Manuel Ruiz-Cetrino Pérez de la Campa es un matemático y maestro que, aunque nacido en Córdoba en el año 1935, estuvo relacionado con nuestra Ciudad donde impartió clases entre 1955 y 1960, apenas con 20 años hasta los 25. Sus padres, Emiliano y Josefina, solo tuvieron ese hijo, al principio de la Guerra Civil, cuyo matrimonio se vio truncado por la contienda, lo que daría como consecuencia una infancia dura. Su inclinación por las matemáticas se manifestó a los 7 años de edad, ocupando en la escuela siempre el primer puesto en dicha materia, derivando su vocación por la enseñanza, en la cordobesa Escuela Normal de Magisterio, al no poder continuar estudios de licenciatura, aunque las matemáticas serían siempre su devoción.
Manuel tiene escrita una novela costumbrista cuya acción transcurre en El Puerto de Santa María, así como ensayos de matemáticas y un nuevo método para las reglas fundamentales: sumar, restar, multiplicar y dividir. Es miembro de la Real Sociedad Matemática Española. Jubilado, vive en la actualidad en Peñafiel (Valladolid).
El año del nacimiento de nuestro protagonista, 1935, fue enterrado en El Puerto Tomás Osborne y Guezala, Conde de Osborne quien se encontraba en posesión de este título pontificio desde junio de 1900. Estaba casado con Felícitas [sic] Vázquez, de cuyo matrimonio fueron sus hijos, Elisa, casada en abril de 1917 con el Marqués de la Candia; Enriqueta, María, casada en febrero de 1915 con José Gamero Cívico, Ignacio casado en abril de 1921 con Ana María Vázquez Torres), José Luis, casado con Ángeles Domecq, hija de la Marquesa viuda de Casa Domecq y Antonio.
Manuel Ruiz Cetrino, a la derecha, durante una interpretacion de 'El Divino Impaciente'
UNA NOVELA DE EL PUERTO.
El año de su nacimiento moría uno de los propietarios de Bodegas Osborne y quizás, casualidades de la vida, fue lo que le inspiró a escribir una novela cuya acción transcurre en El Puerto de Santa María, en el entorno del marco de producción de los vinos del Jerez-Xérès-Sherry.
LA VENDIMIA DE LA NAVAJA.
La trama de «La Vendimia de la Navaja» era de época, en la que podemos reconocer calles y paisajes de El Puerto. Una prostituta había sido brutalmente asesinada y sus restos abandonados. El maestro Tomás Alameda se interesará por este sobrecogedor caso que estremece a la población y que viene a unirse a la desaparición en extrañas circunstancias de un padre de familia al que se le imputa un importante robo. Con la España rural y las relaciones en una bodega al fondo, esta inédita novela escrita en 1960 por Manuel Ruiz-Cetrino transcurre en El Puerto de Santa María, ejemplo de una ciudad española que se despierta al desarrollismo con todos los fantasmas del pasado como guardianes. Ruiz-Cetrino era una joven promesa literaria a finales de los 50 pero su osadía creativa en unos tiempos muy complicados ahogaron su producción.
HISTORIA DE AMOR.
Además de en El Puerto, impartió clases en Málaga, Peñaranda de Bracamonte (Salamanca), Lugo y Peñafiel (Valladolid), donde reside ya jubilado. En nuestra Ciudad vivió una relación de amor imposible, que todavía recuerda, --permanece soltero-- y que le hizo abandonar El Puerto al que ha viajado, muchos años, después en varias ocasiones. Además estuvo un tiempo apartado de la docencia oficial, impartiendo clases particulares en su vivienda, en la calle Diego Niño. De aquel amor, prefiere que, aunque su otra protagonista ya no vive, la apasionada historia que vivieron permanezca en el anonimato.
AMIGO DE MIGUEL DELIBES.
