Se trata de langostinos más pequeños del tamaño habitual pero especialmente jugosos.
Los langostinos que se cogían en la desembocadura del río Guadalete, en la playa de Valdelagrana, en El Puerto de Santa María y los que se cogían incluso por la zona del Río San Pedro eran famosos por su calidad. El producto desapareció de las mesas porque la zona quedó esquilmada y luego se prohibió su pesca.
El restaurante Casa Eugenio Guadalete ha recuperado el espíritu de este producto y aunque, lógicamente, el establecimiento no los obtiene de la zona donde está prohibida su pesca, si logra encontrar piezas que recuperen el espíritu de estos langostinos que eran más pequeños de los habituales pero especialmente jugosos.
Dos generaciones. Los propietarios de Casa Eugenio Guadalete, padre e hijo.
Eugenio Espinosa Romero, que gestiona el establecimiento señala que “este marisco llegó a ser muy popular por aquí y por eso queremos recuperar al menos su espíritu”. De esta forma el restaurante trae langostinos capturados en la costa gaditana pero más pequeños, langostinos que recuerdan también a otro langostino singular que se da en la provincia y es el de los esteros, que se pueden encontrar en Chiclana entre los meses de agosto y septiembre. Eugenio señala que la temporada de este langostino se da entre junio y noviembre y “no siempre los tenemos, los pescadores sólo los encuentran en algunas ocasiones y nos lo traen porque saben que nosotros gustamos de recuperar estos productos tradicionales”.
El precio de los langostinos ya cocidos suele estar en torno a los 60 euros el kilo, por lo que la ración tiene un precio bastante asequible. De todos modos, Eugenio señala que el precio varía en función del mercado, por lo que no los tienen a un precio fijo. El restaurante suele trabajar mucho el pescado y el marisco de temporada. Así suelen tener también galeras de coral cuando es la época o quisquillas. El gerente del restaurante Guadalete señala que suelen tener los langostinos sobre todo los fines de semana “pero siempre es mejor llamar antes para comprobar que tenemos existencias”. (Texto y fotos: Pepe Monforte).
Más información de Casa Eugenio Guadalete en la nótula 414 de GdP.
Verdaderamente eran un manjar para el paladar, cuando yo era un niño, iba a Valdelagrana con mi padre, Pepe Romero (Romerijo) y empleados de nuestra firma (que eran y son como de la familia) a echar un boliche en la orilla de la playa, de madrugada, cuando el langostino y en general todos los animales marinos se acercaban para alimentarse. Que nostalgia de aquellos años, después de pelear mucho, sobre todo con los furtivos, efectivamente como dice Eugenio (intimo amigo de mi padre) los esquilmaron y desaparecieron, al igual que en la Barrosa y otras playas del litoral gaditano, que le vamos a hacer. Un beso a los dos.
FELICIDADES A LOS DOS EUGENIOS DE SU AMIGO., TIO OCHELE
Yo me acuerdo de esos langostinos, no se si aún habrá algunos. Recuerdo hace muchos años ibamos con un barquito que tenía Fosco, Pineda, etc. a pescar, creo se llamaba, al boliche y entraban muchos langostinos de esos en el copo junto con lenguados y muchos tipos de peces. El otro día cuando Nani puso lo de Aquellos veranos de Valdelagrana, que por cierto hoy lo repite en la Casa de los Leones, salía una foto de ese tipo de pesca.