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430. JUAN MIGUEL SÁNCHEZ. Pintor y cartelista. (2)

juanmiguelsanchez_2_puertosantamariaNació en El Puerto el 17 de agosto de 1899, y murió en Sevilla el 28 de julio de 1973. Su vocación por el dibujo y la pintura despiertan en él siendo muy joven, por lo que es matriculado antes de cumplir nueve años en la Academia de Bellas Artes Santa Cecilia, de El Puerto: "La vocación por la pintura se despierta en mí desde muy pequeño. Una caja de colores fue siempre mi juguete favorito'. 'Convencidos mis padres de que nada me interesaba tanto como la pintura, sin cumplir aún los nueve años, ingresé en la Escuela de Bellas Artes de Santa Cecilia de mi pueblo, El Puerto de Santa María, donde al mismo tiempo que el dibujo y la pintura estudié un poco de música'. 'Con las mejores notas y algunos premios, terminé mi primera etapa de aspirante a pintor con una preparación suficiente para pasar a completada en ambiente más propicio".

En 1918 marcha a la capital hispalense, donde estudia por libre en la Escuela de Artes y Oficios, y donde tendría por maestro a Virgilio Mattoni. Posteriormente ingresa, gracias a un brillante ejercicio, en la sección de Bellas Artes del Ateneo sevillano, donde conoce a Gustavo Bacarisas, pintor consagrado. Por los años veinte estaba en pleno apogeo el cartel, y a él se dedicó Juan Miguel Sánchez con gran entusiasmo. (En la imagen, cartel de la Feria de Primavera de El Puerto del año 1952).

juanmiguelsanchez1_puertosantamariaEn el cartel de Semana Santa y Feria de Sevilla de 1925, "Juan Miguel Sánchez nos muestra a su Eva flamenca erguida y solemne con la mantilla al viento, un amplio abanico en la mano y una Sevilla estrellada al fondo..."Obtuvo gran cantidad de galardones como el primer premio en el concurso nacional para carteles anunciadores de la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1926. Participó asimismo, por primera vez, en dicha exposición, con dos obras, consiguiendo una medalla de tercera clase, en Arte Decorativo, con un cartel titulado "Aurora sevillana", que fue adquirido por el Estado. Participó en la Exposición Nacional, en la sección de Arte Decorativo, en 1932, año en el que también participó otro artista portuense, Serny.
En la Exposición de 1934 participó en la sección de Pintura con una obra. En 1936 participó en la sección de Pintura, con dos obras. Exposición que coincidió con el inicio de la guerra civil, lo que no hizo posible que se concedieran premios. En 1938 pintó unos murales para la capilla de la barriada cordobesa de la Electromecánica. Su primera gran exposición tuvo lugar en San Sebastián en 1939. (En la imagen, cartel promocional de las exposiciones universales celebradas en España en Sevilla y Barcelona, en el año de 1929).

juanmiguelsanchez_5_puertosantamariaEn la Muestra Nacional de 1941 volvió a concurrir con dos obras. Ese mismo año realiza los murales en el vestíbulo de la estación de autobuses de Sevilla. Un año después, en 1942, expuso en Barcelona en la célebre Sala Gaspar, un total de 34 cuadros, entre ellos los siguientes: "Cal y luna", "La cacharrera", "Callejón de la parra", "La fuente del patio", "Salida al mercado del jueves", "En el Rocío", "La fuente del mercado", "Por alegrías", "Bailaora y guitarrista", "Pase de seguidillas", "Chaval con naranjas", "Perfil gitano", "Blandas negras" y "La del clavel rosa". Estos cuadros de composición figurativa se completaban con tres retratos, un paisaje de Alcalá de Guadaira, siete bodegones y nueve "vasos con flores".

En la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1943 participó con una obra.
También en ese año, y por oposición, obtiene la Cátedra de "Procedimientos pictóricos", para la Escuela de Bellas Artes de Sevilla. y en 1945 es nombrado académico numerario de la Academia de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría de Sevilla, cuyo discurso de ingreso se tituló de "Actualidad y enseñanzas de la pintura al fresco". El discurso de contestación corrió a cargo del académico José Hernández Díaz. (En la imagen, cartel promocional de España, con Sevilla como reclamo).

juanmiguelsanchez_4_puertosantamariaEn la Exposición Nacional de 1945, concurrió con dos obras: "La Novia" y el formidable "Retrato del profesor doctor Urra", obra esta última con la que obtuvo medalla de segunda clase.
En la Exposición Nacional de 1948 se presentó con dos obras: "Retrato de mi mujer" y "La lección de los seises", con esta segunda obtendría, al fin, medalla de primera clase. A propósito de esta obra escribió Bernardino de Pantorba: "Nos parece un óleo de empuje, bien pintado y dentro de un tema evidentemente muy comprometido, con dificultades que el diestro pincel de Juan Miguel ha sabido vencer gallardamente" .

