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395. REUNIONES EN LA PLAYA DE LA PUNTILLA.

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En la imagen, tomada en la Playa de la Puntilla, de izquierda a derecha, Juan Luis Bermúdez Tejada, Concha Cossi, María Josefa Tejada Peluffo con Javier Bermúdez Tejada en brazos, Elena González Bruzón, viuda de Ginés Hidalgo y las hermanas Pepita -ya fallecida- y Loli Muñoz Baltar, primas de Antonio Muñoz Cuenca.
(Foto Colección Vicente González Lechuga).

«¿Quien no recuerda los veraneos del Puerto, los primeros veraneos organizados de Andalucía, en aquella playa de La Puntilla, rodeada de coches de caballos, en aquel balneario que era idéntico al quiosco de la Banda Municipal del Paseo de Rosales de Madrid y que de niños, en la posguerra del 14, creíamos la cima de los paraísos? ¿Quien no recuerda las tardes de verano en El Puerto, la siesta en los cierros y en las calles las campanitas de los burros que llevaban el agua para beber?» José de las Cuevas.

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Playa de la Puntilla. Rocas del Canal, al fondo, Valdelagrana. De izquierda a derecha, arriba: Tere Gay, Luis Suárez, Piluca (de Badajoz), Paco Pepe Rodríguez Batllorí Sánchez. Izquierda abajo, Enrique Pedrosa y Mati Bellvís.

"La Playa de la Puntilla, la más próxima a la población --orilla derecha de la desembocadura del Guadalete--, es la más popular, la más democrática. Y también la más tradicional. La que conoció unos felices años veinte de bañadores a rayas, sillones con sombrajo de mimbre y caballeros con sombrero de paja". Manuel Martínez Alfonso.

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Vista aérea de la Playa de La Puntilla, sin espigones, sin el Polideportivo, sin Puerto Sherry... A este lado, Valdelagrana. Se cruzaba en pequeñas barcas de una playa a otra.

«De la dorada paz de La Puntilla
al pastoso silencio del Ejido,
el Puerto de María está tendido,
su frente en la almohada de la orilla»

José Luis Tejada.

39 comentarios en “395. REUNIONES EN LA PLAYA DE LA PUNTILLA.

  1. francisco basallote

    Despues de leer el articulo de Luis Suarez, no he podido evitar emocionarme, al recordar aquellos maravillosos años de la infancia y juventud en la Puntilla, que siempre tengo presente y nunca olvidare. Sobre todo recuerdo a las personas. Gracias.

  2. Conchita.P.S.

    Siento mucho el fallecimiento de Maty Bellvís, fué durante muchos años compañera mia de colegio, estudiamos a la vez, por cierto muy trabajadora. Siempre que yo iba al Puerto la veia y comentábamos cosas.
    Mi más sentido pésame a su familia.

  3. Antonio

    Hoy, 10 de noviembre de 2011, se ha enterrado Maty Bellvís Porras que aparece en la segunda fotografía de esa nótula. Ha sido persona muy querida por todos y ha sufrido mucho en su última enfermedad. Descanse en paz.

  4. juan miguel

    Para Pepe Luis Calle
    Te recuerdo Pepe Luis haciendo el Kubalobi cuando jugábamos a la pelota.Tambien me acuerdo de Juanita, y de Mari Pepa, tu madre. Sé que tienes o tenías algo en Fuentebravía. Me gustaria contactar contigo para recordar viejos tiempos de la Puntilla. Vivo en Barcelona pero todos los veranos voy al Puerto. Mi correo: jmifdezi@gmail.com. Un abrazo

  5. Lola Ojeda y Blanco

    Hace mucho tiempo de esta publicación....pero ha sido hoy cuando la he leído. Buenos recuerdos de mi niñez. En la playa, cuando nos llevaba mi abuela Concha (a mi madre no le gustaba la playa) y pasábamos el día en las casetas de los Netos, la abuela Antonia, así la llamábamos, era familia de mi padre, Paco Ojeda Neto. Eso fue muy de pequeña, con unos 6 o 7 años. Luego el recuerdo de la playa, ya es de mayor, me gustaba ir en invierno, a pasear por la orilla, luego algún día, a la caseta de Milagritos Gutierrez. Por mi trabajo en la Librería Portuense, conocí a Luisito Suarez ( hoy D. Luis) por ser familia do los Muñoz, a los Bellvís, también familia, a las hermanas Insua, a Luis Merello, intimo de Falele, a su hermana y a su madre, a todas las hermanas Govantes.....y a casi toda la juventud de esa etapa de mi vida, que recuerdo y añoro.
    Me ha gustado mucho como nos has contado toda la pequeña historia de nuestro Puerto....por cierto, mi marido tiene pendiente entregarte un vídeo que gravó en La Placilla, el día que cantó el grupo Vallisoletano Candeal.
    Gracias por tus recuerdos, que son, en este caso, una parte de la vida de muchos Portuenses.

