Yacimiento de Campín Bajo

| Texto: Juan José López Amador.
Aunque en algunas ocasiones, hemos intentado transmitir al lector la forma en que nosotros veíamos algunos de los yacimientos arqueológicos que estudiamos, sea a través de fotografías, de restos arqueológicos, dibujos o vagas reconstrucciones, una nueva herramienta se ha creado para este fin, nos referimos a la Inteligencia Artificial, generativa para propósitos ilustrativos.
Introducción
A través de nuestras instrucciones, exponemos detalladamente a la IA, lo que queremos ver y esta nos ayuda de una forma increíble, como podrán comprobar en las imágenes que se están exponiendo. Es cierto que nunca es exactamente lo que deseamos, por lo que nos vemos obligados a iterar para reformar la imagen que se nos ofrece en un 50%, para aquello que queremos, las vistas o los espacios geográficos, sobre todo, tenemos que modificarlo, porque la imagen tiene que ser de nuestro entorno, y ahí, es donde más hemos trabajado cambiando y adaptando a nuestra geografía local.
Por supuesto, no son imágenes académicas, pero, procuramos que si tengan rigor histórico y sean realistas. Son de un momento histórico, aún imposible de visualizar, si no es de este modo. Nos puede gustar o no su utilización, dependerá sin duda de como queramos interpretar este tipo de avance, y para lo que se utiliza, aunque a mí, no me cabe duda de que el humano acabará adaptándolo y asumiéndolo, como un adelanto más. Pero lo cierto es, que, a nosotros nos parece un buen instrumento de trabajo, una forma más de compartir nuestros aprendizajes y conocimientos, para intentar llegar mejor a quienes les queremos contar su Historia Antigua.
Utilizando esta herramienta, estamos preparando una serie de reconstrucciones históricas de nuestra ciudad y su término. Lo haremos en Gente del Puerto, en una serie que, en principio, solo serán tres lugares arqueológicos los que trataremos, particularmente importantes para la historia local. Aunque son espacios conocidos, las reconstrucciones que presentamos son totalmente novedosas.
Campín Bajo
Comenzaremos con Campín Bajo, situado en la campiña portuense, se encuentra en la ladera Este del Cerro de Campín que le da el nombre. El yacimiento fue localizado en el año 1981, durante las prospecciones del Museo Municipal de la ciudad. En este lugar se hallaron gran cantidad de ceramicas, fabricadas tanto a mano, como a torno, además, de gran importancia por la abundante presencia de cerámicas decoradas tipo Cogotas.
En el año 1984, el geógrafo del Ayuntamiento José Luis Martín informó al Museo de la existencia de una estructura soterrada en las tierras de Campín, casualmente este gran circulo, coincidía en el espacio, donde habíamos encontrado la abundante cerámica. Según observó, en las fotografías aéreas entonces tomadas, que bajo tierra parecía existir un recinto circular de unos 120 metros de diámetro con la apariencia de ser un poblado cercado o fortificado, de fuertes muros, parece que tiene unas aberturas en los flancos Norte y Sureste, junto al que discurren el curso de dos arroyos –-hoy desecados--, otros arroyos del entorno de la laguna, son derivados de los del Gallo y Campín. Al interior se percibe de la estructura anillos perimetrales menores, derrumbes y construcciones de incierto origen.

Bien es cierto que, existen investigadores que no creen que los restos circulares, se correspondan con una fortificación de la Edad del Cobre. Habrá por tanto que esperar a que se realicen excavaciones arqueológicas, o prospecciones con georradar, para saber si se corresponde con una fortificación.
Pero lo que sí se sabe es que este círculo es coincidente, con abundantes restos de mampostería, procedentes de muros, una presencia muy significativa de ceramicas de la Edad del Cobre, incluido un ídolo cilíndrico, que, aunque presenta la superficie muy desgastada, conserva en la parte trasera el peinado en zigzag propio de estos símbolos religiosos de la Edad del Cobre que se han hallado en algunos asentamientos de las marismas bajas del Guadalquivir y del curso del Guadalete.
Además, muy cerca se halló la Dama del Gallo, un gran cilindro marmóreo, con la zona de la cara pulimentada, un moño y un piqueteado simulando el pelo, la pieza conserva un metro de altura, encontrándose rota a la altura de una hendidura que recorre su perímetro y parece dividirla en dos mitades, por lo que en su origen tendría al menos 2 metros de altura, como podemos leer en las nótula 2.245 y notula 5.696 de Gente del Puerto. Su nombre, se debe al hallazgo muy cercano a la Laguna del Gallo, un gran espacio acuático, hoy venido a mucho menos, pero que, por su tamaño, debió ser muy importante para los habitantes de los poblados que la rodeaban.
También, están presentes las ceramicas del tipo Campaniforme. Una singularidad de este espacio, es el hallazgo de una abundante cantidad de ceramicas decoradas tipo Cogotas, ceramicas del Bronce Final junto con cerámicas fenicias. Durante al menos 5.000 años este mismo espacio estaba ocupado, lo constatan los restos Turdetanos, Romanos, o Andalusíes, de la que aun su tierra conserva el nombre. Cronológicamente, los inicios de la ocupación en el yacimiento de Campín Bajo se fecha entre el IV-III milenio a.C., durante la Edad del Cobre. En las siguientes reconstrucciones, hemos supuesto que esta estructura se corresponde con una fortaleza de la Edad del Cobre, no es que sea seguro, el tiempo dirá, pero sus restos arqueológicos, apuntan a la existencia de un poblado, fortificado o no.

