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Motor Circus 2017. Festival de vida efímera. #5.057

FRAN CEA. El Motor Circus Festival se celebró el sábado 6 de mayo de 2017 en El Puerto de Santa María aprovechando las sinergias de un evento, el Gran Premio de Motociclismo de Jerez, e intentando arrastrar a alguno de los más de 200.000 visitantes que durante ese fin de semana abarrotan todos los rincones de la provincia. Para esta edición debut fueron cerca de 6.000 los que ocupamos el recinto de la  Ciudad Deportiva de la localidad portuense, y los que lo hicimos pudimos disfrutar de un enclave privilegiado junto a la playa, un recinto perfectamente preparado y distribuido con espacios para comida de calidad y barras más que suficientes para nunca tener que hacer cola para conseguir la bebida, precios razonables, un sonido, luz , pantalla de video y escenario de primera y un muy buen ambiente, (algo bastante habitual en los eventos donde los moteros están presentes), que ayudaba a disfrutar del festival. [Pero solo duró una edición ¿Las pegas municipales de siempre? No hagan apuestas]

Organización inteligente

Además, la organización fue inteligente y acertó allí donde muchos otros fallan, tratando a prensa y público de la manera que este requiere. De esta manera podías acceder rápidamente al interior sin colas, abandonarlo y volver a entrar en cualquier momento, disponer de baños abundantes que se limpiaban de manera constante...son sólo algunos ejemplos de un evento que ojalá perdure en el tiempo.[¡!]  La única pega, pero su coincidencia con el finde motero así lo provoca, fue la imposibilidad de encontrar una sola cama disponible en más de 200 kms a la redonda, lo que para los que ya hemos dejado atrás la época del camping (que lo había), fue un serio problema.

Un cartel variado

Sobre su cartel y concepción, para gustos. Es de agradecer que se apostara un por cartel heterogéneo e intentar ser originales, y ya que la propuesta incluía bandas de rock, indie, djs  y electrónica, agrupar estas de tal manera que cada uno pudiera elegir si prefería acudir sólo a uno de estos "tramos horarios". Como nosotros nos dedicamos al rock fueron las primeras horas del día las que abordamos el Motor Circus, y de esta manera pude asistir al concierto de Los Zigarros, banda a la que veía por tercera vez y que, como las anteriores me dejaron algo frío. Les reconozco el mérito. Lo suyo es rock clásico, vacilón y orgánico.

| Los Cigarros.

Saben hacer buenas canciones y tocarlas con una solvencia fuera de toda duda. Además, tienen talento para escribir singles efectivos de esos que te ponen a bailar sin pretenderlo. Baila Conmigo supura sonido Tequila por los cuatro costados (o por los cuatro acordes como prefiráis), Hablar Hablar Hablar te trae a M Clan a la cabeza, A Todo Que Si es macarra y descarada con un riff ACDC que funciona a la perfección y el 90% de las bandas nacionales daría un brazo por un tema como Dentro de la Ley, pero lo siento, en directo su actitud sigue sin convencerme. Fríos, inmóviles, impecables y, lo peor, asépticos.

Nunca interactúan entre ellos, nunca con la audiencia salvo en instantes forzados y parecen vivir en cuatro universos independientes. Es cierto que la hora y la temperatura no era la más adecuada, que además abrir el festival les castigó con una afluencia baja y que su show, de menos a más, se les quedó corto cuando parecía que al fin podrían manifestar que había "vida rockera" en su repertorio, pero la sensación siguió siendo de "si ellos quisieran se lo comían todo" (musicalmente hablando), para mi volvieron a salir empachados al escenario y en esto del rock si no tienes hambre...

Intermedios de pinchadiscos

El tiempo necesario para cambiar todo el backline y preparar el escenario era ocupado por diferentes djs que, desde la torre de sonido, ponían música y creaban algo de espectáculo. Entre la nómina de pinchadiscos Silvia Superstar, Colin Peters o Nasty Mondays. Tiempo estupendo para visitar los puestos de merchan y las barras al ritmo de buena música.

Voy a pasar de puntillas por el concierto de Love Of Lesbian, la siguiente de las formaciones en aparecer sobre el escenario, mis conocimientos sobre ellos eran a priori mínimos y su actuación fue fría y por momentos incoherente, ellos mismos lo achacaron a la hora del concierto. Fríos, inmóviles y literariamente pretenciosos solamente satisficieron a sus fieles, que ocuparon las primeras filas mientras el "sector rockero" buscaba la sombra.