  6. Juan

    Acabo de leer el escrito de Luis Suárez y las lágrimas no me dejan escribir porque he revivido mi infancia de todos los veranos y porque ya no me quedan ascendientes en El Puerto, ayer murió mi última tía de El Puerto, con 90 años, viuda de mi padrino y tío Evaristo, vivía en Micaela Aramburu, con algunas primas mías, a las que mando desde Sevilla un beso.

  7. Inmaculada Alba

    ¡Madre mia, cuantos recuerdos! Yo solo hace unos meses que me muevo por internet y en gentedelpuerto,que voy viendo poco a poco, cada día encuentro algo que me estremece hasta las entrañas. Hoy leyendo a Luis Suarez (compañero de mi hermano Luis) me veia en la playa reviviendo aquellos años de niñez y primera juventud. Muchas gracias

  8. Maty Montero García

    Me gustaría comunicarme con Lalote , fuimos compañera el Las Carmelitas en el bachiller, junto con Angelina Crespo, Lolita Ferrer , Mari Gracia Gonzalez, Celia no recuerdo el apellido , Lourdes Lizaso, Pilar Martinez Govante, en fin no me acuerdo de más

  9. Manolo Sánchez

    Concha Cossi, segunda por la izquierda en la primera foto, ha fallecido en el día de ayer en Córdoba, donde residía. Nunca dejó de venir en verano, aunque fuese poco tiempo, a asomarse a "sus playas". Tus sobrinos de El Puerto no olvidaremos tu permanente sentido del humor ante todas las adversidades y cómo nos transmitías siempre ánimo.
    Hoy, al asomarme a la Puntilla, había un trozo más de playa en el cielo.

  10. jose luis calle

    para marisa y lalote.
    soy jose luis calle. mi hermana juanita fallecio muy joven. se acordaba mucho del puertom y de ustedes. siempre me preguntaba a quien habia visto. Os doy un beso a las dos en nombre de mihermana.

  11. NATCA

    COMO NO TAMBIEN EL BAR MURGA O EL DE KIOSQUITO DE CHACON, Y COMO NO ESE BAR UN ALTO EN EL CAMINO QUE CUANDO PODIAS DE NOCHE IBAS A COMERTE UNAS SARDINITAS O CHOQUITOS A LA PLANCHA... SI MUCHOS RECUERDOS Y SOBRETODO LAS CASETAS ROJAS Y BLANCAS... QUIEN PUDIERA VOLVER ATRAS Y RESCATAR LAS COSAS BUENAS PARA QUE NUESSTROS HIJOS Y NIETOS LO VIVIERAN... CRIMEN COMETIO EL SEÑOR ALCALDE YA QUE ERA DE SEVILLA Y NO SABIA LO QUE ERA EL PUEBLO... SI PORQUE LA PLAYA DE LOS PORTUENSE ER A LA PUNTILLLA

  12. Ana Negro Neto

    MENSAJE PARA JESÚS MARÍA SERRANO:
    Me sorprendío muchísimo tu afirmación:"Antonio Neto era hermanastro de mi abuela Milagros".
    Él era mi abuelo y estoy recavando la historia y el árbol genealógico de mi familia. Te agradecería mucho que me contáras cosas de tu abuela y si erán hermanastros de madre o de padre.
    Creo que tú me podrías ayudar.
    Gracias de antemano por tu ayuda.

  13. Ana Negro Neto

    Yo pasé mi infancia entre las casetas y la "cantina" de mis abuelos:Antonio Neto Oviedo y Carmen Selma Martínez. Cuando murió mi abuelo (1957), siguió con el negocio mi abuela. Mujer luchadora donde las haya habido, hasta que vendió el negocio.
    ¿Alguien sabe a quién se lo vendió?
    Me gustaría saber más cosas de ellos.
    Yo, que ahora vivo en Madrid, terminaré mis días en el Puerto.

  14. maria

    tengo 51 años y desde que tenia nueve meses estoy pisando las arenas de la puntilla, primero me llebaba mi padre tenia una vicicleta y abia echo el mismo un sillin para llebarme viviamos en la calle vergel del conde numero dos los coquinas le decian a su familia mi padre me enseño a nadar en la puntilla mas tarde iva con mis amigas luego con mi novio y he pasado tres barrigas en sus arenas concretamente en las casetas de la plya en donde nos reuniamos todos los dias mis tias mis pares mis abuelos y un monton de gente amiga de los alrrededores nunca olvidare aquellos veranos los mejores de mi vida aun sigo llendo pero como ha cambiado aquello madre mia echo mucho de menos aquella puntilla echo de menos aquellos dias respiro hondo cuando voy y busco las sombra de aquellos dias tan entrañables para mi como a cambiado todo espero de verda que el puerto vuelva a resulgir encontra gente que se quieran compñicar un poco la vida y nuestro puerto no se muera como lo esta aciendo

  15. Puertomenesteo

    No pensé yo que una simple foto iba a ser motivo de tantos y buenos comentarios, y que iba a servir como de encuentro de viejos amigos.

