Fernando Durán Rey es hijo del Cuerpo. De la Guardia Civil. Nació en Cádiz en 1952 y, diez años después a su padre lo destinan a Tarifa --aquellas vistas del Estrecho y Tánger al fondo--, donde se va a vivir dos años hasta que, a la edad de trece se vienen a vivir a El Puerto un domingo de enero de 1965. Conserva un pedazo de cada sitio donde ha vivido. Con 45 años en El Puerto, Fernando asegura que «me siento de donde al abrir una ventana me encuentro a gusto. Llegaron con el camión de las mudanzas, de Viuda de Requejo. Fernando recuerda la primera impresión que se llevó de la Ciudad al leer en la Avda. de la Estación (antiguo Camino de Urda), el letrero que anuncia en una de las antiguas bodegas de Terry reconvertidas hoy en viviendas, que El Puerto es “Cabeza de Partido Judicial”, algo que no entendía con aquella edad. Vinieron a El Puerto por seis meses y aquí redescubre otro tramo de mar Atlántico -encerrado en la Bahía- desde el acantilado de Fuerte Ciudad, donde se encontraba el Cuartel de la Guardia Civil al que es destinado su padre, en principio para seis meses. «Allí supe que yo quería morirme en El Puerto», afirma. Los olores de aquel lugar: retama, arena, mar y otros, entre los que se encuentra una planta que huele a regaliz y que él pone en los “Nacimientos” (lantana o “meao de gato”), quedaron fijados en su memoria olfativa.
Se vienen a vivir a El Puerto a un piso pequeño (¿solución habitacional?), de apenas 30 metros cuadrados, en las antiguas viviendas de la Casa Cuartel de la Guardia Civil de la Plaza de Toros, entrando por la calle Pagador, 1, donde vivían 12 personas. Recuerda que los niños pasaban horas y horas en lo alto, en los lavaderos jugando a ver quien contaba más ventanas, o los colores de los paraguas los días de lluvia. Desde allí tenían la visión renovada y renovable del huerto del Asilo de Ancianos, hoy reconvertido en viviendas, los tejados con tejas, las azoteas con palomos, la ropa tendía... (En la fotografía, Fernando Duran, con el obligado uniforme de marinerito de la época, para la Primera Comunión).
Vista aérea de la Plaza de Toros y de la Plaza de Elías Ahuja. A la derecha abajo, el desparecido Asilo de Ancianos y la huerta. A la derecha arriba, las viviendas de la Casa Cuartel de la Guardia Civil. Arriba de la foto, el Colegio de los Jesuitas.
Estudió Artes Aplicadas en Sevilla. Hacía figuras de Belén que vendía -sin cocer- en “El Jueves” de Sevilla, «las secaba con secador de pelo y eran un fraude: no estaban cocidas». También toca el piano, como muestra en una fotografía de su casa familiar.
Fernando, en su primera etapa del Club Mediterranee, en 1979.
EL PARADOR, EL CLUB MED Y BAOBAB.
Empezó su vida laboral como botones en el Hotel Meliá “El Caballo Blanco”, hoy cerrado y a la espera de una nueva oportunidad. Luego prestaría sus servicios profesionales en otros establecimientos de alojamiento fuera de El Puerto, donde llegaría a Jefe de Recepción. Luego, en 1978 «entré a trabajar en el Parador de Fuenterrabía. allí era conserje y telefonista y me enteraba de todo» pero «ni me quiso el dueño, José Luis Kutz, ni yo tampoco a él. Estamos en paz». Existe una anécdota, causante del despido, en la que tildó a determinadas damas, de señoras, tías y gachís, todo a la vez. Aparte de eso, siempre tuvo suerte en los trabajos.
Fernando y acompañante, en una función del Club Mediterranee.
En 1979, con 26 años, trabaja por primera vez en el Club Mediterráneo -el antiguo Cangrejo Rojo- hoy inexplicablemente cerrado para la hostelería y el turismo, siendo compañero de los hijos del entonces alcalde Antonio Álvarez: Agustín y Fernando. Volvería más tarde, en 1989 y 1999 a prestar sus servicios en dicho Club de Vacaciones, por sus conocimientos de francés.
Entre 1979 y 1989 trabajó en la hostelería en el Parque Calderón, en un kiosko novedoso para la época: el Baobab, donde conoce a gente muy interesante y hace muy buenas amistades. De allí, recuerda, salieron muchas parejas y amantes. Aunque el bar no era suyo, lo defendió como si lo fuera: fue una concesión a una viuda. El derecho al descanso de los vecinos de la zona, dado el movimiento y los horarios que mantenía el exitoso establecimiento, acabó cerrándolo.
Fernando Durán, micrófono en mano, en la Feria de Primavera y Fiesta del Vino Fino.
Luego puso con una amiga -Mariló Rodríguez Gargallo- el Bar El Torito, pero aquello no funcionó. Ha dado de comer en su casa, “en el campo que tengo en Bella Bahía” y lo sigue haciendo a gente de confianza, encargándose de todo: compra, guisa, sirve «y luego me ayudan a recoger». Fernando anuncia: «Era y soy pobre»
FERNANDO Y EL PERIODISMO.
