"La idea surgió por preservar nuestra condición de familia salinera. Pensamos que la única forma de seguir en este campo es haciendo cosas diferentes y se nos ocurrió que lo bueno sería juntar en un mismo producto dos tesoros, el tesoro de las salinas, la flor de sal, la sal de más calidad, y unirla con oro comestible". La frase es de María de la O y Manuel Úbeda Rodríguez que, junto a su hermano, Juan José, han puesto en marcha en El Puerto de Santa María la empresa Goldsal, destinada a la elaboración de un condimento destinado al sector del gran lujo, la flor de sal con oro comestible.
El comienzo no ha podido ser mejor para estos hermanos, cuya familia explotó durante muchos años la famosa salina de La Tapa, en El Puerto de Santa María. Acaban de llegar de la feria Seafex de Dubai, un evento dedicado a los productos del mar y donde su flor de sal con oro ha logrado el premio al mejor nuevo producto y eso que todavía no pudieron presentar allí el tarro en el que van a presentar la sal.
Los hermanos Úbeda llevan ya trabajando un año y medio en este proyecto, aunque el hito fundamental se produjo hace un año cuando consiguieron patentarlo, una mezcla de flor de sal con pequeñísimos copos de oro comestible de 22 quilates. Cada grano es 10.000 veces más pequeño que un milímetro. La clave está en elegir el porcentaje en la mezcla entre sal y oro, aunque este dato lo mantienen en secreto ya que es una de las claves del producto.
Señalan que el oro no le aporta sabor a la sal, "sino brillo y evidentemente un toque de distinción. Es un producto destinado al sector del lujo". La flor de sal es la mejor sal que se produce en las salinas. Son pequeños cristales que se forman en la superficie de las salinas. La producción es muy pequeña. Manuel Úbeda resalta que "su sabor es diferente, por decirlo de una manera comprensible es menos salada que la sal común, tiene más matices".
Han escogido flor de sal de la Bahía de Cádiz. La segunda fase que han abordado, y lo han hecho ellos mismos, es la presentación del producto. Para ello han diseñado un tarro especial de cristal en forma de pirámide, recordando a las montañas de sal que se forman en las salinas. Para el cierre lleva un tapón dorado en forma también de pirámide.
El tarro se lo fabrican especialmente en Francia, mientras que el tapón se lo elaboran en Italia. El tapón cierra herméticamente, sin rosca y cada tarro llevara un sello elaborado por la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre para asegurar que el contenido es veraz y evitar imitaciones. Cada tarro irá numerado.
Ellos mismos han diseñado también el logotipo de la firma, un nenúfar de color dorado. Los nenúfares son flores que flotan en el agua. Lo han elegido por su similitud con la flor de sal "que también flota en las salinas", señala María de O Úbeda al explicar los detalles de su iniciativa.
Los cálculos de los hermanos Úbeda son que cada tarro de sal, con 100 gramos de producto, saldrá al mercado a un precio que estará sobre los 200 euros. Destacan que "nuestro mercado es el del lujo internacional, sitios como los Emiratos Árabes, Qatar, Japón, Estados Unidos... aunque lógicamente también lo venderemos en España".
"Igual que uno lleva un Rolex en la muñeca puede utilizar esta flor de sal para condimentar sus platos", destacan. Los potenciales clientes se centran en personas que quieran concederse este capricho o sorprender a sus amistades e incluso se puede vender como regalo para gourmets.
El otro campo en el que quieren trabajar es en el de los restaurantes de lujo. De hecho ya en la feria Seafex, en la que presentaron esta sal, mostró su interés por el producto el hotel Burj al Arab, uno de los más lujosos del mundo y situado en Dubai. También ha mostrado interés otro restaurante en Perú, un mercado emergente en la gastronomía.
Los hermanos Úbeda destacan igualmente la colaboración que están teniendo para su proyecto con la Cámara de Comercio de Cádiz, "que nos está ayudando mucho a obtener contactos internacionales", vitales para su futuro comercial. /Texto Pepe Monforte