1928.
El año de su nacimiento, 1928, era alcalde de El Puerto, Alfonso Sancho y Mateos. Ese año era refundada la Hermandad del Nazareno, que empezó su desfile procesional a las 3 de la madrugada la noche del jueves al viernes. Pedro Muñoz Seca estrenaba ocho obras de teatro, entre ellas ‘El Teniente de Alcalde de Zalamea’. El 10 de febrero de dicho año se fundaba el Racing Football Club de El Puerto, celebrándose los primeros encuentros en la Plaza del Polvorista.| En la fotografía el Racing en la Plaza del Polvorista, con la portería ante la puerta del antiguo Ayuntamiento. Hay dos González, uno es el 3º y el otro el 5º por la izquierda; el primero era José González Noval, hermano del presidente, y el otro Vicente González Bruzón. | Foto Colección Vicente González Lechuga.
El maestro Antonio de la Torre González era aquel año Secretario de la Sección Juvenil de la Cruz Roja de Medina Sidonia. El 2 de abril de ese año era nombrado Hijo Adoptivo el benefactor local Elías Ahuja y Andria. Antonio Cruzón Moreno, patrón del Vapor ‘Cádiz’ se cayó al agua desde el cantil del muelle a primeros de junio. Nacían en Cuba, el banderillero Paco Cossío ‘el Mejicano’ o ‘el Escayolista’, el barman Enrique Garrucho Laural, el malagueño afincado en El Puerto José Vicente Macías Fernández y el enfermero Urbano Gauna Perez de Mendiola.
Volviendo a nuestro protagonista, se puede decir que fue uno de los grandes guitarristas de esta tierra de los años cincuenta. Su primer profesor de Guitarra, fue el jerezano Rafael Águila Aranda, (1900-1976), que fue maestro de la gran mayoría de los guitarristas nacidos en la provincia a partir de los años veinte del pasado siglo. Roberto estuvo dando clase con Águila durante varios meses en los años cuarenta. Según Joaquín Albaiceta, fue un alumno muy aventajado con una gran técnica como guitarrista. Creo que también tomó clases de guitarra con José Capinetti Rodríguez (San Fernando, 1878 - Cádiz, 1952), que fue alumno del maestro Patiño. Con Capinetti estuvo muy poco tiempo. También conoció en Cádiz al ‘Niño de los Rizos’ y a otros tocaores de aquellos años. El guitarrista que más le influyó fue el ‘Niño Ricardo’. Según Joaquín Albaiceta, Roberto Iglesias lo conoció en los años cincuenta cuando actuaba en el Teatro Principal. Este genial guitarrista fue su ídolo.
| En la fotografía, el desaparecido Teatro Principal.
Los que lo conocieron bien, decían de él que cuando veníaa una compañía de flamenco al teatro Principal de El Puerto, al Cine Macario o a algunas de las salas que daban espectáculos en aquellos años, Roberto solía presentarse a los guitarristas que venían en dicha agrupación y siempre había profesionales amables que le atendían y le daban algunos consejos y orientaciones sobre el modo de tocar la guitarra e incluso le enseñaban falsetas.
Comunicándome con cantaores bailaores y guitarristas portuenses que le conocieron como: Joaquín Albaiceta, Joaquín Albert, Antonio Villar, Antonio Núñez, Juan Güelfo, Jose “El Capacha”, Guilloto, José “El Mono”, Luis Panete, Ramón “Orillo”, Rafael “El Gitano”, Jose Cortés “Panseco, Paco Navarro, El Chano, hermano de Luis Panete, Miguel Villar, Luis Gatica, El Gitano de Bronce, José “El Negro”, Alonso “El Cepillo”, Paco “El Monga”, Manolo Anzonini, Rafael “Vargas”, Fernando Gatica, entre otros y muchos aficionado de esta zona que le conocieron y nos harían falta cinco folios para relacionar sus nombres, podemos asegurar que todos coincidían en decir que fue un adelantado a su tiempo como intérprete de la guitarra.
| Dos estupendos guitarristas portuenses de los años 60 y 80 del pasado siglo: Joaquín Albert y Antonio Núñez.
