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Juan Cárave Beato (Cádiz 08.05.1924 - El Puerto 29.08.2008). Nació en Cádiz en el seno de una familia humilde. Su madre le inculcó su pasión por la literatura y su padre la suya por la música, ya que cantaba en los coros de carnaval. Cuando Juanito tiene  siete años la familia se traslada a vivir a El Puerto de Santa de María, donde viviría el resto de su vida.

Trabajó en Obras del Puerto jubilándose a los cuarenta años de servicio como secretario general de los Puertos de la Bahía de Cádiz. Toda su vida la dedicó a la familia, el trabajo y a su grán pasión la música, formando parte de algunas asociaciones musicales de la ciudad a lo largo de su vida.

Cantó durante mas de cincuenta años y tenía una voz prodigiosa. Una Nochebuena en la misa del gallo junto con algunos amigos de coro, fundaron el Orfeón Portuense, desde donde sembraron una semilla de afición a la buena música que todavía perdura. Ese es el legado que dejó para todos. Reproducimos el artículo de Antonio Muñoz Cuenca, publicado en Diario de Cádiz, el 12 de septiembre de 2008:

«Hace unos días moría en una habitación del Hospital Clínico de la Universidad de Cádiz en Puerto Real y a la edad de 84 años, el señor Juan Cárave Beato. Hablar de éste insigne portuense que se nos ha ido, no resulta fácil para mi, pues durante un largo periodo de tiempo fuimos amigos en la afición común por el canto coral, la música, la literatura y los buenos libros.

El muelle de la Autoridad Portuaria en El Puerto, del que fuera Secretario General.

Con un oído fuera de lo común y una voz prodigiosa para la música y el canto, Juan Cárave era garantía, seguridad, afición, gusto, entrega y sacrificio. Amaba el canto, la música, la expresión de la belleza. Era en el buen sentido de la palabra, un forofo. Podía, o mejor dicho, podría en aquellas épocas de los años cincuenta o sesenta del siglo pasado, haber sido alguien en esto con tal de que hubiera estudiado música y canto y lo hubieran promocionado, pero él era un modesto aunque cualificado contable en las oficinas de Obras del Puerto, y estaba cargado de hijos tras contraer matrimonio con Rosa Ruiz, maestra costurera y en aquellos entonces estas cosas no se miraban y en los medios de comunicación no eran los de ahora.

Coro de Acción Católica. Segunda fila, de izquierda a derecha, María Luisa y Tily Cossi, Carmina, Lolichi Calvario, niña desconocida, Mila Cerdá y Loli, Manolo Sánchez, con gafas. Detrás podemos observar a Juan Cárave Beato, Valerio Marín Ordóñez, Encarna Gil de Reboleño Jiménez y a Jesús Py Bononato. Agachado, Manolo Iglesias. También aparecen Domingo Luis Renedo, Cayetano Vélez y, al lado de éste, Francisco Ameneiro Lucuix. /Foto: Castillo Garcés. Jerez. 1949.

Por lo que a mi respecta, yo era un modesto estudiante de Magisterio en el internado de SAFA en Úbeda, Jaén, y en mis vacaciones cantaba en el coro de mi inolvidable maestro Dueñas. Ahí me llegó mi amistad con Juan Cárave junto con otros compañeros en la afición como Gabriel Calatayud y Manuel Sánchez, también estudiantes como yo y luego profesores. A todos nos brindó su amistad, nos abrió su casa y nos regaló su generosidad. Nos juntábamos mucho y siempre para cantar en cualquier circunstancia, hora o lugar y en aquellos duros tiempos el canto nos ayudaba a vivir con ilusión y ganas. Su familia, su encantadora esposa, sus hijos, llegaron a ser como nuestra familia y no había barreras en tan arraigada afición y amistad. He de decir que el Ave María de Caballero a la Virgen de los Milagros, Juan Cárave la cantaba como nadie y generosamente.

El Orfeón Portuense ofreciendo un Concierto Navideño en la Iglesia Mayor Prioral. Juan Cárave es el cuarto por la izquierda de la fila superior.

Con el discurrir del tiempo, en los años ochenta fundamos el Orfeón Portuense y ahí encontramos un motivo más para renovar y hacer una coral que fue única en toda Andalucía y gracias al esfuerzo de todos sus cantores y su dirección. Juan Cárave en el Orfeón, llegó a ocupar distintos cargos, y todos con la minuciosidad, la perfección y la entrega que le caracterizaban. Se podía estar o no de acuerdo con él pues tenía su carácter fuerte y su personalidad, pero nadie dudaba de su entrega, puntualidad y profesionalidad. Por su Orfeón lo daba todo.

Juan Cárave, tercero por la izquierda de la segunda fila superior, en 1981 en la Puerta del Sol de la Iglesia Mayor Prioral, con el Orfeón. Vemos a su director Diego Casares.

En resumidas cuentas ha sido admirable que un niño de la guerra como fue él, sin haber estudiado ni haber tenido ocasión para ello, conociera la música, la obra de los grandes de la composición, Beethoven, Bach, Mozart, leyera partituras con un nivel aceptable, leyera buenos libros y tuviera su cultura.

Juan y su mujer, Rosi Ruiz.

Todas las demás consideraciones de tal o cual defecto de su carácter pasan a segundo plano. ¿Quién no los tiene?. Lo visité cuando ya andaba enfermo en varias ocasiones en su casa de Chanca 5 y, últimamente en el Hospital Santa María del Puerto, en la habitación 429 cuando ya estaba tan malito. No me enteré de su muerte sino a toro pasado y lo lamento. Deseaba estar en sus exequias fúnebres y decirle adiós. Descanse en paz».

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