Francisco Andrés Gallardo nos deleitaba en la noche del miércoles, día de la Velada, con uno de sus portuensísimos pregones --le llaman Plática en Compañía-- pronunciado en la Caseta de la Parroquia de San Francisco, en el Recinto Ferial de las Banderas.
"San Francisco arriba, con el campanario jesuita de mirador, tomamos hasta este rincón que nos reúne ante Las Banderas que ondean para anunciar la fiesta de los portuenses, la alegría de la primavera y las irrenunciables ganas a ser felices durante un ratito. El destino nos trae aquí, al lado de la carretera de Sanlúcar, como hace tanto, como hace un año, como hace un rato, para dar gracias a Dios por festejar estas noches de reunión, esta placidez de encontrarnos, estas tardes eternas de mayo que nos regalan el vino fino, la risa, la charla y el baile.
El destino nos trae aquí, En compañía, siguiendo el reguero del dulce aroma de la hierbabuena, el tomillo, el romero, el poleo, coloreados de jaramagos y amapolas que de El Puerto a Sanlúcar dibujan la senda para llegar a la Feria. Cansados de un año entero de esperas, nuestros pasos nos han guiado casi sin querer hasta más allá de La Cerería y El Palomar, a este sitio en que de costumbre nos redimiremos de los desencantos y pagaremos esta gloria al alcance de la mano que nos regala la primavera, esa niña juguetona que no se cansa de seducirnos.
El destino nos lleva a la felicidad sonriente. A estas noches de regocijo y amigos, de puertas abiertas y convites sinceros. El destino ya nos lleva tirón arriba, por la Cuesta de la Belleza. Belleza de su mirador desde el que se otea este cuerpo dormido, El Puerto, cuerpo expuesto al sol, una mujer que el Guadelete la galantea, que la surca y la explora mientras muere en la Bahía de Cádiz. En Cádiz, donde hay que morir.
El destino, un año más, como aquel abril de nuestros primeros besos, nos ha reunido, a la vuelta de la esquina de mayo, que barrunta el verano de olas y un poniente para refrescarnos la cara…
La luna se acuesta en el cielo
Con su cara de espuma blanca
Mientras la primavera va sembrando
de terciopelo su rocío de gotas de plata
Mayo de todos los despertares
Mayo de nuestras fiestas
Que comienza con una cruz, termina en una salve
Y se remata con este brindis en Las Banderas
Mayo de las entretelas
De casetas, farolillos y volantes
De albero, copa y jumera
Mayo de porte de jinetes elegantes
Mayo que se pasea lento en las horas
Que va resonando por la explanada
Por paseos, tablaos, cacharros
Y un baile al amor de la madrugada
La luna ya se arremanga la falda
En un suspiro se le escaparán sus noches
Veremos a las estrellas escurrirse al alba
Mientras el sol besa el horizonte
Mayo de todas las fiestas
Mayo de todos los recuerdos
Ascuas apagadas en el rescoldo
De la memoria y los sentimientos
La luna se asoma y se alegra
Porque en la caseta del padre Antonio ya suena la
Primera sevillana
Y un clavel ya se jalea en la solapa
Y otro reventón ya se luce, en la peineta de mi gitana
La luna nos sonríe
porque el sol ya lo tenemos en nuestras manos
sus destellos nos avisan de la cita
Que al despuntar mayo nos ha emplazado
Brindemos por la parroquia de San Franciao
Brindemos por la buena gente
No esperemos ni un momento,
festejemos con nuestro vino fino
para saludar a esta feria… a esta otra feria
que nos ha regalado el destino
… … … … … … …
Estimado padre Antonio, anfitrión y amigo que nos da la llave de esta casa, que es nuestra casa, nuestra caseta, este patio sandunguero de la parroquia que, en compañía, en buena compañía, otro año más se alza en Las Banderas. En especial estimado amigo Juanlu, el entusiasmo en una persona, la parroquia en cada uno de sus gestos amables. Señoras y señores, porteños y forasteros, queridos amigos todos.
Vamos a armar el 2 de mayo…
Un 2 de mayo en pro de la guasa y la fiesta.
Ni Angela Merkel, a la que no volveremos a nombrar hoy, podrán arrebatarnos los deseos de vivir esta Feria, de disfrutar de nuestras familias, de esas grandes familias donde caben todos los amigos, y de brindar por sentirnos bien con nosotros y con la gente que nos rodea. No voy a entretener esas ansias por disfrutar ya de nuestra Feria, que está recién encendida para avisar al mundo entero que El Puerto está de jarana.
