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4.352.  Juan de Cádiz, el primer gaditano. En el Libro del Repartimiento (3)

Nunca se sabrá quién fue el primer fenicio que nació en Gadir. Ni el primer romano engendrado en Gades o el primer musulmán de Qadis. Pero sí conocemos al primer gaditano nacido tras la conquista cristiana de la población a mediados del siglo XIII, cuando comenzó la época del Cádiz que ha perdurado hasta nuestros días. Quien fue, stricto sensu, el primer gaditano. El Libro del Repartimiento de El Puerto de Santa María es la única fuente histórica que lo menciona. | Libro del Repartimiento de El Puerto de Santa María, abierto por el folio donde se menciona a Juan de Cádiz. Archivo Municipal | Foto, gentileza de Ana Becerra.

| Situación de las alquerías y sus tierras en el actual término portuense. Elaboración propia basada en nuestra lectura del Libro del Repartimiento

El manuscrito que se custodia en el Archivo Municipal es una copia parcial del original de Cádiz y su término escrito en 1268, tras la definitiva conquista cristiana de la región gaditano-jerezana una vez sofocada la ‘revuelta mudéjar’ que prendió en al-Andalus en la primavera de 1264. En el saqueo inglés de Cádiz de 1596 se perdió el Libro original, donde estaban registrados los nombres de los repobladores --mayoritariamente de la Montaña de Santander y castellanos-- que en 1268 se asentaron en Cádiz y en el territorio que Alfonso X le concedió como término municipal: La Puente (Isla de San Fernando), al-Qanatir (El Puerto de Santa María) y las once aldeas que se distribuían por el actual término portuense, limítrofe con los de Rota, Sanlúcar y Jerez.

| Muralla de Cádiz de origen islámico (ss. XI-XIII), reparada en tiempos de Alfonso X y por el marqués de Cádiz a comienzos del XVI | Foto, gentileza de Juan Miguel Pajuelo.

Santa María del Puerto se segregó de Cádiz en 1272, cuando por deseo de Alfonso X pasó a manos de la Orden militar de Santa María de España y el nuevo municipio comenzó, como concejo independiente, su propia historia; tal como ocurrió en tiempos tardorromanos, cuando el Portum heredero del Portus Gaditanus imperial se emancipó en el siglo IV de una decadente Gades. En diciembre de 1281 el rey Sabio refundó la villa otorgándole una carta-puebla que avivó la llegada de nuevos repobladores y propició su despegue económico y comercial. En fecha incierta entre ambos años (1272-1281) sería cuando se mandó copiar parcialmente, en lo que al territorio portuense concernía, el manuscrito de Cádiz.

Esa copia es el Libro del Repartimiento de El Puerto de Santa María que ha llegado a nuestros días, donde se recoge las entregas a 487 repobladores de los bienes urbanos y rústicos de la conquistada al-Qanatir (296 beneficiarios) y las tierras e inmuebles de las once aldeas andalusíes que conformaron el término portuense (de las que escribimos en las nótulas 2.294 y 2.308).

2.294. LAS ALDEAS ANDALUSÍES DE LA CAMPIÑA (1). Isla Cartare (VI)

2.308. LAS ALDEAS ANDALUSÍES DE LA CAMPIÑA (y 2). Isla Cartare (VII)

Por su propia naturaleza de documento oficial y burocrático, el texto se limitó a consignar la información básica para organizar los repartos: los nombres de los repobladores y los lindes de sus propiedades, algunos topónimos que sirvieron para orientar las entregas, las medidas de las tierras, quiénes fueron los partidores de los bienes… y poco más. Siendo el documento más relevante de la Historia de El Puerto de Santa María porque marcó el origen y el desarrollo de la ciudad que hoy habitamos, el Libro del Repartimiento no es más que una relación de nombres, sin referencia alguna a los hechos históricos que envolvieron al proceso de la conquista y repoblación de la bahía de Cádiz.

Pero entre el conjunto de las partidas o entregas se encuentra una muy singular, tanto como para que el austero escribano público que dio fe de las entregas, que lo fue Juan Pérez, destacara una información que ciertamente era digna de resaltar. Así, la partida 353 dice: “Cupo treinta higueras, que están en las arenas blancas, a don Bernal, el pellejero, la mitad por entrega de su viña a Juan de Cádiz, el mozuelo que nació primero en Cádiz; la otra mitad en razón de una cuarta de viñas.

