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Descubren oro en el río Guadalete. Hace 90 años #5.639

Dragado en el río Guadalete. Hacia 1930

 | Texto: J.M. Morillo-León.

El dragado en el río Guadalete ejecutado en 1933 en el término municipal de El Puerto de Santa María a la altura de la desaparecida fábrica de Gas Lebón, detrás de donde hoy están las Bodegas Colosía, hizo que corrieran ríos de tinta en los medios de la época. Más de medio centenar de monedas y algunos lingotes de oro aparecidos entre el fango, revolucionaron a la población portuense, más allá de la búsqueda de las afamadas coquinas. | Obras del dragado del río Guadalete | Fotografía: Colección Miguel Sánchez Lobato.

Fábrica de Gas Lebón y Palacio de Cumbre Hermosa

| Fábrica de Gas Lebón. A su altura, en el río Guadalete se encontraron piezas del ‘tesoro’

La Revista Portuense recogía en un artículo publicado en febrero de 1993 la situación, por medio de un artículo: “… Entre la carretera y el cauce del río, rompen los primeros planos del paisaje unas gentes diversas que parecen afanarse, removiendo el fango grisáceo y viscosos del dragado del río, y buscando ávidamente no sabíamos que cosas. No eran mariscadores, ni por su traza, ni porque allí se acostumbra a practicar, tan cerca de la carretera, ese deporte –digamos así--, ‘fishing’ fangoso. Detenemos el coche y, a poco es satisfecha nuestra curidosidad. Eranlos buscadores de oro’ ”.

Fue a comienzos de 1933, hace 90 años, durante los trabajos de dragado del río Guadalete cuando, entre los lodos y fangos extraídos, aparecieron más de 500 monedas de oro, medallas, figuras y algunos lingotes de pequeño tamaño, en diferentes lugares de la ribera del Guadalete, conforme se iban ejecutando los trabajos ordenados por la Comisión Administrativa de la Zona Portuaria de El Puerto de Santa María.

Algunas monedas aparecidas en el río Guadalete 1933

| Algunas monedas de las que aparecieron durante el dragado | Foto: Revista Portuense.

Trozos y astillas de madera aparecidos entre el preciado metal, hicieron suponer que las riquezas procedieran de algún barco que se viniera a hundir a la Bahía de Cádiz, como indicaba la Revista Portuense, aventurando una curiosa hipótesis. Que, si eran de un barco pirata cañoneado durante la Guerra de Sucesión a la altura de Gibraltar, … Estudios diversos atribuyeron la bandera del barco a Portugal y, con posterioridad a Italia, dada la diversidad y concordancia de monedas que se encontraron.

Entre las monedas seguía la Revista Portuense, de diferentes momentos y procedencias, destacaron algunas correspondientes al reinado de los Reyes católicos y al de Don Juan II de Portugal (1480) quizás estas últimas fueran las más valiosas e, igualmente, otras piezas más modernas, correspondientes al reinado de Carlos II (1685), en oro de 24 quilates.

Dobla de oro aparecida en el Guadalete. Museo Arqueológico Nacional

| Dobla de oro aparecida en el Guadalete. Muhammad XII | Museo Arqueológico Nacional,

Otros afanados ‘buscadores de oro’ se dieron de bruces con monedas árabes y venecianas, lo que dió lugar a que la hipótesis barajada fuera que el presunto barco pirata pudiese proceder de Túnez y, apresado por España durante la contienda entre austriacos y franceses.

El tesoro iría a parar, como suele suceder, a manos de particulares, excepto una parte que fue adquirida por el Museo Arqueológico Nacional.

En cuanto a las figuras de pequeño formato que aparecieron entre los lodos, llamaron la atención varias realizadas en oro con una argolla, lo que dio a suponer que pudieran ser de las condecoraciones con las que se investían a los caballeros de la época del naufragio.

La Revista Portuense habla en su crónica sobra la picaresca al uso, ante este tipo de situaciones: un individuo, poseedor de un medallón viejo, de hojalata y con varias piedras falsas incrustadas, se fue a ‘escarbar’ entre el fango y, dando gritos de alegría, provocó la codicia del algún circunstante, quien lo adquirió por 20 duros, una barbaridad”. La publicación finalizaba su artículo de tal guisa: Concretemos con una buena noticia: en la ciudad ya no hay parados, todos se han convertido en ‘buscadores de oro’ “.

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