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2.875. Isaac Albéniz y ‘El Puerto’. (II).

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Isaac Manuel Francisco Albéniz y Pascual, niño prodigio de la música española, es el autor de la composición “El Puerto”, una de las doce obras –concretamente la II- que componen el primer cuaderno de la suite Ibérica y también “enfant terrible” en su primera juventud, nació en 1860 en Camprodon (Gerona). Era hijo de vasco, pues fue su padre y promotor artístico, Ángel Lucio Albeniz, alavés de Vitoria, y de María Dolores Pascual, sobre la que no he encontrado referencia sobre su lugar de nacimiento en la bibliografía consultada. (ver nótula núm. 446 en GdP).

Mantuvo desde muy joven hasta su fallecimiento en Francia, a la edad de 49 años, en la madurez de su extraordinaria creatividad, causada por graves problemas de riñón que padecía, una trayectoria profesional sobresaliente en el campo musical, tanto como concertista de piano como compositor.

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Albeniz en 1872.

Su precocidad como concertista de piano se remonta a los cuatro años, edad en la que sus biógrafos indican realizó su primer concierto en Barcelona, y a los siete, en Madrid, siendo “explotado” en opinión de algunos biógrafos por el padre quien, desde que cumplió los diez años, le organizaba giras con fines más lucrativos que pedagógicos. Estas circunstancias propiciaron fuese un joven rebelde, protagonizando a tan temprana edad varias escapadas del domicilio paterno. En una de ellas apalabró un concierto con un programa de altura en la Escuela de Ingenieros de San Lorenzo de El escorial, actuando “con gran desparpajo” al decir de los cronistas de la época, asombrados de su corta edad. Después de estas breves escapadas, que alternaba con otras que realizaba del Conservatorio de Madrid, donde estudiaba, conociendo que la policía podía obligarle a volver, retornaba al hogar.

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Albéniz llega a El Puerto. Anécdota.
Y en una de estas mencionadas, siendo ya un joven adolescente, tuvo lugar la anécdota que cuenta Antonio de las Heras en su obra “Vida de Albeniz”, libro editado en 1940: “En el puerto de la clara ciudad gaditana (El Puerto de Santa María) se encuentra fondeado el vapor ‘España’ que va a zarpar para Perú” Anteriormente había calificado a Albeniz como “polizón casi profesional” por su habilidad de “colarse” en cualquier lugar, y a continuación de la frase entrecomillada, figura esta otra: “De igual modo que un día entró sin billete en el tren se metió sin pasaje en el barco.” Al parecer el coste del pasaje era bastante elevado y, una vez descubierto, aunque algunos pasajeros y miembros de la tripulación, considerando su juventud, hicieron una “vaquita” para intentar abonarlo, parece que no se pudo recaudar la totalidad del mismo y, en consecuencia, el capitán le obligó a abandonar el barco en el primer puerto que tocaron que, curiosa coincidencia, era también El Puerto de Santa María… de los Buenos Aires.

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Sin embargo, algunos biógrafos modernos del músico, aceptando como cierta y real su estancia en la adolescencia en Argentina y su gira juvenil por Sudamérica estiman que la organizó su padre, siendo la anécdota anterior una de entre las varias que la propia fantasía del músico y bohemio hizo circular e incluir en su biografía.

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El Conde Morphy

Después de esta gira americana es cuando empieza su carrera musical formal, pues tras ser denegado su ingreso en el Conservatorio de París, por su edad, a los 19 años obtiene el primer premio de interpretación pianística en el de Bruselas, donde termina sus estudios, ganando ante su evidente talento el mecenazgo y protección del Conde Morphy y del propio rey, Alfonso XII.

De su dilatada biografía profesional debemos prescindir pues nuestra intención era relacionarlo con GdP a través de la anécdota referida y la cita de su obra dedicada a nuestra ciudad.

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La pieza “El Puerto” compuesta posiblemente en diciembre de 1905, tiene una duración aproximada de cuatro minutos y medio. Como indicamos al inicio, es la segunda del primer cuaderno de la suite “Iberia”, siguiendo a “Evocación” y es uno de los seis temas, de los doce que componen el I Cuaderno, compuesto expresamente para piano, junto con esta última citada, “Corpus Christi en Sevilla”, “Rondeña”, “Almería” y “Jerez” aunque su estreno en España se produjo con arreglo orquestal, que preparó Enrique Hernández Arbós, junto a “Evocación”, en el Teatro Real de Madrid, el 27 de abril de 1910, prácticamente un año después de su fallecimiento.

Justo Romero comenta: “Tras el sosiego de “Evocación” con “El Puerto” llega a Iberia la brillantez del baile andaluz. El polo, la seguidilla y la bulería son aludidos por Albéniz para constituir un refulgente y genuino cuadro en el que el jolgorio andaluz toma cuerpo ...”

Versión de 'El Puerto', a piano.

En la exposición universal de París de 1889, ante lo más granado de la música francesa, Albéniz descubre el uso del "rasgueado" guitarrístico en el teclado del piano, aunque nunca compusiera nada expresamente para ser interpretado por una guitarra Y si embargo, con el paso del tiempo será este instrumento, la guitarra y sus seis cuerdas, la que consiga identificarse con algunas de sus piezas, algunas de forma sublime, y entre ellas “El Puerto”. / Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz. A.C. Puertoguía.

Versión de 'El Puerto', a guitarra.

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