  16. Ara Pérez

    ¡Qué recuerdos tan entrañables! Permitidme decir que yo viví esa época del Puerto, y sí, ¡claro!, tengo más de cincuenta años. Lo que me entristece es ir de vacaciones año tras año y ver mi ciudad cada vez más vacía y abandonada. Esas céntricas calles: Luna, Larga y Palacios, muertas de pena. Sin comercios, sin gente, sin vida. Muchos bancos y muchos bares, pero sin Teatro Principal. El Puerto de entonces era la envidia de muchos pueblos de la provincia. En la actualidad le veo desfasado y perdido. En todas las ciudades hay urbanizaciones y centros comerciales, pero el "centro" está plagado de zapaterías, tiendas de ropa, complementos, y otros negocios que invitan a pasear y a comprar ¿Qué pasa con los alcaldes que dirigen su economía? ¿Porqué el "centro" está tan muerto? ¿porque los ciudadanos se tienen que desplazar a otras ciudades como Jerez o San Fernando para poder disfrutar de un día de compras?... Rota, Sanlúcar, Chipiona, Chiclana, que no tenían tanto renombre cuando yo vivía en el sur, gozan de un "centro" como Dios manda, nosotros cuando bajamos en vacaciones, sólo vemos solares derruidos, casas apuntaladas y comercios tapiados. ¡Lamentable!
    Si tuviera suficientes medios económicos los invertiría en mi Puerto para devolverle la alegría a sus calles y a su gente.

  17. Marisa Muñoz

    Parece que nos hemos intercambiado Lalote.
    Yo hice lo que siempre quise hacer: venirme a vivir al Puerto y dejar los Madriles, que, aunque sea mi tierra natal, cada vez me angustiaba mas.
    Y te aseguro que de momento no me he arrepentido.
    Espero que si vuelves por aquí podamos vernos y compartir recuerdos.
    Un abrazo
    Marisa

  18. Milagros Bermudez Tejada

    Marisa Muñoz, me alegro de saber de ti pero no sé donde estas: Yo vivo en Madrid.Un beso Lalote

  19. Marisa Muñoz

    Estas paginas son un verdadero tesoro, no solamente porque te devuelven parte de tu infancia o tu juventud, sino porque vuelves a saber de viejos amigos.
    Siempre he querido saber que que había sido de Lalote Tejada, mi amiga de niña, junto con Anita Ortega y Juanita Calle, una sevillana que repetia todos los años. Nos refugiabamos del calido sol del mediodia, bajo la barca que puesta boca abajo tenia Paco Neto en su caseta, para jugar hasta que la llegada del vapor por el horizonte, nos avisaba que era hora de regresar a casa.
    Lalote, me alegro de saber que estas en mi tierra...aunque yo la haya abandonado para estar...¡donde queria estar¡

  20. celia

    Yo tambien tengo un bonito cuadro del Puerto pintado por Luis Suárez, que fué amigo,ademas de abogado ,de mi padre.
    Es un bonito rincón del Parque, la fuente de la ranita,con la casa e la Aduana al fondo.
    En la dedicatoria expresa el deseo de que no me olvidara nunca del Puerto.
    Gracias Luis por dedicarme ese artículo , en el que tan bien describes casi todos los recuerdos de aquellos veranos de la Puntilla.

  21. LSA

    A Joseluis(cain). Miguel Signes hizo las milicias universitarias en Ronda con mi hermano Jesús y todos los fines de semana venían a mi casa él con Antonio Sara Jaramillo y Juan Ignacio Moncosí de Borbón. Me ha encantado que vieras el cuadro de La Colorada. A mi padre, buenísimo pintor, además de excelente abogado, cada vez que lo invitaban a una boda le decían: Don Luis no me regale usted nada, pínteme un cuadro. Y siempre tenía una lista de espera grandìsima que trataba de complacer los sábados y los domingos, únicos días que podía dedicarlos a pintar. Recuerdo las excursiones a la playa a pintar, en invierno con mi padre y con los Merello. Serafín Merello también se ponía a pintar. Yo conservo un cuaderno de apuntes en que unas veces dibujabana los arrieros que iban a sacar arena con sus burros para la fábrica de botellas, o a nosotros jugando, o el castilllo de la Pólvora, o La Colorada...
    En fin que me ha encantado tu comentario y tus recuerdos.
    Manolo Astorga ha muerto hace unos años. Era además de mancebo un excelente recitador.
    Un abrazo, Luis

  22. Conchita P.S.

    Vaya ,Luis Suarez, que buen rato me has hecho pasar leyendo tu"historia"(nunca mejor dicho) de nuestra playa de La Puntilla, es que no te ha faltado detalle ,hijo. Ya
    de pequeño y de mayorcito que te conocia eras un niño que prometia,que sacabas muy buenas notas vamos, creo que te exáminaba como yo de bachiller, en el Instituto Padre Coloma de Jerez, pués allí íbamos del Colegio Las Carmelitas, recuerdo que sonreias siempre.
    Me he alegrado de saber de Lalote la recuerdo con cariño, compartimos varios años en la misma clase.
    De La Puntilla que puedo recordar más, si todo lo has dicho,.
    Que sigais comentando cosas de nuestro Puerto, ya intentaré aportar algo,y repito gracias a los que trabajais en esto, a Morillo, Vicente González por su colección de fotos etc. etc.......

