José Luis Poullet Martínez nació en nuestra Ciudad el 25 de febrero de 1897. Estudió en el Colegio San Luis Gonzaga, continuando sus estudios en la Escuela de Náutica de Cádiz, donde finalizó los de Marina Mercante. Posteriormente se licenció en Ciencias Exactas, para luego dedicarse a la enseñanza, fundando su propio Centro de Estudios, la Academia Poullet, el único Centro Reconocido de Enseñanza Media en su época, y en el que aprobaban la Reválida todos los alumnos presentados por dicho Centro. Estuvo impartiendo clases desde 1922 hasta el mismo día de su fallecimiento, en noviembre de 1956, con 59 años. El centro continuó abierto por sus hijos hasta su cierre definitivo.
José Luis era hijo de un tonelero que trabajó en las Bodegas de Sancho. Accedió a estudiar en el Colegio de San Luis Gonzaga mediante beca, gracias al acuerdo alcanzado entre el Ayuntamiento y los Jesuitas. La calle existente entre la Plaza del Ave María y la Calle Valdés, -la calle Sierpes, que no tiene nada que ver con la actual Sierpes, junto al Mercado de Abastos- pasaba a propiedad de la Orden y a cambio se otorgaban plazas escolares gratuitas a alumnos con posibilidades pero en precarias condiciones económicas. (Foto Colección V.G.L.)
El Colegio de San Luis Gonzaga, en la Plaza del Ave María; a la izquierda de la fotografía se puede apreciar la calle Sierpes que desembocaba en Valdés, permutada con el Ayuntamiento.
Como hemos señalado, estudió para Marino Mercante, profesión que no pudo ejercer al quedarse sordo durante el parto de una de sus hijas, al salir a buscar a la matrona, el enfriamiento derivó en una otoesclerosis, que hoy habría tenido cura, pero en aquellos años. Tuvo ocho hijas con Ana Ramírez, natural de Bornos, y un hijo varón, José Luis, ya desaparecido, quien fue concejal de UCD en la primera corporación democrática en 1979. Pero volvamos a nuestro protagonista. Con la segunda licenciatura, la de Ciencias Exactas, empezó a dar clases en el Colegio de los Jesuitas donde había iniciado sus estudios, y al marcharse éstos durante la Segunda República y cerrarse el Colegio, abrió un Centro de Enseñanza Media, primero en la calle Pozuelo esquina Santa Lucía que, sobre 1933, se traslada a la calle de las Cruces numeraco primero como 86 y luego 76, recogiendo a los alumnos del centro clausurado. Dicho centro lo abre junto con Domingo Renedo Fernández de Villalba
Rafael Alberti, primero de la izquierda en la fila inferior, el primero por la derecha es José Luis Poullet, junto a otros alumnos en el Colegio San Luis Gonzaga. (Foto Colección V.G.L.)
La Academia Poullet preparaba a los alumnos para el Bachillerato, examinándose a continuación en el Instituto General Técnico, que a partir de 1940 se llamaría Instituto Padre Luis Coloma, en Jerez de la Frontera. Estalla la Guerra Incivil en nuestro país y José Luis sigue preparando alumnos, además de asignaturas técnicas en urbanidad, comportamiento, disciplina y educación. En 1938, siendo ministro de educación Pedro Sainz Rodríguez, se promulga una ley por la cual el Bachillerato durará siete años, el examen de reválida habrá de hacerse en el Instituto más cercano, es decir en Jerez, y el examen final en la Universidad de Sevilla, previo al acceso a la carrera universitaria, o sea, la Selectividad. Siempre caía un trozo de Latín de lo mismo: La Guerra de las Galias y un problema de matemáticas. Si se aprobaba, un tribunal de ocho catedráticos preguntaban sobre todas las asignaturas.
LA LETRA CON SANGRE ENTRA.
No hubo un alumno de aquellas fechas que suspendiera. La razón es bien sencilla, como vamos a ver. A las virtudes de buen preparador y la fama de que gozaba por el altísimo índice de aprobados en su centro hay que añadir un defecto. Don José Luis pegaba. Tenía un refinadísimo repertorio de castigos corporales aplicados, sobre la marcha, al indolente. Unido a que, quien iba a estudiar entonces, era porque tenía voluntad y capacidad para ello, independientemente de los medios, pues también existían becas para los menos pudientes. Dichas becas eran sufragadas por el propio Don José Luis. Nuestro profesor era sordo y gastaba un fuerte carácter. Era la costumbre de la época. Daba pellizcos en las piernas, golpes con la regla en los nudillos, y otras especialidades que recordarán quienes estudiaron con él. Bien es verdad que había que aguantar a una tropa en edad crítica por un profesor sordo que entendía a sus alumnos vocalizando. Existen muchas anécdotas vividas en unas aulas forradas de mapas del mundo. Una curiosidad era que se le daba la mano al entrar y al salir, cuatro veces al día, pues el horario era de 09:00 a 13:00 y de 15:00 a 18:00 horas, de lunes a sábado. El método de trabajo era: una hora de estudio y otra de clase. Se rezaban las preceptivas tres Ave María al entrar y el Ángelus a las 12 del mediodía en aquella España nacioanalcatolicista, aunque quienes le conocieron afirman que no lo hacía obligado, sino de acuerdo con sus creencias religiosas.
