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4.530. Ito Maraver Pérez. Una portuense imprescindible

La portuense Milagros Maraver Pérez, Ito, ya dejaba claro en una entrevista en marzo de 2006 en ‘El Puerto Información’ lo que siempre ha pensado y sigue pensando en su entrega constante por una sociedad mejor: luchar un día y otro también, con honradez y claridad, en estrecho contacto con las personas que sufren, con los excluidos, potenciando la prevención entre la gente joven, y sin olvidar la transversalidad y la coordinación de todas las luchas sociales. Las siguientes líneas nos introducen en su interesante vida.

«Todos la conocen por su entrega y bondad. Al igual que hace seis años se volcó con los campesinos de Panamá, hace ya 20 fue una de las fundadoras de ANDAD. Ito, como la conocen sus allegados, no dudó en poner su granito de arena para luchar contra una realidad todavía vigente hoy, la droga...». | Foto: El Puerto Información | 6 marzo 2006.

Infancia y juventud
Milagros Maraver Pérez vino al mundo el 1 de enero de 1953 en el primer piso de la casa n.º 25 de la calle Luna en El Puerto de Santa María. Aunque en realidad no ‘vino al mundo’, sino que ‘irrumpió’ decidida en él; pues cuentan que su madre Magdalena había estado celebrando la despedida del año 1952 y, sin saber cómo, la hija que tenía en su vientre, a las pocas horas del nuevo año, se asomó de pronto y se precipitó al suelo golpeándose la cabeza.

Su padre, Manuel Maraver Fernández, comerciante de profesión, al casarse en 1949 tenía una tienda de artículos de regalo, perfumería, lencería, muebles, etc., en el bajo de la casa de sus padres en el número 119 (107 actual) de la calle Larga. Su madre, Magdalena Pérez Sánchez, había estado trabajando como oficinista en el Ayuntamiento hasta que se casó y el matrimonio alquiló la casa de la calle Luna para formar una extensa familia.

En 1952 nació su primera hija a la que pondrían por nombre Magdalena ‘Mane’ como su madre y,  al año siguiente nacería nuestra protagonista, a la que bautizaron con el nombre de Milagros o Milagrito, como muchas  portuenses. En años sucesivos, Ito tendría siete hermanas y hermanos más: Manolo, María, Luís, Mari Carmen, Fernando, Rocío y Jaime.

| Ito con dos años y medio (sentada a la derecha), verano de 1955. Fuente: Familia Maraver Pérez.

Cuando Ito tuvo la edad de ir al colegio, lo hizo en Las Carmelitas --Sagrado Corazón-- de la calle Nevería, donde acudiría todas las mañanas cogida de la mano de su hermana mayor Mane. Pero esta escena no se pudo presenciar mucho tiempo, porque Ito sufrió un ataque epiléptico en la escuela y el médico de la familia de aquel entonces le prescribió una vida tranquila, sin sobresaltos y que no asistiera al colegio. Desde ese momento, Ito hará una vida casera y la maestra, Milagros Moresco, sería la que le daría clases particulares durante dos años. Al cabo de ese tiempo, como no tuvo más recaídas y ahora le atendía un nuevo médico con otra visión de la enfermedad, Ito volvió al colegio hasta que en el curso 1963/64 decidió emprender los estudios de Bachillerato.

Ito, primera de la izquierda, con su madre Magdalena, su padre Manuel y cinco hermanas y hermanos. Parque Calderón, Otoño de 1957. | Fuente: Familia Maraver Pérez.

En el año 1957, el padre compró una casa en la esquina de la calle Vicario y la plaza de España, enfrente de la Iglesia Mayor. Dicha finca fue rehabilitada y dedicada su planta alta a vivienda, a la que se trasladó la familia en 1965, y el bajo para uso comercial, en el que estableció otra tienda, esta más de souvenirs para los turistas, aunque se vendía casi de todo, y fue su madre quien, una vez que dio a luz a Jaime, su último hijo, en 1968, se encargaría personalmente de este negocio, mientras su esposo Manuel seguiría regentando el anterior.

| Casa esquina Vicario con plaza de España, frente a la Iglesia Mayor, donde estuvo la tienda de souvenirs y mercería de Maraver. | Foto: Google.