  23. ana

    Sr, Avila: siga por favor contándonos cosillas del Puerto, siempre nos hacen recordar buenos tiempos.,.los ostiones, las piñas asás, las arropías...por cierto ¿las siguen vendiendo?.

    Permítame indicarle si le gustaron las vistas del Puerto de Wyngaerde, en Revista de Historia de El Puerto núm 41, viene un buen artículo sobre ellas.

  24. M. Isabel

    Los recuerdos de los veranos en el Puerto son inolvidables. es verdad que aunque llegáramos de Jerez a primeros de Julio, era impensable que nos permitieran bañarnos hasta que la Virgen del Carmen, bendijera las aguas, y con cuanta ilusión contábamos losdías. Cuando por fin veíamos salir a la Virgen de la Concpción, ya podíamos bañarnos ¡qué alegría! y empezábamos nuestro verano con la paciencia de la espera de los ómnibus de Botello que nos hacían esperar buenos ratos en la parada por haber cai siempre alguno averiado (sólo había dos). Y luego estaban los bañoa con marea baja, que era imposible con lo cual noa arriegábamos a irnos al canal, chico riesgo porque los guardias podían estar esperando,y la emoción de cruzarlo a nado. Menos mal que tenía de compañero a mi hermano mayor que me daba gran seguridad aconsejándome para donde iban las corrientes. ¡Ahora no me lo creo, que valor! Bueno, cómo eso miles de cosas que puedo recordar y que podría estar horas enteras escribiendo........

  25. joseluis(cain)

    Luis Suárez, la emoción que he sentido con tu relato de "a la playa" te la puedes imaginar, soy de los niños de final de los cincuenta y primero de los 60, así que todo lo que relatas, me es absolutamente cercano, muy emotivo.
    Te quiero contar una anécdota: Hace como 30 años fui a visitar por primera vez a un ginecólogo por motivos profesionales, (he sido visitador medico durante 40 años) en la sala de espera tenía una acuerala que nada mas verla, dije...ese paisaje lo conozco yo y nada mas entrar después de las presentaciones, le dije Dr. ese cuadro que tiene en la sala con ese paisaje, sé a que lugar pertenece... me miró extrañado y le dije directamente, es el Pto. de Santa Maria, playa de la Colorá , entonces me contó que efectivamente era una vista del Puerto y que se lo habia regalado como obsequio de bodas D. Luis Suárez, abogado del Puerto. Me dijo que habia pasado algún verano que otro en su casa, invitado por su hijo cuando compartían colegio Mayor.
    El referido doctor es D. Miguel Signes Pacual, que como es seguro te acordarás de él. Me alegraria mucho que me hicieras llegar tus recuerdos al respecto y del citado cuadro. Cuanto daria yo por tenerlo...
    Vivo en Alicante desde el año 68, mi primer trabajo fue de chico de los recados de la farmacia "el Carmen" de D. Joaquin Fernández Prada, lo mio fue una predestinación de a lo que me iba a dedicar, toda la vida entre medicamentos, mis recuerdos a Manolo Astorga, mi maestro de formulas magistrales. Saludos de un Portuense desde Alicante.

  26. Manolo Sánchez

    La Cossi de la primera foto aparece sin nombre de pila, quizá por lapsus memoriae del propietario. Pues es Concha, y sigue viva y coleando por Córdoba, con alguna escapada por estos lares junto a alguna de sus hijas.

  27. Luis Suárez Ávila

    Celia, yo siempre me pregunté el porqué de la "torta". Hasta muchos años después, en la Biblioteca Imperial de Viena, no pude responderme. Resulta que allí hay unos dibujos de Anton Van Wingaerde, de 1562 de muchas ciudades españolas y cuatro de El Puerto. El río Guadalete, no desembocaba donde ahora, que está canalizado. Hacía un meandro y desembocaba a la altura del Castillo de Santa Catalina. Es decir que la "torta" era parte de Valdelagrana, por decirlo de un modo gráfico. Luego se canalizó el río y se puso derecho, quedando ese resto de terreno algo más alto en la zona que luego sería la "torta". De ese dibujo hay una diapositiva que se ha reproducido luego por "Turismo". Es precioso.

  28. Milagros Bermudez Tejada

    Gracias a Vicente Gonzalez por haberme enviado esta página de "mi Puerto" que tanto echo de menos por vivir ahora en Madrid y a Luis Suarez por haberme hecho vivir nuestra infancia con tanto detalle que hasta me he emocionado.

