"Los viejos rockeros nunca mueren", y Joaquín Sánchez es uno de ellos. A sus 35 años continúa siendo una pieza fundamental para el Real Betis Balompié de Gustavo Poyet. El paso del tiempo ha provocado un cambio en su estilo de juego, pero aquello que no ha variado es su carácter. El de El Puerto de Santa María es uno de los futbolistas más queridos en toda España y no podía ser de otra manera en Mestalla. El 'Pisha' regresó a la que fue su casa durante cinco temporadas.
En el verano de 2006, el Valencia CF pagó 25 millones de euros al Real Betis para hacerse con los servicios de Joaquín, por entonces uno de los jugadores más contrastados de la Liga. El extremo diestro defendió durante cinco temporadas la casaca valencianista en las que disputó un total de 216 partidos, aportando un total de 30 goles y 31 asistencias a la entidad blanquinegra.
El proceso de su traspaso será recordado por el comportamiento del, por entonces, presidente bético, Manuel Ruiz de Lopera. Con el acuerdo apalabrado y a un día del primer partido de Liga, precisamente entre Real Betis y Valencia CF, el mandatario sevillano decidió romper las negociaciones y se negó a vender a Joaquín al club valenciano. El futuro del ‘pisha’ parecía estar más cerca del Albacete Balompié que de la capital del Turia, incluso llegó a viajar a la ciudad manchega, pero finalmente Lopera cedió y vendió a su estandarte al equipo blanquinegro por un total de 25 millones de euros.
Joaquín Sánchez regresó a Mestalla, ese estadio en el que encandiló a los aficionados valencianistas durante cinco años. El portuense volvió a pisar el feudo valencianista como ex jugador blanquinegro por cuarta vez, donde marcó el segundo gol victorioso del Betis, quien un día inventase la ‘Joaquininha’. /Texto: Oscar García.