Amigo del vallisoletano, Miguel Delibes, director del periódico El Norte de Castilla, con el que coincidió y con quien se carteaba, leyó un fragmento de ese manuscrito y le recomendó entonces que retocara algunos párrafos, demasiados duros para la época. Otro amigo censor, madrileño, que se guarda en el anonimato, incluso le aconsejó que ni siquiera se atreviera a hacerlo público. «La vendimia de la navaja» era una novela demasiado arriesgada para 1960, porque habla de la corrupción del régimen y su vinculación con las empresas más poderosas de cada comarca. Una pena, porque la vocación literaria de Ruiz Cetrino desapareció ante la frustración vivida entonces. Eso sí, Ruiz Cetrino colaboró con su nombre y con seudónimo en El Norte de Castilla y La Voz del Sur.
Faena de estiba de botas a un camión.
FRAGMENTO DE LA NOVELA.
«--Maestro ¿hace un chica?-- le espetó Pastrana, despertándole de sus pensamientos por la plaza de España.
Pastrana, el guardia municipal, iba de paisano y le llamaba desde la puerta de la Taberna Buhigas, en la calle Pagador.
--Ahora mismo se me hace tarde-, se disculpaba Tomás.
--Todavía tiene noche para meterse en su casa. Todo no va a ser leer y escuchar el parte, hombre-- invitaba el agente, con la mano en el ademán de pedirle que se acercara.
--Venga esa copa--, aceptó el maestro, aún aturdido por la narración del abogado desatado.
El sol se estaba emborronando por los perfiles de la Iglesia Prioral y una cigüeña planeaba por el cielo rojizo. Una primavera radiante se apoderaba del Puerto de Santa María, un vaho de los dioses africanos que churruscaba la piel de la ciudad. Una perezosa melancolía se acomodaba en el atardecer. La estampa de aquel cadáver en el melonar se agigantaba en los recuerdos del maestro cuando franqueaba la puerta del local de Buhigas». /A la izquierda un joven Manuel, en su etapa porteña.
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Esta obra narrativa, inédita hasta enero pasado, ha visto la luz en una tirada corta. Y es que Manuel, a sus 76 años, no ha querido que aquellos recuerdos novelados, pasaran al olvido.
Don Manuel, posiblemente sea uno de los personajes más conocido en la actualidad en tierras pucelanas, que no se distingue precisamente en su gusto por el reconocimiento y la consideración de sus paisanos. Estos días, aprovechando la invitación de una cadena de radio, he visitado Valladolid y me he encontrado de nuevo con Ruiz-Cetrino, profesor e investigador emérito, que en mi opinión, está tremendamente preocupado por la triste y complicada situación que atraviesa nuestra querida Cataluña. Si mi memoria no me falla, mientras escribo estas líneas, jamás lo vi tan disgustado y lo pude constatar en sus intervenciones como tertuliano en un extenso programa donde participamos, compartiendo posteriormente mesa y mantel y muchos recuerdos de nuestra Córdoba natal.
Acabo de ver que Ruiz-Cetrino aparece en la película La querida, que programa La 2 este jueves por la noche. Aparece en el reparto según la ficha de los periódicos. Qué hombre más versátil
¿Y Luis Suárez no nos aporta nada de sus vivencias con don Manuel? Seguro que ambos formarían una tertulia de primer orden
¿Dónde hay que firmar, Enrique, para recuperar la Hispanidad y para ese homenaje a don Manuel? Me parece una idea genial. Y además, que se cuente con el webmaster para el pregón de la Feria.
Se alzan voces de muchas partes que piden que a don Manuel lo nombren pregonero de los distintos eventos que se vaya a celebrar en la ciudad a partir de ahora. También, como no podía ser de otra manera, alguna voz opuesta. Genial. Mi propuesta, va más allá y es otro palo distinto. Pues, aprovechando estos dos días, antes de los comicios del próximo domingo, es que los distintos grupos políticos se impliquen en recuperar la fiestas del Día de la Raza o de la Hispanidad, es decir, el Día nacional del 12 de octubre. Sería magnifico que el próximo Gobierno local lo llevara a cabo y que don Manuel pudiera participar en los Juegos Florales y consiguiera la flor natural como premio. Ante la gran acogida que tendría el premio, sería acertado que, por razones de espacio, se entregue la flor en la Plaza del Castillo, junto al emblemático Castillo de San Marcos. De esa forma, acudiría todo el pueblo llano. Imaginaos la Banda de Música, Barcos de Guerra y don Manuel recibiendo los aplausos más que merecido. Apoteósico, sin duda. Por la tarde, ya más relajado, en las instalaciones del Club Náutico, con entrada libre, una conferencia sobre La Vendimia de la Navaja, su libro. Sería el acabose.