    He de hacer una rectificacion en la primera foto.La que tiene en brazos a mi hermano Javier es mi tia Maria Josefa tejada y NO Lalo que era nuestra madre. Las hermanas Muñoz Baltar son Pepita, ya fallecida y Juani.

    Gracias una vez mas a los que habeis trabajado en esta pagina.

    Lalote (Milagros Bermudez Tejada)

  29. Luis Suárez Ávila

    Aunque creo que lo repito, dedicado, ahora, a Celia.

    ¡ A L A P L A Y A !

    Siempre nos dijeron las personas mayores que lo de la gente de orden es empezar los baños cuando la Virgen del Carmen ya había bendecido las aguas del mar. Siempre nos dijeron que evitáramos la compañía de niños que encueros vivos se tiraban desde las barandas del puente de San Alejandro o desde el muelle del vapor, en cualquier época del año.
    Los niños esos casi siempre se ahogaron en un remolino del río, sin que ni Martínez, ni Fortunato, ni Javier Tejada, ni Paco Ameneiro, que estaban pescando robalos, con sus cañas en el puente, pudieran hacer nada. Los remolinos del río son la cosa más traicionera que se ha visto.
    Pero, lo cierto es que bañarse antes de que la Virgen del Carmen eche su santa bendición a las aguas, no se le ha ocurrido a nadie, nada más que a esos niños y a la gente de Jerez. Cuando se ahogaba alguien en la playa, antes de la comprobación de su procedencia, siempre había algún avisado que anunciaba que el ahogado era de Jerez. La gente de Jerez, como es de tierra adentro, es que no sabe que la digestión se corta con el baño y se bañan o recién comidos o recién bebidos y así pasa lo que pasa.
    A la playa, toda la vida de Dios, o se va después del 16 de julio, o no se va. Lo que está ocurriendo ahora de que cualquier día del año la gente se bañe en la playa, eso no ha sucedido nunca. Desde luego, que lo de cajón es empezar con la Virgen del Carmen y terminar con la Virgen de los Milagros. Lo otro es de descreídos y de gentuza.
    El único caso de bañista fijo durante los trescientos sesenta y cinco días del año, sólo se ha dado en los tiempos gloriosos, en Puerto Real: Juan Antonio Campuzano era su nombre. Fue buen poeta, exquisito prosista y traductor de obras extranjeras. Vivió toda su vida célibe, pendiente de casarse con Lola. Salvo ese caso, yo no conozco otros de bañistas tan pertinaces. Claro, que, al parecer, Juan Antonio era algo republicano y desde luego leía a los poetas del 27.
    Cuando se acercaba el día de la Virgen el Carmen, se esperaba en cualquier momento la llegada de los Gay Palacios, de los Cañaveral, los Izquierdo, los García Gil, los Pérez García, las primas italianas de los Bootello, los Peinado Merchante, los Merchante Cobo, los Merchante Hernández, los Cobo Gavala, los García Loygorri, las Marra Arvilla, los Muñoz Tosar, los Guerra, Laurita y sus hermanos Rafael y Jesús, Lourdes López y sus abuelos, Patrito Martínez Solinís, "María de Dios", Marisa Muñoz, las de Rojas, Miguel y José María Rodríguez (que por cierto jugaban magníficamente al baloncesto, con los Casado, con Juan Carlos Benjumeda y otros, por las tardes-noches en la Galera), y el desembarco de qué sé yo cuantos niños y niñas de Madrid, de Sevilla , de Extremadura y de otras partes del universo mundo, amén de un nutrido grupo de "flechas" que acampaban en las Dunas.
    Expectación especial causaba la aparición del laureado poeta, doctor en Derecho e Inspector de Policía con destino en Madrid, Augusto Haüpold Gay, impecablemente vestido de blanco, con su maleta de piel negra, en la playa, que, usaba un gran bañador "meyba" y gorro de baño de goma y se permitía nadar por el canal.
    Cuando se acercaba la Virgen del Carmen ya estaban puestas las casetas. Los bañeros, Neto y Bononato, colocaban sus reales en la playa de la Puntilla y en grandes barracones hacían la vida durante todo el verano. Se ocupaban no solo del montaje de las casetas, sino de colocar estacas en la orilla y hasta donde se podía perder pie, unidas por sogas para amparo y refugio de bañistas no avezados. Para estos últimos también mantenían unos bañeros en pateras y botes de remos que merodeaban por los sitios de más peligro, en evitación de alguna desgracia.
    Así las cosas, a la gente amante de la peripecia y del riesgo, lo que le privaba era cruzar el canal, justo por donde unos letreros, en la escollera, decían con letra clara y terminante: "Prohibido bañarse, Zona peligrosa". Porque es que, la verdad, en la Puntilla, con marea baja, había que llegar hasta Cádiz para bañarse, y, ni aun con eso, se perdía pie. Lo que ocurría es que esos días se aprovechaban para coger muergos, con largas varillas de paraguas y una bala incrustada en la punta, o coger cangrejos moros o "mariquitas", o camarones, en las rocas frente por frente del castillito de la Pólvora, o ir a las Dunas subir a los montes y tirarse desde lo alto, rodando, o a coger piñas o camaleones y burlar a Vicente, el guarda forestal, de quien decían, sin que se sepa de cierto, que tenía una carabina con balas de sal, que no hacían daño, pero que picaban cosa fina. Es verdad que, con la marea baja, la Puntilla se ponía imposible. Pero, hombre, acuérdese usted, también, de las mareas de Santiago. Cuando se acercaba el día del Apóstol, no es que hubiera poca agua, es que había una barbaridad. El agua llegaba hasta por detrás de las casetas.

