Los zapatos cantan bella canción
y entonan todos con su tacón.
La zapatilla, tacón puntilla,
no sólo canta, a veces, chilla.
La bota alta de los vaqueros
no canta tangos, canta boleros,
y los botines de ejecutivo,
a veces, cantan con voz de chivo.
Las alpargatas de fique fino
hacen un coro con mucho tino.
Y las chancletas por las mañanas
cantan en coro por las ventanas.
Esos zapatos de hacer deporte
cantan a dúo con su consorte,
y las sandalias de franciscano
tan sólo cantan en el verano.
Y los simpáticos mocasines
le cantan cumbias a los botines,
y estas boticas que tanto quiero
sólo le cantan a algún lucero.
Los zapatos con su canción
se van juntando en un montón
y, así, metidos en su rincón
cantan hermosa y bella canción,
la que se entona desde el tacón.
Zandra Montañés Carreño.
Isabel Navarro. Beluca, desde hace tantos años ya... en la tienda de la calle Luna, antes llamada Zapatería Rialto. Un paseo por la calle peatonal, una mirada al escaparate... y dejar volar la imaginación. ¿Qué canciones cantan los zapatos? ¿Y las botas altas de invierno? ¿Qué cantan las deportivas y las chancletas? Con ritmo alegre y juvenil, esta poesía de la colombiana Zandra Montañés nos lo cuenta:
Quiero hacer un comentario del padre de Beluca, que era un señor correctisimo, y un gran profesional.
Calzados Beluca siempre ha tenido una etiqueta que le pegaba a todas las cajas de zapatos que entraban en su almacén, en la cual se escribía la referencia, número y demás datos para poderlos identificar. Pues bien la etiqueta que tenía (creo que siguen con ella), a Don Antonio no le gustaba porque tenía un logotipo que era un zapato, cuya puntera me discutía que no era la puntera de un zapato elegante. Nosotros intentado complacerle le hicimos un nuevo dibujo y tampoco le gustó, le volvimos a retocar el dibujo y seguía sin gustarle; entonces yó le indiqué, por que no me pintaba sobre el mismo dibujo la puntera que él quería que saliese, me la pintó y sobre papel vegetal calcamos la puntera e hicimos el dibujo nuevamente, se lo llevé y me contestó no es como me gustaría pero hágame 5.000 etiquetas. Ya no se habló más del asunto.
En su zapatería, nos compraba mi madre los zapatos del "gorila" para el colegio y unas sandalias con zuela de "tocino" en blanco, que eran preciosas. Las limpiaba mi padre, los domingos limpiaba los zapatos de toda la familia.
En el edificio donde está Beluca estuvo también el estudio de fotografía que se llamaba Galería Azul, don hoy está el Nuevo Portuense (bar de comidas y tapas) y anteriormente la Confitería Los Ángeles, que se surtía de pasteles de La Perla. En la misma casa estuvo la Academia de Conductores San Cristóbla, donde impartió clases ‘El Rubio’, propietario actual de la autoescuela del mismo nombre y padre del concejal Alfonso Candón. En dicho inmueble vivió durante muchos años el cantautor portuense Javier Ruibal Calero.
Que bien aprovechados han estado siempre esos locales comerciales de la céntrica calle Luna.
Beluca es viuda de Millán Alegre Jimeno, natural de Valencia ella y de un pueblecito de la provincia de Sevilla él. Millán fue un gran conversador, con sentido del humor y además un buen cazador. Trabajó muchos años en Terry y fue Director de Ventas para España de productos importados: entre otros en whisky Teacher's.
Este poema, me ha llegado hasta el pie
mi zapato de tacón esta bailando
sin orquesta y mis zapatillas sin almoadillas
brincan dichosas hasta mis rodillas.