En junio de 1969 Ito terminó el 4º del Bachillerato Elemental y la reválida correspondiente en aquel plan de estudios. Pero no continuó con el Bachillerato Superior, y optó por hacer un Curso de Secretariado en el colegio de las Esclavas de la calle Misericordia, donde había una monja que de forma privada preparaba a las alumnas para que después se presentaran a los exámenes libremente. Así fue como Ito acudió a Madrid y aprobó el Curso de Secretariado. Corría el año 1970, tenía 17 años y su vida pronto iba a cambiar.

Cuando volvió de Madrid, Ito comenzó a trabajar en el comercio de su padre, y como en la tienda se vendían también productos de perfumería y cosmética, entre otras muchas cosas, y el padre era el concesionario exclusivo para El Puerto de la firma «Guerlain» de París, animó a Ito a que realizara unos cursos de esteticista en Madrid, impartidos por personal de dicha marca de cosméticos, para que se desenvolviera mejor en ese aspecto del negocio.

Así es cómo en periodos semanales y durante varios años consecutivos se convirtió en una «experta» en maquillaje y cosmética parisina, que luego le serviría cuando se dedicó años más tarde a trabajar con niñas y niños desfavorecidos.

|Ito en la Academia «Guerlain» (en primera fila, la tercera por la derecha). Fuente: Familia Maraver Pérez.

Comienza su entrega a los demás.
Ito fue educada en un colegio de religiosas pero además, en su casa se respiró siempre un ambiente de fe católica, que se reforzó en su caso con la convivencia más cercana e intensa con su madre Magdalena, quien le transmitió unos valores cristianos profundos, con su testimonio cotidiano de entrega, responsabilidad, ternura y austeridad. Esta concepción humanista de la fe cristiana ya estaba sembrada desde pequeña en su espíritu.

Las Carrales
Así es cómo, en un primer momento, en ella prendió el ejemplo de una amiga de la familia, persona carismática y peculiar, la ‘señorita Choni’.  Choni, Ascensión Lassaletta del Salto, que vivía en la calle Chanca y trabajaba en el Ayuntamiento, fue pionera, junto a una monja de las Esclavas y otras jóvenes, en la visita al barrio chabolista de Las Carrales para hacer allí un trabajo más bien de tipo caritativo. Quizá a este periodo pertenezca su fugaz participación como monitora en la especie de Grupo Scout que tenían las monjas, solo para niñas: las Montañeras.

Este poblado de pésimas condiciones socioeconómicas, de mayoría gitana, al otro lado de la vía del tren de Rota, situado donde ahora se ha construido la barriada de Los Frailes, fue el lugar donde Ito comenzó su andadura en la vida solidaria que le ha caracterizado desde entonces. Estando allí, en la escuelita que la Parroquia de San Joaquín tenía en Las Carrales, y en compañía de Choni y del resto de personas que se volcaban desde la fe hacia los demás, Ito va a encontrar una nueva visión del trabajo con los necesitados y desfavorecidos.

| Las Carrales y edificio del antiguo matadero, marzo de 1970.  | Foto: Archivo Municipal.

‘Los curas obreros’
Me estoy refiriendo a la llegada a El Puerto, en el verano de 1970, de tres curas que conformarán una nueva parroquia, al principio sin templo, que se llamará ‘San José Obrero’, y que traían los nuevos aires de renovación que se respiraba en un sector de la Iglesia católica, después del Concilio Vaticano II. Son los conocidos como ‘curas obreros’, y que la derecha los tildará despectivamente de ‘curas rojos’.

Estos sacerdotes comenzaron un trabajo de base, comunitario, participativo, yendo a donde estaban los problemas sociales más acuciantes, y así es como se interesaron por Las Carrales y como conocieron a Ito, a la que de verdad transformaron su visión de ayudar al prójimo, abandonando la pura caridad y realizando un más comprometido trabajo social desde la fe.

