y nada menos, el de 1992.
Una gran consecuencia de esta situación es que el ayuntamiento pierde el liderazgo del diseño territorial de su término municipal y del modelo de ciudad cuyo objetivo es el interés general y lo cede a los particulares que dibujan el territorio en función de sus intereses privados. Las modificaciones puntuales del planeamiento vigente se convierten en el subterfugio urbanístico para darle carta de legalidad a estos intereses especulativos en la mayoría de los casos. En estos últimos años se han tramitado y aprobado unas dieciséis de estas modificaciones puntuales. Doce para regularizar ARGs como Cantarranas, La Belleza, Bella Bahía o Montes de Oca y cuatro para permitir desarrollos de mayor envergadura como el PAU/PP1 La Florida promovido por la Junta de Andalucía; el cambio de uso industrial a residencial del PP-CN4 Rancho Linares; el SUO-RT- 28 Viña Rango Golf o el Paseo Fluvial del Guadalete promovido por la Autoridad Portuaria.

Siempre he estado en contra de que Rancho Linares se urbanizara, incluso desde que el PGOU del 1992 lo calificara como suelo urbanizable de uso industrial. La importancia ecológica de este, escaso ya, clase de ecosistema que se sustancia en su gran biodiversidad, su función como Bosque Isla y su valor estratégico como Corredor Verde, lo hacían merecedor de al menos ser considerado Sistema General de Espacio Libre en su integridad. Es cierto también que desde que en mayo de 2011 la Junta de Andalucía aprobó la modificación puntual de cambiar el uso industrial a residencial y la aprobación definitiva del Proyecto de Urbanización del Sector PP-CN4 Rancho Linares el pasado julio de 2024, todos los partidos del espectro político portuense han tenido alguna responsabilidad en ello y ninguno ha movido un dedo por proteger este lugar, hasta que en esta última y definitiva fase, y por iniciativas ciudadanas como Ecologistas en Acción o SALVEMOS RANCHO LINARES, en el último pleno del año 2020 se aprobó una moción, con el voto favorable de Adelante El Puerto, PSOE y UP; en contra el PP y Cs y la abstención de VOX, para que no se construyera en Rancho Linares y los derechos urbanísticos de los promotores se permutaran al sector de promoción pública PAU/PP1 La Florida que desde 2001 está apto para poder construir 2.413 viviendas (1.746 de VPO y 667 de Renta Libre) y aún no se ha puesto un ladrillo. Germán Beardo hizo mutis por el foro y la moción, en un gesto muy demócrata, terminó en la papelera tras comprarle a su responsable de urbanismo, Danuxia Enciso, el discurso “ante todo hay que garantizar la seguridad jurídica de los promotores”.
Nadie pretendía ir en contra de ese principio jurídico ni que el ayuntamiento se viera perjudicado y por eso se plantearon soluciones como la permuta anteriormente citada o la Revocación como ha hecho el ayuntamiento de Conil que, con el visto bueno de la Junta de Andalucía, va a desclasificar 1.450.000 m2 de suelo urbanizable a no urbanizable de protección especial en el entorno de Río Roche por su alto valor ambiental.
El gobierno municipal pretende hacernos comulgar con las bondades de los promotores con el mantra de que de los 241.600 m2 de propiedad privada casi el 70% se cede al ayuntamiento para que pasen a ser públicos; que 160.000 m2 son para zonas verdes y equipamientos; el 10% del viario que también cede al ayuntamiento; etc., etc. Vamos que al final habrá que ponerle el nombre de una rotonda a los promotores. Pero hay que tener cuidado porque los números los carga el diablo y dependen como se usen pueden dar a entender una cosa u otra.

Veámoslo desde otra óptica. La primera premisa de partida es que ningún promotor se mete en una operación urbanística para no ganar dinero y menos regalarlo. La modificación puntual bajó la edificabilidad de 0,45 m2 de techo/m2 de suelo industrial a 0,225 m2 de techo/m2 de suelo residencial, lo que se traduce en que los 42.372 m2 de uso lucrativo se convierten en realidad en 127.312 m2 edificados ya que se le permite construir las 1.260 viviendas (378 de renta libre y 882 de VPO), objetivo original para que la actuación fuera rentable, en altura (baja más cuatro plantas); de los 199. 228 m2 no lucrativo 119.115 m2 (el 50%, no el 70%) son para Sistemas Generales y Locales de Espacios Libres y 80.112 m2 para uso dotacional (deportivo, docente, comercial, social, etc.) y viario. Cesiones para uso público todas obligatorias, ningún regalo, por tanto, como establece la legislación urbanística y su normativa de desarrollo.
Ya que este gobierno no ha mostrado ni la más mínima sensibilidad para al menos intentar proteger este lugar en su integridad y defender la “seguridad jurídica” de un bien común como es el medioambiental reconocido en la Constitución, que al menos no nos trate como a tontos haciendo demagogia con los números y mostrando una ignorancia en ecología porque un ecosistema, un bosque, que es algo más que árboles, no es un parque urbano público con pinos.

Se ha hecho todo lo que se ha podido para evitar esta calamidad. Hemos escrito artículos de opinión; organizado acciones con otros colectivos como Ecologistas en Acción; recogida simbólica de basura en Rancho Linares; cadena humana frente al ayuntamiento; reuniones con colectivos sociales como la FLAVE y representantes de todos los partidos políticos (gobierno y oposición); recogida de 1.025 firmas de adhesión; presentación de propuestas alternativas, etc., etc. Pero nada de ello ha servido.
Como el final de esta crónica de una muerte anunciada, desgraciadamente, era previsible que fuera el que está siendo, quise inmortalizar este precioso bosque con un cuadro que le encargué al gran pintor portuense y amigo Adrián Ferrera, con la indicación de plasmar en él todo el valor ecológico, la abundante vida y la belleza del paisaje que tenía Rancho Linares. A partir de ahora cuando la memoria me lleve a los recuerdos vividos en ese lugar me sentaré en el sofá de mi casa y a través del arte miraré con nostalgia mis recuerdos de infancia por mi particular Arboleda perdida.
[*] Biólogo y Administrador de la plataforma ciudadana SALVEMOS RANCHO LINARES.