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Oración por la droga, por Antonio Muñoz Cuenca #5.748

| Texto: Antonio Muñoz Cuenca [*]

Si Unamuno decía que a Dios lo sentía con el corazón pero que no lo veía con la razón, a ese Dios que todos sentimos, lejano o cerca, que lo llena todo, latiendo en cada segundo milagroso de vida que sucede a otro más milagroso aún para darle sentido, le dirijo esta Oración, porque no tengo otro recurso para un hilo de sentimiento. | En la imagen, dos personas consumen droga en las escaleras en la plaza Jardín de Cano a plena luz del día | Foto: La Voz.

Señor Dios: no permitas tanto sufrimiento de criaturas tuyas que mal-viven en las cloacas de la humanidad presas de la pobreza, la enfermedad, el frío, el hambre, la miseria y la droga, la prostitución, la bronquitis, la mendicidad, el paro, la tragedia, la juventud marchita y la tristeza demacrada en sus ojos. Esto que te digo es un mal rollo, Tú lo sabes, pero es así.

Es que el otro día, uno de los crudos de este invierno y más aquí en el Sur, donde no estamos preparados para tanto frío, se me acercó una joven vieja de 22 años, cuando estaba tomándome en un bar de la Placilla un chocolatito caliente y humeante, y me quedé petrificado. La puta droga le había robado la juventud, la dignidad, la salud, la limpieza, la vida casi, y en su lugar había dejado casi una decrépita anciana canija, sufriente, maloliente, dependiente y enferma.

Sólo supe que tenía 22 años porque ella me lo dijo y porque vi pureza --cosa extraña-- en unos ojos todavía bellos. La así de la mano fuertemente y le quise comunicar todo el calor de mi corazón para que dejara la droga, y con ella invitar a todos los jóvenes de El Puerto para que así lo hagan.

| Agentes de la Unidad de Motos de la Policía Nacional en la zona del Jardín de Cano | Foto: La Voz

Señor Dios omnipotente y misericordioso, que posiblemente lo llenas todo: Esa joven está demandando ayuda urgente de todos nosotros, pero esta sociedad, aparentemente tan poderosa, se declara impotente para acabar con los males que ella misma crea. La droga es un cáncer social, físico y moral que está arruinando muchas vidas y especialmente entre los más humildes y desprotegidos de esta sociedad. Por eso acudo a Tí, Dios omnipotente, porque me acuerdo de esa joven y de su sufrimiento.

Quiero con este breve escrito-oración rendirle este pequeño tributo ya que nadie hablará de ella, y sentirme yo tranquilo de que esta leve oración acallará mi mala conciencia. Lo normal al ver a un drogadicto es hacerle el cerco como a los antiguos leprosos y seguir nuestro camino. Como yo seguí el mío.

[*] Antonio Muñoz Cuenca nos dejó en la Nohebuena de 2015. Estuvo dedicado a la docencia toda su vida laboral, impartiendo clases de EGB, en diversos centros escolares, casi todos de El Puerto. El que se autodefinió como ‘pensador de las cosas populares’ fue durante cuatro años, concejal de Cultura en el Ayuntamiento portuense y, durante más de una década, director del Orfeón Portuense. Este artículo lo escribió el recordado profesor en febrero de 1996. Lamentablemente, podemos observar un repunte del drama humano que describe: volvemos a los años 90.

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