| Texto: Luis Suárez Ávila
«En esta galería de conocidos, amigos, contemporáneos, raros y curiosos, tengo el honor de presentar a un especímen verdaderamente notable: Antonio Bernal Ortega. Antoñito el Sacristán de la Santa y Consagrada Iglesia Mayor Prioral de esta Ciudad, fue un santo varón que sirvió a la parroquia, desde su más tierna infancia, con el Padre Cerezuela, bajo el mandato de su predecesor, Pepe Moreno, y terminó su carrera con el Cura Propio, Arcipreste y Párroco Don Manuel Salido Gutiérrez. Lo que Antoñito vio y trabajó en esos tiempos sólo él lo supo. Era la discreción y la prudencia personificadas. Era trabajador, cumplidor escrupuloso de su misión, devoto del Santísimo Sacramento y de la Patrona... (A la izquierda, fotografía de Antoñito, 'el Sacristán', durante una comida de sacristanes en Sevilla, perteneciente a la colección de Manuel Girón Ceballos. Debajo, en la fotografía en color, reja con velas pertenecientes a una capilla de la Iglesia Mayor Prioral, obra de Terushka).
Solícito servidor de la Iglesia, estaba siempre ocupado en reponer la cera de los altares, en mandar a lavar y rizar los manteles, las albas, los amitos, los corporales o los purificadores; en colocar sobre las cajoneras los ternos del día; en ir a todos los entierros bajo la manguilla con la cruz alzada; en acompañar, campañilla en mano, al cura semanero, con el Viático o con los Santos Óleos; en ayudar a la Comunión, cuando se daba fuera de la Misa, en asistir al celebrante en las misas, bodas, bautizos y entierros; en ayudar a arreglar los altares, los pasos...; en tocar las campanas, con su repique de fiesta, su doble en los entierros o en los funerales, o el diario toque del Ángelus o las Ánimas Benditas, los "cuartos" a misa, el toque de "fuego", o la matraca desde los oficios del Jueves Santo hasta el Sábado de Gloria... Por aquellos entonces se cantaba eso de:
"La Iglesia Mayor Prioral
orgullosa debe estar
porque encierra en sus capillas
a Pepa, la de las sillas
y a Antoñito el Sacristán".
Y la verdad es que la Iglesia debía estar orgullosa de su santo sacristán, a quien no era raro ver, en oración, ante el Santísimo o rezando el diario Rosario a la Patrona. Antoñito tuvo que soportar con paciencia las flaquezas y caprichos de beatas y beatos, de los Párrocos y Coadjutores... Y a padecer las diabluras de los monaguillos.
Ayer, que fue día de San Pedro, me ha venido la memoria Antoñito, porque, todos los años sacaba de un armario a San Pedro descoyuntado, lo armaba, lo vestía y lo sentaba en su sillón, con capa pluvial, tiara, llaves y Cruz, para que luciera en su onomástica. Yo, que durante el año no veía a ese San Pedro, le pregunté una vez que dónde estaba guardado. Y me respondió: --Viene todos los años del cielo. Este año, al propio San Pedro descoyuntado lo ha preparado otro Antonio, Antonio Sánchez Cortés, y ha lucido el apóstol en el altar mayor de la Prioral, como en sus buenos tiempos. Y los restos de Antoñito el Sacristán, que yacen enterrados en la capilla de San Pedro, se estremecerán de gozo».
A la izquierda, Antoñito con las llaves de la Capilla y del Camarín de la Patrona en las manos, en el centro, el párroco de la Prioral, Manuel Salido Gutiérrez y a su derecha el coadjutor, Carlos Román Ruiloba. Detrás de éste, el porteño Antonio Rives, quien con el tiempo se acabaría secularizando y ejerciendo como maestro de primaria en el Colegio de Don Antonio 'el Cojo'. (Colección de M.G.C.)
Acceso a la Iglesia Mayor Prioral por la calle del Vicario. A la derecha se encontraba la vivienda de Antonio Bernal Ortega. (Foto F.Menesteo).
Pepe soy luis garcía compañero de tu compare Ramon en Osborne y que
estube un domingo con mi hija y novio de esta en tú casa de compra
hablando del colegio de los maristas en Bonanza recordabas a viejos compañeros pues bien yo tambien estube contigo y los hermanos
Alfonso(+) y Jorge Gutierrez Colosía.
el sabado 30/01/2010 despues de 32 años pase por Bonanza y vi el
colegio que emoción mas fuerte senti y me acorde de tí y de todos los hermanos Nicolas,Felipe, Jose Mª, Pedro. pPepe un abrazo.