Cetrino, que no "cretino", como le dijo algún alumno desconsiderado. Fue un buen maestro tengo entendido. Pero creo que además es más buen escritor. Enhorabuena. Como pregonero, creo que hay mejores más cerca. En nuestro mismo Puerto. Me sé de alguno que haría buenos honores. ¿verdad, webmaster?
Cetrino, pregonero en Helo Libo ya!!!!
Que el señor Cetrino pregone la Feria del próximo año. Será mejor que el Romo de este año y sus rimas pareadas. Cetrino, pregonero!!!
Manolo, amante de este Gran Puerto, de sus costumbres, de sus habitantes y su gente, llevó a cabo una mención muy especial en la nótula de doña Fuencisla Herrera o Romero de Torres. Comentaba que: “He seguido con sumo interés tanto la narración que nos ilustra sobre la dura vida, tanto, de la Sra. de Villaralto, como la posterior de su bisnieta, la funcionaria artista Fuencisla…” Destacando al finalizar que: “...Que 150 años después de la primera edición de ese libro, aquellos textos vieran de nuevo la luz de la mano de su pretendida tataranieta, es un honor que a pocos está al alcance. A sus pies, Fuencisla”.
http://www.gentedelpuerto.com/2010/06/25/690-maria-fuencisla-herrera-o-romero-de-torres/
He leído el fragmento de la novela y es de categoría, mejor que tantos best sellers que intentan hacernos comprar casi a la fuerza. Muy bien, señor Cetrino (suena feo lo de "señor Cetrino", en fin). Gran escritor. Sí señor, y gran novela sobre El Puerto!!!
Ojalá hubiera portuenses que quisieran a esta ciudad como este hombre que vive tan lejos y que lleva a mi Puerto en el corazón... Valenzuela, te has columpiao bien, tío. ¿Tu eres de El Puerto?
Y este tío ¿quién c... es, qué ha hecho por El Puerto? Aquí sale cualquiera.
Ja, ja. Buen tipo Manolo. Es una institución en Peñafiel y diría que nos obliga a los vecinos a veranear en el Puerto. Nos canta canciones del carnaval y siempre está hablando de lo bien que se vive alli. Y he de reconocerlo. Como las tapas del Betis no he probado nada en mi vida. La carne mechada, la sangre ensebollá, las albondigas. Manolo y el Betis merecen dos monumentos. Ja, ja, ja
Tengo un buen contacto con Manuel a través de Facebook y conozco pocas personas con su lucidez. Espero conocerle en persona en nuestra ciudad
Manolo fue maestro de mi padre y me recordo muchas veces que todo lo que sabía de matemáticas de verdad se lo debía a él. No sabía lo de la novela. La compraré y me la leeré. Mi padre, si viviera, estaria encantado
Jo vaig conèixer Manolo en unes vacances a Almeria i sempre tenia al Port en la ment i en les seves paraules. Bon home, Manel. M'havia comentat el de la novel.la i li va marcar que per culpa de la censura no pot publicar de jove. Ens hem perdut un gran escriptor i el Port li deu un homenatge a un excel.lent mestre que ha portat el nom a tot Espanya. La seva novel val la pena llegir.
Conocí a Manolo en unas vacaciones en Almería y siempre tenía al Puerto en la mente y en sus palabras. Buen hombre, Manolo. Me había comentado lo de la novela y le marcó que por culpa de la censura no pudiera publicarla de joven. Amigos portuenses, nos hemos perdido a un gran escritor y el Puerto le debe un homenaje a un excelente maestro que ha llevado el nombre a toda España. Su novela merece la pena.