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Mientras se está a la espera de que quiten los cables de la fachada del edificio que alberga la primera sede del Museo Municipal y también de la Academia de Bellas Artes (Casa Palacio del Marqués de la Candia) en la plaza de España; mientras se espera que repongan los azulejos de la casapuerta que desde hace años recuerdan la boca de un vetusto desdentado; mientras acaso alguien piense en sacar la piedra al viejo edificio y así devolverle su antiguo y original esplendor. Mientras, digo, alguien podría mandar pintar el zócalo marrón (o del color que más convenga) que desde hace años y años desmerece a esta casa de la Cultura, que no ofrece la mejor tarjeta de visita a propios y visitantes. Ya lo cantó Juan Manuel Serrat en 1982:

Busqué, mirando al cielo, inspiración
Y me quedé colgao en las alturas
Por cierto al techo no le iría nada mal
Una mano de pintura.

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