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4.903.  José Manuel Pinto. La banda sonora del vestuario del F.C. Barcelona

Mientras unos sueñan con convertirse en futbolistas profesionales, José Manuel Pinto, conocido también como Pinto Wahin, anhelaba también dedicarse a la música. No solo consiguió ser el portero del Betis B, el Celta de Vigo y del Barcelona, sino que también es un productor y cantante de referencia. A medida que su carrera en el fútbol despuntaba, se formaba para ser el músico que es hoy. «He estudiado piano, guitarra, armonía, soy ingeniero de sonido y tengo un máster como productor musical», cuenta en una entrevista con ABC sobre esta faceta menos conocida y que le ha valido un Grammy. Volcado en las composiciones de su segundo disco con Sony Music, el exguardameta charla sobre ambas pasiones y su familia. | Foto: Instagram.

--Hábleme de su nueva canción
--El productor Dabruk y yo teníamos ganas de hacer algo juntos desde hace mucho tiempo. El título de la canción, ‘Santa Rita’, se me ocurrió de camino al estudio, en el coche. Me vino a la cabeza la frase de Santa Rita, Rita, lo que se da no se quita y, a partir de ahí, maquinamos todo con Original Elias.

--Con 25 años montó su propia discográfica
--Antes no era muy habitual el rap, era muy difícil encontrar este tipo de música en las radios o que alguien apostara por ti. Por eso monté la discográfica, para autoeditarme con mi grupo y también para dar la oportunidad a otros con talento que no tenían los medios necesarios.

--¿Qué llegó antes, el fútbol o la música?
--Prácticamente a la par, aunque fue el fútbol. Con seis años ya jugaba en un equipo y a los nueve bailaba ‘break dance’. A partir de los diez fueron de la mano y a los 14 monté mi grupo. Siempre tuve claro que mi prioridad era el fútbol, pero a la vez también que quería conseguir ser artista y productor, sobre todo. Una se retroalimentaba del otro porque en los momentos de más presión, ya como jugador profesional, la música era mi válvula de escape para seguir luchando. No hubiera aguantado todo el estrés y presión que la alta competición exige.

--¿Cómo fue compaginar el fútbol con la música?
--Mientras otros dedicaban su tiempo a otras aficiones, yo estudiaba o creaba música. Incluso en los aviones, donde iba con mis libros de ingeniería de sonido. Me llamaban cariñosamente ‘el ingeniero’. Dani Alves y yo nos encargábamos de la banda sonora del vestuario.

--¿Se plantea regresar de alguna manera al fútbol?
--De momento no está en mis planes. Cuando salí del Barça, tuve ofertas para seguir en otros clubes, pero tomé la decisión de dedicarme 100% a la música. Llevaba dos años queriendo dejarlo y cuando me rescindieron el contrato, di el paso.

--¿Es más difícil ser cantante y futbolista?
--Creo que las dos son difíciles porque hay mucha gente que se queda por el camino. Lo más importante es tener una paciencia gigantesca y estar todo el tiempo formándote y trabajando. Se hace eterna la espera de la oportunidad, pero si llega, hay que estar preparado. Y estar concienciado de que cuando los momentos malos vengan, tener la toalla bien agarradita para no tirarla al suelo porque te entran muchas ganas de hacerlo.

--¿Dónde se gana más dinero?
--Depende del nivel. De momento sé hasta dónde he llegado con el fútbol, pero en la música no lo sé, aunque no me va mal.

--¿De dónde le viene esa pasión por la música urbana?
--En aquella época se empezó a poner de moda, pero también es porque en el Puerto de Santa María, donde nací, está cerca de la Base Naval de Rota y llegaba la influencia musical americana.

--Allí precisamente conoció a su mujer, Elena Gross
--Fue con 14 años y comenzamos a salir a los 15. Nos conocimos en el barrio, en la barriada de los Milagros, de jugar en la calle. Su padre era americano, trabajaba en la base, y su madre era de allí.

--No es muy habitual hoy en día 
--Es la única mujer. Tenemos a dos hijos, Zaira, que cumple 14 años, y el niño Nathan, de 9.

--¿Qué es P13FIT?
--Es la unión de mis dos pasiones: el deporte y la música. Para mejorar mi condición física en el fútbol siempe saltaba a la cuerda y desde hace siete años maquiné para hacerlo al ritmo de la música. Quería hacer un movimiento masivo y reinventé el salto de la cuerda, que quema más calorías que todos los ejercicios. La verdad que está teniendo mucho éxito, tenemos ciento y pico instructores repartidos por todo el mundo. | Texto: Gemma Conty | Fuente: ABC

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