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Mª Carmen Fernández Sánchez

Maricarmen es una hija de El Puerto, de familia de portuenses conocidos por todos. Si, además, nos remontamos a sus abuelos e incluso bisabuelos, como vamos a hacer, enseguida localizamos sus ancestros. Pero antes hablemos de esta joven emprendedora, Diplomada en Educación Física y también en Fisioterapia,  10 años al frente de un Centro de Fisioterapia situado en una de las vías con nombre más bonito de El Puerto:  la avenida de la Libertad, donde se encuentra Fisiobahía. Nótese que el sufijo bahía aclara la vocación abierta de la ciudadana Maricarmen. Por sus expertas manos han pasado muchos dolientes de El Puerto que allí han sido resanados, restaurados, con técnicas expertas y, sobre todo, con la alegría, el optimismo y el trato familiar que dispensa Maricarmen y su equipo. Pero además ha realizado cursos de Acupuntura para Fisioterapeutas, Osteopatía Básica o Fisioterapia ante la Salud y la Práctica Deportiva.

Maricarmen has strong connections to El Puerto since she’s from a family of portuenses known by the whole town. If we go back to her grandparents and even great grandparents, as we shall do, we can immediately find her ancestors. But first let’s talk about this young entrepreneur who has a Diploma in Physical Education and also in Physiotherapy. She’s been in charge of a Physiotherapy Centre for 10 years which is located in a street with one of the nicest names in El Puerto:  la avenida de la Libertad (Avenue of Liberty), where “Fisiobahía” (Physiobay) has it’s offices. Note that the suffix bahía (bay) demonstrates Maricarmen’s clear interest in treating local patients from the area. Many sufferers of aches and pains from El Puerto have been treated by her expert hands and have been healed, restored to health, with expert techniques and, above all, with the joy, optimism and familiarity with which Maricarmen and her team treat their patients. She has also taken courses on Acupuncture for Physiotherapists, Basic Osteopathy and Physiotherapy in relation to Health and Sports.

Los apellidos de Maricarmen son muy conocidos y si me apuran, hasta corrientes por repetidos: Fernández y Sánchez. Pero ahí va la información que rápidamente hará que esos apellidos se distingan al comprobar de quienes proceden.  Por su familia paterna: hija de Eloy Fernández Lobo, conocido empresario de la Ciudad; nieta de Eloy Fernández Moro, que tuvo un almacén de Ultramarinos en la calle Vicario esquina con Sierpes, al lado del mercado de Abastos; y sobrina nieta de Manuel Fernández Moro, último alcalde de El Puerto durante la Segunda República. Por su familia materna: hija de Rosa Sánchez Matabuena, conocidísima familia de El Puerto de toda la vida, de la calle Cielos; nieta de Francisco Sánchez Pérez, funcionario municipal; y bisnieta de Quico Sánchez Pérez, aquel fotógrafo  de principios del siglo pasado, contemporáneo de otro pionero de la fotografía local: Justino Castroverde. En esta ocasión vamos a hablar de la rama paterna, que de la materna, con otros primos o sobrinos, otros personajes, tendremos ocasión de volver a esta publicación electrónica.

El abuelo, Eloy Fernánez Moro, había nacido en 1906 en el municipio onubense de Cumbres Mayores. Era marchante, viajante o representante de Ultramarinos y se acabó estableciendo en El Puerto con su padre y hermanos, abriendo una tienda, un almacén de ultramarinos que, fíjense que curioso,  no era gestionado ni por gallegos ni por montañeses, estando situado en Vicario esquina con Sierpes, como ya hemos dicho. Otros hermanos del abuelo Eloy fueron Concha, Miguel, Máximo y Ramona, abriendo estos dos últimos, también, su propio Ultramarinos en la esquina de la Calle Santa Clara esquina con Zarza. Recuerda Maricarmen los andares ágiles de su abuelo, su aspecto que prácticamente no cambió desde que ella tuvo uso de razón, el naranjo de su casa, lo imaginativo y constante que era. Probablemente esa imaginación fue la que sus hijos heredaron, Eloy y Manuel, ya que ambos estudiaron sus respectivas carreras mientras colaboraban -trabajaban- en el negocio familiar de Ultramarinos, siendo ambos personas de ingenio. (El abuelo, Eloy Fernánez Moro, en una foto con Maricarmen tomada en 1974, con 68 años).

