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Alberto Castrelo pregona la Feria de Verde y Albero #6.268

| Fragmentos del pregón

También quiero avisarles que,
si en mi discurso notan cierta rima,
es rindiendo homenaje a Muñoz Seca,
siempre en alta estima,
y su don Mendo…
¡cuyo olvido, por parte de quien compete
no comprendo!

Recordó a Menesteo, al yacimiento de Doña Blanca y a su principal excavador, Diego Ruiz Mata. También se dio un paseo por El Puerto andalusí, hasta llegar a 1281.

Uno que se llamaba Alfonso,
que era décimo y muy chulo,
dijo: "¡Aquí va una iglesia…
para turismo en el futuro!"

Y la Virgen de los Milagros,
con acento muy gadita,
entonces curaba juanetes, tristezas
y hasta el alma con tiritas.

| Alberto Castrelo, señalando la grieta por donde se puede acceder a una cueva fresquita que usaron los antiguos para refrescar el Vino Fino de El Puerto.

Ya en tiempos de navegantes,
vino otro tipo importante:
Colón, con su suerte a tentar.
Una brújula mal ajustada
y unas cartas de navegación
sin revisar

¡Qué despiste! ¡Qué lío!
¡Para llegar a las Indias la vuelta que dio el tío!

Juan de la Cosa, allá por 1500,
al descoloque de Colón
remedio le pondría,
dibujando el primer mapamundi
aquí: ¡En el Puerto de Santa María!

Y El Puerto, ¡ay, El Puerto!
se puso fino:
casas palacio elegantes,
galeones, oro en sacos,
gente ilustre y tabernas delirantes.
….

| El pregonero fue presentado por Pepe Mendoza. Ambos aparecen en el centro de la imagen con una 'Drácena' en sus manos --purificadora de nuevos aires--, flanqueados por los concejales Francisco Belaústegui y Javier Botella, de Unión Portuense, que se las obsequiaron.

El tiempo pasó como pasa;
entre chirigotas, cofradías y duelos;
y llegó la democracia
con sus trajes y sus pelos.

La gente ya no decía "¡armaos!
Ni ¡Vamos a la revolución!",
preguntaban más bien
dónde se hacía el botellón.

Y llegamos al Puerto de hoy,
que vive entre el mito y el mojito,
los festivales, las cabalgatas,
los trajes de chaqueta y la política barata.

El Puerto es pura mezcla,
es leyenda con vino,
donde el pasado y el presente se emborrachan
festejando ferias de primavera
y fiesta del vino fino.
….

Menesteo, si volviera,
al Puerto no lo iba a reconocer,
pero al ver la playa llena
diría: “¡Qué bien lo supe hacer!”

Y aunque no queden fenicios
ni sirenas de verdad,
en El Puerto aún nos queda
la risa, defensa de
nuestra eterna identidad.
…..

Según tengo entendido,
por lo que me explicó mi abuelo:
El vino empieza en la viña,
que también llaman majuelo.

En esos terrenos, donde el mar saluda
y el levante hace peineta,
crece la uva Palomino,
en tierra albariza coqueta.
….

| Cartel de la caseta 'De Verde y Albero', obra de Antonio Rodríguez Natera | 2025

Se sabe que pasa agosto
cuando el cortijo huele a higo,
y baja el hombre con su espuerta
y un canario por abrigo.

La camisa va sudada,
más salá que un boquerón,
y cada racimo grita:
“¡Dios mío que calóóorr!”.

La uva entra en el lagar
como actriz de vodevil,
y el lagar, que es muy galante,
la pisa con cuidadín.

Sale el mosto dando gritos
como un cantaor febril,
"¡Ay, qué gusto más vinagre,
y qué cuerpo tan sutil!".

Un ratón lleva la cuenta,
una cabra toca el violín,
y la uva, en el jaleo, pregona
que el mosto ya está aquí.
….

Cuando el caldo ya está hecho
y ha crecido como fino,
lo embotellan con respeto
y le dan sitio en el catavino.
….

Y ahora, vamos con lo importante:

En una copa de fino…
Ahí dentro va el campo,
la bota, el sudor de los mayores,
el canto ronco de quién arrumbaba,
y la tradición de generaciones.

Desde el grito de Lustau
hasta el alma de Terry herida,
pasan botas con memoria
por las venas de esta villa.

Grant custodia el secreto
de sus antiguas 7 esquinas,
Obregón sirve, hoy, el recuerdo
en copas llenas de vida.

Gutiérrez Colosía canta
por la brisa que la abriga,
y en el silencio de 501
aún resuena su partida.

Caballero resiste
como un verso en la barriga,
y Osborne, con su gran toro,
marca historia y maravilla.

Bodegas que ya no están,
otras que siguen erguidas
¡Cuánta patria en cada sorbo!
¡Cuánta tradición perdida!

Así que brindad con fino,
pero hacedlo con respeto, sin empinar;
que no estáis bebiendo solo vino,
¡ESTAIS BEBIENDO IDENTIDAD!

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