Muchos años después, Ito declaraba que «aunque la presencia de Dios hecha búsqueda estaba presente en mi vida anteriormente, es en agosto de 1970, cuando en Las Carrales conocí a los curas [obreros], el momento en que experimenté la primera llamada de Jesús»… «Esta llamada me llevó a descubrir al Dios de los pobres y desde un primer momento la viví con mucha pasión». Esta llamada, escribía, era una experiencia de amor, pero el lugar donde la percibía era en el seno del pueblo, en la clase obrera, desde su explotación, empobrecimiento, dolor... y decía que de ahí nacía un anhelo de formar parte de ese pueblo, compartiendo su realidad y sus sueños. Pero nada de todo esto sería posible sin su Comunidad Parroquial, aquel primer núcleo de personas que descubrieron, compartieron y maduraron con ella la fe y la llamada de Jesús. Para Ito, como ha quedado demostrado durante años, «mi fe y mi comunidad es algo que no puedo separar de ningún modo».

| Parroquia San José Obrero. | Foto: Google.

San José Obrero
Así que 1971 puede ser una fecha aproximada en la que Ito Maraver se vinculó a la parroquia de San José Obrero en uno de los grupos de adultos que se reunían al principio en un bajo de la Barriada de Los Milagros. Una de sus primeras responsabilidades será dinamizar en El Puerto el ‘Movimiento Junior’, un movimiento de Acción Católica para niños, niñas y adolescentes cuya misión era formarlos con un visión evangelizadora.

Sin embargo, Ito no estuvo mucho tiempo dedicada a esta labor, pues este movimiento no entraba en los principios ideológicos y organizativos de los curas de la nueva parroquia, más proclives a la transversalidad de las llamadas ‘comunidades de base’, que se habían extendido y popularizado por Latinoamérica, y donde no se sectorializaba la acción evangelizadora por edades, ocupaciones u otra variable.

De forma paralela, Ito siguió ayudando en su casa y ejerciendo de hermana mayor en aquellos tiempos, pues Mane estaba fuera estudiando el Pre Universitario, y además cuidando de su abuela paterna. Y especialmente, cuando su madre enfermó y estuvo hospitalizada, se encargó, junto al resto de sus hermanas y hermanos, de cuidar de los más pequeños de la casa.  Sería en este momento de intensa acción parroquial cuando Ito decidió terminar los estudios, aprobando el bachillerato superior y el COU, en septiembre de 1977.

Sus años de madurez y compromiso social
Un año después de acabar sus estudios, en octubre de 1978, Ito emprendió una nueva actividad junto a un grupo de amigos y amigas que se relacionaban en el seno del grupo de ‘marginados’ de la comunidad de la parroquia de San José Obrero a la que pertenecía: la constitución del grupo Escuela de Cultura Popular. Se conformó al margen de la Parroquia, y como grupo juvenil independiente, pues salvo ella, que ya tenía los 25 años y era la más veterana, todos tenían entre 18 y 20 años, estaban parados y casi sin formación académica alguna. Pronto, su amplia actividad independiente de partidos y sindicatos no pasará desapercibida y destacará en el ambiente sociopolítico portuense de aquellos primeros años de la Transición.

Escuela de Cultura Popular
El colectivo se reunía al principio diariamente, todas las tardes de lunes a viernes, en el local que tenía la Asociación de Vecinos ‘San José Obrero’ en la avenida de la Diputación (Pinillo Chico). Allí comenzaron a dar clases de historia, de sexualidad, de literatura, política y movimiento sindical a jóvenes y adultos del barrio. Para ello buscaban a profesores y personas que pudieran impartir las clases, como Tina Aguinaco de Literatura o compañeros anarcosindicalistas de Jerez para ilustrar sobre sindicalismo, entre otros muchos.

 

| Presentación del libro en el que está basada esta nótula. Ito Maraver con integrantes del colectivo 'Las Tres Rosas'. | Foto: Fernández Hortelano

Grupo de Alfabetización de Mujeres Mayores
En este contexto y como una actividad paralela, Ito Maraver se hizo cargo del grupo de alfabetización de mujeres mayores, una de las experiencias pioneras de este tipo en El Puerto, y más aún por estar dirigida a las mujeres. Andando el tiempo, la Escuela de Cultura Popular llegaría a conseguir en un local más amplio de la plaza de la Barriada ‘Luis Caballero’, una biblioteca con más de 2.000 volúmenes al servicio de las vecinas y vecinos.

La Escuela de Cultura Popular también se involucró ampliamente en el ámbito de las luchas obreras en estos primeros años de la Transición, especialmente en la celebración del 1º de mayo, en coordinación con las Asociaciones de Vecinos y Asociaciones de Padres y madres de las barriadas vecinas, así como con colectivos más combativos como el Grupo de Parados en Lucha o el Grupo de Acción Popular ‘Barrio Obrero’.