En la imagen, la tienda de Ultramarinos del abuelo de Maricarmen, que se fue transformando lentamente, pasando a convivir dos negocios, el de alimentación y el de la electrónica y la radioafición, ya dirigido por su tío Manolo. En la foto aparece el abuelo Eloy, poco antes de su fallecimiento con 95 años en la tienda, tal y como está en la actualidad: es un comercio de productos de electrónica de consumo, radioafición, reparaciones, antenas, etc.,  dirigido tanto al gran público como al especializado, llamada Selenio Radio, gestionado por Manuel Fernández Lobo.

EL ÚLTIMO ALCALDE DE LA II REPÚBLICA.
Manuel Fernández Moro, fue el último alcalde que dirigió los destinos El Puerto -durante apenas cuatro meses- al final de la Segunda República. En los convulsos meses previos a la rebelión militar del 18 de julio de 1936 que daría paso a la Guerra Incivil, El Puerto había conocido tres alcaldes pertenecientes a la coalición de izquierdas del Frente Popular: Francisco Veneroni Arcos (21 Febrero-18 Marzo 1936) -ya que Francisco Cossi Ochoa había declinado serlo-; le sucedió José Blandino Mitges (18 Marzo-24 Abril 1936) y por último Manuel Fernández Moro (24 Abril-18 Julio 1936), siendo detenido en su despacho de la Casa Consistorial en la Plaza de Isaac Peral y conducido a prisión, donde “desaparecería” sin dejar rastro.
Manuel Fernández Moro era militante de Izquierda Republicana, el partido liderado por el presidente de la República, Azaña. Manuel, desapareció durante la tercera semana de agosto de 1936 -había estado preso en el Penal- custodiado tanto él como otros militantes y simpatizantes republicanos por funcionarios de prisiones y un destacamento del ejército con la misión de vigilar a los presos políticos. De ahí lo extraño de estas desapariciones. El investigador Jesús Núñez ha estudiado la historia de otro portuense  que fue alcalde de la Ciudad durante dos periodos, y cuyo final también se desconoce: «Francisco Cossi Ochoa 1898-1936. El último presidente de la Diputación de Cádiz en la II República. Una muerte sin esclarecer». En dicho libro se afirma que en los primeros meses de la Guerra Incivil era usual que una siniestra camioneta, bautizada como La Viuda Negra, conducida por milicianos facciosos se llevara presos de la cárcel. Sus cuerpos eran luego encontrados en los alrededores de la Plaza de Toros. Nunca apareció el de Manuel Fernández Moro. (La ilustración, carboncillo de Manuel Romero Brú, situado en la Galería de la Planta Noble de la Casa-Palacio Municipal).

Federico Herrera Síñigo

«Federico Herrera Síñigo, debió nacer en El Puerto sobre los años finales del siglo XIX, porque, al morir, sobre los setenta del siglo pasado tenía ochenta años y, aunque estaba en perfecto estado de revista, estaba fatal de los pies y tenía una quebradura. Esto es lo común en quienes han pasado la vida detrás de un mostrador.  Federico comenzó su vida laboral como dependiente de Casa Llanes, un comercio de tejidos que había en la esquina de la calle Misericordia con Luna, donde hoy la cervecería. Cuando los Llanes se fueron a Madrid, Federico entró a formar parte del elenco del Refino "Las Novedades" de don Luis Pérez Grant, en la calle Larga, esquina a Ricardo Alcón, Correos o del Muro, que todavía subsiste.