El mozuelo que nació primero en Cádiz… Que no reza como repoblador en el Libro, por lo que no se avecindó en Santa María del Puerto ni en ninguna de las aldeas de la campiña portuense. Seguiría viviendo donde nació, en Cádiz, como debía figurar en el desaparecido códice original.

| Localización parcial de las viñas en arena de al-Qanatir y Santa María del Puerto, frente a la población. 1: Higueral del pellejero don Bernal. 2: Viña que le entregaron a Juan de Cádiz.

Las citadas arenas blancas eran las arenas litorales ya pobladas de viñas en época andalusí, rociadas con las brisas y vientos marinos y productoras de uvas pasas y vinos dulces, En 1268 se entregaron 1.281.990 m2 de las viñeras arenas a 302 repobladores, de lo que ya escribimos en Gente del Puerto, personificada su historia en la del viticultor Pedro Ximénez (nótula 4.023).

4.023. El viticultor Pedro Ximénez en El Puerto de Santa María de 1268

El reparto de las viñas en arena, entregadas a comienzos de 1268, era el que abría el Libro del Repartimiento de Cádiz y el de la copia portuense:  Este es el padrón de los heredamientos de Cádiz y de su término de los vecinos que lo vengaron [reivindicaron]. Primeramente son las viñas de Santa María del Puerto, que son cuatro fijollerías que fueron hechas por mandado de don Suero, obispo de Zamora, y de fray don Juan Martínez, obispo de Cádiz, y de don Rodrigo Esteban, alcalde del rey y de Sevilla.

| Frente a la Plaza de Toros, situación de las higueras andalusíes y la parcela de viña de Juan de Cádiz.

Cada parcela de viña entregada tenía la misma superficie: 4.245 m2, como la del repoblador don Bernal (partida 289), de oficio pellejero, dedicado al curtido de pieles. Que por motivo personal desconocido decidió desprenderse de ella y cambiarla por un higueral de treinta ejemplares -ya explotado en tiempos de al-Qanatir- que se encontraba muy próximo y frontero a su viña. Tal vez renunciara a ella por serle suficiente la que le entregaron a su hijo Marcos. Y mantuvo la tierra calva (no cultivada) que recibió a las afueras de la población por el camino de Jerez y tierras de labor en las alquerías de Campix y Bollullos.

La citada partida de Bernal y Juan de Cádiz es la que cierra el reparto de las viñas en arena, pero como una entrega adicional, siendo un ajuste posterior y ajeno al reparto inicialmente previsto y acordado con los 302 repobladores. También se desconoce la circunstancia por la que la viña del pellejero pasó a manos del mozuelo Juan de Cádiz, que en 1268 debía rondar los 16-18 años, por lo que debió nacer en Cádiz hacia 1250-52, bajo la coyuntura histórica que a continuación apuntamos.  

| Fernando III el Santo (1199-1252), primer conquistador de Cádiz. Miniatura del Tumbo A de la Catedral de Santiago de Compostela.

En 1244-45 la andalusí Qadis había sido asolada por fuerzas militares de Fernando III, como quedó hasta que en 1249-50 -según ha documentado el arabista Miguel Ángel Borrego- el caíd de Ceuta Abu Abd Allah al-Randayi, probablemente al servicio del wazir y señor de Jerez (y de al-Qanatir) Ibn Abi Jalid (de quien escribimos en la nótula 4.317), pasó por las armas a la guarnición cristiana y reconquistó la plaza. Pero la toma de Cádiz por al-Randayi fue un hecho aislado y coyuntural pues muy pronto, tras la decisiva conquista de Sevilla en noviembre de 1248, el poder cristiano comenzó a dominar el valle del Guadalquivir y la mayor parte de las poblaciones de la cora (provincia) de Sidonia, incluidas Jerez, al-Qanatir y también Cádiz, que tras el fugaz asalto del caíd quedó sometida por vasallaje y obligada a pagar tributos anuales al poder cristiano. En 1250 cayó en manos castellanas Ruta (Rota) y Galyana, que nosotros identificamos con la alquería de Grañina, enclavada en plena campiña portuense.