De pequeñito quería ser locutor. «Con 10 años me inventé Radio Higuera, con una caña y una breva». De hecho en cierta ocasión se inventó un personaje en Radio Juventud de Cádiz, que llamaba por teléfono: Carmen Flores, para poner en su sitio a un locutor que se reía de las oyentes, de las marujas. En directo se llegó a desenmascarar a si mismo para poner en su sitio a aquel locutor, cuyo nombre prefiere no recordar, afeándole su conducta, algo que se tomó a mal. «Yo no me cachondeo de mis oyentes.» En Tele Puerto tuvo un programa del corazón que hizo a cambio de dinero, comentando revistas con invitados, que acabó dejando: no estaba dispuesto a aguantar la censura ni, por otro lado a rajar de desconocidos, le parecía de mala persona. «El maltratado no quiere maltratar», afirma y abunda que «No es lo mismo pintar que encalar». (En la fotografía, Fernando a la derecha, de monaguillo ante un paso)
LA HISTORIA DE UN TRANSGRESOR.
Fernando avisa que él representa a un personaje que se inventa a diario en Radio Puerto, donde trabaja. En general, sus respuestas son políticamente correctas. «Tengo miedo al ridículo y eso quizás, me impida tocar el piano en un Teatro sin ponerme malo». Afirma no tener mayor vergüenza que la que a él le pueda dar en un momento determinado. «El Puerto es durillo, tiene cosas agradables y desagradables». No puede con la incompresión, un aspecto desagradable que ha experimentado en nuestra Ciudad. En un momento dado a Fernando se lo hicieron pasar mal en El Puerto, determinadas capas sociales, con comentarios por detrás. «No entiendo a determinados amigos que se cambiaban el apellido dependiendo y la dirección, queriendo...».
Fernando lo deja claro: «Yo empecé a transgredir en 1978, cuando no se podía ser un transgresor. Le eché genio a la vida con 27 años, cuando me hago dueño de mí. Mi madre no se pudo equivocar pariéndome, y yo me esfuerzo por gustar» y abunda: «Me han hecho ser un transgresor, pero tengo un desdoble de personalidad controlado», habla este Fernando convertido en una especie de Juan Luis “Sabio Tarifa”, que bien pudiera, a pesar de su timidez no aparente, interpretar monólogos ante pequeños auditorios que, sin lugar a dudas, se le entregan. Y lo mismo puede contar verdades que mentiras, interpretándose a si mismo o reinterpretando a su personaje. Eso si, no entiende el Carnaval en la calle: «Me agobian las masas». (En la fotografía, a caballo de regreso del Rocío).
Este filósofo de la vida al que le gustan los caballos, y toca las castañuelas es palmario con respecto al amor: «No se crean que he renunciado, que no busco el amor. Ahora está la gente mas suelta. A mi me ha cogido tarde...»
Fernando Durán, entre el público, el segundo por la derecha. En la fotografía podemos ver a José Luis Santamaría, Eva Rodríguez de la Milla, Antonio García Corona, entre otros...
Fernando, algo más joven, ante las costas atlánticas gaditanas.
Hola Fernando soy Paqui Benitez te escribo para decirte que eres el mejor y que te felicito por tu programa de radio, ya que nos haces feliz cada mañana y nos levantamos con la ilusion de escucharte.
Besos guapo te quiere paqui benitez (y decirte que sales muy guapo en la foto de la playa, y en verdad es que eres guapo) Y viva la mare que te pario.
El hecho de leer estas palabras sobre cualquier persona emociona. Cuando esa persona es parte de tu familia, cuando te ha tenido con los ojos como platos noches enteras contándote sus batallas con sus versos deslenguados y la burla desde el respeto que sólo él sabe transmitir. Cuando le has conocido, te ha tocado con el don de su palabra y te ha hecho quererle, admirarle e incluso envidiarle, entonces estas palabras más que emocionar, halagan.
Gracias.
¡que guapo de primera comunión! Sigue así hijo que nos encanta escucharte. Yo te sigo todos los días. Besitos.
fernando duran soy un ochente de la radio puerto me paren muy simpatico en fto me paren una buena persona es buena gente soy jesus de la torre alejo me gustaria que hiciera una entrevista a nico en la radio puerto para que no comente como esta
Fernando no podía faltar aquí, porque es una persona que nos hace pasar las mañanas mas agradables, además de saber escuchar a todo el mundo. Es agradable en su trato y una persona a la que aprecio. Fernando sigue así que hay mucha gente que te quiere. Que guapo hijo!!!!
Algo muy bueno para el día a día en los tiempos actuales. Una bocanada de aire fresco, a veces viene bien. Excelente comunicador que me recuerda a los inolvidables locutores y presentadores clásicos cuando la radio era muchísimo más familiar. Me refiero a los a los Boby Deglané, José Luis Pécker, Joaquín Prat, Aurelio de la Viesca, Carmen Coya… De haber vivido aquella época hubiera dado voz a los personajes de unas de las novelas de Guillermo Sautier Casaseca.
Me ha encantado esta nótula porque es una bellísima persona al que la vida no se lo puso nada fácil y ha sabido con gran estilo sobreponerse a muchos avatares de la vida y, lo más importante, continúa poniéndose el mundo por montera.
Me encanta Radio Puerto. Adelante!!! lagranleocadia.blogspot.com