Federico Herrera Síñigo must have been born around the end of the 19th century in El Puerto because on his death in the 1960s he was eighty and, although he was in perfect condition, he had terrible problems with his feet and he also suffered from a hernia. This is common in those who have spent their life behind a counter. Federico started working as a shop assistant in Casa Llanes, a textile business on the corner of calle Misericordia and Luna, where the pub is today. When the Llanes family went to Madrid, Federico joined the staff at Luis Pérez Grant’s Refinery “Las Novedades” on the corner between calle Larga and Ricardo Alcón, the Post office or del Muro, which still remains today.

Allí hizo carrera como dependiente con su fraternal Pepe Sánchez Pérez, sobrino de don Luis, que heredó el negocio de su tía Doña Rosalía Tinajero Íñigo, la viuda de aquél. Federico era hombre educadísimo, cordial, sabedor de muchos saberes, metódico, servicial... Vivía en la calle de La Palma, esquina y vuelta con la calle Comedias, en el bajo. Se había casado con Doña Magdalena Péculo, por lo que era cuñado del ínclito don José Luis Péculo, benemérito cofrade de la Humildad y Paciencia, y de Pecúlo el de la Electra Peral. Federico tuvo tres hijos: José Luis, Conchita y Antonio. Federico, por su parte, era cofrade del Cristo de la Veracruz y Nuestra Señora del Mayor Dolor, andadura que comenzó, siendo niño y cuando la cofradía tenía su sede en la capilla de La Sangre, en la calle Palacios, esquina a la calle Nevería, frente por frente a la tienda de Apolo. Federico, se veía desde una ventana de su casa por la calle Comedias, tenía una reproducción del Cristo de la Veracruz en talla, casi de tamaño natural, que veneraba y que sorpendía a los que pasaban por la calle.

Otro de sus amores, que por eso lo traigo a aquí hoy, era la Santísima Virgen de los Milagros, a la que ayudaba a vestir en el tiempo en que la Condesa de Osborne fue camarista. Federico era un “fijo” a la hora de aderezar el paso de nardos y empujarlo por las calles del Puerto en la procesión, era porque su bisabuelo, el orfebre Don Manuel Síñigo, fue el autor del templete de plata de la Virgen, lo que llevaba a gala. Síñigo dejó una magnífica y acabada obra en plata en toda la provincia y singularmente en El Puerto y en las Catedrales de Cádiz y la hoy de Asidonia-Jerez.

Ahora que han terminado los cultos a la Patrona, he hecho recuento mental y he echado de menos a Federico, a Antonio Castillo, a Diego Utrera, a Pepín Ruiz Jurado..., empujando el paso, y me he acordado de ellos y he visto, por mis propios ojos, el prodigio de que otros históricos, Agustín Vela Mariscal, con noventa años, y  Tani Vélez Rodríguez, con casi ochenta, sigan empujando la carroza de la Virgen. Que sea por muchos años y que Federico los espere tantos más.» Luis Suárez Ávila. Publicado en Diario de Cádiz sobre los años finales del siglo XX. (En la foto de los años 40 del siglo pasado, Federico Herrera, en el centro de la imagen).

Federico Herrera Síñigo, con su mujer, Magdalena Péculo, con la que tuvo tres hijos: José Luís, Conchita y Antonio, a las puertas de su vivienda en la calle de La Palma, casi esquina con la Calle Comedias. (Fotos Colección Vicente González Lechuga).

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Javier Tosar Barrera (1943-2025 aprox.)

Javier Tosar Barrera (1943-2025 aproximadamente), pertenece a una de las afamadas familias portuenses 'Del Tuvo'. Hoy ya no tiene nada de aquello, pero les vamos a contar en esta misma nótula, en que consistía 'aquello'[*]. El apellido es de procedencia gallega, pero su familia lleva instalada en El Puerto más de 300 años.

Javier Tosar Barrera (1943-2025 approximately), belongs to the 'Del Tuvo' family, one of the well-known portuense families. These days the family is not what it used to be, but we shall let you in on what ‘it used to be’ refers to in this excerpt [*]. The surname has Galician origins, although his family has been living in El Puerto for more than 300 years.