En el IV-III milenio a.C.
Esta imagen nos lleva al inicio a la Edad del Cobre en Campín Bajo, IV-III milenio a.C. Hemos incluido algo del entorno de la Laguna del Gallo, el paisaje salpicado de árboles, como los pinares, encinares y alcornocales entre otros, y arbustos, jara, brezo o romero, y muchos más. Sabemos, gracias a los análisis de polen y semillas, de que vegetación se trataba. Los arroyos fluyendo entorno a la fortificación y los caminos marcados por el trasiego. Se puede observar el amurallamiento y estructuras de hábitat en su interior, a la izquierda, marcados con flechas. A los pies de la laguna encontramos algunas cabañas, que se corresponden con el poblado de Pocito Chico y que comenzaba a mediados del III milenio a.C.; algo más arriba las cabañas de Bule, del mismo periodo. También, encontramos a la derecha, arriba del Cerro de Campín, las cabañas de un poblado de la misma época; allí se han visto silos y fondos de cabañas. Estos poblados no están situados de forma aleatoria, el agua dulce es fundamental para su emplazamiento. A través de escritos medievales, sabemos que la zona tenía fuentes de manantiales, hoy inexistentes, dando por seguro que coinciden con estos asentamientos.

La Laguna del Gallo
La Laguna del Gallo tiene aproximadamente, cuando está llena, unos seis kilómetros de perímetro. Durante largo tiempo jugó un papel fundamental en la vida de la gente que vivían en los poblados de su entorno más inmediato: cuatro de la Edad del Cobre, uno de Bronce Antiguo y Medio, cuatro de la Edad del Bronce Final y Fenicio-Púnico, cinco asentamientos Romanos y al menos tres aldeas Andalusíes. Lo que queremos destacar es que, durante más de 5.000 años proporcionó a sus habitantes poder explotar sus recursos naturales, esenciales en el día a día de la población. Se podían obtener infinidad de productos, cañas y juncos para la construcción de viviendas, la caza de mamíferos, de aves, la recolección de huevos, y de infinidad de plantas, para teñir los tejidos, hacer cuerdas o medicinas, como el Cannabis/Humulus, la lenteja de agua o el nenúfar blanco, entre otras muchas. Al ser salobre el agua de esta laguna, cuando se va evaporando durante el verano, en las orillas o casi toda la planicie, proporciona gran cantidad de sal, vital para las personas y el ganado.

La Dama del Gallo en romería
En una romería, se transporta en un carro tirado por vacas el cilindro de la Dama del Gallo (nótula 2.245 y nótula 5.696); la han adornado con lazos de colores, seguramente estaba pintada y con plumas de aves acuáticas sobre el moño. De forma ceremonial, se ha subido en peregrinación a la cima del cerro de 77 metros de altura. En el promontorio se han reunido gentes de todos los poblados del entorno. Durante varios días, han celebrado fiestas y banquetes, se han realizado oraciones y ofrendas, para pedir, a través de estas y otras acciones hoy desconocidas, que la lluvia sea beneficiosa para los sembrados. Se baja, por el camino que da al recinto fortificado y la llevan a la laguna, para volver al poblado, los peregrinos lo hacen en la medida que pueden, unos a caballo y la mayoría a pie. El paisaje del entorno es reconocible, tanto la bajada de Campín, como el cerro que vemos al fondo, Grañina, a cuyos pies se encuentra el poblado de Pocito Chico.

