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660. ALVARO RENDÓN: Las Luces del Panteón.

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Pepo Guerrero y Alvaro Rendón, en la buhardilla de la casa de este último. (Foto: Colección Pepo Guerrero).

libro121FENAún ignoro cómo pude vivir sin conciencia de oprimido en una España con miedo. Creo que la libertad siempre estuvo dormida en los cantos de sirena de la FEN  (foto de la izquierda, portada de libro) (1), de espalda a los embates de una guerra por el poder (2) cuyas estrategias se elaboraban dentro y fuera del país. Ahora, desaparecida la clandestinidad, reconozco que nuestros juegos eran más divertidos. Estaban en la calle, a cara descubierta. De seis a ocho, en la plaza de Peral, el Parque o la Victoria, y llevaban el sello de la música.? Éramos adictos a las 45 revoluciones, a los poemas endulzados con melodías recurrentes, progresiones de palabras que cierran un mensaje sonoro; sólo dos, tres estrofas, y el estribillo que martillea el tema central. Tal como estaba el asunto nacional, eran breves panfletos, que me llevaron a la poesía. Primero, los poetas malditos: Rimbaud, Mallarmé, Lelian, Baudelaire, Bertolt Brecht y Walt Whitman, leídos en traducciones de reticente similitud con el original. Después, los maestros: Juan Ramón Jiménez, Antonio y Manuel Machado (3); terminando en brazos de los místicos: Fray Luis de León, san Juan de la Cruz y Tagore (4).

MaharishiMaheshYogi-01Aunque seguíamos el camino marcado por lo exterior, no caímos en la trampa de los majatmas, gurús y swamis que aseguraban dar el conocimiento con un leve toque en la frente, suficiente para abrir el tercer ojo. Conocimos al Maharishi Mahesh Yogi (en la imagen de la izquierda, poco antes de morir, en 2008, con 91 años), responsable de que George Harrison renunciara a su maravillosa guitarra eléctrica para tañir el incomprensible sitar (5), tocado por la languidez de los semitonos. La paz fundamental, de Jiddu Krishnamurti (6), me descubrió el camino hacia mí mismo; aceptándome tal cual era y tratando de proyectarme a los demás. Eran los años de Medusa (7). Allí traté al admirado José Luis Tejada (8) y al erudito Manuel Martínez Alonso, ¡cuántas veces habré releído su antología de textos del Puerto en la Literatura! (En la ilustración de más abajo, obra de Torres Brú). Poco tiempo después, y ante el empuje de los jóvenes, José Ignacio Buhígas, Monguió, los Poullet (9) y muchos más, se montó Menfis.

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Mural del Panteón, realizado por Álvaro Rendón, que estaba situado en la Granja San Javier. (Foto: Colección Pepo Guerrero).

manolo_martinezalfonso_puertosantamariaConocí a Abrahám, Pepo y Juanófeles. Pistón vino más tarde, junto con Inma, Conchi, Maricarmen y Mila. En un ambiente en que lo intelectual estaba mal visto y pocos lo practicaban, fundamos el Panteón, en la Granja de san Javier. Un lugar de reunión con cierto aire de hapening (10), antecesor del performance y de la improvisación. No creo que supiéramos lo que queríamos porque nos movíamos por impulsos, por un arraigado sentido de la imitación. Éramos hippies frustrados que nos perdimos la movida de Wight y el concierto de Woostock, bañarnos en bola picada en Ibiza y Formentera, y no contentábamos con oír el LP de Santana o Jimi Hendrix; con el alma, bien alimentada de música por la “US Navy radio”. Leía entonces La ciudad y los perros, Los cien años de soledad (11), Los cipreses creen en dios (12), y cualquier novela recomendada por aquel Círculo de Lectores que seleccionaba obras por nosotros?Cansado de las historias que no eran mías, me decanté por el ensayo literario: ¡Estaba tan obsesionado con Martín Bueno, mártir que lo tenía en la cabecera de mi cama! Busqué en la generación del 98 otros referentes; pero, no pudo entender entonces los paisajes de Baroja o la densidad alquitranosa de sus personajes. Del bueno de Martín caí en las garras del Lobo estepario; después me hice amigo de Demian; sucumbí Bajo las ruedas, y practiqué con torpeza El juego de los abalorios… Herman Hess siempre tendrá un hueco en mi corazón. (Texto: Álvaro Rendón Gómez).

