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Hace 100 años. En 1923 solo desfilaron dos cofradías #5.487

| Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz.

| En la imagen, la Corporación Municipal bajo mazas, precedida por la banda de música, en la procesión cívica que se incorporaba a las procesión religiosa | Foto: Colección Vicente González Lechuga.

En 1923 el sentimiento religioso de los munícipes fue polémico y estuvo dividido entre los diversos componentes, según su afiliación política. La “Revista Portuense” se hizo eco de ello, publicando un editorial titulad “Protesta”, motivado “por la ausencia casi absoluta de concejales en los Divinos Oficios”,extendiéndose el articulista en diversas consideraciones que justificaban el título del editorial, indicando ser comprensivo con la actitud de aquellos munícipes que no comulgaban con los principios y doctrina de la religión católica, encontrando incomprensible e injustificable, sin embargo, la actitud de aquellos otros que se enorgullecen llamándose católicos, volviendo la espalda a lo que considera inexcusables deberes con el pretexto de que quien preside la Corporación no pertenece a su bandería política, actitud “a todas luces censurable y digno, lo ha sido ahora, de la protesta unánime de El Puerto de Santa María”.

Así pues, como era bastante habitual por estos años, la política participaba, aunque de forma indirecta, en la Semana Santa. Y parece que esta posición semi oficial del municipio afectó también al más importante medio de comunicación local, las Revista Portuense, pues este año, posiblemente por primera y única vez en su medio siglo de vida no publicó el número especial y extraordinario el Viernes Santo, deducimos que por falta de patrocinio económico del ayuntamiento.

En 1923 desfilaron el Jueves Santo, la Veracruz y el viernes el Santo Entierro y la Soledad, modificando ambas sus recorridos habituales para evitar un tramo de calle Larga que estaba en obras.

Veracruz

Desfiló la Veracruz, saliendo de su capilla de la Sangre, en calle Palacios, la noche del jueves santo. Este dato y la modificación de una parte del recorrido para evitar el tramo en obras, son las únicas referencias que sobre la procesión de la Veracruz hemos podido encontrar en la prensa. La soledad salió a las siete de la tarde del viernes santo, Volvió a contar con la presencia de la banda de clarines del Regimiento Tercero Pesado de Artillería y sus bizarros gastadores que proporcionaron un vistoso espectáculo al público asistente. En el cortejo figuraban tanto nazarenos de la Soledad como de la Veracruz, así como” particulares con velas”.

El paso de la Cruz lo dirigía José Luis Macias y el de la urna por el secretario de la hermandad, José Ruiz Ruiz, dándole guardia de honor números del Regimiento de Cádiz Nº 67 con uniforma de gala. El paso de palio, al que escoltaba la Guardia Civil, iba dirigido por Juan de la Torre que ocupaba el cargo de mayordomo segundo en la hermandad, figurando de preste el coadjutor de la Prioral, Don Luis Sánchez, constituyendo la presidencia el alcalde, Luis Portillo de Pineda, acompañado de varios mandos militares de la plaza.

Soledad

En el crucero de las calles Luna y Larga -las cuatro esquinas- se destacó el paso de la Soledad “hasta dar vista al domicilio de su camarista, Doña Emilia Vázquez Velázquez, que se encuentra en estado delicado.” Y en la esquina de la calle Palacios se inició una fuerte lluvia, por lo que debió abreviar su recorrido, apresurándose a volver a la iglesia Mayor Prioral, recogiéndose dos horas después de salir, a las 9 de la noche, procediendo el presbítero Don Cástulo Barrios a realizar el habitual sermón tras la recogida, finalizando así la semana santa de hace un siglo.

Realmente no parece estuviese atravesando un buen momento la semana santa local, con solo dos cofradías en la calle. Aparte del fervor y del sentimiento religioso popular necesario para la existencia y continuidad de estas asociaciones, el factor económico era, asimismo, importante, necesitándose el mecenazgo y patrocinio de terratenientes y empresarios que complementasen los ingresos, generalmente escasos, obtenidos con las cuotas de sus afiliados, rifas y limosnas, nombrando en correspondencia a estas dádivas a miembros de estas familias benefactoras, camaristas y hermanos honorarios.

Humildad y Paciencia

| En la imagen de la izquierda, el cristo sedente de la hermandad de la Humildad y Paciencia.

Poco tiempo después, con la dictadura de Primo de Rivera, y la reacción de un grupo de devotos y cofrades locales entre los que figuraban Manuel Ortega Infante e Hipólito Sancho, lograrían sacar del pozo en que se encontraba la hermandad de Humildad y Paciencia que se incorporaría con más o menos regularidad a los desfiles y junto con Nazareno y Misericordia en el lustro siguiente, ofrecerian un panorama más acorde y proporcionado con la sociedad local de su tiempo.

| En la imagen de la izquierda, los Caballeros Veinticuatro de la Ilustre Archicofradía del Santísimo Sacramento, disuelta en 1981, a su paso por la plaza de la Cárcel. Al fondo, el edificio que hoy ocupa el Hotel Los Cántaros| Foto: Colección Vicente González Lechuga.

Acabamos esta breve reseña centenaria indicando que en este año, 1923, concretamente el 10 de julio, S.S. Pio XI otorgó una Bula papal, expedida por la Cancillería Apostólica, concediéndole el título de Pontificia a la institución religiosa local, los Caballeros Veinticuatro de la Ilustre Archicofradía del Santísimo Sacramento de la Muy Noble Ciudad y Gran Puerto de Santa María. 58 años después, la propia Iglesia la disolvió.

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