Imagen del recinto durante la Edad del Bronce Antiguo
Durante el II milenio a.C. el entorno de la laguna sufre una despoblación importante, los poblados de la Edad del Cobre han desaparecido en su totalidad, solo queda Campín Bajo, sobreviviendo de la ganadería, la agricultura y lo recolectado del medio. Da la sensación de que la gente se concentra en este lugar. Durante el periodo Campaniforme (tardío), parece que vuelve a aparecer un yacimiento muy cercano, en la Venta Alta, como es Chaparral, marcado con una flecha, su situación arriba de la mesa, pero en la esquina suroeste, mirando a la desembocadura del río Salado y al mar, como si ahora hubiese que vigilar la entrada por el océano. Pero en el único lugar que se ha encontrado hasta el momento, una buena tipología y decoraciones de las ceramicas de tipo Cogotas, solo aparecen en este magnífico yacimiento en esta cantidad, también se ha encontrado algún resto en la base fundacional de Doña Blanca y arriba de la Sierra de San Cristóbal. Por lo cual, sea este un poblado fortificado o no, si fue un lugar habitado único en la campiña y la bahía.

La fortificación desde la Laguna del Gallo
En esta imagen, la fortificación la estamos viendo desde el interior de la laguna. Vemos la puerta sureste, creemos que debió tener dos, una que da hacia la cima de Campín, y esta que mira a la laguna y podemos ver alguna choza en su interior. La abundante vegetación que rodeaba la laguna permitía el anidamiento de diferentes aves acuáticas y otras. A la izquierda del recinto la subida al cerro, con abundante vegetación, los análisis y los analistas del polen y las semillas, nos sitúan en las zonas más altas de los cerros circundantes, las áreas más boscosas de pinos, encinas y quejigos; en estos tiempos aun habría abundante caza. En las riberas de los arroyos es donde encontramos unas arboledas diferentes, fresno, sauce, álamo u olmo. A la izquierda de la fotografía, a poco más de un kilómetro se encontraba el poblado de Pocito Chico, que será el próximo yacimiento que presentemos.
Campin Bajo, se nos presenta como un yacimiento único en toda la Baja Andalucía, aunque hallamos estudiado parte del material arqueológico recogido, el lugar merece una investigación profunda, con intervenciones tanto de técnicas geofísicas, como arqueológicas, e ir pensando, que, por sus características debía ser un lugar para proteger, ya que, sus restos arqueológicos nos podrían aclarar algo más este periodo tan oscuro en la Bahía de Cádiz, y en la campiña, como es el Bronce Medio. Si el lector desea saber algo más al respecto, acompañamos las publicaciones que existen sobre el yacimiento.
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Bibliografía
Gutiérrez López, J. M.; Ruiz Gil, J. A. y López Amador, J. J. 1993: El yacimiento arqueológico de Campín Bajo. Su enmarque en el poblamiento de Andalucía Occidental y el Guadalquivir durante el tránsito del II al I milenio. Una propuesta de interpretación (I), en Revista Historia de El Puerto, nº 10, pp. 11-47.
Gutiérrez López, J. M.; Ruiz Gil, J. A. y López Amador, J. J. 1993: El yacimiento arqueológico de Campín Bajo. Su enmarque en el poblamiento de Andalucía Occidental y el Guadalquivir durante el tránsito del II al I milenio. Una propuesta de interpretación (y II), en Revista de Historia de El Puerto, nº 11, pp. 11-47.
Ruiz Gil, J. A. Y López Amador, J. J. (Coords.) 2001: Formaciones sociales agropecuarias en la Bahía de Cádiz. 5000 años de adaptación ecológica en la Laguna del Gallo. El Puerto de Santa María. Memoria Arqueológica de Pocito Chico I (1997-2001). Sanlúcar de Barrameda.
Ruiz Mata, D., López Amador, J.J., Bueno Serrano, P. 2004: La Laguna del Gallo: Un Modelo de Poblamiento y Proceso Histórico de la Prehistoria Reciente en la Bahía de Cádiz, El Puerto de Santa María. En Actas do II Encontro de Arqueología do Sudoeste Peninsular. Universidade do Algarbe, Braga, Portugal, pp. 81-103.
Ruiz Mata, D., (2.022): La ciudad fenicia del Castillo de Doña Blanca (E Puerto de Santa María, Cádiz) Historia y Arqueología. Investigaciones. (1.979-2.003). Cuadernos de Arqueología Mediterránea- 28, Universidad Pompeu Fabra Ediciones Bellaterra, Barcelona.