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Los bloques de viviendas que se encuentran en la actualidad donde estuvo la Granja San Javier, sede de 'El Panteón'.

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NOTAS
1/ Formación del espíritu nacional 2/ Con el tiempo he tenido la oportunidad de leer las experiencias de otros, tanto de los que estuvieron dentro ayudando a desbancar lo que había, como a los que lidiaban desde la barrera del exílio, temerosos de un toro que no embestía con claridad. 3/ Algunos poemas de León Felipe, Lorca y Miguel Hernández. De Alberti leí Marinero en tierra, Sobre los ángeles y A la Pintura. 4/ La mística tenía mucho sentido para mí. Me acercaba al sentimiento de los oprimidos y desheredados. Ambos sufrían una soledad de mundo capaz de helar los huesos. Eran dos caras de una misma vida de sinsabores, sacrificios, renuncia y fe en que el mañana siempre será mejor. La esperanza era el devenir del deseo, un dejar de ser lo que no somos para ser lo que realmente somos. 5/ En 1966, George Harrison viajó a la India con Pattie, su mujer. Allí conoció a Maharishi Mahesh Yogi y recibió clases de sitar. La aventura del sitar duró hasta 1974, con el estrepitoso fracaso de aquel concierto multitudinario, conocido como Dark Horse. Puede decirse que Ravi Shankar consiguió lo que ningún interprete hizo jamás: cabrear a todo el público.

medusa_mfl2_puertosantamaria6/ Aquello que puede llamarse “yo”, ¿no es acasoun principio negativo, una superestructura que, creada por agregación de prejuicios, temores y pactos, sofoca lo que sería solamente real, la vida, exactamente como en el psicoanálisis y en el irracionalismo, distinto del elán bergisiano? 7/ Medusa fue una agrupación cultural portuense que cobró gran prestigio provincial. Tuvo su primera sede en la calle Jesús de los Milagros. Luego se trasladó a Micaela Aramburu. (La recreación del logotipo de Medusa es de María Fernández Lizaso).

el_cadaver_del_alba8/ Aún conservo el ejemplar de ”El cadáver del Alba” que me regaló. 9/ De todos los hermanos, Faelo Poullet era el más dinámico. Director de cine con su cámara de super-ocho a cuerda siempre encima. Él escribía el guión, producía, filmaba, doblaba y exhibía los cortos. Aún recuerdo las reuniones en el patio interior de su casa, donde olía una mezcla de jazmín, albero recién regado y los productos químicos que vendía a granel. 10/ La representación de teatro leído se mezclaba con música y poesía. Al terminar, el público asistente intervenía. 11/ Sigo opinando que le sobran treinta y tantos años de soledad, y la mitad de las páginas. 12/ Los personajes de Gironella eran peculiares, escogidos con minuciosidad para que representasen a todo el arco de ideas de los años treinta y pico, donde transcurría sus historias.

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De izquierda a derecha, Álvaro Rendón, Pepo Guerrero y Abraham --José Antonio Zambrano--, durante una actuación en el Instituto Laboral. (Foto: Colección Pepo Guerrero).

6 comentarios en “660. ALVARO RENDÓN: Las Luces del Panteón.

  1. Atlanterra

    "De tu fuente voy sacando
    dulces sagas del pasado,
    en lontananza oigo tus dorados cantos,
    cómo ríes, cómo sueñas, cómo en silencio lloras.
    La palabra mágica susurra
    apremiante desde tu profundidad;
    creo dormir embriagado
    y que me atraes lejos, muy lejos..."