    Cuando se acercaba la Virgen del Carmen, Ramoni, Emilio, Tadeo, Murga, Tarrío, Luis el Mutilado... se aprestaban a instalar sus bares en la playa con terrazas cerradas por artísticas arcadas de madera y cubiertas de cañizo.

    A la vuelta del día de la Virgen del Carmen estaba el glorioso día 18. Entonces era el acabóse. Reconfortadas con la salvífica paga de Franco, yo no sé de dónde salían tantas "maris" de Jerez con sus sandías alargatadas bajo el brazo , sus peroles llenos de comida, sus proles y sus tenderetes de sábanas y palos. Aquellas que gritaban lo de "Rafaé ven pacá, que tevajogá". ¡Y vaya que si se ahogaba! Como que cada 18 de julio se ahogaba alguien que, imprescindiblemente, era de Jerez. La gente de Jerez, como no asidua a la playa, por no ser su medio, se colocaba entre La Colorada y el Castillo de la Pólvora y el que no acababa ahogado, terminaba colorado como un salmonete, lleno de ampollas, esmorecidito, o como un eccehomo todo cortadito por las cáscaras de ostiones. Tan es así que la Cruz Roja, con Remigio Andújar (que lo mismo tocaba el tambor en la banda de Dueñas, que leía, con excelente profesionalidad, los contadores de la luz, que evacuaba a un lesionado), y con Felipe Lamadrid, el practicante, (siempre con el cigarro en la boca, que le servía de filtro para no aspirar, en frío, bacterias y otros gérmenes de la gente) no daba abasto. Pero no se crea que todo el trabajo se lo daba la gente de Jerez. De vez en cuando, algún portuense aparecía con un tajo, en un pie, por haber pisado un cristal, o con la mano hinchada porque un alacrán o un cortapicha, le ha picado por escarbar debajo de las casetas. Y todo, por desobedecer y no ponerse, los indinos niños, las alpargatas, o las playeras, que sus madres, con tiempo, les habían comprado en Mauricio León, en "La Valenciana" (la del zapato grande en la fachada) o en casa de Ramírez, en la Placilla. --Mira que se lo tengo dicho: no escarbes en la arena, que debajo de las piedras hay alacranes; mira que se lo dice una: niños, para andar por la playa, ponerse las sandalias, que para eso están.
    Allí, también, en el castillo de la Pólvora (el fuerte de la Laxa o de la Alhaja, que dicen los planos antiguos), el polifacético y bien recordado don Francisco Dueñas ordenaba el disparo de las bombas japonesas, cargadas de juguetillos y chucherías y la elevación de los globos y los fantoches; desde allí partía el jurado que habría de calificar el concurso de los muñequitos de arena, jurado que indefectiblemente estaba compuesto por Paco Bernardo, Manuel García, Dueñas y Martínez Montenegro y que indefectiblemente, también, otorgaba el premio siempre a José Carlos García Gracia, el hijo del caricaturista Carlos García Gil. Los demás, que hacíamos muñequitos más vulgares, coloreados con anilinas de la Droguería del Cárave, nos teníamos que contentar con alguna mención honorífica, con algún accésit, o simplemente con nada.
    Cuando se acercaba el día de la Virgen del Carmen, Emilio Bootello ordenaba pintar otra vez más, de celeste, los dos autobuses Chevrolet y los plantaba en el Vergel, junto a la taquilla, una casetita escueta de madera, donde campeaban los letreros de "Coñac Centenario Terry" y donde, dentro, pasaba el verano la hermana de Pepe Alvarez, despachando tiquets.
    Los autobuses, cargados de gentío, salían hacia la Playa por el Vergel, calle Aurora, Rotonda (donde, en los Baños Termales, siempre se veían en la terraza, en sillas de mimbre, a los bañistas y a Feria, el guarda, poniendo en marcha el motor de la casetilla), para terminar en la parada, en la otra rotonda, a lado de la casilla de la Guardia Civil, día y noche habitada por un número con sahariana, tricornio, con visera y nuquera, forrado, subfusil y prismáticos, que guardaba la costa desde la boca del río hasta La Colorada, donde, en la punta, había otra casilla con otro número. Yo no sé si alijar tabaco era fácil o dificil, pero la verdad es que nuestros padres liaban y fumaban , como carreteros, "George Russo", "45", "Partagás",... en cuarterones que corrían por todas partes.
    La vuelta del autobús era por la Bajamar, hasta llegar a la Galera y, otra vez, al Vergel. Y, así, todo el día.
    Desde el Corpus, los guardias municipales habían cambiado el uniforme de invierno por el blanco de verano y, cuando se acercaba el día de la Virgen del Carmen, se las organizaban para montar los turnos de playa. Estaba rigurosamente prohibido jugar a la pelota. Por eso "Merengue", valetudinario guardia de la porra, con media lengua y frenillo, tenía perseguidos a los que nos poníamos en la orilla a jugar al fútbol. A su llegada, todos nos tirábamos al agua, con pelota incluida, y le retábamos a que nos cogiera, pero él, impasible el ademán, espetaba: "No precuparse, que los onozco a tós... Y a sus adres. Ustede orré, que ontra más orráis, más orre el lapi". Y se ponía a apuntar no se sabe qué en una libreta que llevaba.