LOS PROFESORES.
Con el tiempo, la Academia Poullet llegó a ser el único Centro Reconocido de Enseñanza Media de El Puerto, con lo que los alumnos ya no tuvieron que desplazarse al instituto jerezano. Era condición que, entre sus docentes existieran al menos dos licenciados, como era el caso en las personas del propio Poullet, en Ciencias Exactas impartiendo matemáticas y Eligio Pastor Nimo, en Física y Química. Otros profesores fueron Hipólito Sancho Mayi, Filosofía; Luis Suárez Rodríguez, Literatura Española; Joaquín Calero, Lengua y Gramática Española; Guillermo Beltrán, Latín, había sido novicio de los Jesuitas y entre ellos hablaban el Latín con fluidez; la asignatura de Religión fue impartida por varios curas: Antonio Cía Moreno y Antonio Herrera, Párroco y Coadjutor, respectivamente, de la Prioral y por el Jesuita Pérez Agos. En la fotografía de la izquierda, Hipólito Sancho Mayi.
José Luis Poullet impartiendo clases en la Academia a Rosa Hernández, Concha Poullet, Isabel Martínez y Juana Bermúdez, quienes visten el característico guardapolvos o 'babi'. (Foto Colección V.G.L.)
ALUMNOS DE LA ACADEMIA POULLET
Por el centro pasaron como alumnos diversas personalidades de la vida local quienes, con los años ocuparon diferentes responsabilidades en el mundo de la empresa, la educación o la política, pertenecientes a la clase alta y media de El Puerto de entonces de El Puerto. También existieron las dos modalidades para acceder a estudiar en el Centro: de pago y becados por el propio Don José Luis, como ya hemos afirmado anteriormente. Podemos recordar una no muy larga lista de alumnos: Victor Unzueta Gabiola (abogado y también concejal de UCD en las primeras elecciones democráticas); Antonio Poullet del Río, sobrino de Don José Luis y quizás el alumno mas antiguo: lo fue tanto en la calle Pozuelo como en Cruces, hoy vive en Sevilla; Manuel Gago García (Director de Exportación de Terry), Joaquín Calero Muñoz (Catedrático de Física y Química del Instituto Santo Domingo, hijo del entonces Administrador de Aduanas del mismo nombre, quien por incompatibilidad tuvo que dimitir como alcalde de El Puerto que también fue durante la Explosión de Cádiz en 1947); Fernando T. de Terry Galarza (alcalde de El Puerto, bodeguero e impulsor de la industria del vinagre del marco) y sus hermanos Jaime, Carlos y José Manuel; José López Ruíz (Catedrático de Mátematicas del Instituto Santo Domingo y Profesor de la UNED) y sus hermanos Francisco y Luis (este último estuvo como lector de Español en universidades de Francia e Inglaterra); los Merellos Reynolds, Miguel, Roberto, José y Agustín (médicos y abogados de quienes hablaremos en otra nótula en su momento); los bodegueros Tomás Osborne Vázquez y Jaime Osborne Mcpherson, Eleuterio y Juan Manuel López Quevedo; Aúreo Sanz Mejías (hijo del Comisario de Policía de la época); Serafín Alvarez-Campana Gaztelu, (abogado); José Luis Basurto Cisneros, “el maño” (famoso oculista que ejerció en Cádiz y en Ronda); Ricardo Velarde, Estanislao Jiménez González-Nandín (padre de Andrés Jiménez, director de Tele Puerto); Alfredo Campos Salas, José Ordoñez, José Vaca, Joaquín Galvez Vaca, hijo del constructor que murió en el llamativo accidente del camión que se quedó sin frenos, arriba de la calle San Juan y que produjo numerosas víctimas mortales en la década de los sesenta del siglo pasado...
Colegio Público de Educación Infantil y Primaria 'José Luis Poullet' denominado así en honor de nuestro protagonista, en Avenida Menesteo, 9.
Pero no solo se educaron en el centro la clase alta, sino que también eran atendidos alumnos de todas las extraccione sociales pues nuestgro profesor no era clasista: el hijo del carbonero, del tonelero, del arrumbador o del marinero que tenía aptitudes y actitudes, también encontró su banca en la Academia Poullet. Como también la tenían, en habitación aparte, un número reducido de alumnas que recibían la formación que allí se impartía. Podemos recordar a Manuela y Rosario Márquez Simeón, las hermanas de Juan Ignacio Varela Gilabert, María Teresa López de Quevedo o Magdalena Pérez, entre otras. Incluso, por las noches, Don José Luis daba clases a los marineros que se preparaban para la obtención de los títulos de Patrón de Pesca y Patrón de Cabotaje.