Ni la peor de las crisis, como aquellas que ya sufrieron nuestros padres y nuestros abuelos, podrán ocultar que ya huele a Feria en El Puerto, a esencia de este rincón, al vino de sus bodegas y al aroma de sus huertas, de sus pescados y mariscos. Aromas de El Puerto de siempre. Y por eso el primer brindis de esta noche va por los portuenses, sobre todo por aquellos que en estos tiempos lo están pasando mal y que tal vez, en días tan señalados como estos, no tienen posibilidad de disfrutar de esta feria como a ellos les gustaría, como todos les desearíamos.
Un brindis de ánimos por la salud de todos aquellos a los que hoy tenemos más en cuenta que nunca porque no pueden estar con nosotros pero que les tenemos presente deseando que cuanto antes reciben la fortuna nuestra de tener trabajo y estabilidad para disfrutar de la vida en plenitud. Trabajo y estabilidad, cosas tan normales que en estos tiempos se han convertido en cosas extraordinarias. Vaya este nuestro primer brindis por todos los portuenses…
Esta es la feria de los recortes, de los ajustes. La feria sin portada… Se la vamos a tener que pedir al Diez Minutos. Con lo que le gusta una portada a la duquesa de Alba, no contemos con ella este año, que está de luna de miel
Botellas de Fino Quinta vestidas para la Feria.
Un año en el que el Fino Quinta lo han recortado a la mitad, ahora es el Fino Décima, y demos gracias que no nos lo han dejado en un vino de tres al cuarto; con estos recortes al Fino Pavón lo ha dejado en Fino Pavito, el Fino Alameda en Fino Rotonda. Y el Fino Marinero está sellando el carné del paro.
Con tantos ajustes, la peña El Binomio se ha quedado en raíz cuadrada y la caseta de El Homenaje se quedado en la caseta de El Aplauso y gracias. Para no gastar el césped, el Club de Rugby se ha convertido en una Peña de Ajedrez y El Olivo se ha quedado en El Bonsai.
En las tómbolas de este año rifan recetas gratis de la farmacia y por ahorrar los langostinos los vamos a ir comiendo a lametones, como los polos. Las puntillitas no llegan ya ni a chinchetas y el jamón sólo ha ido a Jabugo de excursión.
Pero dejemos de preocuparnos por unos días de tanta apreturas. La Feria convida ella misma a una ración de alegría, alegría que por ahora es gratis, y nos invita a pasar adentro.
Al fondo de la fiesta hay sitio para todos. Es el milagro del espacio y el tiempo. En una caseta se desbaratan todas las leyes físicas. Ni Einstein podría calcular la Ley de la Relatividad en algo tan relativo como la cola del autobús de la Plaza de la Noria, la capacidad de esta caseta un viernes por la noche o las posibilidades de ganar un peluche lacio en la tómbola de La Ecijana.
Si dos son compañía y tres son multitud, fijaos en la que podemos liar todos nosotros ahora mismo.
En la Feria el tiempo también es relativo. La mañana no existe y el mediodía son las cinco de la tarde. Un ratito son dos horas. Un ya mismo, una hora más tarde. Un ahora vengo, se convierte en un nunca. Y un rato por la tarde es una noche entera hasta el amanecer.
Son misterios para Iker Jiménez ¿Hay alguien que le hayan servido en una caseta más de cuatro gambas en una ración?
El programa de este domingo de Cuarto Milenio ya lo están grabando por aquí. ¿Es verdad que hubo una vez una caseta en El Puerto que sirvió pimientos de más de 5 centímetros de largo? ¿Qué misterio encierra la chocolatería de ahí al lado para cobrar 10 euros por tres churros? ¿A qué edad histórica pertenecen los turrones de coco de la esquina? ¿Son de la Edad Media o más bien de la Edad de Hierro, de lo duros y rancios que están?
En el Vaticano andan investigando del milagro de la Feria de El Puerto, el milagro de las casetas de hacer diez tortillas con una papa y un huevo. Ni la multiplicación de los panes y los peces supera eso.
Todo es tan relativo en la Feria que ni siquiera nos ponemos de acuerdo en las medidas. Dos deditos de rebujito es un vaso lleno; una copita termina siendo tres botellas; y una botella en verdad no es una botella, sino media botella, que además no llega a ser ni eso, sino que es cuarto y mitad de litro. Las medias botellas parecen del PP, nacieron con vocación de recorte.
Y si es por recortar, una ración es una tapita; y una tapita en realidad es una convidá; y una convidá no sale por menos de 60 euros.