    Por la playa, se comenzaban a oír pregones de "acerolas, blancas y colorás", de "arropías de Turquía, las llevo largas y retorcías, qué ricas y qué buenas llevo yo mis arropías", de "hay corrucos" , "al rico parisién, compre", "hay helado, rico mantecado, helado, el polo, helado, el corte, helado, el bombón helado" en esos carrillos, con porte de paso de palio y tres tapaderas cónicas cromadas, con sus maquinillas para las bolas y para las galletas, hartas de mojar en el mismo agua ; "al rico pirulí de La Habana", que vendían clavados en una penca de pita; "piñones, como cabezas de gorriones"; " avellanas de los toros"; "almendras de los almendros, los niños las cogen y yo las vendo, peladas y garrapiñadas, oiga"; "y al buen higo", higos de Jeré, una gorda dié"; "La tajaita y el pollo", que gritaba "El Chirri"; "cangrejos, hay cangrejos, camarones y bocas de la Isla". Cuellar dejaba el Parque y trasladaba su negocio a la playa, vestido con su sobretodo de crudillo y con su máquina, su cubo y su trapito, su caballo de cartón otra vez recien pintado, y sus fotos de muestra con soldados y novias, niños jinetes, y grupos de amigos, dispuesto a hacer su agosto.

    Por las mañanas, en la playa, se aprestaba todo para el baño. Por turnos -masculinos y femeninos- nos poníamos los bañadores, aquellos grandes "meybas" de gabardina y camisetas de tirantas-nosotros-- y ellas, con púdicos trajes de baño con faldas. Así era porque las madres, sobre todo a ellas, después de haberles sido impuesto el escapulario del Carmen en la Iglesia de la Concepción, les leían detenidamente las "Normas de decencia cristiana" que publicaba el Arzobispado de Toledo --por cierto, ¿Toledo tiene playa?--. Así pues, con la impedimienta de baño puesta, lo primero, era ir con el cántaro de Lebrija, con tapadera de corcho --comprado en "La Chana" o "El Inglés"--, a por agua a la barraca del bañero. El agua la traía, diariamente, desde la fuente de las Galeras hasta la playa, un señor muy gordo, en una bicicleta a la que iba uncido un carrito, con catorce o quince cántaros.
    Luego, el baño. Lo primero, al mojarse los tobillos, en la misma orilla, era tomar agua y santiguarse; lo segundo, no perder nunca pie, no hacer el "cristo", ni el "pino", ni meter en el agua flotadores, porque, con la marea y el viento, podía uno terminar en América; lo tercero, no pisar las "aguasmalas", porque los días de temporal, aparecen por todos lados y pican una barbaridad; lo cuarto, salir pronto, porque los baños prolongados son malos; lo quinto, al salir, tener una oronda tata con la toalla o el albornoz dispuesto y una madre con un vasito de vino oloroso, mezclado con agua, preparado, para "entrar en caja" después de la impresión del baño; lo sexto, secarse bien, porque o se cambiaba uno de bañador, o se podía coger una pulmonía doble.
    La comidilla del día era cuando fulanita o menganita no se podía bañar. Vamos, que ni se ponía el bañador. Pepe Valle Sevilla, contestando a unas feministas que pedían la igualdad de sexos, dijo ingeniosamente que a los hombres, la Patria les exigía jurar, una vez en la vida, derramar hasta la última gota de su sangre, pero sólo una vez y toda ella; la diferencia estaba, en que las mujeres, la derraman, poco a poco, y en cómodos plazos mensuales. Eso es cierto y, además, no se podían bañar. No como ahora.
    A la hora de comer, se abrían cestas enormes de mimbre, donde permanecían guardadas fiambreras de aluminio, cargadas de tortillas de patatas, de fritos, de ensaladilla, de bistelitos empanados y otras cosas propias para comer en la playa. Pero lo más propio, lo más genuino, lo más auténtico, es que las tortillas de patatas, con el levante, se llenen de arena. -¿Usted no ha comido nunca una tortilla con arena? Pues si no la ha comido, no sé qué decirle. Bajo un toldo de esparto, que distribuye el sol a pintas rayadas, como espinas de pescado sobre la arena, por entre la empleita, sentados en banquillos de madera, alrededor de un mesa de pino, ante la mirada materna, que ocupa una hamaca de tijera y lona, no hay cosa más deliciosa que comerse una tortilla con arena. Lo que yo le diga.
    Por las tardes, en la playa, se jugaba a "alredó de un fangá, charolí, charolá...", pasándose de uno en otro piedras ostioneras; al clavo; al salto "búa"; al dar; al esconder; a tula; a echar carreras; a las prendas, o a la "palmá", "cruz por mí y por todos mis compañeros y, por mí, el primero"... o se hacían pozos, hornos, o trampas en la arena. -- ¿No me diga que usted no ha hecho nunca una trampa en la arena, señor mío? Si usted es de los que se la dan de serios con la edad, le voy a recordar que las trampas en la arena se construían de la siguiente forma: Un gran boquete, excavado, a ser posible, en la orilla, donde pasea la gente, por la arena mojada; luego, con unos pequeños palitroques y unas cañas, se construye un entramado, para sujetar un papel de periódico y, sobre él, se coloca una torta de arena, bien disimulada. El resto es ponerse a esperar, como en un aguardo, a ver quien va a ser el que caiga. Pues caían. ¿Verdad que, ahora, se acuerda, provecto, venerable y formal padre de familia?
    Con estas y otras inocentes diversiones, en la playa de la Puntilla discurría el verano, hasta el 8 de septiembre.
    Claro que, por las noches, la cosa era distinta: o el Parque, o el Oasis, o el Club Náutico y para de contar. Y para qué te cuento, con las niñas, cuando aparecían los milicias universitarias con sus uniformes, con sus botas altas, con sus cordones, con sus galoncillos y sus estrellitas. Aquí, mucho rollo, pero en Rota, en "La Forestal", se les quitaba el cuento con el teniente coronel Sánchez Araña. A las niñas lo que les gustaba eran los mayores y alguna, en el pecado ha llevado la penitencia, porque, hoy, hoy, las hay que con el milicia, lo que tienen es un carcamal, todo pocho, y ellas siguen como rosas, pero menos. Tan menos, que la que se ría con esto y diga que se acuerda, hay que echarle de cincuenta para arriba. Así que, calladitas, que estáis más guapas.