Joaquín Albaiceta, lo trató bastante y nos dijo que era una persona muy disciplinada y si se hubiera dedicado más a la guitarra, podría haber llegado a cotas muy altas, porque era un tocaor muy técnico. Acompañó con su guitarra, a muchos cantaores, entre ellos a Manolo Anzonini, Luis Gatica. José Matiola, “El Mono”, Pansequito, Ramón Orillo, Fernando Gatica, Fernando Terremoto, Manuel “El Sordera”, Manuel Agujeta, Diamante Negro, El Beni de Cadiz, Chano Lobato, La Perla de Cadiz, La Paquera de Jerez, Pericón de Cadiz, Aurelio Sellés y Manuel de los Santos Gallardo “Viejo Agujeta”, buen amigo que para mí fue uno de los mejores cantaores que han salido de Jerez. Había que escucharlo cantar cuando tenía cincuenta y tantos años de edad, ya afectado por la silicosis.
| De izquierda a derecha: Salvador Navarro Marquina , Miguel Sibón Pantoja, Manuel Julbes Cuellar, Aurelio Sellés Nomdedeu, Juan Vargas (cantaor y propietario de la Venta de Vargas) y con la copa de vino en la mano José Brea “Breíta”. Más a la derecha y al fondo está Rafael de Jerez (tocaor de guitarra).
Jose Breíta, organizaba reuniones flamencas en los años cincuenta y sesenta en su casa de calle Capillera, donde solía llamar a Roberto Iglesias para que acompañara a los cantaores que solía traer a su finca. También lo llamaban muchos bodegueros e industriales de aquellos años en los que vivió y asistió a reuniones de aficionados cabales. Estuvo en fiestas flamencas con el que fue jefe de estación Emilio Bootello. En la casa de la viuda de Fernando Terry, con el Sordera de Jerez, y con un gran aficionado como fue Antonio Orellana, que se dedicaba al transporte y tenía en la calle de las Cruces una calería, como le llamábamos antes a los establecimiento que vendían cal y materiales para la construcción.
| La infanta Margarita de Borbón y su esposo, el Dr. Zurita
Margarita de Borbón
Me comentó mi compadre Luis Gatica, que estuvo con Roberto Iglesias y con Anzonini, en una fiesta de la infanta Margarita de Borbón, concretamente, en la puesta de largo de una hija de ésta. Luis Gatica, en aquellos años sesenta se relacionó mucho con Roberto en fiestas flamencas que se celebraban en casas de familias con estatus social elevado o acomodado.
| Juanito Valderrama
Actuó en muchas ocasiones en teatros de la provincia de Cádiz. Conoció a Juan Valderrama en los años sesenta en una de las tantas ocasiones en las que este artista visitaba con su compañía nuestra ciudad. Valderrama le propuso recorrer durante un año en una gira toda España y Marruecos, pero Roberto rechazó la oferta.
Para este hombre lo primero era su mujer y su puesto de trabajo fijo en la bodega de Cuvillo y después la guitarra. Fue en la compañía local de Manolo Carrillo en muchas ocasiones, hay programas de mano que lo anuncian y lo calificaban como concertista de guitarra. Tuvo muy pocos alumnos porque no le gustaba la enseñanza. Que yo recuerde estuvo dándole clase de guitarra flamenca a un guitarrista norteamericano músico de blues y Jazz, que era marine en los años sesenta en la Base de Rota. Como era lógico en aquellos tiempos, nos decían el nombre de este americano en inglés y no estábamos tan preparados como estamos hoy para este idioma.
| Actúan Roberto Iglesias, a la izquierda con la guitarra y sin aparecer su cara, Luis Gatica en el centro, y Manolo Anzonini a la derecha, año 1959.
