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El canal del ingeniero Pedro Delgado (1829) #5.667

Los proyectos frustrados para comunicar el Guadalete con el San Pedro (y 2) 

Canal de Pedro Delgado 1829

| Texto: Enrique Pérez Fernández 

Cuando se paralizó el efímero proyecto del conde de Trigona, de inmediato, en 1767, el Cabildo solicitó al Gobierno ayuda para remediar los peligros de la imperecedera barra del Guadalete. Con el fin de emitir un informe sobre el asunto, el Gobierno nombró al veterano brigadier del ejército Juan Manuel de Porres, que vivía retirado en Sanlúcar. Poco docto en ingeniería hidráulica, no supo más que recomendar, en junio de 1768, que la solución pasaba por evitar cruzar la barra y abrir el canal entre el Guadalete y el San Pedro que había proyectado el Gobernador de El Puerto don Berengario Trigona.  

| En la imagen de la izquierda, Jorge Juan y Santacilla (1713-1773) retratado por Rafael Tejeo. Museo Naval de Madrid.  

El informe de Porres pasó a manos más instruidas, las del célebre marino y científico don Jorge Juan, quien, ocupado en otros menesteres, en octubre de 1768 se limitó a informar, junto a principios generales de las causas de las formaciones de las barras, de la consabida necesidad de verter las aguas de un río al otro. El Consejo de Castilla aprobó su dictamen, pero nada más se hizo.

Debió de prever el Cabildo que el informe no llegaría a buen puerto pues mientras se esperaba la resolución del Gobierno al informe de don Jorge Juan, los munícipes encargaron al ingeniero Francisco Haedo un nuevo estudio, que tampoco se plasmó, en el que incidió en la apertura de un nuevo canal –desconocemos en qué lugar- de 40 varas de ancho (33 m) y emplear dos pontones y cuatro lanchones para limpiar la barra.

Así las cosas, la frustración ante los sucesivos proyectos no ejecutados conllevó que durante treinta años se abandonaran... Hasta 1799, cuando se retomó un nuevo plan bajo la dirección del ingeniero de la Armada Tomás Muñoz Calvera (quien levantó en Cádiz la muralla del Campo del Sur). Apostó por abrir un canal y “quitar el desagüe por donde actualmente lo tiene, y dejando su álveo o cama [cauce] para que solo lo bañase el agua del mar”; es decir, convertir la desembocadura del Guadalete en una ría.

Fernando Casado de Torres| Fernando Casado de Torres (1757-1829). Cuadro de Eusebio Zarza, Museo Naval de Madrid. 

Se sucedieron otros proyectos para cerrar el Guadalete y verter su caudal al San Pedro: en 1807 el del capitán del cuerpo de carabineros Gregorio Laguna; en 1809 –-en plena guerra contra los franceses-- otro auspiciado por el Gobernador de El Puerto, Pedro Regalado de Tineo, marqués de Casa Tremañes; y en 1810, el del ingeniero de la Armada Fernando Casado de Torres...  

Este reconocido ingeniero, además de aconsejar la necesidad de la consabida obra, formó una extensa memoria en la que incluyó un concienzudo estudio hidrológico del Guadalete. Calculó que la arena en la línea de costa entre las desembocaduras del Guadalete y San Pedro, en relación a la que tenía 21 años antes –según el conocido plano de Vicente Tofiño- había subido más de 10 pies (2,80 m), resultando que la línea de bajamar en 1789 era la de pleamar en 1810. Evaluó que entre ambos años se habían depositado en la boca del Guadalete 2.575 millones de varas cúbicas de arena, algo más de 8 varas3 por cada 20 días de duro Levante. Este era, ciertamente, el origen del problema de los bancos de arena de la barra del Guadalete.

Plano de la Bahía de Cádiz levantado por Vicente Tofiño en 1789. Biblioteca Nacional de España.

| Plano de la Bahía de Cádiz levantado por Vicente Tofiño en 1789. Biblioteca Nacional de España.  

Los proyectos de Pedro Delgado

Cuatro meses después de fallecer Casado de Torres, una Real Orden de 4 de junio de 1829 comisionó al ingeniero militar Pedro Delgado para realizar los estudios precisos encaminados a lo que ustedes, a esta altura, bien saben. En diciembre presentó la Memoria, en la que recogió dos proyectos, los más completos y ambiciosos de los realizados en las últimas seis décadas. Que eran dos proyectos alternativos en sus objetivos y presupuestos. Los plasmó en un plano --espléndido documento-- que se conserva en el Archivo Municipal.

En el primero, presupuestado en 4.530.371 reales de vellón, proponía cinco actuaciones complementarias dirigidas a rehabilitar la desembocadura del Guadalete –convertida en ría- y las infraestructuras portuarias. Las medidas más “livianas” eran dragar el río desde el puente de barcas de San Alejandro a la boca y sustituir el incómodo e indecente muelle de madera de la Pescadería por otro de piedra. Que se había construido en 1776, se reconstruyó en 1815 y no volvió a reformarse hasta 1840.

