Como un caso digno para el programa 'Cuarto Milenio' en esta foto multitudinaria de hace 50 años, aparece una falsa bandera de Andalucía, cuatro años antes de legalización, o un feriante que parece estar consultando una pantalla del móvil
| Texto: Francisco Andrés Gallardo | Foto: Rafa – Archivo Municipal
En la Feria de Primavera de 1973 de El Puerto de Santa María la bandera andaluza no estaba legalizada por entonces. Pero en las fotos de ese año parece adivinarse que se cuela una bandera autonómica en pleno franquismo. Hasta el advenimiento de las elecciones generales del 77 es cuando el ayuntamiento sevillano iza la arbonaida por primera vez desde la Guerra Civil y lo fueron secundando otras poblaciones.
Precisamente El Puerto no ve izada la enseña blanca y verde en su ayuntamiento hasta mayo del 77 y meses antes en Sanlúcar de Barrameda había convivido la recuperada bandera con la tradicionalista y la de Falange.
En 1973 en el real de la feria portuense, en Crevillet (cerca de la barriada donde ocho años después nacería Joaquín Sánchez), luce la bandera nacional y cerca de ella, en horizontal lo que parece la bandera andaluza. Pero no, es un kiosko de helados de la marca Frigo que adopta los futuros colores autonómicos.
Esta foto, fechada en 1973 en El Puerto, que está depositada en el Archivo Municipal, que ha recibido comentarios en las redes sociales donde se contempla también una pareja de chicas que parecerían viajeras en el tiempo. Un caso para el Cuarto Milenio de Íker Jiménez en Cuatro.
Son dos jóvenes que van de la mano, como si fueran pareja (probablemente serían primas), y que parecen esquivar al fotógrafo (Rafa Pérez, corresponsal por entonces de Diario de Cádiz) por haber sido sorprendidas.
Las 'viajeras en el tiempo' que señalan los comentarios de las redes apuntan a la joven del traje de flamenca morado, un color ahora reivindicativo, con girasoles a modo de lunares negro, de corte clásico, pero mucho más afortunado que otras batas y vestidos que se observan en otras feriantes. La joven flamenca, que lleva un collar oscuro, se oculta en una gorra de estilo militar de tiempos del Oeste con la que desea tapar su rostro ante el fotógrafo. A su lado y de la mano, una compañera que gira el rostro y con un atuendo más elegante y de más calidad que el resto de feriantes portuenses que aparecen en esta foto.
A la izquierda de las jóvenes, entre el barullo, aparece en segundo plano un individuo con un polo de color rojo que mira en su palma de su mano como si llevara la pantalla de un móvil, han venido comentado los que han mirado al detalle una fotografía.
Una foto con aparentes viajeros en el tiempo (no, no lo son; o no queremos creer que lo sean) y que llama la atención por su desbordante colorido entre el albero y por la diversidad de personajes que aparecen, cada uno en disposición diferente, como testimonio de sinceras festividades de otro tiempo donde el recorte de presupuesto del bolsillo se compensaba con mucha alegría, mucho paseo y poco gasto.