Yo tuve el placer de comunicarme en numerosas ocasiones con Roberto Iglesias a través de amigos comunes como: Ramón Orillo, José Matiola “El Mono”, Luis Gatica, José “El Capacha” y el inolvidable artista portuense Fernando Gatica. Grabó acompañando a Ramón Orillo en cantes por alboreá, para el libro del francés Pierre Lefranc en los años sesenta. Este audio está seleccionado en Historias del Flamenco “Testimonios Flamencos nº 29. Selección y Dirección Artística: Luis Soler Guevara y Ramón Soler Díaz. Posiblemente podrá haber algún audio de alguna fiesta en la que actuara para algún acaudalado de aquella época. Roberto fue una persona que no toleraba bromas de mal gusto o malas acciones a los artistas que actuaban en las fiestas con él, cuando veía cualquier detalle feo, solía coger su guitarra y marchase para casa.
| Piedad y Roberto Iglesias en el centro, a la izquierda, Juana Cortés, y a la derecha, su hermana Dolores.
Se casó en 1953 en la Parroquia de Nuestra Señora de los Milagros con Piedad Trujillo Sánchez de cuya unión no hubo descendencia. Yo recuerdo a Roberto, viviendo en la calle San Sebastián, en la barriada de los Maestros, como se la conocía en los años cincuenta. Me vienen a la memoria aquellos años y me veo jugando a la pelota junto a su piso y Roberto dirigiéndose a mí me dijo: “--Antonio no juegues a la pelota junto a mi dormitorio que no me dejas dormir la siesta”. Yo nací en la calle Capillera, junto a la barriada donde vivía Roberto. En aquellos años les teníamos un gran respeto a nuestros mayores.
A Piedad y a Roberto le gustaban mucho los niños y siempre tenía en su casa a Juana y Dolores Cortés Jiménez, hermanas del cantaor Pansequito, solía sacarlas de paseo en aquellos años sesenta como podéis comprobar en la foto. Juana, fue esposa de Salvador Cortés y Dolores, quedó viuda del cantaor Diego Gálvez. Fueron vecinos en la calle Valdés, muy cerca de donde perdió la vida nuestro protagonista. En esta casa nació y se bautizó el guitarrista José Cortés “Pansequito El Pocholo” hijo del cantaor flamenco Pansequito del Puerto. Echamos un buen ratito aquella noche flamenca de los sesenta, creo recordar que con Paco “El Monga”, Luis “Panete”, Antonio Miranda, que fue presidente del RC Portuense, y muchos más que no recuerdo muy bien pues han pasado muchos años. En esa fecha tendría yo dieciséis años.
Roberto, como hemos dicho anteriormente, trabajó en la bodega de Cuvillo, durante los años cincuenta y hasta el setenta y tres. Estaba muy enamorado de Piedad su mujer, que era muy guapa y levantaba miradas donde quiera que iba.
| Antonio Cristo, autor del texto, con Joaquín Camacho que socorrió a Roberto y fue testigo del accidente que acabó con su vida, en los estudios de Radio Puerto.
Trágico y fatal accidente
Roberto Iglesias tuvo una trágica muerte. Puede parecer que todos los seres humanos tenemos nuestro destino donde menos esperamos y él la tuvo en la salida de su trabajo, un 15 de Enero de 1973. Nos contó el accidente Joaquín Camacho Graván: “--Salíamos por la tarde del trabajo en la bodega de Cuvillo, en la calle Valdés, enfrente de la bodega del 501. Un compañero del trabajo salía con una moto marca Lambreta y sacó parte de la rueda delantera fuera de la acera, tomando parte de la calzada y un coche que venía en esta dirección golpeó la moto con la mala fortuna que se impactó en el cuerpo de Roberto, lo llevamos a la Clínica del Dr. Frontela, en un coche Simca 1000 de aquella época, pero no pudieron socorrerle, porque llegó sin vida el pobre Roberto”.
Me comentó Joaquín que, estando en dicho Hospital, un familiar le comunicó que su mujer estaba de parto, así que con la camisa ensangrentada por el accidente estuvo en el parto de su hijo primogénito. Cosas curiosas que suelen suceder a lo largo de esta vida. Gracias amigo Joaquín por comentarme aquellos momentos que no son agradables recordarlos. Doy las gracias a todos los colaboradores que han aportado datos para esta biografía. |Texto: Antonio Cristo Ruiz. |Agradecimiento especial a Ana Becerra Fabra.