Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. He visto burros desfilar apesadumbrados con serones cargados de arena por calles de chinos peluos. He visto afiladores que traían la música del viento y la súbita melancolía de un frustrado día de playa. He visto llegar la leche en lecheras gigantes, en botellas de cristal y en bolsas de plástico, y a abuelas hirviéndola. He visto a ancianos sonarse los mocos con un pañuelo de tela. He visto a mujeres jóvenes enlutadas de por vida y a hombres taciturnos con un botón negro cosido en la pechera de la camisa. /En la imagen, el arriero conduciendo una reata de burros cargados de arena camino de la calería, por la calle Ganado a la altura de los desaparecidos Ultramarinos de Diego Utrera y el Colegio La Merced.
He visto a niños jugando al fútbol con chapas. He visto escribir a máquina con papeles de calco. He visto gente hablando en una cabina telefónica con el pie por fuera por miedo a que se cerrara para siempre. He visto echar cartas en un buzón de correos. He visto darle cates a un televisor para estabilizar la imagen. He visto rebobinar una cinta de cassette con un bolígrafo Bic naranja escribe fino, Bic cristal escribe normal.
He visto niños echarle una peseta y luego un pulso a una máquina naranja atornillada a la pared para sacar bolas de chicle de colores. He visto mujeres vendiendo chucherías detrás de las rejas del cierro de su casa. He visto pañales de tela. He visto gente con la vacuna de la viruela tatuada en el brazo. He visto a hombres con gorra de plato que guardaban las llaves y los secretos de todas las puertas del barrio. He visto un isocarro con publicidad de Fino Quinta.
He visto pegar cromos con agua y harina. He visto libros forrados con papel de periódico. He visto a niños chicos tomar candies (huevo, azúcar y lingotazo de oloroso) y a niños grandes tomar un vaso de leche caliente antes de dormir. He visto llegar, con la regularidad ancestral con la que llegaban las cosechas, el tiempo de los bolis, el tiempo del trompo, el tiempo del clavo… He visto diteros con la oreja puesta detrás de una puerta que no se abría.
Gentes del porvenir, jóvenes de la diáspora y el tuit, yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Todas esas cosas se perdieron en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Lástima que algunas no hayan sobrevivido. ¿Pero quién sobrevive? /Texto: Pepe Mendoza.
Pepe, yo también lo he visto, algunas incluso contigo cuando vivías a la vuelta de casa de mis tatas en Crevillet y existía JuFra en la plaza del polvorista. Que nostalgia más grande.
Y la cantidad de bandas sonoras que le podemos poner cada uno de nosotros a todos estos recuerdos. Estupendo articulo Pepe
yo tambien vi esas cosas,y me acuerdo.no soy tan mayor.solo tengo 54.pero,como hemos cambiado.
La infancia es un territorio, la madurez un destino.
Joder que viejo soy
yo también lo he visto pepe estupendo articulo.
Macho me has hecho emocionar. Yo también he visto todas y cada una de esas cosas. Gracias por recordarmelas