    Hermann Hesse

    ¡Qué sorpresa, Alvaro!
    Una compañera del trabajo me envió el enlace y no he podido resistir la tentación de enviarte este pequeño homenaje.
    Yo también compartí esa época dorada, y la sensibilidad con que la describes, hace que retorne a mi amada tierra con cada palabra.

  2. José Antonio Zambrano

    Por aquella época todos andábamos por los alrededores de la ingenuidad y la ignorancia, pero inconscientemente, todo lo que hacíamos era para salir de ahí. Eran tiempos de cambios sociales radicales, que dentro de nuestra dictadura, hicieron rechinar los dientes a mas de un tricornio y a mas de una camisa azul con boina negra. Y aquí estamos, para recordarlo hundido en la melancolía, como dices tu, pero ningún tiempo pasado fue mejor. Hoy no tenemos que ponernos la ropa nueva los domingos para ir a misa y a la gente le da igual con quien se mete en la cama el vecino. La ingenuidad es muy bonita, pero hay que tener cuidado porque, como los cuchillos, por un lado cortan y por el otro no. Y sobre la ignorancia de la que hablas, puedes que tengas razón. Solo sé que no sé nada. Cuanto mas amplías tus conocimientos, mas necesitas saber, y esto creo que es a lo que te refieres, porque de ignorante yo no te veo ni un pelo, todo lo contrario.
    Las luces del Panteón me la mandó Álvaro el año pasado. En su blog la tiene resumida, aunque bien es verdad, me dijo que le tenia que hacer algunas correcciones.
    De nuevo un saludo y ánimo para seguir con esta interesante labor.

  3. Koky

    Querido amigo Álvaro:

    Hace ya mucho tiempo que se apagaron las luces del Panteón, pero esta noche después de leer tú artículo no he podido dormir y he soñado que se encendían. Entrar en aquella bóveda era como si te olvidaras de aquel mundo exterior que nos rodeaba, de allí surgieron muchas ideas y proyectos que muchos fueron realizados, Nos enseñaste como recitar el poema de José de Espronceda “La canción del pirata” de una forma my teatral y personal…(¿?), cantábamos juntos temas de música folk con simples guitarras acústicas sin protestar por nada, “Oh Sinner man, where your gonna run to”…, una hermosa voz femenina que se llevó en viento pero que aún suena en mi mente, Nuestro pequeño mundo, Donovan, Dylan etc., eran nuestras referencias.

    Salgo de mi casa de la calle larga y dejando la Plaza de Peral, en la siguiente esquina, hay una tienda de tejidos que pasando por detrás del mostrador y sin que nadie me diga nada, hay una puerta que da a un pequeño patio y a la derecha una pequeña escalera que lleva a una pequeña “Buhardilla” con las paredes desconchadas a propósito para luego enfoscarla con yeso y practicar pintando frescos, una maqueta simulando la vuelta ciclista a España con sus montañas y todo, donde los ciclistas pintados y recortados en cartón, se movían y avanzaban según el número del dado, guitarras por todas partes, un “magnetofón” de bobinas donde se grababan las canciones, fumábamos Chester y en tiempos de crisis celtas cortos.

    Realizas ideas que nadie en aquellos tiempos se atrevió a hacer, el I Festival de la canción Juvenil en la Ponderosa (Nótula 485).
    Aprovechando que en invierno no había cine en “El Macario”, se te ocurrió de organizar bailes los domingos de ocho a doce de la noche, consiguiendo, no se como, reunir a toda la juventud de El Puerto para bailar y escuchar música. Fue un domingo de 1.969, cuando precisamente tuve que irme temprano para salir el lunes hacia el Sahara, dejando atrás a mis amigos y escuchando a lo lejos el eco de las canciones de “Los Radar’s” sin mi.

    Cuando volví en 1.971 ya se había acabado todo, fui al Panteón pero ya no estaba.

    Sé que hiciste muchas mas cosas en aquella época, estas solo fueron las que tuve el placer inolvidable de compartir contigo. Gracias por volver a encenderme las luces del Panteón.

    Un abrazo

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