Obviamente sus cifras de ventas, la cantidad de festivales en los que aparecen (aunque estaría mejor dicho la ínfima cantidad de ellos en los que no están) y la repercusión mediática debe suponer que estoy equivocado, pero me declaro feliz en mi error. El cantante llevaba una camiseta con la imagen de  Jim Morrison y en su set list intercalaron estrofas de canciones de La Unión y Miguel Bosé, creo que tampoco hace falta explicar más. Fueron teloneros de Iggy Pop, hay gente a la que la vida la premia en exceso

Iggy Pop, después de El Puerto, actuó en Montreal

"Iggy Pop es la mala bestia más grande que ha pisado un escenario". La frase no es mía sino de una buena amiga y creo que resume perfectamente la experiencia de ver a La Iguana sobre un escenario. Yo no había tenido la oportunidad de hacerlo hasta ese día y le estaré eternamente agradecido a la organización del Motor Circus por ello.

Sabía antes de acudir que Iggy tiene ya 70 años, que su cojera hace tiempo que dejó de ser ligera, y que ya no hay ese factor de peligro evidente que cohabitaba con él en el escenario hace más de una década. y sin embargo Iggy es único, uno de los últimos de una especie que no parece tener relevo. Iggy necesitó apenas unos segundos tras aparecer en el escenario para plantarse ante el micro, mirar con desafío a los miles que estábamos frente a él y con los primeros compases de I Wanna Be Your Dog sonando pulcramente sucios a cargo de una banda superlativa, dedicarnos un doble "middle finger" que marcaba claras las distancias.

Sin camiseta, flanqueado por músicos elegantemente vestidos de negro y con toda la actitud del universo desgranó durante 95 minutos un show de festival, de clásico tras clásico, donde pasó de puntillas por su última obra interpretando solamente un tema (Gardenia) y donde los fans y los curiosos (que con un cartel tan ecléctico los había a cientos) saldrían satisfechos. El comienzo de concierto dejaba sin respiración. I Wanna Be Your Dog, Gimme Danger (con el primer intento de la noche de intentar trepar por los cables que sujetaban el equipo a la estructura), The Passanger, Lust For Life y Sixteen encadenadas. Si hubiera sido un combate de boxeo, nadie dice que no lo fuera, haría ya tiempo que alguien habría arrojado la toalla al cuadrilátero y habría avisado a la ambulancia mientras Iggy, como campeón estaría disfrutando del triunfo. Un pedazo de la historia del punk rock americano en apenas 20 minutos.

La compostura se perdió entre la audiencia (ya era hora) y la gente saltaba y bailaba y los vasos de cerveza volaban sobre las cabezas. ¿Un respiro tras la avalancha?. Y una mierda, es hora de gritar Fast Cars, Hot Chicks, Money!!!,  Skull Rings suena a rebelión y disturbios aunque su autor ya hubiera pasado la cincuentena cuando la compuso, y el hipnótico Sick Of You tornó violento en su parte final mientras Iggy demostraba que los años no pasan por su voz profunda y clara. Es cierto que los menos fieles de la Iguana se relajan un tanto en esta fase del concierto, pero en el último tramo deberían haber repartido camisas de fuerza.

Search And Destroy tiene al cantante paseándose por el foso, en esta ocasión no incitó al abordaje del escenario, y desde No Fun hasta el final del show había que frotarse los ojos incrédulo a cada nuevo tema, incluido el poder escuchar  Candy, una joya del Brick by Brick que jamás soñé disfrutar en directo. Pero es que venía después de Loose, 1969 y un Raw Power que dejó en bragas las miles de versiones que se han hecho de este tema. La gente quería más y aunque el set list ya había concluido nos dio una gran propina T.V Eye, hemos cerrado el círculo y hemos vuelto a los Stooges y mientras la gente aplaudía a rabiar al protagonista, ya solo en el escenario, este joven de 70 años se entretenía haciendo sombras chinescas en el telón lateral.

He visto a Iggy reinar en el Motor Circus.

Espectáculo de motos saltarinas

Tras el show de Iggy Pop hubo un espectáculo de motos saltarinas, más djs, los Crystal Fighters y su show electro friky y uno de los nuevos djs mesiánicos. Me lo perdí, después de La Iguana no lo hubiera soportado e inicié la larga vuelta a casa. He asistido a un resumen del rock visceral de los últimos 40 años comprimido en solo 19 canciones. Solo por eso la organización de Motor Circus se ha ganado el cielo.

Gimme Danger
The Passenger
Lust For Life
Sixteen
Skull Ring
Sick Of You
Some Weird Sin
Repo Man
Seach And Destroy
Down On The Street
Mass Polution
Gardenia
No Fun
Loose
1969
Raw Power
Wild One
Candy 
T.V. Eye

| Fuente: Insonoro.com

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