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4.591. Recordando a Muñoz Cuenca, Muñoli

Conocía a Antonio Muñoz Cuenca (1938-2015), desde las navidades de 1960, cuando regresaba de vacaciones a su casa de la calle Santa Clara, esquina con de la Rosa, donde vivía también mi hermano Manolo y mi cuñada Paca. Ha sido un verdadero mérito lo de ‘Muñoli’, que así es como lo llamamos, ya que con muchos esfuerzos y sacrificios hizo su carrera de magisterio, destacando sus conocimientos y pasión por la música.

En cuanto a su familia, doy fe que jamás ha mirado para otro lado, siempre ayudando y protegiendo a los suyos. Guardo un grato recuerdo de su madre, María Cuenca, mujer amable, excelente vecina y mejor persona y de su hermano Luis, ayudante de “Chicharito” en el Racing Club Portuense, fallecido prematuramente que supuso para Antonio una pérdida irreparable por el gran cariño que le profesaba.

He percibido siempre que su profundo arraigo porteño tiene mucho que ver con el cariño que sentía por los personajes en los relatos de sus novelas, como por las costumbres e idiosincrasia de la Ciudad que lo vio nacer.

Y, también, aunque no lo parezca, la fobia que tenía a los espacios con mucha afluencia de público. Digo esto porque en un Trofeo de los del Carranza, de los de antes, tuvimos que abandonar el Estadio a causa de que Antonio no soportaba tanta emoción y tampoco el bullicio del respetable.

De cualquier manera, de nuevo tengo que destacar la gran labor de las Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia, especialmente en tiempos difíciles y de verdadera necesidad, no sólo por lo que hizo por Antonio y por otros jóvenes de la época, sino también por la formación elemental y las prestaciones, especialmente las del comedor, que ofrecieron a los hijos de infinidades de familias necesitadas.

| Comedor del colegio SAFA, –el colegio en aquella fecha no era SAFA San Luis, era solamente SAFA o Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia, o vulgarmente conocido como “colegito” o “escuelita”– donde Antonio Muñoz Cuenca ejercería la práctica totalidad de su vida profesional como maestro de escuela, aunque se jubiló en la escuela pública como maestro en el Menesteo. ¿Cuanta hambre quitaron aquellos comedores a tantos y tantos niños de El Puerto. | Foto Colección V.G.L.

En mi caso, cómo he contado en otras ocasiones, desde que comencé la enseñanza primaria allá por el año 1956, siempre acudía al comedor. De todo ello guardo un grato recuerdo, pero sobre todo, como también había oído decir a ‘Muñoli’, de las clases que impartía el entrañable maestro, don Justo Pastor Janon. | Texto: Antonio Carbonell.

 

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