Nada es lo que parece. Todo es según del color con que se mire la Feria… Con el color de los billetes. Y los billetes en realidad se transfiguran en tiques y ahí, señoras y señores, que venga el ministro Montoro a ver cómo se redondean al alza todos los euros, que le iba a gusta. Ahora queremos que vuelva la peseta, pero ya veremos lo mal que nos va a ir en esta crisis cuando el euro lo sustituyan los alemanes por la nueva moneda, el tique de Feria. Eso sí que va a ser inflación y no la inflación de la cena del sábado feriante.
Carrera de Camellos en la Feria.
Una nueva pregunta que Iker Jiménez hará este domingo por la noche ¿es verdad que todavía hay alguien en El Puerto que tiene en su casa la chochona gorda ganada junto a la barca vikinga en 1986? ¿Hay alguna mountabaik de 1993 que no esté ya oxidada? ¿Es cierto que hubo una vez un vecino que metió la pelotita en el cubo de cinc? ¿Es verdad que alguien conoce a alguien que ganó una carrera de camellos?
¿Es verdad que alguien se asustó con el tío del tren de los escobazos… de lo feo que era? ¿Hubo una vez un vendedor de fichas de los coches choque que despachaba con una sonrisa?
En realidad nuestra feria es la exaltación de todo. Más que relativa, la Feria es superlativa, exagerada, como nuestras ganas de disfrutar.
Por eso, bienvenidos a la Feria de todos los encuentros, fiesta del tesoro de las bodegas, exaltación del vino fino. Bienvenidos portuenses y amigos venidos de todas las partes. /Tren de los Escobazos. Foto: Juan Leal.
Bienvenidos a esta feria que hace cosquillas al alma y hace olvidar todas las apatías al compás de unas sevillanas. La vida se despereza con el sol del mediodía, cuando los carruajes toman las calles, entre una marea de pisadas en busca de un sueño en los bolsillos y la risa tomada por el talle.
Cuando la tarde se acuesta, la Feria ilumina el cielo azul templado y la ciudad se va a dormir, desierta de vecinos que se han refugiado allá, aquí, donde el día no se acaba. En Las Banderas. En compañía. El silencio se esconde por unos días y a borbotones surge el rugido del real, donde músicas y jaleos forman el más divertido de los ruidos.
Y cuando la noche reina, la Feria crepita con su resplandor y llama a la fiesta a todo el horizonte, y llama a Cádiz, a Jerez, a Sanlúcar, a Rota y a Puerto Real para compartir con El Puerto mesa y copa, albero y tablao
Bienvenidos a los días sin horas, a las jornadas sin tiempo, a la casas de puertas abiertas, a las casetas de El Puerto, esta casetas tan particulares como la de En compañía. Es tan particular nuestra caseta porque es la caseta de todos lo que vienen a quedarse. Tan particular como este Puerto tan nuestro. Tan único que deberíamos a aprender a cuidarlo y a quererlo.
Un Puerto Fino abierto con su corazón de pura cepa y que cierra con cerrojo doble las malas uvas. Y enciende las miradas mientras los ojos sueltan las chiribitas de las buenas uvas, las del vino fino que bien se sabe beber. Y no hacen falta titánicos prodigios de La Biblia para parar el sol, para parar el tiempo, o derribar con trompetas flamencas los altos muros de los corazones enrocados.
Alcemos la copa. Brindemos por esta fiesta que no tiene reglamento, porque lo único reglamentario es saber compartirla y paladear cada momento. Disfrutarla con talento, recibirla con simpatía.
Comprueben que estamos en lo cierto, el único mandamiento que nos dicta esta fiesta es saberla vivir y gozar En compañía en esta Feria de El Puerto… de El Puerto de Santa María. He dicho. Salud".
Magnifico y entrañable artículo, permíteme Francisco José Gallardo, que repita un párrafo emocionante del cual debemos aprender todos los que hemos nacido o nó en esta ciudad, dice así: "Bienvenidos a los días sin horas, a las jornadas sin tiempo, a las casas de puertas abiertas, a las casetas de El Puerto, estas casetas tan particulares como la de En compañía. Es tan particular nuestra caseta porque es la caseta de todos los que vienen a quedarse. Tan particular como este Puerto tan nuestro, tan único que deberíamos aprender a cuidarlo y a quererlo".
Gracias a José María por esta inserción. A todos los portuenses y a todos los que quieran venir a disfrutar de nuestra fiesta, Feliz Feria.
Por cierto, los de Canal Sur tienen estos días Canal Sur Radio Feria, pinchad aquí, con motivo de la Feria de El Puerto. Las 500 sevillanas más bailables, para oír y bailar en las casetas o en casa... http://www.rtva.es/portal_rtva/web/portada?id=2532