El muelle de la Pescadería en 1844. Litografía de Nicolas Chapuy.

| El muelle de la Pescadería en 1844. Litografía de Nicolas Chapuy. 
 

La tercera medida era “excavar lo necesario para la formación de una dársena a fin de proporcionar desahogo al puerto, capacidad a sus fondeaderos y careneros a las embarcaciones del tráfico.

La intervención más sorprendente sería cortar el curso del Guadalete “por la Tapa, en donde da principio la que llaman la calle larga” para que “las aguas vuelvan a tomar su antiguo cauce y salida al mar por el Salado de San Pedro”. Poco más de un siglo después de excavarse el gran canal de la ‘calle larga’ (3.800 m), Delgado tuvo la intención de revertir la obra para que el Guadalete se convirtiera en un brazo de mar, evitándose así la acumulación de sedimentos fluviales que el río arrastraba y depositaba en la boca.

Planta de la ‘calle larga’ y cierre del San Pedro en La Tapa, 1722. Ingeniero Ignacio Sala, copia de 1742. Archivo General de Simancas.

| Planta de la ‘calle larga’ y cierre del San Pedro en La Tapa, 1722. Ingeniero Ignacio Sala, copia de 1742. Archivo General de Simancas.    

La última y más importante actuación consistiría en excavar en la boca del Guadalete un canal delimitado con sólidos muros de cantería de dos cuerpos que atravesaría la barra “para mantener siempre franca la comunicación con la Bahía y sostener las arenas por la parte interior de la cortadura”. Los sedimentos extraídos de la draga y excavación se reutilizarían del modo que decía Pedro Delgado en su Memoria: “...con lo que resulte de la excavación [826 mil varas cúbicas] se rellenará y terraplenará [1.345.000 pies cúbicos de lodo] el brazo de la ría que conduce a la barra de su actual salida, que acabará de cegar el mar, formando una playa sin interrupción desde el fortín [de Santa Catalina] hasta la embocadura del San Pedro.

Plano de los proyectos de Pedro Delgado, 1829. Resaltamos la dársena en las arenas inmediatas a la calle Valdés (límite de la ciudad) y el canal excavado y limitado con cantería que habría de ser la nueva boca del Guadalete. | Archivo Municipal.

| Plano de los proyectos de Pedro Delgado, 1829. Resaltamos la dársena en las arenas inmediatas a la calle Valdés (límite de la ciudad) y el canal excavado y limitado con cantería que habría de ser la nueva boca del Guadalete. | Archivo Municipal.   

En el caso de que las autoridades decidiesen no actuar en la problemática barra del Guadalete, el segundo proyecto de Delgado proponía, como el conde de Trigona en 1766, otra gran obra hidráulica, consistente en la excavación de un canal frente a la calle Valdés que cruzase la marisma de Valdelagrana lindera al Coto de la Isleta y al camino de Puerto Real para darle salida al río San Pedro por las inmediaciones del puente de barcas. Tendría unos 2.100 metros. Estimaba que el costo de la obra, a ejecutar en un año, sería mucho más económico que el otro proyecto: 1.000.000 de reales.

En azul, el canal proyectado frente a la calle Valdés y la dársena y el puente de barcas del San Pedro (1779). En rojo, el camino de Puerto Real.

| En azul, el canal proyectado frente a la calle Valdés y la dársena y el puente de barcas del San Pedro (1779). En rojo, el camino de Puerto Real.  

| Espacio aproximado que ocuparía el canal de Pedro Delgado. Foto José Ignacio Delgado Poullet ‘Nani’, 2000. C.M.P.H. 

Recorrido del canal entre ambos ríos. A la derecha, en terrenos de la salina inmediatos al Coto de la Isleta el conde de Trigona proyectó en 1766 otro canal, con las bocas junto al puente del ferrocarril que cruza el Guadalete y el Tiro de Pichón.

| Recorrido del canal entre ambos ríos. A la derecha, en terrenos de la salina inmediatos al Coto de la Isleta el conde de Trigona proyectó en 1766 otro canal, con las bocas junto al puente del ferrocarril que cruza el Guadalete y el Tiro de Pichón. 

Los últimos planes para trasvasar las aguas del Guadalete al San Pedro se retomaron, finalmente, en tres ocasiones durante la década de 1850, a impulsos de una comisión que encabezó don José García del Palacio, quien, durante muchos años, desde la iniciativa privada y con proyectos del ingeniero don Martín Recarte, luchó incansablemente por mejorar el estado del Guadalete y sus infraestructuras portuarias. Con pocos resultados, por cierto.

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