Fueron meses de una gran actividad. Fue la primera presidenta de la Casa de la Juventud en El Puerto, trabajó en la residencia de niños abandonados y huérfanos que la Diputación Provincial tenía en el pago ‘El Madrugador’, por la carretera de El Portal, y más tarde fue contratada en la guardería infantil ‘La Sirenita’ --hoy convertida en Escuela Infantil-- en la calle Retama, en la barriada de El Tejar, donde trabajó como cuidadora de niños durante más de 4 años.

A mediados de la década de 1980, Ito va a dar un paso más, y más decisivo, en su compromiso y conseguirá una mayor coherencia en las ideas que profesaba. No solo abandonó el domicilio familiar y compartió en la barriada de los Frailes, donde sigue viviendo en la actualidad, un proyecto de vida más cooperativo y comunitario, sino que en torno a 1984 Ito se planteó llevar una vida consagrada a Dios, renunciar a beneficios materiales y vivir intensa y coherentemente mediante una verdadera Fraternidad religiosa y cristiana basada en la entrega a los demás.

Al principio, esa Fraternidad la integraban, además de Ito, Isabel Muñoz, una ATS --practicante, se decía entonces-- que trabajaba en el Hospital, e Inmaculada Palomino. Isabel será la primera que marchará a Panamá y abrirá el camino misionero dentro de la Comunidad de San José Obrero y de la Fraternidad que compartía con Ito.

 

| Carlos de Focauld

La espiritualidad del francés Carlos de Foucauld y de la congregación que creó de hermanos y hermanas laicas del Sagrado Corazón, es la que le inspiraba en su vida consagrada, y ello es lo que le movió a pedir, ante la Consejería de Trabajo y Seguridad Social de la Junta, una excedencia voluntaria en su trabajo de la Guardería en septiembre de 1985. Abandonó la seguridad que le proporcionaba un trabajo fijo para toda su vida y se entregó a vivir la pobreza y las dificultades de la vida tal como la sufrían cientos de vecinos portuenses. A partir de ese momento, aplicará el concepto de ‘casa abierta’ acogiendo en su nueva vivienda a familias desahuciadas, personas sin recursos, toxicómanos perseguidos, etc. Y, sobre todo, comenzó a sentir una especial motivación y sensibilidad hacia la terrible problemática de la drogadicción que azotaba en aquellos días a la juventud portuense.

| Ito, en la puerta de la Alcaldía, frente a Hernán Díaz, el alcalde en Independientes Portuenses (IP) de aquel año 1994. Les exigían que cumpliera su promesa de subvención a la Casa de Acogidas. | Fuente: ANDAD.

Esta experiencia vital y este andamiaje espiritual e ideológico es lo que explicará las más de tres décadas que aún seguirá viviendo y luchando, luchando y viviendo: la actividad misionera en Panamá y la solidaridad con las luchas campesinas en Centroamérica, las madres de ANDAD, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, el Foro Social, la Asamblea Feminista, la solidaridad con los represaliados y presos, etc., etc., y sin olvidar el colectivo con el que está actualmente colaborando, la Asociación Parkinson de El Puerto. | Texto: Manuel Almisas Albendiz.


Este texto está basado en el libro ‘Ito Maraver, una mujer imprescindible’, de Manuel Almisas Albéndiz (Editorial El Boletín-El Puerto, 2018), escrito y publicado con motivo del homenaje que la Asamblea Feminista ‘Las Tres Rosas’ le tributó a nuestra protagonista el 19 de julio de 2018 en la plaza de las Madres. El producto de la venta del mismo va destinado a la Asociación Parkinson Portuense, a cuyo correo electrónico pueden dirigirse si desean conseguir la biografía completa. 

4 comentarios en “4.530. Ito Maraver Pérez. Una portuense imprescindible

  1. María Milagros Davila Ramírez

    Es una gran mujer y muy humana yo la conocí cuando ella era joven nos daba catequesis en la Priora después de misa

  2. Ines Nuñez Ferrer

    Una gran suerte haberte conocido y compartir contigo los talleres de nuestra Asociación de Parkinson tienes toda mi admiracion

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