Testigos de esa emoción y esos recuerdos fueron su hija la infanta Elena y su nieta Victoria Federica que se han convertido en sus acompañantes de tardes taurinas.En realidad el encontrarse con parte de su infancia tuvo que ver el periodista Carlos Herrera y su socio en cuestiones de hostelería local, Antoñín Sánchez Fariñas, que con anterioridad sirvió el menú al Rey emérito en su restaurante de El Puerto de Santa María, ahora cerrado. Don Juan Carlos, que es de buen comer, quiso que de nuevo le preparara sus platos preferidos pero el problema era que no había local. Fue entonces cuando Antoñín pidió el favor a las bodegas Colosía para que le prestaran las instalaciones bodegueras al pié del río Guadalete y de esa manera el Rey se encontró con parte de su infancia.
Don Juan Carlos visitando las bodegas Colosía.
En ese almuerzo nostálgico, el padre de Felipe VI estuvo acompañado por el periodista Carlos Herrera, Juan Pedro Domecq, Juan Carlos Gutiérrez Colosía, Carmen Pou, Alberto Alcocer, acompañado de su mujer Margarita Hernández, Javier Benjumea y Miguel Arias, propietario de Flanigan, el restaurante preferido por Don Juan Carlos en Mallorca. /Texto: Paloma Barrientos.