En Sevilla consiguió varios premios en los concursos de carteles de las fiestas de primavera (1925, 1929, 1931, 1942, 1944) Y el de Semana Santa (1948). Es premiado asimismo en un concurso nacional convocado por la casa Ibarra. Artista completo y bien dotado, cultivó otros géneros como la cerámica, con grandes aciertos. Posteriormente se dedicó a la decoración mural, sin abandonar por ello la pintura de caballete. En 1952 realizó el cartel para la Feria de Primavera de El Puerto de Santa María. Entre sus obras cabe destacar un autorretrato, en actitud de pintar, al que hace referencia Juan Antonio Gaya Nuño en su obra Autorretratos de artistas españoles. (En la imagen, cartel de la Semana Santa de Sevilla, en 1948).

juanmiguelsanchez_3_puertosantamariaEn nuestra ciudad, y por parte de la Administración, apenas si se le recuerda, pues a los veinte años de su muerte aún espera un homenaje, una exposición de sus obras... Por otra parte, tampoco se conserva ninguna obra suya en el museo local, más atentos al tema arqueológico que al de las artes plásticas.
En el nomenclátor callejero sí tenemos huella de su nombre, ya que por un acuerdo de pleno del 7 de diciembre de 1979, y a propuesta de quien esto firma, se le asignó una calle en el barrio de Pinar Hondo.. Recientemente hemos podido comprobar que se ha duplicado su nombre en otra vía portuense, prueba de la poca sensibilidad municipal ante estos temas, que esperamos se corrija en breve. (En la imagen, cartel anunciador de la Feria de Primavera y Semana Santa de Sevilla de 1929, el mismo año de la Exposición Iberoamericana. Pulsando sobre la imagen se hace mayor).

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En los frescos existentes en el vestíbulo de la  antigua Estación de Autobuses de Sevilla, Juan Miguel Sánchez  Fernández,  pintó una serie de escenas costumbristas, pero dotadas de una singular modernidad. (Foto Jaclo).

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Otra imagen de la antigua Estación de Autobuses. De este mismo autor, hasta hace poco tiempo, podían admirarse en algunos locales comerciales de Sevilla, numerosas obras, todas ellas con este inconfundible estilo. Lamentablemente, casi todas ellas, a causa de obras, modernizaciones o cambios en la decoración, han desaparecido. (Foto Jaclo).

A los pocos días de su muerte escribía Manuel Olmedo en ABC: "Discípulo predilecto de Gustavo Bacarisas, Juan Miguel ha producido una pintura cálida y vibrante, dechado de elegancia, vivo reflejo de una profunda distinción espiritual, exaltad ora de la trascendente dimensión decorativa de una obra que no ha sido creada para producir inmersiones en las esferas del subconsciente ni para promover inquietudes existenciales, sino para deleite de los ojos y gozo del alma" . (Textos: Francisco M. Arniz Sanz).

Más información:
355. JUAN MIGUEL SÁNCHEZ. El pintor que fue a Sevilla...

3 comentarios en “430. JUAN MIGUEL SÁNCHEZ. Pintor y cartelista. (2)

  1. Abel Martín

    ...llevo muchos años admirando al profesor Juan Miguel Sánchez...
    cuando veo sus fresco o sus carteles ignorados por la mayor parte
    que pasa a su lado...El Prao...la estación...M de Paradas...
    ni una guía turística lo menciona; ningún referente en algún sitio...
    mi consuelo es la humildad de Juan Miguel.

    Yo te recuerdo con admiración. abel

  2. Angel

    Muchas cosas hizo en Sevilla en la década de los 40 del pasado siglo y muchas están desparecidas por reformas e inculto tirar lo antiguo: Almacenes Iñiquez, Horchatas Fillol, o el Bar Plata, de su hermano. El Bar del Circulo Unión Mercantil, Almacenes Cataluña, Pedro Jiménez Ortopédico, Galerías Velázquez, Perfumería y Mercería Manuel Gómez y Gómez, Farmacia Nueva, Bar Coliseo, Gumersindo García Maquinarias y Herramientas, Productos Bella Aurora y hasta la fachada el Banco Vitalicio en la Plaza Nueva.