Por lo tanto, el joven Juan de Cádiz debió nacer en la antigua ciudad semita por los años 1250-52, defendida entonces por una guarnición cristiana de la que formaría parte su padre. Nunca sabremos si su madre nació en el entorno de la Bahía o llegó de tierras castellanas con un primer núcleo repoblador procedente de los lugares de origen de aquellos primeros militares radicados en Cádiz. Que serían reemplazados, poco antes de 1262, por otro contingente integrado por cien hombres armados --probablemente ballesteros-- al mando de Guillén de Berja, a quienes en marzo de 1262 les entregaron en la campiña portuense las tierras de las alquerías de Poblanina, Campix, Fontanina, Grañina y Finojera. Aunque se desconoce sus nombres, en aquel centenar de militares y sus núcleos familiares se encontraría la base de los repobladores registrados en el Libro del Repartimiento de Cádiz y El Puerto de Santa María. 

| Desmonte del cuerpo de guardia del gaditano Arco de los Blanco, los posteriores almacenes de las Carnicerías reales. Foto, gentileza de Juan Miguel Pajuelo.

Juan de Cádiz tomó por apellido su lugar de nacimiento, como fue habitual entre los repobladores cristianos que llegaron a nuestra región mediado el siglo XIII. Así, el 54% de quienes se establecieron en Santa María del Puerto y su alfoz usaron como apellido el de sus poblaciones de origen. Y con más razón, el joven protagonista de estas líneas. El primer gaditano de nuestra época. Que siendo de Cai Cai tuvo una viña en El Puerto.

Al-Qanatiri, el primer portuense conocido

Por otra fuente histórica, el Libro de los Países (1228) del geógrafo de origen sirio Yaqut al-Hamawi, conocemos el nombre y algunos detalles de la vida de quien puede considerarse el portuense más antiguo conocido, que nació en la andalusí al-Qanatir (que en castellano es decir Los Puentes) el año 978-79, en tiempos del Califato de Córdoba. Población que entonces era, decía Yaqut, una balda cerca de Ruta (Rota), entendiéndose ‘balda’ como ‘pueblo’, con un significado intermedio entre ciudad (madina) y aldea (qarya, alquería).

| Puerta en recodo de la torre Este del Castillo de San Marcos con inscripciones cúficas del siglo X: ELREINO ES DE DIOS y EL IMPERIO PARA DIOS.

El nombre de nuestro paisano era Ahmad ibn Sa’id ibn Ali al-Ansari al-Qanatiri (el de al-Qanatir); epónimo que constata la existencia de al-Qanatir entonces, siendo esta cita indirecta a la población de la desembocadura del Guadalete la más antigua mencionada en las fuentes árabes y la única que recoge el nombre de un nativo andalusí. Que también fue conocido como Ibn al-Hajjal de Qadis, ‘hijo del peregrino de Cádiz’. 

| Reloj doble de sol en el cruce de las portuenses calles San Sebastián y Cruces. Foto, Jacinto del Buey Pérez.

Fue al-Qanatiri un notable matemático y astrólogo, autor de un tratado sobre los relojes de sol que tradujo al latín y editó Esteban Arnalte, y viajero y peregrino en tierras del norte de África siguiendo las enseñanzas de las tradiciones coránicas que en Libia, Túnez, Yemen y Argelia impartió Abu Ja’far Ahmad ibn Nasr al-Da’udi.

De esta escueta información se puede inferir que los padres de al-Qanatiri se asentaron en al-Qanatir procedentes de Qadis; que aún joven debió marchar a tierras norteafricanas siguiendo las doctrinas de su maestro al-Da’udi (antes de 1011, cuando éste falleció); y que de regreso a al-Andalus, añadía Yaqut, residió en Sevilla, donde falleció en 1036-37, a la edad de 58-59 años. Su recuerdo ha quedado en su localidad natal dando nombre a una calle del Polígono de Las Salinas: ‘Matemático Alí Alcantín’, como lo llamaron los autores castellanos. |  Texto: Juan José López Amador y Enrique Pérez Fernández.


Serie 'En el libro del Repartimiento
4.267. Juan de Mar, las huellas de una calle de al-Qanatir | En el libro del Repartimiento (1)
4.317. Las casas del alguacil de Jerez, el motor de al-Qanatir | En el Libro del Repartimiento (2)
4.352.  Juan de Cádiz, el primer gaditano. En el Libro del Repartimiento (3)

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