Corrían los años 60 y 70 del siglo pasado. Por entonces El Puerto no era todavía segunda residencia de casi nadie y la especulación de los ladrillos no había alcanzado su paroxismo en nuestra Ciudad. Un hombre del Puerto hizo por los portuenses mucha más cosas que tantos y tantos políticos que han pasado por la Casa Consistorial, desde su puesto de empleado público: proporcionarles una vivienda digna cuando la Constitución que hoy nos lo ‘asegura’, todavía no estaba promulgada.
Con un apariencia espartana y humilde, pero con mucha constancia. Eso ocurría cuando El Puerto empezaba a expandirse y sus habitantes parecían escapados de lo antiguo: del casco histórico; cuando se abandonaban los partiditos y las casas de vecinos; cuando los cuartos de baños y las cocinas dejaban de ser compartidos; cuando se desertaba de las Casas Palacios compartimentadas en ‘soluciones habitacionales’; cuando la ilusión de toda pareja que se iba a casar se podía hacer realidad a un precio razonable; o cuando muchas familias numerosas ‘juntaban’ para comprar un piso de Rebollo...
Un piso del entonces Patronato Municipal de la Vivienda “Nuestra Señora de los Milagros” que, por inexplicables ajustes de cuentas de la transición desapareció para siempre, para dejar ese espacio en manos de los cuatreros que han venido haciendo imposible que un portuense normal pueda tener una casa –normal- a un precio razonable. Algo que se pudo haber solucionado durante el largísimo mandato de los independientes en la Ciudad y que, como muestra, solo ha dejado 54 viviendas, en diverso régimen, en los últimos 4 años, frente a las miles que construyó el extinto Patronato. Este que escribe no entiende de promociones inmobiliarias, ni de compraventas, ni de urbanizaciones, ni de desarrollo urbano, pero si sabe que una vez, durante muchos años, esto fue posible en El Puerto de la mano de la voluntad política y de la constancia de un señor con el que nuestra Ciudad estaba en deuda: D. Manuel Rebollo Laynez.
¿Podrá el título de Hijo Predilecto de la Ciudad, entregado el pasado abril recompensar tanta entrega y tanto acierto Parafraseando a otro alcalde que fue de El Puerto, Fernando T. de Ferry: ‘hay que oir del viejo el consejo’ y buscar como repoblar el centro con nuevas viviendas en el Gran Puerto y dar cumplida respuesta al mandato constitucional de la vivienda. D. Manuel seguro que, como emérito, hubiera estado encantado de compartir sus conocimientos que, por otro lado, no son ningún secreto. Ahora que D. Manuel nos ha dejado solo queda que la Plaza Manuel Rebollo, situada entre las Urbanizaciones El Ancla y el Naranjal, sea rotulada e inaugurada en presencia de su familia y sus amigos, para el recuerdo de a cuantos hiciera tanto bien y para que sus hijos y nietos puedan sentarse en la Plaza y recrearse en “lo bueno que era el abuelo”.
La fotografía está tomada en abril de este año en “Un Alto en el Camino”, pocos días antes de recibir el título de Hijo Predilecto de la Ciudad de El Puerto de Santa María.
ha sido escaso el reconocimiento que el puerto ha tenido con el Sr.MANUEL REBOLLO LAINEZ
Que Dios te tenga en su gloria, amigo mio.
He tenido la inmensa suerte de conocer y estar presente en muchas conversaciones de Manuel con mi tio y mi padre, yo tengo sólo 45 años, imaginad que os hablo cuando tendría 10 ó 12, pero a Manuel se le entendía, tan sólo deseaba el BIEN de las personas y de las familias Portuenses, no utilizaba "tecnicismos" ni "política barata", me uno a Manolo Sánchez, eso si que es una verdad como un Templo.
Necesitamos muchos Manueles y menos siglas y payasos.
El reclamo publicitario relacionado con el sector inmobiliario más famoso de la historia:
DÉJATE DE ROLLO Y VE A VER A REBOLLO
Era la frase que se le respondía a todo el que buscaba piso.
MADRE MIA!!!!!! QUIEN NO TIENE A DIA DE HOY UN PISO PATROCINADO POR ESE BUEN HOMBRE!!! MIS PADRES TIENEN UNO.
No solo fue una equivocación considerable la anulación del Patronato Municipal de Vivienda “Nuestra Señora de los Milagros”, sino también prescindir de los conocimientos de Manolo Rebollo.
Es una pena que personas como esta hayan tan pocas.
MANUEL REBOLLO, PRIVILEGIO Y HONOR.
Ser parte de la historia reciente de El Puerto es un privilegio que pocos portuenses pueden alcanzar. Su mérito: erradicar mucha infravivienda en El Puerto de los 60 y 70, y proporcionarle a muchos portuenses, un piso digno: un piso de Rebollo, que era como se conocían las soluciones habitacionales del Patronato de la Vivienda de los Milagros. Privilegio y Honor. En el caso de D. Manuel Rebollo --llámame Manolo, por favor-- ha llegado a tener diversos honores a lo largo de su vida de trabajador. Y como en su vida lo único que hizo fue trabajar honradamente, le distinguieron con la Cruz del Mérito al Trabajo. Como fue un hijo especial para El Puerto, el pasado abril le entregaron en sesión extraordinaria y solemne el título de Hijo Predilecto de la Ciudad. Como era un hombre muy querido, mucho, mucho, ayer estaba la Prioral a rebosar, por quienes querían despedirse de él en el multitudinario sepelio celebrado en su honor. A partir de ahora, su mujer, sus hijos, sus nietos, su familia más cercana podrán recordar al abuelo, al padre, al tío, en el Parque Manuel Rebollo Laynez situado en las inmediaciones de las Urbanizaciones El Ancla y el Naranjal, pendiente de rotular aún por el Excmo. Ayuntamiento. Se quedó D. Manuel con esas ganas: pasear por sus senderos, sentarse en alguno de sus bancos, adivinar que flora y fauna se alojan allí… Seguro que, cuando en breve se realice el acto formal de inauguración de dicho espacio, todos celebraremos, una vez más, la labor de este ciudadano especial que impulsó la construcción de más de 3.000 viviendas para los más necesitados, en momentos difíciles. Descanse en paz.
JOSÉ MARÍA MORILLO.
Diario de Cádiz. 23 de agosto de 2008.