| Texto: J.M. Morillo-León.
Ignacio Bertrán Moreno (Granada, 1943), ha fallecido el pasado 1 de agosto a la edad de 79 años, en la enfermería de los Jesuitas de Salamanca, orden a la que perteneció durante 63 años, tras una larga enfermedad. Ingresó a los 14 años como novicio en los Jesuitas de El Puerto de Santa María (1959-1961). Aquí ejercería su labor como director en el Colegio San Luis Gonzaga durante cuatro años, donde todavía es recordado por quienes fueron sus discípulos. El hermano Ignacio se dedicó a la formación de alumnos en los colegios de la Compañía de Jesús. La educación y el deporte fueron el eje que marcaron más de cincuenta años una vida de vocación religiosa, lo que le permitió ser una persona conocida y querida y ser un referente para muchos de sus alumnos. Estaba licenciado en Pedagogía y en posesión de las diplomaturas de Filosofía y Psicología.
En El Puerto de Santa María dirigió un centro con 3.000 alumnos, donde continuó con otra de sus aficiones: el canto, ingresando en el Orfeón Portuense, con el que llegaría a actuar en el Parlamento Europeo y en Polonia. Luego sería destinado 11 años en Sevilla (1987-1998)y 14 años en Granada (1998-2012), para regresar con en 2014 al que fuera su primer destino en 1964, Málaga, cuando contaba con 21 años.
De su etapa en El Puerto lo recuerdan con aquellas clases de Filosofía en las que aparecía con un carro de supermercado repleto de libros de diversas editoriales. «--Sorteábamos los temas entre los alumnos y tenían que explicarlos en clase». O ese concurso de chistes filosóficos: quien más risas arrancaba del público sacaba más nota. «--No era partidario de la repetición memorística, al contrario, un convencido de la enseñanza por descubrimiento, no por clases magistrales», señalaba.
Hijo del ingeniero madrileño del ICAI (Universidad Pontificia de Comillas) Fernando Bertrán, destinado de temporalmente en Granada, los Jesuitas aparecieron pronto en su vida. «--Estudié en los maristas, pero me apunté a las congregaciones marianas de los jesuitas porque mi padre había estudiado con ellos. Allí íbamos a jugar al futbolín y a hacer excursiones. Allí veo a los jesuitas y sueño con ser jesuita».
Su madre, Carmen Moreno, le puso de nombre de pila Ignacio. «--Mi madre me lo puso porque quería un hijo jesuita», señala. Tenía 14 años cuando entró en el noviciado de El Puerto de Santa María y descubrió que existía el ministerio del hermano. «--Cuando San Ignacio funda la Compañía ve que para que los sacerdotes se puedan dedicar a sus ministerios sacramentales conviene que haya un cuerpo ligero de apoyo para las cosas temporales que somos los hermanos».
Ignacio Bertrán pasó gran parte de su vida como jesuita en el Colegio de San Estanislao de Kostka, en Málaga, en el que promocionó el club deportivo del de El Palo, que llegó a sumar con unos 50 equipos y una veintena de secciones deportivas. Tras su jubilación coordinó equipos deportivos jesuitas de Andalucía, Extremadura y Canarias
Bertrán fue uno de los impulsores de los juegos EMDE (Eusebio Millán Deporte Escolar). Eusebio Millán fue un escolapio que introdujo el baloncesto en España. Además, fue entrenador de balonmano, baloncesto, voleibol, y ejerció como árbitro en partidos de baloncesto.
Excelente persona y aún más, si cabe como profesor y maestro.