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El manto de la Patrona #5.644

| Texto: Luis Suárez Ávila.

Aquel año la Patrona, Titular y Alcaldesa Perpetua de este Gran Puerto, la Santísima Virgen de los Milagros, fue vestida con el manto real de castillos y leones, tal cual el de Alfonso X El Sabio con el que aparece en el códice de las Cantigas. Es un homenaje a la Virgen y al piadoso introductor de la devoción fundacional de esta Ciudad. Es el manto de la polémica. Es el manto que se estrenó, en 1991, --hace 32 años-- frente a la prohibición y la rabieta del entonces Obispo de Asidonia-Jerez.

Es el manto del LXXV aniversario de la Coronación Canónica de esta imagen. Es el manto diseñado por mi mujer y por mí, con la sana idea de homenajear a la Virgen en ese aniversario, pero sin que costara mucho porque no lo había. La Archicofradía y Esclavitud lo tenía aprobado desde mucho antes.

Así es que, encargada la tela a los mejores sederos del Reino de Valencia, los hermanos Miralles, nos encontramos con que el Obispo decidió prohibirlo. Ese propio año, la Virgen de la Merced de Jerez estrenaba con el beneplácito del Obispo un costoso manto bordado. Pero más que nada el Obispo, en nuestro caso, se opuso porque el alcalde --Hernán Díaz-- acordó que el Ayuntamiento se haría cargo del costo del manto. Y Alcalde y Obispo estuvieron a "la tuya sobre la mía". La cosa saltó a la prensa y a los demás medios. Y se armó.

La Peña "Los Bolaos" capitaneó un movimiento popular y se organizó una fiesta en la Plaza de Toros para recaudar fondos para el manto. Y se recaudaron. Llegó la tela, magníficamente tejida en los telares de los Miralles y gustó a unos y no gustó tanto a otros. Hubo que explicar el sentido historicista del diseño: de cómo la Virgen de los Reyes tiene un manto de castillos y leones; de cómo la Virgen de Monserrat de Sevilla, también...

| Óleo de José Fernández Villegas

El caso es que en casa de Antonio Sánchez Cortés se había terminado de confeccionar el manto. Pero el principal escollo era "saltarse a la torera" a la autoridad eclesiástica y lograr ponérselo a la imagen de la Señora. Con ocasión de la Misa de Ofrendas, el pueblo soberano organizó un Rosario cantado desde la casa de Antonio Cortés y portaron, en una servilla de mimbre, un gran centro de flores. Debajo de las flores iba, perfectamente doblado, el manto.

En el ofertorio de la Misa, varios miembros de "Los Bolaos", llevaron al altar el centro de flores --y el manto-- y quedó la cosa así. Ante la actitud del Obispo, la Esclavitud de la Virgen quiso estar a la obediencia, aunque contrariada. Pero de madrugada, del 7 al 8 de septiembre de 1991, la Virgen fue despojada, "milagrosa" y clandestinamente, del manto de los "Panaderos" que vestía y amaneció con el de castillos y leones. Y nadie se movió.

Solamente el Obispo se negó a venir a decir la Misa de 8, que la concelebraron muchos sacerdotes portuenses. Sin embargo, vino el Arzobispo Metropolitano a la Función y todos aplaudieron el gesto popular de obsequiar en su aniversario a la Patrona.

Un trozo de tela del manto expuesto en una Exposición Internacional de Gremios consiguió, para los Miralles, la Medalla de Oro y, desde entonces, los Miralles se han hecho devotísimos de la Patrona y la han colmado de regalos. Quede escrito.

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