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| Texto: Pepe Mendoza.

Como la lluvia, la Navidad es una fiesta que siempre sucede en el pasado. Y en blanco y negro, para los que ya frisamos una edad. De aquellas pobres pero felices pascuas infantiles recuerdo mi primer viaje iniciático fuera del hogar. Yo debía tener seis o siete años. Anochecía en la calle San Sebastián. Aproveché que los mayores andaban en sus afanes y abrí con sigilo el portón de mi casa, la número 17. Con más cuidado aún lo cerré. Un niño en la calle. Fuera del nido. Solo. Recorrí, con temor y temblor, una distancia de apenas veinte metros. Crucé la acera y entré en el belén de la iglesia de la Aurora. No había nadie en la puerta. Nadie había tampoco contemplando aquel sagrado paisaje con figuras que eran más grandes que yo. Allí dentro, a resguardo de los rigores de la intemperie, con la luz reverberando entre amaneceres y noches cerradas, el susurro del agua de la fuente agrandaba la soledad y el silencio. Vuelvo a recrear aquel deslumbramiento y siento la punzada culpable y a la vez gozosa del recuerdo.

...continúa leyendo "La Aurora. Por Pepe Mendoza #5.751"

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