    Luis SUAREZ AVILA

  30. Luis Suárez Ávila

    Paco Pepe Rodríguez Batllorí, sigue viniendo y tiene casa en El Puerto. Estudió Derecho en Sevilla donde vivía en aquellas fechas (1962) y luego ha sido Consejero de Trabajo en el Cabildo Insular de Canarias. Todos los sábados y domingos frecuenta la Bodega de Obregón.

  31. celia

    .....y que me decís de " la torta", los bares Tadeo, Piriñaca...., los Espumosos Valdelagrana, el castillito, las dunas, el concurso de figuras en la arena....
    ¡ Que recuerdos!. A los autobuses de Bootello los arrancaban con una manivela por delante y había veces que a la altura del Hospital ya se habían parado...

  32. alfonsoX

    cuantas cosas tan bonitas se a perdido en este querido PUERTO de SANTA MARIA cuando llegue en el 78 me embrujo esta bendita ciudad pero todo cambia y no me gusta el cambio que esta dando no es mi PUERTO tiene heridas que nadie cura

  33. Puertomenesteo

    Francisco, si nos ponemos así nunca terminaremos de hablar de La Puntilla. Supongo que el administrador tendrá idea de poner más capítulos, pues si pone todo el mismo día no creo que la "gentedelpuerto" lo lea. Como decía Curro Romero "la escencia se vende en frascos pequeño".

    Además, la nótula no trata sobre La Puntilla, sino sobre "Una reunión en La Puntilla".
    Me consta que la redacción tiene previsto abordar el tema de esa playa desde otros puntos de vista, fotográficos e incluso una monografía sobre la playa en los últimos 100 años.

  34. Francisco

    La Puntilla: ¿Esto es todo? ¿Y que hay de los autobuses de Botello, del aparcamiento de bicicletas de "La Gorda", de las casetas de Paco Neto, de los partidos de pelota, de los baños en el canal, de los muergos y burgaillos que se cogian en bajamar, ... etc. ?

  35. Puertomenesteo

    ¡Que buenos ratos se pasaban en nuestra querida Playa de La Puntilla! Recuerdo que cuando salíamos del agua con los dedos arrugados nuestras madres nos daban una copita de quina para entrar en calor y abrir las ganas de comer. Y que yo sepa ninguno de aquella fecha hemos salido alcohólicos por ese motivo. Y quien no se acuerda de aquellos autobuses de Bootello que iban desde el Parque Calderón hasta la playa y que más de una vez fue a parar a la arena.

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