  3. Antonio Burgos

    Gorigori por el Bar Laredo

    La frase guasona de la transición, «¿diseñas o trabajas?» hay que cambiarla ahora en Sevilla por esta otra: «¿Diseñas o destruyes?» Lo malo es que te responden:
    -Las dos cosas. Diseño una ciudad nueva de pieles sensibles para sevillanos insensibles que se extasían ante las catetarias. Diseño plazoletas, de donde destierro para siempre el albero y los bancos de toda la vida y las dejo todas como la Plaza de la Pescadería, donde está vendido todo el pescado de las perrerías contra Sevilla. Eso en cuanto a diseñar. Y en cuanto a destruir, destruyo todo lo que se me ponga por delante y que suene a rancio, solo o en compañía de otros, que para algo soy de la Clase Creativa.
    La Clase Creativa tiene ahora la piqueta. Se la quitó a Pavón por el procedimiento del tirón. Pavón era un derribista de derechas. Derribista del franquismo. Estos se están cargando a Sevilla en nombre de la democracia, la modernidad y el progreso, tal como el alcalde García de Vinuesa echó abajo las murallas y sus puertas. Lo último que se han cargado (por ahora) ha sido el interior del Bar Laredo. Por paniaguado interpuesto, pero se lo han cargado. Han dejado el Laredo como la palma de la mano. Claro: era tan rancio todo lo que había mantenido Rodrigo Díaz, legado por su padre el montañés... Ellos sí que lo van a poner bonito y turístico, a juego con las catenarias. No tienen ni idea de la historia contemporánea de Sevilla, aparte de muy mal gusto.

    Con el Bar Laredo vaciado completamente se han cargado la más representativa de las obras de decoración que nos quedaban del pintor Juan Miguel Sánchez, académico de Bellas Artes, el que está retratado junto con Bandarán y con el autor del cuadro en «Los patronos del Museo», de Alfonso Grosso. (Bueno, sí, queda una obra decorativa de Juan Miguel: el interesante paso de palio de la cofradía de Los Negritos, que llaman «orientalizante» y que fue una innovación en su momento, lo «juanmiguelino» renovador frente a lo juanmanuelino tradicional. Y quedan sus frescos de la Estación de Autobuses del Prado.)

    La biografía de Juan Miguel Sánchez, nacido con el siglo en El Puerto de Santa María, es un paradigma social de las Bellas Artes en la Sevilla del XX. Comenzó como pintor de vanguardia, y por ejemplo su cartel de Semana Santa de 1931 es el más avanzado de cuantos se han pintado. Tras la guerra civil, igual que los arquitectos de la llamada «vanguardia imposible», se tuvo que plegar a la estética conservadora y academicista de los vencedores. Y siendo tan gran pintor, en aquella Sevilla de las riadas, los corrales, los desfiles y las camisas azules se tuvo que ganar la vida como decorador de establecimientos comerciales. En los que, paradójicamente, sí pudo hacer vanguardia, «art decó» perfecto, racionalismo de interiores, mientras que con los pinceles tenía que plegarse al gusto dominante.
    Juan Miguel Sánchez cambió los gustos del viejo comercio sevillano con su empresa «Decoración Sánchez Gómez», que fundó en sociedad con Manuel Gómez Moreno. Aunque destruidas en su mayor parte, estas decoraciones «art decó» marcan una vanguardia. De Juan Miguel era el Bar Plata, en Martín Villa; la horchatería Fillol de la Avenida; los Almacenes Iñiguez de la calle Velázquez; la Peletería Reyes de la calle Francos; la perfumería Bella Aurora de Hernando Colón; la farmacia racionalista de Francos esquina a San Isidoro; o los frescos del Cine Bécquer. Y el Bar Laredo, su gran obra, firmada y fechada, de la que ahora han destruido hasta el último espejo, la última madera, la última escayola. Una obra, por cierto, donde Juan Miguel contó con la colaboración del pintor Juan Ruesga Salazar, el ceramista de los retablos comerciales de Deportes Z en Sierpes.
    El racionalista Bar Laredo era un monumento vivo de aquella Sevilla que por lo visto hay que borrar a cualquier coste. Somos tan catetos e incultos que no sólo nos estamos cargando lo tradicional, sino incluso la vanguardia. Un día de éstos somos capaces de derribar la Casa Duclós de José Luis Sert en Nervión. Igual valor de época tenía el interior que Juan Miguel Sánchez diseñó para el Laredo y, ya ven, se lo han cargado. En nombre de la modernidad precisamente.

    Antonio Burgos

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