Es una persona amante de todo lo que huela a cachondeo, de ahí que fuera fundador de la caseta de Feria  'Los Cachondos', que durante más de 20 años se instaló en la Feria de Crevillet y en la actual Recinto de Las Banderas.  Allí se cantaban estas letrillas con música de la sevillana de El Pali, 'En la Puerta Correo': "Que cachondeo,/ la Peña Los Cachondos,/ que cachondeo,/ la Peña Los Cachondos,/ mi arma, que cachondeo". También fue cofundador de la agrupación carnavalesca 'La Compacorogota', y autor del palabro que da nombre a la misma, sobre la quel existe un artículo en esta página web. Igualmente organizó, con otros cachondos, durante dos años seguidos, un Concurso de Feos que tuvo un gran éxito y del que, en su momento daremos cumplida información aquí, en Gente y Habitantes de El Puerto, independientemente de las responsabilidades civiles y penales que puedan derivarse de su arte. Trabajó durante 14 años en la Compañía General de Carbones, S.A. (antigua Fábrica de Hielo) que era la suministradora de las imprescindibles barras de hielo a los barcos pesqueros. Posteriormente y durante 25 años, trabajó en la Banca. Actualmente y desde su jubilosa jubilación, ejerce de Ociólogo en todo el mundo y parte del extranjero.

FÁBRICA DE CERVEZAS Y GASEOSAS F. TOSAR Y CIA.
"El 15 de agosto de 1901 quedó inaugurada una magnífica fábrica de cervezas y gaseosas en la calle Cielo, del Puerto de Santa María. Pertenece a F.Tosar y Cía y la maquinaria es de construcción perfecta y procedente de Alemania donde existen estas clases de fábricas. Tiene capacidad para producir diariamente de ocho a nueve mil litros de cerveza. El motor de vapor ha sido realizado por la fábrica de bicicletas Anglada. Tras la bendición, los invitados al acto probaron la cerveza que fue elogiada por los médicos presentes". Diario de Cádiz. (16.08.1901).

Efectivamente, [*]'aquello' fué la Fábrica de Cervezas Tosar, fundada por el  abuelo de nuestro amigo Javier, quien se encuentra entre los sucesores de esta antigua familia portuense. La fábrica estaba ubicada en lo que hoy se conoce como las viviendas de los trabajadores de Terry, Larga, 10, con fachada a tres calles: la propia Larga, Espíritu Santo y Cielo. El director de la fábrica el ingeniero Mr. V. Esteban Roissard, había estado al frente, durante años de, una de las fábricas mas importantes de Londres. La sociedad fabricante de semejantes líquidos estaba formada por Francisco Javier Tosar Zurutuza, Juan Osborne Guezala y Manuel Tosar Zurutuza. La fábrica producía cuatro clases de cervezas: Munich, PIlsen, Pale-ale y Stout (cerveza negra para enfermos).

Despacho y Exposición de productos de la firma Cervezas Tosar.
Despacho y Exposición de productos de la firma Cervezas Tosar.

Asistieron a la inauguración de la fábrica ilustres invitados de Jerez, Cádiz y Sevilla. De El Puerto, según la crónica de Revista Portuense, se encontraban entre otros, los siguientes invitados: Ruíz de Cortázar, Varela y Campos, el alcalde, Sr. Puente, Pitman, Pazos y Ortega, Arvilla, Figueroa, Jiménez González, Barrios, Bela Nerini, Gaztelu, Martínez Colom, Pico y Lobo, Sancho, Vaca, Peñasco, Carbia, Mendiola, Ameneiro, Rodríguez Vázquez, Alberti, Paullada, Piury, Portilla, Romero Lora, Gutiérrez Zalazar, Fuentes Benzo, Lavaggie, Hano, Dosal, Pérez Leyras, Muñoz Seca, Rivero, Pastor, Barba González, López Ceballos, Hernández, Cárdenas Burgueto, Arjona y de la Cruz. Ortíz de Villate, Oneto y Verges, Canónica, Rioja, Fernández Paullada, Pinera, Barra, Máiquez, de la Prada, Álvarez Abarran, Reyes y Varela de la Tejera.

