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4.897. La viñeta de Alberto Castrelo. En los mundos de Yupi

Ya llega Navidad, uno de mis momentos favoritos del año. Antes llegaba una vez pasado el puente de la Inmaculada, ahora llega pasado el Black Friday. Un viernes negro de consumo que entre que llega, se anuncia, se prepara y se vende nos tiene enredados todo noviembre. No hay un viernes más largo en todo el calendario. La magia del capitalismo consumista, oiga. Y por si alguno, en tres semanas de proclama no se ha enterado de las maravillosas ofertas, tranquilos luego viene el Cyber Monday. Será por vender.

Volviendo a la Navidad y sus tópicos: es momento de reencuentro, alegría, prosperidad y de compartir. Momento de reencuentro con todos aquellos familiares, amigos y conocidos que vuelven a casa por Navidad, a su Puerto, para celebrar la alegría de estar juntos un año más. Momento de compartir la prosperidad que más de cuatro han encontrado allende la cuesta del chorizo, Despeñaperros o los Pirineos; portuenses hay desde Tokyo hasta Canadá, por todos sitios.

Algunos por gusto, otros por obligación; la dignidad, la prosperidad y el progreso mandan, por mucho que uno quiera a su tierra.

A mis treinta y seis años he visto a la inmensa mayoría de mis amigos, familiares y conocidos salir para intentar labrarse un futuro, porque su tierra no es capaz de brindar otras oportunidades que no sean dentro del sector servicios y a qué precio para una gran mayoría; trabajando en negro, con condiciones precarias o bajo todo tipo de desvergüenzas laborales varias. Y digo desvergüenzas laborales no porque los trabajos sean dignos de valorar en esta escala, sino porque las condiciones que se ofrecen en muchos de ellos darían risa si no dieran pánico, asco y vergüenza.

Yo no tengo muy claro en qué mundo viven nuestros dirigentes ni qué realidad ven o quieren ver, pero desde luego la que se prodiga en redes sociales y prensa local parecen sacadas de los mundos de Yupi, donde todo es alegría y desenfreno.

Nuestra Ciudad es preciosa, está cargada de historia y de cosas buenas, pero reconozcámoslo: tenemos una suerte con nuestros gobernantes en una inmensa mayoría de ámbitos que no nos los merecemos. Y si no es con nuestros gobernantes, es con los amiguitos y amiguitas de nuestros gobernantes ocupando carguitos. Esto sí que son regalos, no los que dejarán sus majestades el próximo cinco de enero en nuestras casas.

Deseando estoy de contarle a mis amigos y conocidos cuando vuelvan a casa por Navidad, que vengan con más alegría que nunca y una botella preparada para brindar, porque se ha contemplado el proyecto de un puerto para grandes Yates de lujo en Valdelagrana, poniendo a El Puerto como destino turístico de primer orden.

Y aunque yo no tengo nada contra los yates ni el lujo, ni contra el propio proyecto del puerto —en otras circunstancias seria gloria—, me preocupa el cariz que estamos tomando de cuidar más al de fuera que al de dentro, de cuidar más la imagen que la esencia, el caparazón en vez del contenido.

De todas formas, por muy bien que me parezca a mí el proyecto seguro que hay algún derrotista, de los que lleva viviendo en Madrid desde que acabó la carrera para poder ejercer de lo suyo con un salario medio digno, que me pone pegas a esta gran idea.

Ya lo veréis, como si lo viera: «El turismo de primer orden, la ciudadanía de último…» «..Es que el Puerto debería tener industria..», «… Es que El Puerto no puede vivir solo del turismo», «…En vez de un puerto para yates, por qué no ponen sobre la mesa la industria pesquera para intentar reflotarla…», «…Cómo se nota que son del mismo partido, arrieritos somos y en el camino favorcitos nos haremos…», «Los portuenses nos vamos a quedar para camareros y recepcionistas, aunque seamos ingenieros…»

En fin, como ya todo es amor y alegría: ¡Feliz Navidad y próspero yate nuevo! | Viñeta y texto: Alberto Castrelo.

P.D. Perdón: año, año nuevo. Como que con tanta plétora y marketing se le olvida a uno en qué lugar está…

1 comentario en “4.897. La viñeta de Alberto Castrelo. En los mundos de Yupi

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