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4.636. Historias de Danielón (I). El niño que murió tirándose del puente San Alejandro.

«—Dani, ¿donde vas tan ligero?, siéntate y termina de comer». «—Que ya he terminado abuela, me voy que me están esperando». «—No te vayas muy lejos que tu sabes que, no estando tu madre, no me gusta que te alejes». «—Que no abuela, que no». Salí corriendo con con dos [d]amascos que había sacado de los nidos que hice con Antonio, y ya en la Fábrica de Harina lo esperaba ‘el Casca’, de ‘la Chicula’ y el Antoñin, de Juana. Habíamos quedado para coger mañoclas en la Bajamar junto al muelle del Vapor.

«Quillo, ligero que tengo que estar en mi casa antes que llegue mi madre, que está limpiando en casa de Armando [Micaletti], el italiano. Vamos al Cañillo mejor que son más gordas y de camino cogemos bocas de barrilete». «—Yo no voy Casca, picha, se entera mi abuela y me mata». «—Enga Dani no seas mas cagón, lo mismo da al muelle del Vapor que al Cañillo. Si se entera, te la va a ganar igual». «—Bueno venga, pero ligerito».

Enfilamos las calles Postigo, San Juan, Larga y calle Luja hasta cruzar el puente viejo. Pasamos la carretera y bajamos por el puente del tren hasta el Cañillo. Allí, en el fango y cada uno en la puerta de su agujero, estaban los barriletes. Al menor intento de salir corriendo, desaparecieron todos como por arte de magia. ‘El Casca’ caminó por el fango desenrrollando una cuerda y, al final, la clavó en el fango amarrada a un palo. Esa era la técnica: desde una punta de la cuerda los tres, esperando muy quietos, los barriletes salían y se quedaba la boca grande enganchada a la cuerda. Cuando había bastantes, 'el Casca’ tiraba fuerte y hacia arriba del cordel con lo cual salían casi volando y los desplazaban de su agujero (el barrilete jamás se metía en otro agujero que no fuese el suyo).

En ese momento de confusión, salíamos corriendo y atrapábamos los que podíamos. Les arrancábamos la boca grande y los soltábamos (la boca le crece otra vez). Así repetimos el ritual hasta que llenamos la bolsa. Teníamos un buen jornal, esas bocas se vendían caras en el cocedero de frente al Cine Victoria. Sacamos del fango unas 10 docenas de mañoclas, nos bañamos pa quitarnos el fango y nos fuimos.

Al llegar al puente estaban ‘el Goliat’, ‘el Chiqui’, el Cochino’ el Mateo y más gente de la Ribera tirándose del puente desde la baranda de arriba. Yo todavía no me había tirado, pero, un día de estos que estuviera ‘el Pupo' o ‘el Sheriff’, lo haría y ellos me esperarían abajo como todo el que se tira la primera vez.

| Niño saltando al Guadalete | Foto: Francisco Hernández Rubio | Colección: Mario Fernández Albarés. | Recopilación: José Antonio Tejero.

Estuvimos un rato ‘el Pupo’ y ‘el Goliat’, eran los que mejor jincaban en el río. ‘El Sheriff’ era el que más aguantaba bajo agua. Pero en una de esas se tiro el Mateo y, de pronto, un borbotón de sangre emanó del río. «—Ofu verá cuándo salga la brecha que va traer» grito ‘el Goliat’. Pero el tiempo pasaba y Mateo no salía. Nosotros nos asustamos y salimos corriendo para la Fuente de las Galeras, para lavarnos del agua salada, pues al llegar a casa el ritual era que mi abuela me chupara y, si sabía a sal, ya la paliza no me la salvaba nadie

Los otros salieron corriendo hasta la calle Cruces donde el padre del Mateo tenía una barbería. «—Mateo, Mateo. Que su hijo se ha tirado del puente, ha salido sangre, pero su hijo no ha salido» así de inocentemente dieron la noticia a su padre. Cuando llegamos a casa, ya la información había corrido cómo la pólvora. Mi abuela me lo contó como si yo no supiese nada y yo tampoco dije nada. Después de eso se me quitaron las ganas de tirarme del puente durante un tiempo. Aún tengo en mi memoria la cara de Mateo, el barbero de calle Cruces. | Texto: Daniel Marín Gálvez.

 

6 comentarios en “4.636. Historias de Danielón (I). El niño que murió tirándose del puente San Alejandro.

  1. jesús suárez ávila

    No he encontrado el libro donde se publica el poema "el niño del marinero" porque lo tengo en El Puerto. Sin embargo he encontrado en Gente del Puerto la referencia 4264 titulada "Rafael Tardío y José Luis Tejada. La amistad entre pintor y poeta" donde se narra la historia, y se publican el poema y una plumilla dedicada a José Luis en la que Rafael Tardío ilustra el poema. Magistrales las dos obras de arte.

  2. jesús suárez ávila

    El grandísimo poeta portuense José Luis Tejada escribió un poema ( no tengo el libro a mano ) sobre un niño que se tiró al Guadalete desde el puente. Buscaré el poema.

  3. Manuel Sánchez

    Buen relato de la vida misma y buena fotografía para la historia, yo me acuerdo del puente de San Alejandro y de aquella época.

  4. Verónica del Toro

    La vida no son los años que cumples sino las experiencias que vives y desde luego Daniel tiene mucha vida. Gracias amigo por ser como eres

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