Publicidad de Cervezas Tosar

Representando a la prensa, en la inuaguración, estaban por el Diario de Cádiz, José Carrajal; por el Heraldo de Cádiz, Santiago Casanova, por la Revista Portuense y El Imparcial, Luis Pérez Gutiérrez; por El Progreso de Sevilla, Galván; por El Observador, Guillermo Alberti; por El Cocinero, Joaquín Figal; por El Porvenir, Biensoba y por El Noticiero Sevillano, Palomo. Escribe el cronista de la Revista Portuense: "Dos aspectos ofrece para nosotros la nueva industria que desde ayer funciona en El Puerto: El primero por lo que se refiere a esta significa un paso gigantesco dado en el camino de buscar nuevos horizontes al capital invertido en condiciones de alimentar una numerosa clase obrera que hay perece porque el único negocio que daba trabajo a centenares de brazos, desaparece y se hundo a los embates de la adversidad y la competencia: y es claro que es necesario felicitarse de que haya hombres que sustrayéndose a los halagos de la fortuna y las satisfacciones de un negocio ya creado, emprendan esta labor de titanes, con riesgo de su tranquilidad y capitales. El otro punto de mira, es la alegría que debe producir a todos, que un producto fabricado en nuestra ciudad lleve su nombre a todas partes, y se haga de un crédito y fama que sea solicitado con verdadero requerimiento".

Tres años despues, en 1904, los mismos socios de F.Tosar y Cía., crearon una nueva sociedad: 'La Cervecera Portuense', con un capital social de ¡¡un millon de pesetas de entonces!!: nos estamos refiriendo al 14 de junio de 1904, actuando como Secretario Gerente, Francisco Javier Tosar Zurutuza. El 27 de agosto de 1904, la Revista Portuense publica un artículo firmado por Justo Espinosa Ibáñez, donde relata un día de toros en El Puerto. Casi al final refiere: "Opíparas comidas en los cien restaurantes, tiendas y cafés al aire libre, rociadas con los exquisitos vinos de Gaztelu, Cuesta y Osborne y cerradas con el incomparable cognac de Terry, sin dejar de amenizarlas con su vencedora cerveza Tosar y coronarlas con el champagne Jiménez Varela. En una próxima ocasión hablaremos aquí sobre las 'cuevas portuenses' todavía existentes en la Finca El Caracol, en cuyo subsuelo se criaba el champagne portuense. Pero esa es otra historia.

Original propaganda de la época (1905), impresa en Tipografía L. Pérez, donde se afirma que 'Es la Cerveza de menos circulación en España'. En la misma propaganda se anunciaban: la Imprenta de José Leal García., servicio permanente. El Gabinete de Barbería de Francisco Blandino. Justino Castroverde, fotógrafo. el Colegio San Estanislao Kotska. El Taller de Sastrería de José Fernández. El Jardinero Vicente Atienza. El almacén de Ultramarinos de Antonio Terán y Rodríguez y los Calzados de Todas Clases de su hermano Manuel. El Colmado de Bonifacio González, entre la Plaza de la Herrería y El Parque. Y otra original publicidad: "No comprar en ninguna parte sin probar antes el legítimo vino de Valdepeñas de la renombrada casa de D. José Manuel Pérez".

'Sic transit gloria mundi' Así pasa la gloria del mundo. Donde estuvo la fábrica, luego, tras su cierre y en su solar, habitaron en chabolas existentes en su interior algunas familia indigentes de El Puerto, entre ellos Federico Aldana, en la foto. En 1954, la firma bodeguera Fernando A. de Terry, creó una promoción de viviendas para sus trabajadores, que todavía sigue en pié y de la que se guarda un grato recuerdo: la política social de las Bodegas Terry para con sus trabajadores, modélica en el marco del Jerez-Xérès-Sherry. (Esta última foto pertenece al Archivo Municipal de El Puerto de Santa María).

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